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Matu me domina

Era sábado, iba a jugar a la pelota en una canchita de 5 e iba a estar Matu. Me tuvo toda la semana caliente. Nos hablábamos por mensaje seguido, y siempre el día anterior me comía la cabeza, me provocaba. Me hacía preguntas como si extrañaba su pija, si se la iba a chupar, o él me decía que me iba a hacer atragantar con su poronga, y poco a poco él tomaba un rol mas dominante, lo que yo por supuesto aceptaba con gusto. Pasaba seguido de estar en el colegio o con amigos y abrir el celu para leer cosas como "Que ganas de estar con vos" o "¿Como anda esa colita?", y yo tenía que evitar ruborizarme. Nos decíamos de todo, él me estaba domando con facilidad, pasaba toda la semana calentándome y a la hora de vernos llegaba prendido fuego.
Teníamos un partido con amigos y conocidos en una canchita, y el plan después era irme para su casa. Jugamos el partido normal, y ni bien terminamos se me acerca al oído a decirme "No puedo esperar a que me chupes la pija". Yo me calenté enseguida, no tuve tiempo para responderle porque se nos acercaron nuestros compañeros. Fuimos los dos a comprar unas gaseosas para el equipo y quedamos en hacer el plan de siempre: yo saludaba y me iba primero, caminaba unas tres cuadras y lo esperaba ahí, Matu pasaba con el auto y yo me subía. En el supermercado, sin nadie a nuestro alrededor, puso su mano agarrándome la cola y me habló al oído de nuevo.
- Matu: Nos quedamos 10 minutos y nos vamos, ¿dale?
- Yo: Dale.
Quiso meter su mano debajo de mi boxer pero como era ajustado no pudo.
- Matu: Quiero que te saques el boxer, así en el auto te toco más cómodo.
- Yo: Bueno, está bien. - le contesté mirándolo a los ojos, bien caliente.
Volvimos e hicimos lo pactado. Me despedí, fui al vestuario, por suerte no había nadie, y me saqué el boxer para andar solo con el pantalón corto. Tenía miedo que alguien lo notara porque era un pantalón clarito, con la luz correcta un poco se traslucía mi piel, pero la calentura era mucha. Caminé sintiendo el roce de la tela con mi piel desnuda, calentándome a cada paso. Me pareció que uno o dos tipos se me quedaron mirando al pasar, lo cual me daba a la vez un poco de miedo y un poco de calentura. Llegué a la esquina indicada y esperé a Matu, que llegó en cinco minutos. Tenía un auto que era un poco viejo, de color bordó, pero lo mejor era que tenía los vidrios polarizados. Subí al auto, cerré la puerta, y nos besamos fogosamente. Acariciaba su barba de algunos días mientras dejaba su lengua entrar en mi boca para acariciar la mía. Cuando nos separamos me pregunta:
- Matu: ¿Y? ¿Cumpliste?
Yo me bajé un poco el pantalón para mostrar mi pierna al desnudo.
- Matu: Mostrame la cola.
Giré en el asiento, con una rodilla apoyada, dándole la espalda, me bajé el pantalón mostrándole la cola. Enseguida estiró su mano y me agarró una nalga.
- Yo: ¿Así?
- Matu: Si... que putito obediente que sos.
Miraba por la ventana oscura del auto y la gente pasaba sin saber que le estaba mostrando la cola a un macho. Sonreía feliz de que Matu me estuviese tocando. Cuando sacó su mano me volví a sentar y nos volvimos a besar un rato largo. Ya se me había parado la pija y se notaba mucho al no tener ropa interior, pero la carpa de Matu en su pantalón era mucho más grande. Bajé una mano y le toqué el bulto, podía palpar su pija gorda y larga poniéndose dura. Nos separamos para que pudiera arrancar el viaje, pero no saqué mi mano de su bulto. Rodeaba mi mano alrededor de su pija por sobre el pantalón, sintiendo como se ponía cada vez mas dura. No miraba la calle, solo miraba a Matu, como se le iba cambiando la cara al aumentar su calentura y como su pantalón se estiraba para arriba por la dureza de su chota. Me calentaba mucho estar así, por lo que decidí aumentar un poco el morbo y le bajé el elástico, dejando su pija y sus huevos al aire, y empecé a masturbarlo lentamente.
