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Destinado a los cuernos Capitulo XII "El acuerdo"

Tras lo de aquella noche, hubo un cambio que se hacia notar, Yes se había vuelto mas intensa, se arreglaba con mayor esmero y había un brillo en sus ojos cuando se iba a la oficina, al regresar todo era un juego subido de tono, buscaba desesperadamente llegar a la cama, se podría decir que se encontraba en un estado muy hormonal. Cuando por fin estábamos en la recamara, ya sin preguntarle, ella me platicaba sobre su día, aunque no todos los días Don José la esperaba por las mañanas, a ella le bastaba con verlo en la calle al regresar, pues él siempre estaba con los amigos jugando domino y bebiendo como sino tuviera ninguna otra ocupación, al pasar ella misma era quien saludaba, les daba el “buenas tardes” a todos los presentes, pero en el fondo, a ella solo le importaba que Don José la notara.

Un día al entrar la note super nerviosa, pero con la cara al rojo vivo, me platico que venía bajando por la calle y vio un bullicio entre varias personas, no le tomo importancia hasta que paso de cerca, eran Don José y su esposa, que discutían mientras un grupo de los chicos casi lo arrastraban pues estaba muy borracho, le escucho decir a su esposa que la discusión era por el estado inconveniente en el que venía, pero también porque había tenido que ir por él a la casa de otra mujer. Yes paso rápido por la escena, pese a todo les saludo y pudo ver como pese a estar discutiendo, Don José se tomó el tiempo de voltearla a ver, sintió como le recorrió con la mirada, ese día ella había salido con una falda corta de color negro, una blusa blanca entreabierta y un saco entallado, sumado a unos tacones altos negros, toda una chica de oficina.

Al verla en ese estado, era evidente que buscaba apagar sus ansias, esto se había hecho común, de tanto fantasear en la cama y del verlo día a día, se estaba creando en ella una necesidad sexual difícil de satisfacer, esto me comenzaba a preocupar, no solo porque el ritmo físico en algún punto fuera difícil de sostener, sino porque estaba seguro que todo lo que habíamos conversado iba en serio. Ella me platicaba todos los días sobre si lo veía o no, lo que me decía que estaba a la expectativa, como adolescente enamorada en busca del chico que le gusta, lo que me decía sobre él, lo hacia ver como un borracho, sin ocupación, abusivo, machista, mujeriego y hasta sin respeto por su esposa, y eso en vez de causarle desagrado, parecía que lo hacia mas atrayente para ella, me comencé a dar cuenta que, en su mente, Yes estaba idealizando a Don José no como hombre, sino como macho.

Todo esto me tenía muy pensativo, no era la primera vez que fantaseaba con mi pareja sobre acostarse con otro, aunque lo había intentado en otras ocasiones no lo había podido concretar, mis demás parejas no habían tenido la comunicación que Yes tenía conmigo, nunca había tenido la conexión ni la confianza con la que contaba en ese momento con mi esposa, pero ahora que tenía la aprobación de Yes, ya no estaba tan seguro de si iba a poder asimilarlo. El estado hormonal en el que ella se encontraba me hacía pensar en que, si dejaba que pasara, las cosas se nos podrían salir de las manos, ideas como “y si le gusta más como lo hace Don José”, “si le permite cosas a él que a mí no”, “y si los vecinos se enteran”, aun peor, “si mi familia se entera”, “Yes sería capaz de dejarme por él”, esas ideas no me dejaban dormir, pero a la vez, provocaban una excitación en mi persona, solo me debatía entre qué era más fuerte, mi miedo o mi deseo de verla con otro.

Con el insomnio, comencé a despejar mis inquietudes a través del internet, realizaba búsquedas sobre los cuernos y la infidelidad, encontraba artículos hablando sobre las cosas comunes como los problemas que estos representaban para el matrimonio, pero entre todos estos artículos había algunos que hablaban sobre la infidelidad consentida, marcándola como una nueva tendencia en la vida sexual de las parejas, una parte del mundo swinger o una variante. Con la misma inquietud e insistencia de mis búsquedas, llegue a paginas de relatos eróticos, donde había toda una sección que trataba el tema, las personas de las comunidades expresaban sus inquietudes, fantasías y experiencias reales, relataban sobre como sus parejas mantenían relaciones con otras personas, vecinos, jefes, amigos, etc., aunque en las comunidades de gente común la infidelidad era tratada como un tema inmoral, en estas comunidades era visto como una nueva forma de vivir la sexualidad en pareja.

De poco en poco me llene de información sobre este estilo de vida, indague en los sitios de videos, había miles de videos sobre personas siendo infieles a escondidas, pero también estaban aquellos que lo hacían en complicidad con su pareja, pude comprobar que esa fantasía no solo estaba en la imaginación de las personas, en verdad existían personas que lo realizaban, incluso había quienes grababan los encuentros sexuales de su pareja con otros mientras ellos estaban presentes observando, grabando y masturbándose, eran situaciones perturbadoras pero muy atrayentes a la vez, todas estas prácticas estaban ahí en la red, escondidas y a la vez, a la vista de todos, existía toda una comunidad en las redes sociales apoyando y viviendo este estilo de vida, que tenía un nombre propio, “cuckold”.

