Hola a todos, espero se encuentren muy bien.
Voy a relatar la tercera parte del iniciado hace algunas semanas. El tiempo es finito y a veces no puedo encontrar el espacio para escribir como quisiera. Por otro lado, imaginaran que evocar esas imágenes que vuelven una y otra vez a mi cabeza me causan algún tipo de conmoción. Al punto de querer volver a esa tarde noche en que por primera vez un hombre materializo ese deseo tan profundo que tenia de ser la hembra de un semental experimentado, o hablando en términos académicos, la primera vez que me iba a comer una pija por el culo.
Tal como deje la vez anterior, Nacho me había lubricado muy bien el ano y había desparramado el mismo gel en toda la extensión de su verga. En ese instante de la nochecita yo ya estaba entregada. Y lo digo así, en femenino, porque ya me sentía la puta de mi macho. Imagino que la temperatura en la entrada de mi ano ya estaba lo suficientemente elevada como para recibir el regalo que me había prometido al oído mientras me refregaba la pija a lo largo de mi rajita. Entonces me pidió que me mantenga boca abajo sobre la cama, mientras colocaba unas almohadas (¿cojines le dicen en algunos países?) debajo de mi vientre. De modo que mi culo quedaba más que expuesto al desenfreno que se avecinaba. Él había preparado todo para que su pija deseosa no tardase tanto en ubicar ese orificio que iba a ser su depósito de leche. Pero mientras recordaba que me había dicho que quería que se la tomase toda después de romperme bien el culo.
Luego de dejar mi culo al aire y dispuesto para él, me puso una mano en la nuca y me aplasto contra la cama mientras me decía –puta de mierda, no te me vas a escapar..!! ¿Escapar? Pero si no veía la hora que me sometiese y cogiera a su gusto. No iba a irme a ningún otro sitio, pero le seguí el juego porque entendí que era parte de su fantasía también, así que le dije –cogeme toda con esa vergota pero agarrame por si me arrepiento antes que me rompas el culo. (No pensaba arrepentirme bajo ningún concepto, ja). Entonces, mientras me sostenía por la nuca, su pija comenzó a hurgarme lentamente hasta que llego a su dorado destino. La verdad es que me había dilatado muy bien, imaginaba que iba a tener que trabajar mucho antes de lograr penetrarme, pero sus dedos hicieron magia y yo ya estaba muy receptiva para su barra de carne rellena con leche de hombre. Suavemente hizo presión con la punta de su pija y para mi goce, comencé a sentir como esta se deslizaba dentro mío, abriéndose paso como una locomotora lo hace flotando arriba de las vías mientras se interna en lo profundo de la noche oscura.
Ufffff… Un sinfín de sensaciones se apoderaron de mi ser. Sentí que mi hombre, el primer hombre de mi vida me estaba partiendo en dos mitades perfectamente simétricas. Me sentía como una perra en celo en donde el dolor inicial dio paso rápidamente a un goce indescriptible. La pija de Nacho se introducía una y otra vez en un ida y vuelta sin solución de continuidad. Nunca imagine que semejante falo iba a caber todo dentro de mi culo. A medida que iba realizando su faena yo ya estaba tan caliente que me abandoné completamente y comencé a menear el culo con su verga dentro mío. El goce desenfrenado se apoderó de ambos y no quería que terminara nunca. Le pedí que no pare de cogerme y que lo haga lo más duro posible, quería sentir el dolor más placentero que pudiera imaginar, como una forma de prolongar por mucho tiempo más luego de esa noche iniciática en mi vida gay.
-Puto mío, sos mi putito y este culo lo voy a coger cada vez que me vengan ganas ¿sabes? Me decía mientras sentía que cada vez se le endurecía mas la pija y sentía algo cada vez más largo dentro mío. Me pidió que me ponga de posición contraria a como estábamos y me comió la boca de tal forma que su lengua toco lo más profundo de mi garganta. Levanto mis piernas y quede con el culo apuntando hacia el espejo de la habitación en el techo. Me sentía toda una puta. Entonces introdujo su pija en lo más profundo de mi ano y comenzó a cogerme así, con mis piernas en su hombro. A todo esto, lo veía a la cara y se veía tan gozoso que imaginaba que prontamente iba a descargar su mar de semen y lo iba a tener recorriendo mi interior lenta y tibiamente.
Me enloqueció cuando mientras me cogía, agarro mi pija y comenzó a pajearme para que se me pare. Por supuesto que al instante se me puso como una roca y siguió pajeándome un rato mientras me taladraba el ojete. Me dijo que me iba a llenar la boca de leche y la saco rápidamente interrumpiendo la cogida que me estaba dando. Me senté en la cama, en el borde, y se paró frente a mi mientras se pajeaba y me pedía que me la iba a tirar en la cara. Agarro y me la metió en la boca por la fuerza, me estaba violando por la boca y eso me hacía volar de la calentura. Hasta que al fin comenzó su deliciosa descarga dentro de mi boca mientras seguía yendo y viniendo por mi cavidad bucal. –Te la voy a dejar limpia de leche, hasta la última gota quiero que me des- le dije y comencé a chupársela mientras él se retorcía de placer.
Cuando ya se le comenzaba a poner fláccida la pija me recosté en la cama y me pajee mientras me miraba en el espejo del techo. Rápidamente un chorro de leche salió de mi pene y me la jale hasta que no me quedo más semen en la pija. Así no fuimos quedando por unos largos minuto para recuperarnos. Nos bañamos juntos en donde me di el gusto de lavarla la pija al tiempo que se la besaba de vez en cuando, como para despedirme y dejarlo con ganas de más para la siguiente vez. ¿Habría una segunda vez? Si quieren se los cuento otro día.