- Matu: Uff, como está mi putito...
- Yo: Jaja, ¿cómo?
- Matu: Con muchas ganas de pija me parece.
Me reí de nuevo, pero no podía negarlo. Paró en un semáforo y me agarró de la cara, acercándome a él, y me besó de nuevo. Me agarró de la nuca y me forzó a bajar a su entrepierna. Quedé con la boca sobre sus huevos y mis ojos al lado de su poronga. Tenía olor a transpiración, pero no me importaba. Me encantaba ser su sumiso.
- Matu: Chupala.
- Yo: No, nos van a ver. - le dije haciéndome el que no quería.
- Matu: No nos ve nadie. Dale que tengo una sorpresa para vos.
- Yo: ¿Qué sorpresa?
- Matu: Te va a gustar, vos chupala.
No me hice rogar más: le agarré la pija y me la mandé a la boca. La posición no me era muy cómoda, por lo que no me podía mandar mucho, le lamía la cabeza y la envolvía entre mis labios, subiendo y bajando apenas un tragando un poco de su tronco. Escuchaba a Matu suspirar mientras manejaba lento. Volvió a detenerse, supongo que en un semáforo, y estiró su brazo para meter su mano por debajo de mi pantalón corto. Con un dedo rozó mi ano y suspiré con su pija en la boca. Le empecé a hacer la paja mientras se la chupaba. Volvió a arrancar el auto y le masajeaba las bolas mientras trataba de meter más de su pija en la boca.
- Matu: Uff putito, si, así...
Las palabras de Matu me encendían, no quería nada más que complacerlo y el saber que lo hacía me daba mas voluntad. Me agarró del pelo y empezó a moverme de arriba para abajo. No tenía idea de donde estaba ni donde me estaba llevando, toda mi atención iba en chuparle la pija lo mejor que podía. Empujó mi cabeza para abajo haciendo que me atragantara con su pija. Aguanté unos segundos como pude, se me salían lágrimas, y cuando por fin me soltó empecé a toser.
- Matu: Ya estamos cerca.
Me hizo sentarme en el asiento mientras estacionaba; yo corté con la mano un hilo de baba que iba desde su poronga hasta mi boca. Tenía la pija durísima. Miré por la ventana y no tenía idea donde estábamos, todavía era de día y la calle estaba desierta. Bajamos del auto y me acerco a él, que de un movimiento me trae hacia él. Quedé con mis brazos contra su pecho, y él con los suyos me rodeaba, parecía un abrazo. Él, con sus manos libres, agarra mi pantalón corto y me lo sube al máximo, superando mi ombligo, y me acomoda la remera. Estaba atrapado entre sus brazos, y por la ausencia de la tela, notaba que mis nalgas estaban prácticamente al aire, la línea trasera del pantalón la tenía bien adentro de la cola.
- Yo: Noo, ¿qué hacés?
- Matu: Quiero verte bien putito.
- Yo: No da, estamos en la calle... - dije mirando alrededor, aunque no había nadie.
- Matu: Es una cuadra nada más, dale.
Me quedé paralizado, por un lado me daba miedo mostrarme así en la calle pero a la vez no pasaba nadie (aunque podía aparecer alguien en cualquier momento); por el otro, me daba un morbo terrible caminar mostrando la cola por la calle. Estaba lejos de casa y nadie me conocía ahí, eso me calmaba, no era tan importante que me vieran. Y que sea un deseo de mi macho... no me podía negar. Pensé todo esto en dos segundos.
- Yo: Bueno, dale, ¿pero a donde vamos?
- Matu: Jaja ¿a donde pensas? A un telo.
En mi inocencia, y al estar tan concentrado peteándolo, nunca se me ocurrió pensar a dónde íbamos. Nunca había pensado en ir a un telo (no sabía si me iban a dejar pasar jaja) y ahí estaba mi macho llevándome.
- Yo: Ah jaja no sabía... Bueno dale, ¿vamos?
- Matu: Si, es hasta la esquina y a la izquierda, a media cuadra. Quiero que camines adelante mío, moviéndome la colita.
- Yo: Jaja noo Matu, ¡es un montón!
- Matu: Jaja dale, no hay nadie, y sé que te gusta mostrar la cola.