Así, con el nuevo mundo encontrado, todas las experiencias que las demás parejas vivián, sumado a la actual situación con Yes, me hizo tomar la decisión de hablar con mi esposa. Una noche durante la cena me sincere con ella, comencé a expresarle mi inquietud y le mostré ese nuevo mundo, le explique en qué consistía el cuckold, y le mostré imágenes y videos muy sugestivos, a diferencia de lo que he escuchado de otras parejas, Yes no mostro desagrado, todo lo contrario, se mostro muy interesada, observo los artículos y el material que le mostré, al finalizar, solo me miro y me pregunto directamente.

Y: entonces, ¿esto es lo que quieres?
K: en verdad me atrae la fantasía de verte con otro
Y: ¿pero quieres que lo hagamos realidad?
K: creo que sí, no estoy tan seguro, dicen que las parejas que lo practican necesitan tener una relación sana y una mentalidad abierta
Y: ¡yo creo que si cumplimos esa parte!
K: bueno, yo también lo creo, pero no sé cómo me lo puedas tomar
Y: tenemos fantasías, en la cama hablamos mucho de ello y me ha generado una gran inquietud, siendo sincera si me llama la atención esa practica
K: ¿no crees que es raro que te lo pida?
Y: puede ser raro, pero siempre has sido algo raro, por eso me gustas tanto
K: pero si lo llevamos a cabo, tenemos que poner condiciones
Y: ¿cómo cuáles?
K: pues ya sabes, como, donde, con quien
Y: pensé… que querías que fuera con Don José
K: ¿de verdad quieres que sea con él?
Y: la verdad es que todo lo que jugamos en la cama me ha provocado mucho ese deseo, pero si tengo miedo de algunas cosas
K: ¿qué cosas te dan miedo?
Y: ya que estamos siendo serios, si me da miedo por su forma de comportarse, además, si tuviéramos algo puede que después ande diciéndole a los demás y se termine enterando la familia

Escucharla me daba un alivio, pensaba de la misma manera que yo, la fantasía era una cosa, pero llevarla a cabo podría ser mas complicado de lo que imaginamos.

K: entonces, ¿no estarías dispuesta a hacerlo con él?
Y: no me mal entiendas, como mujer si deseo estar con Don José, pero los riesgos son muy altos, tendríamos que pensarlo muy bien
K: ¿eso que quiere decir?
Y: quiero que consideres las posibles consecuencias, pero quiero que seas tu quien decida y asumas los riesgos, al final a mí me verán como una mujer promiscua, pero a ti, todos los vecinos y tu familia te verán como un “cornudo”

Sus palabras me cayeron como balde de agua fría, era verdad que todo podía terminar en un problema familiar, pero ya tenia las cosas sobre la mesa, era el momento de decidir que rumbo tomaría nuestra relación, además, el hecho de escucharla decir la palabra “cornudo”, me provoco una erección, sabia que eso era lo que quería, entre tantos pensamientos me quede un momento en silencio que ella volvió a interrumpir.

Y: estoy esperando tu respuesta
K: es verdad que quiero verte con otro, pero… no estoy seguro de que sea con Don José
Y: está bien, lo comprendo y acepto tu decisión
K: podemos experimentarlo con otra persona
Y: ¿qué propones?
K. bueno, podemos contactar a alguien por internet
Y: ok, podemos experimentarlo y después ya veremos

Ese “ya veremos” me dejo inquieto, pues significaba que no dejaba a un lado la posibilidad de hacerlo con Don José, pero por ahora prefería no cuestionarla y continuar con lo ya establecido.

K: está bien amor, creo que estamos de acuerdo
Y: así parece amor, desde ahora somos una pareja cuckold
K: jaja pues creo que así es
Y: entonces, ve preparando tus primeros cuernos
K: si mi amor, así lo hare
Y: te amo
K: yo también te amo

De esa forma di el paso que nunca creí dar, lo que había estado en mi mente y había sido una constante en mis relaciones, por fin iba a tomar forma, Yes había reaccionado de una manera que no esperaba, fue muy positiva y acepto de forma rápida abrir nuestra sexualidad para integrar a otro hombre. Los días siguientes continuamos conversando acerca del tema, le dimos forma al prospecto, sabíamos que por nuestras experiencias queríamos que el tercero fuera un hombre maduro, robusto, de tez morena, pero que, a su vez, en su forma de expresarse reflejara esa madurez. Comenzamos a indagar en internet, platicando con personas a través de redes sociales, lo que fue una tarea muy complicada pues te encuentras de todo, nuestra búsqueda se hizo cansada y comenzamos a perder la fe, parecía mas complicado de lo que creíamos, estábamos a punto de rendirnos hasta que un día, salimos a comer al centro y una persona nos había enviado un mensaje.

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