Hola amigos de Poringa
Les cuento la primera historia real que decidimos subir con mi pareja .
Somos Reyna & Fantasma, y como aclaramos en la bio, lo nuestro es distinto: no van a encontrar videos explícitos, sino relatos de lo que nos pasa de verdad.
La historia arranca un viernes. Ella me mandó un mensaje mientras salía de trabajar:
“Tengo ganas de algo prohibido, venite ya”.
Yo no dudé.
Fui hasta donde habíamos quedado, una calle oscura, medio escondida, y ella ya estaba ahí esperándome con ese gesto que me mata: ojos brillando y la boca lista para el pecado.
Apenas llegué me agarró de la mano, me llevó sin decir nada hasta un pasillo vacío de un edificio viejo,No había nadie.
Me empujó contra la pared y me besó con una desesperación que me encendió al instante. La lengua caliente, los mordiscos, el perfume a piel transpirada mezclado con adrenalina… todo me hizo perder la cabeza.
La levanté de la cintura y la pegué contra la pared. Ella me miraba fijo, mordiéndose el labio mientras yo le bajaba la remera para llenarle de besos el cuello y las tetas.
“Dale Amor, quiero sentirte ya”
me susurraba.
Mis manos bajaron sin freno por su panza hasta meterse bajo el jean ajustado. Estaba empapada.
Metí los dedos despacio y Brisa se arqueó contra mí, ahogando un gemido para que no nos escucharan.
El riesgo la volvía más puta todavía: me decía entre dientes “así, más fuerte, no pares”.
Yo le chupaba los pezones mientras la hacía acabar con la mano. Sentí su cuerpo temblar entero, sus uñas clavadas en mi espalda y su respiración rota contra mi oreja.
Cuando se calmó un poco, me agarró del cinturón y lo abrió de un tirón.
Se puso de rodillas ahí mismo, en ese pasillo húmedo y oscuro, y me la empezó a chupar con una intensidad que me hizo casi gritar.
Esa mezcla de su boca caliente, la mirada desafiante y la posibilidad de que alguien entrara en cualquier momento me volvió loco.
La agarré de los pelos, marcando el ritmo, y ella tragaba todo sin quejarse, mirándome como diciendo “acá mando yo, pero vos me usás como quieras”.
Aguanté todo lo que pude, pero cuando acabé, lo hice adentro de su boca, fuerte, y ella tragó todo sin dudar, con una sonrisa pícara al levantarse.
Nos quedamos riendo bajito, excitados y con la adrenalina todavía en el cuerpo. Fue la primera de muchas, y acá estamos para contarlas todas.
Así arrancan nuestras confesiones en Poringa: reales, prohibidas y sin filtro.
Si quieren más, sígannos: Reyna & Fantasma 👑👻
Les cuento la primera historia real que decidimos subir con mi pareja .
Somos Reyna & Fantasma, y como aclaramos en la bio, lo nuestro es distinto: no van a encontrar videos explícitos, sino relatos de lo que nos pasa de verdad.
La historia arranca un viernes. Ella me mandó un mensaje mientras salía de trabajar:
“Tengo ganas de algo prohibido, venite ya”.
Yo no dudé.
Fui hasta donde habíamos quedado, una calle oscura, medio escondida, y ella ya estaba ahí esperándome con ese gesto que me mata: ojos brillando y la boca lista para el pecado.
Apenas llegué me agarró de la mano, me llevó sin decir nada hasta un pasillo vacío de un edificio viejo,No había nadie.
Me empujó contra la pared y me besó con una desesperación que me encendió al instante. La lengua caliente, los mordiscos, el perfume a piel transpirada mezclado con adrenalina… todo me hizo perder la cabeza.
La levanté de la cintura y la pegué contra la pared. Ella me miraba fijo, mordiéndose el labio mientras yo le bajaba la remera para llenarle de besos el cuello y las tetas.
“Dale Amor, quiero sentirte ya”
me susurraba.
Mis manos bajaron sin freno por su panza hasta meterse bajo el jean ajustado. Estaba empapada.
Metí los dedos despacio y Brisa se arqueó contra mí, ahogando un gemido para que no nos escucharan.
El riesgo la volvía más puta todavía: me decía entre dientes “así, más fuerte, no pares”.
Yo le chupaba los pezones mientras la hacía acabar con la mano. Sentí su cuerpo temblar entero, sus uñas clavadas en mi espalda y su respiración rota contra mi oreja.
Cuando se calmó un poco, me agarró del cinturón y lo abrió de un tirón.
Se puso de rodillas ahí mismo, en ese pasillo húmedo y oscuro, y me la empezó a chupar con una intensidad que me hizo casi gritar.
Esa mezcla de su boca caliente, la mirada desafiante y la posibilidad de que alguien entrara en cualquier momento me volvió loco.
La agarré de los pelos, marcando el ritmo, y ella tragaba todo sin quejarse, mirándome como diciendo “acá mando yo, pero vos me usás como quieras”.
Aguanté todo lo que pude, pero cuando acabé, lo hice adentro de su boca, fuerte, y ella tragó todo sin dudar, con una sonrisa pícara al levantarse.
Nos quedamos riendo bajito, excitados y con la adrenalina todavía en el cuerpo. Fue la primera de muchas, y acá estamos para contarlas todas.
Así arrancan nuestras confesiones en Poringa: reales, prohibidas y sin filtro.
Si quieren más, sígannos: Reyna & Fantasma 👑👻
3 comentarios - Nos presentamos