Anteriormente ya le había contado algunas cosas que hice de más chico, como mostrar la cola por salas de chat desde mi compu, pero esto era distinto.
- Matu: Dale, animate.
- Yo: Mmm... bueno.
Me di vuelta y empecé a caminar por la vereda, sabiendo que tenía por lo menos media cola al aire, moviendo un poquito las caderas de lado a lado. Giré la cabeza y Matu me seguía a paso lento, mirándome fijo la cola. Me temblaba un poco el cuerpo de los nervios, y a la vez no sabía como acomodarme la pija, que la tenía durísima y estaba al borde de salir por uno de los huecos de las piernas de mi pantalón; iba con las manos juntas adelante, tratando de agarrarme disimuladamente el pito.
Estaba concentrado en eso llegando a la esquina, y no escuché el venir de una camioneta por la calle en la que iba. Recién me di cuenta de este vehículo cuando desde la camioneta me chiflaron y me gritaron "¡Que cola, hermosa!" mientras pasaban. Me asusté con el chiflido, pero después solamente me puse muy colorado. Me quedé parado viendo como la camioneta se alejaba y atrás mío vino Matu.
- Matu: Jaja lo que causa esa colita.
- Yo: Jaja ¡Tonto! Uf, que nervios.
- Matu: Jaja ya fue, si querés acomodate.
- Yo: Jaja como vos quieras, fue tu idea...
- Matu: Bueno, entonces sigamos. - doblamos en la esquina y me dice - Andá yendo, esperame en la puerta.
Volví a seguir mi camino, todavía nervioso y tan o mas caliente que al arrancar. Pasaron otros autos pero no me dijeron nada, por suerte ninguna persona caminando jaja. Llegué a la puerta del telo, tenía unas puertas de vidrio, y esperé unos segundos a que Matu llegara. Él pasó primero, y entramos de la mano. Nos acercamo a la ventanilla, había un tipo con el que Matu se quedó hablando de la habitación, yo no escuchaba. Cuando terminó, Matu me llevó para un lado, me dijo que en 10 minutos se desocupa una suite, que teníamos que esperar. Pasó su brazo por mi cintura, yo apoyé mi cabeza en su pecho. Esperamos un ratito y entró otra pareja, un chico y una chica; me puse medio nervioso, recién ahí caí en que todavía estaba con la cola al aire. Se lo dije a Matu pero me dijo que no me preocupe. Al ratito el de la ventanilla le dio a Matu una llave y caminamos por un pasillo largo. Para mi era todo nuevo, Matu se ve que tenía mas cancha, eso me gustaba. Después de caminar bastante, llegamos. La suite tenía un piso alfombrado, una tele, una cama grande, y un baño, nada del otro mundo, también sonaba música que no sé si era una radio o una playlist del lugar. Ni bien entramos Matu me sacó la remera y yo le saqué la suya. Se sacó las zapatillas y se desnudó, yo me senté en la cama viendo todo su cuerpo tatuado y morocho hermoso.
- Matu: Te quiero pasar toda la pija por la cara.
Lo dijo y lo hizo, me agarró de atrás de la cabeza y me pasó su chota por toda la cara, también sus huevos, varias veces. Lo notaba transpirado pero no me importaba, lo disfrutaba un montón, sentía como que me estaba marcando como su putito. Cada vez que su pija se refregaba por mis pómulos, mi nariz, mis labios, mis cachetes, mis párpados, mi frente, sentía como se le iba poniendo más dura. Hizo presión en mis labios y mirándolo a los ojos abrí la boca: empezó a meter y sacar su chota semi dura, cogiéndome la boca un rato hasta que la tenía dura como una piedra. Salió de mi boca y me hizo levantar.
- Matu: Sacate la ropa.
Me saqué las zapas, las medias y el pantalón y me llevó al baño. Abrió la ducha y nos metimos juntos por primera vez. Nos besamos bajo el chorro de agua, su poronga y mi pito se rozaban, la mía siendo la mitad de la suya de largo (o menos) y un tercio de grosor. Era mucha la diferencia entre los dos.
- Yo: Que pijudo que sos...
- Matu: ¿Te gusta? - él agarró dos jaboncitos, me pasó uno y se quedó otro; nos empezamos a enjabonar los cuerpos.
- Yo: Mucho.
