Mi prima Yulieth ♥️

Mi prima Yulieth
En mis épocas universitarias solía vivir en casa de mis abuelos, hogar que compartía con una tía que esporádicamente nos visitaba y con mi primita, una nena linda que nunca había visto con ojos de deseo, no obstante, eso estaba por cambiar...

Una tarde después de clase, llego a casa sin avisar y al encontrarla en completo silencio empiezo a merodiar por sus alrededores, sin tenerlo planeado, llego al cuarto de mi prima, sigilosamente me acerco y al ver entre las rejillas de la ventana, logro observarla en toalla, sin que ella se diera de cuenta veo como escoge su ropa y al instante se queda desnuda...detallo su cuerpo esbelto, senos pequeños y hermosa cola, mi corazón latía a mil tras descubrir a mi prima desnuda y al contemplar como de a poco se colocaba su fascinante ropa interior. Poco tiempo después, me retiro de la escena tratando de olvidar la imagen de mi prima, la cual me había generado una erección y sentimientos encontrados de deseo y culpabilidad. Unos minutos después, entro a la vivienda y mi prima Yulieth me recibe con una sonrisa inocente, yo tuve que tratar de disimular la sensación que me había generado verla, desde allí mi primita tuvo un significado pasional para mí.



Despues de varias semanas, mi prima seguía en mi mente, me había propuesto ser más cercano a ella, estaba más pendiente de sus estudios y la ayudaba en lo que pudiera, con la excusa academica me estaba ganando su confianza, le daba detalles y le hacía cumplidos, actos que funcionaban a la perfección , pues mi prima era más atenta conmigo.
Estos hechos me permitieron tocarle las piernas, agarrarle la mano, había momentos donde jugabamos y aprovechaba para tocarle los senos, actos que ella aunque sorprendida nunca rechazó. Es así que, en una asesoría en el patio de la casa la beso e iniciamos nuestra historia de incesto.
Pasaron los meses y nuestra relación (en secreto por obvias razones) se centraba en detalles, fotos, manoseos y besos. Con antelación, Yulieth me había manifestado que ella era virgen (era obvio) y que le daba miedo ser descubierta teniendo relaciones, para lo cual nuestro encuentro iba a ser cuando estuviéramos completamente solos.
Un domingo de semana santa, mis abuelos salieron desde la mañana a un plantón religioso, ese fue el instante que utilicé para desvirgar a mi prima.
Una vez mis abuelos salieron por la puerta de la vivienda, cerré la entrada y me dirigí en busca de mi prima, ella en su cuarto ya sabía lo que iba a pasar, estaba en una bata de pijama, le dije que nuestros abuelos se habían ido y que era el momento, ella muy nerviosa se dirigió al baño y al salir estaba completamente desnuda, me acuerdo que lo único que me dijo fue que por favor evitará que le dolería mucho. Tras acercarme a Yulieth y besarla, agarro una almohada de su cama, la cual pongo en el piso y acto seguido, arrodillo a mi primita poniéndole mi pene en su boca a fin de que lo mamara, sin medir palabras lo hizo, aunque sin lucidez ya que era su primera vez.



Con movimientos de arriba y abajo, mi prima intentaba mamarlo siguiendo mis sugerencias, sentía como su lengua tocaba la cabeza de mi pene en repetidas ocasiones y como succionaba mi liquido seminal . Al terminar, me dirigí a llevarla a la cama, abriéndole las piernas para ver esa vagina, que era un premio que había ganado. Luego de jugar con sus senos pequeños, coloqué mi pene en su vagina, ella sostenía las sabanas a la espera de ser penetrada, inicie la metida de a poco, mi prima hizo un leve gemido, lentamente fuí introduciendo mi pene sin perder de vista la mirada de Yulieth, mis movimientos eran medidos para evitarle dolor.
La sensación era única, una vagina apretada y estrecha que requería tiempo. La vagina de mi prima se dilataba permitiendo un mayor movimiento, estando encima de ella mi penetración era algo más profunda, Yulieth gemía sutilmente abrazada a mi espalda, soportando cada embestida que le propinaba haciendo un gemido por cada movimiento.



Al escuchar sus gemidos, mis embestidas se intensificaban, sosteniendo a Yulieth de las piernas la seguía penetrando, podía ver las sacudidas de sus pequeñas tetas, así como su vagina se ensanchaba cada vez que mi pene entraba y salida de ella. En ese instante, había perdido la sutileza inicial de la penetración y la había reemplazado por la vehemencia del sexo fuerte.
Al estar encima de mi prima no solo escuché sus gemidos, también un "te quiero" que salió de su linda boca. Antes de eyacular, le retiré mi pene de su vagina y terminé por expulsar mi semen sobre un cachetero que estaba tirado al borde de su cama.
El sobresalto fue tal que al concluir nos quedamos dormidos, los dos desnudos, estábamos seguros que nadie nos iba a interrumpir.
Al despertar nos bañamos, luego nos dirimos a la sala de la vivienda y hablamos de lo sucedido, le prometí amor y protección, nada le iba a faltar mientras estuviera conmigo.
Aunque en ese tiempo era un estudiante, también trabajaba los fines de semana y podía colaborarle en sus gastos de estudio, ropa y alimentación. Yulieth tuvo una metamorfosis, paso de ser mi prima a convertirse sigilosamente en mi novia, en mi mujer.
Mis abuelos llegaron del plantón religioso y nuestra realidad siguió siendo "normal", una relación entre primos que cambiaba al estar solos.
De noche, aprovechando la edad de mis abuelos, al cerciorarme que estaban dormidos, entraba a la habitación de mi prima o simplemente hacía que ella fuera a la mía, de madrugada teníamos sexo y al concluir cada quien despertaba en su habitación.

Así dure más de 18 meses con ella, una rutina que consistía en ser primos de día y novios de noche. Al llegar las fechas especiales como cumpleaños, navidad o año nuevo, los detalles y reconocimientos nunca le faltaron, sin contar todos sus gastos diarios y útiles de aseo, los cuales yo me hacía cargo. Ella cambio su vestimenta íntima, se colocaba hilos de encaje y cacheteros para satisfacerme cada noche que teníamos intimidad.
Por desgracia, está historia fue hace años, sus acudientes (mis tíos) la sacaron del país y nunca más volví a verme con ella, pero me queda el recuerdo de haberla desvirgado y hecho mía a mi primita Yulieth.