Voy a relatar la tercera parte del iniciado hace algunas semanas. El tiempo es finito y a veces no puedo encontrar el espacio para escribir como quisiera. Por otro lado, imaginaran que evocar esas imágenes que vuelven una y otra vez a mi cabeza me causan algún tipo de conmoción. Al punto de querer volver a esa tarde noche en que por primera vez un hombre materializo ese deseo tan profundo que tenia de ser la hembra de un semental experimentado, o hablando en términos académicos, la primera vez que me iba a comer una pija por el culo.
Tal como deje la vez anterior, Nacho me había lubricado muy bien el ano y había desparramado el mismo gel en toda la extensión de su verga. En ese instante de la nochecita yo ya estaba entregada. Y lo digo así, en femenino, porque ya me sentía la puta de mi macho. Imagino que la temperatura en la entrada de mi ano ya estaba lo suficientemente elevada como para recibir el regalo que me había prometido al oído mientras me refregaba la pija a lo largo de mi rajita. Entonces me pidió que me mantenga boca abajo sobre la cama, mientras colocaba unas almohadas (¿cojines le dicen en algunos países?) debajo de mi vientre. De modo que mi culo quedaba más que expuesto al desenfreno que se avecinaba. Él había preparado todo para que su pija deseosa no tardase tanto en ubicar ese orificio que iba a ser su depósito de leche. Pero mientras recordaba que me había dicho que quería que se la tomase toda después de romperme bien el culo.
Luego de dejar mi culo al aire y dispuesto para él, me puso una mano en la nuca y me aplasto contra la cama mientras me decía –puta de mierda, no te me vas a escapar..!! ¿Escapar? Pero si no veía la hora que me sometiese y cogiera a su gusto. No iba a irme a ningún otro sitio, pero le seguí el juego porque entendí que era parte de su fantasía también, así que le dije –cogeme toda con esa vergota pero agarrame por si me arrepiento antes que me rompas el culo. (No pensaba arrepentirme bajo ningún concepto, ja). Entonces, mientras me sostenía por la nuca, su pija comenzó a hurgarme lentamente hasta que llego a su dorado destino. La verdad es que me había dilatado muy bien, imaginaba que iba a tener que trabajar mucho antes de lograr penetrarme, pero sus dedos hicieron magia y yo ya estaba muy receptiva para su barra de carne rellena con leche de hombre. Suavemente hizo presión con la punta de su pija y para mi goce, comencé a sentir como esta se deslizaba dentro mío, abriéndose paso como una locomotora lo hace flotando arriba de las vías mientras se interna en lo profundo de la noche oscura.
Ufffff… Un sinfín de sensaciones se apoderaron de mi ser. Sentí que mi hombre, el primer hombre de mi vida me estaba partiendo en dos mitades perfectamente simétricas. Me sentía como una perra en celo en donde el dolor inicial dio paso rápidamente a un goce indescriptible. La pija de Nacho se introducía una y otra vez en un ida y vuelta sin solución de continuidad. Nunca imagine que semejante falo iba a caber todo dentro de mi culo. A medida que iba realizando su faena yo ya estaba tan caliente que me abandoné completamente y comencé a menear el culo con su verga dentro mío. El goce desenfrenado se apoderó de ambos y no quería que terminara nunca. Le pedí que no pare de cogerme y que lo haga lo más duro posible, quería sentir el dolor más placentero que pudiera imaginar, como una forma de prolongar por mucho tiempo más luego de esa noche iniciática en mi vida gay.
-Puto mío, sos mi putito y este culo lo voy a coger cada vez que me vengan ganas ¿sabes? Me decía mientras sentía que cada vez se le endurecía mas la pija y sentía algo cada vez más largo dentro mío. Me pidió que me ponga de posición contraria a como estábamos y me comió la boca de tal forma que su lengua toco lo más profundo de mi garganta. Levanto mis piernas y quede con el culo apuntando hacia el espejo de la habitación en el techo. Me sentía toda una puta. Entonces introdujo su pija en lo más profundo de mi ano y comenzó a cogerme así, con mis piernas en su hombro. A todo esto, lo veía a la cara y se veía tan gozoso que imaginaba que prontamente iba a descargar su mar de semen y lo iba a tener recorriendo mi interior lenta y tibiamente.
Me enloqueció cuando mientras me cogía, agarro mi pija y comenzó a pajearme para que se me pare. Por supuesto que al instante se me puso como una roca y siguió pajeándome un rato mientras me taladraba el ojete. Me dijo que me iba a llenar la boca de leche y la saco rápidamente interrumpiendo la cogida que me estaba dando. Me senté en la cama, en el borde, y se paró frente a mi mientras se pajeaba y me pedía que me la iba a tirar en la cara. Agarro y me la metió en la boca por la fuerza, me estaba violando por la boca y eso me hacía volar de la calentura. Hasta que al fin comenzó su deliciosa descarga dentro de mi boca mientras seguía yendo y viniendo por mi cavidad bucal. –Te la voy a dejar limpia de leche, hasta la última gota quiero que me des- le dije y comencé a chupársela mientras él se retorcía de placer.
Cuando ya se le comenzaba a poner fláccida la pija me recosté en la cama y me pajee mientras me miraba en el espejo del techo. Rápidamente un chorro de leche salió de mi pene y me la jale hasta que no me quedo más semen en la pija. Así no fuimos quedando por unos largos minuto para recuperarnos. Nos bañamos juntos en donde me di el gusto de lavarla la pija al tiempo que se la besaba de vez en cuando, como para despedirme y dejarlo con ganas de más para la siguiente vez. ¿Habría una segunda vez? Si quieren se los cuento otro día.
2 comentarios - Mi inicio Gay III
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