Pasadas un par de horas, la espera me tenía inquieto. Caminaba por la casa, revisaba el teléfono cada pocos minutos… hasta que finalmente llegó la primera notificación.

Era una foto. Alejandra estaba de rodillas, la mirada fija en la cámara, y con el pene de Fernando comoletamente dentro de su boca, en una postura que dejaba claro que Fernando la dominaba por completo. Su expresión… era la de alguien que se había entregado al juego sin reservas.

El siguiente archivo era un video breve, pero intenso: ella, completamente concentrada, siguiendo el ritmo que él le marcaba, como si cada movimiento fuera una orden silenciosa. Ella en cuatro mientras el la cabalgaba contra un espejo donde se reflejaba el estado de excitación de ella. Fernando tenía una mano gigante que casi le abarcava todo el ancho de la cintura a Alejandra, de a poco le fue metiendo el dedo gordo en el culo mientras ella gemia de una forma descomunal el jugaba ahí para luego tener su postre soñado.

Luego llegó otro. Esta vez, Fernando me firmaba la concha de Ale totalmente abierta de donde salía un hilo blanco de su leche que contrastaba con los muslos trigueños de mi mujer por donde chorreaba hasta terminar en la cama.

Yo observaba cada imagen con una mezcla de asombro, celos y excitación. Sentía que no solo estaba viendo a mi esposa, sino a una mujer que estaba explorando un territorio nuevo, y lo estaba disfrutando.

Después vinieron fotos de Ale frente a un espejo en el telo sacándose fotos orgullosa y mandándomelas, siguieron otras de ella posando en un jacuzzi y al tiempo vuelvo a recibir otro video donde Fernando estaba cumpliendo con lo que había deseado tanto.

En cuatro sobre el alfombrado de la habitación y frente a un espejo gigante le estaba detonante su orto, salvajemente la agarraba de los pelos mientras filamaba el espejo mostrando la sumisión de mi esposa pero mi mujer se la bancaba muy bien y le pedía más y más fuerte parándole más la cola hasta que el no dio más y en una explosión de gemidos le volvió a dejar todo su caudal dentro de mi mujer, quedaron pegados un instante y cuando el sacó su miembro, toda la leche salió chorreando bañando su ya mojada vagina dando un espectáculo visual que era una locura.

Foto real de esa noche enviada por Fernando.
Cerró la puerta y se quedó de pie, mirándome. No había prisa en sus movimientos; parecía saborear cada segundo de mi expectación. Se acercó despacio, y cuando estuvo frente a mí, bajó la mirada, como si me ofreciera un gesto de rendición.

Segunda foto enviada por Fernando.
—¿La pasaste bien? —le pregunté, intentando que mi voz sonara firme, aunque por dentro me ardía la curiosidad.

Ella enviándome fotos desde el telo.

Ella sonrió levemente, como quien guarda un secreto delicioso.
—Fui todo lo que él quiso que fuera —respondió, casi en un susurro—. No discutí, no dudé… solo obedecí.

Me mantuvo la mirada unos segundos, y entonces añadió:
—Y me gustó. Mucho más de lo que pensé.
Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de sorpresa y excitación.

—¿Y ahora? —le dije.

Se acercó a mi oído, su respiración cálida rozándome la piel.
—Ahora… quiero seguir siéndolo. Quiero que me dejes ser así, sumisa. No solo con él, con quien vos quieras. Quiero entregarme sin pensar, sin decidir… solo sentir y obedecer.

Retrocedió un paso y me miró con un brillo distinto en los ojos, uno que no le había visto jamás. No era solo el reflejo de lo que había hecho esa noche, sino una declaración silenciosa de que algo en ella había cambiado para siempre… y que yo había abierto esa puerta.
Historia 100% real. Fernado quiere seguir pagando por tener sexo con mi mujer. Ustedes que opinan? Seguimos ?

Era una foto. Alejandra estaba de rodillas, la mirada fija en la cámara, y con el pene de Fernando comoletamente dentro de su boca, en una postura que dejaba claro que Fernando la dominaba por completo. Su expresión… era la de alguien que se había entregado al juego sin reservas.

El siguiente archivo era un video breve, pero intenso: ella, completamente concentrada, siguiendo el ritmo que él le marcaba, como si cada movimiento fuera una orden silenciosa. Ella en cuatro mientras el la cabalgaba contra un espejo donde se reflejaba el estado de excitación de ella. Fernando tenía una mano gigante que casi le abarcava todo el ancho de la cintura a Alejandra, de a poco le fue metiendo el dedo gordo en el culo mientras ella gemia de una forma descomunal el jugaba ahí para luego tener su postre soñado.

Luego llegó otro. Esta vez, Fernando me firmaba la concha de Ale totalmente abierta de donde salía un hilo blanco de su leche que contrastaba con los muslos trigueños de mi mujer por donde chorreaba hasta terminar en la cama.

Yo observaba cada imagen con una mezcla de asombro, celos y excitación. Sentía que no solo estaba viendo a mi esposa, sino a una mujer que estaba explorando un territorio nuevo, y lo estaba disfrutando.

Después vinieron fotos de Ale frente a un espejo en el telo sacándose fotos orgullosa y mandándomelas, siguieron otras de ella posando en un jacuzzi y al tiempo vuelvo a recibir otro video donde Fernando estaba cumpliendo con lo que había deseado tanto.

En cuatro sobre el alfombrado de la habitación y frente a un espejo gigante le estaba detonante su orto, salvajemente la agarraba de los pelos mientras filamaba el espejo mostrando la sumisión de mi esposa pero mi mujer se la bancaba muy bien y le pedía más y más fuerte parándole más la cola hasta que el no dio más y en una explosión de gemidos le volvió a dejar todo su caudal dentro de mi mujer, quedaron pegados un instante y cuando el sacó su miembro, toda la leche salió chorreando bañando su ya mojada vagina dando un espectáculo visual que era una locura.

Foto real de esa noche enviada por Fernando.
Cerró la puerta y se quedó de pie, mirándome. No había prisa en sus movimientos; parecía saborear cada segundo de mi expectación. Se acercó despacio, y cuando estuvo frente a mí, bajó la mirada, como si me ofreciera un gesto de rendición.

Segunda foto enviada por Fernando.
—¿La pasaste bien? —le pregunté, intentando que mi voz sonara firme, aunque por dentro me ardía la curiosidad.

Ella enviándome fotos desde el telo.

Ella sonrió levemente, como quien guarda un secreto delicioso.
—Fui todo lo que él quiso que fuera —respondió, casi en un susurro—. No discutí, no dudé… solo obedecí.

Me mantuvo la mirada unos segundos, y entonces añadió:
—Y me gustó. Mucho más de lo que pensé.
Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de sorpresa y excitación.

—¿Y ahora? —le dije.

Se acercó a mi oído, su respiración cálida rozándome la piel.
—Ahora… quiero seguir siéndolo. Quiero que me dejes ser así, sumisa. No solo con él, con quien vos quieras. Quiero entregarme sin pensar, sin decidir… solo sentir y obedecer.

Retrocedió un paso y me miró con un brillo distinto en los ojos, uno que no le había visto jamás. No era solo el reflejo de lo que había hecho esa noche, sino una declaración silenciosa de que algo en ella había cambiado para siempre… y que yo había abierto esa puerta.
Historia 100% real. Fernado quiere seguir pagando por tener sexo con mi mujer. Ustedes que opinan? Seguimos ?
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22 comentarios - Entregue a mi esposa por dinero... y por morbo. 2 da parte