Le enjaboné el pecho, tocando esos músculos que me encantaban; su pancita, las piernas peludas, y pasé a enjabonarle las bolas, tocándoselas con cuidado. Él hacía lo mismo con mi cola, mi espalda, mis axilas. Nos enjuagamos y nos secamos mutuamente con las toallas. Fuimos a la cama y nos acostamos de costado. Nos besamos un rato, él tocándome la cintura y la cola, yo acariciando su pecho y su cara. Nuestras pijas quedaban juntas, rozándose. Nos movíamos un poco por la inercia de los besos, la cabeza de mi pija recorría su tronco sin nunca llegar a su cabeza. Bajé una mano y empecé a acariciarle la poronga.
- Yo: Que grande grande y gorda que es tu pija...
Matu bajó una mano y agarró mi pija y la suya, juntándolas, rozándolas, casi como una paja para los dos.
- Matu: ¿Es mucho más grande que la tuya?
- Yo: Sii, muchoo...
- Matu: ¿Es chiquitita la tuya?
- Yo: Sii, muy chiquitita al lado de la tuya.
- Matu: ¿Sos un putito manicero?
- Yo: Sii, soy re putito y re manicero...
Este juego de preguntas y respuestas nos calentaba a los dos. A él le gustaba sentirse superior, bien machito, y a mi lo contrario, me encantaba ser inferior a él, disfrutaba de mi posición: estaba complaciendo a un macho, ese era mi lugar y me encantaba.
- Matu: ¿Me vas a entregar la colita?
- Yo: Sii, es toda tuya.
- Matu: Traela para acá.
Me subí arriba de Matu, con la cola en su cara, y empezamos un 69. Agarré su pija dura y le lamí la cabeza en círculos para después llevármela a la boca; cuando la tuve adentro sentí la primer lamida de Matu en mi ano y gemí con su poronga en el fondo de mi garganta. Me costaba concentrarme en petearlo al sentir su lengua atrás, mi cuerpo se movía de forma involuntaria, y peor me empecé a mover al recibir sus chirlos. Me estaba dando bien fuerte, haciéndome sonar la cola, y yo lo acompañaba con gemidos afeminados. Hace un rato estaba en la canchita jugando al fútbol y ahora estaba en un telo con mi macho, recibiendo con placer su lengua en mi cola, haciéndome gemir como puta, mientras pajeaba esa poronga enorme con mis dos manos. Me encantaba sentirme así de trola, era como una droga, más puta me sentía, más me gustaba. Recibía gustoso sus chirlos, porque mi cola era suya para hacerme lo que quisiera, se la había entregado semanas atrás y ahora me la usaba a su antojo. Cuando me empezó a meter los dedos ya no podía seguir con el pete, le seguí haciendo la paja y manoseándole las bolas, tratando de aunque sea pasar mis labios por su cabeza de vez en cuando.
- Matu: Como me gusta esta cola, putito. ¿Queres que te coja?
- Yo: Aah... si, cogeme. - le podía decir cuando no tenía su pija en la boca.
Sacó sus dedos de adentro mío y salí de encima suyo. Con fuerza me arrastró y quedamos cara a cara. Nos besamos mientras él se ponía entre mis piernas. Se puso un forro y con unos sobrecitos de lubricante se embadurnó la poronga y mi cola.
- Matu: Quiero ver esa carita de puto mientras te abro la cola.
Se puso bien encima mío, empujando mis rodillas para mi cabeza. Su pija lubricada empezó a entrarme, yo gemía en su cara sin poder ni querer evitarlo. De a poco fue metiendo su pija y mi cola se iba abriendo, sentía esa sensación mitad placer mitad dolor del principio pero pasó rápido. Cuando ya tenía buena parte de su pija adentro se quedó quieto y mirándome con cara de macho caliente. Me calentaba mucho que supiera usarme tan bien, cogerme tan bien. Sentía el peso de su cuerpo sobre el mío imponiéndose, empujándome, mientras movía su pelvis metiéndome su poronga. Empezó a moverse, sacando hasta la cabeza y empujando cada vez más, y me hizo ver el cielo. Tenía los ojos en blanco mientras sacaba y enterraba su pija gorda en mi cuerpo adolescente.
- Matu: ¿La querés toda, no?
- Yo: Si, damela toda. - decía con la voz entrecortada.
- Matu: ¿Querés que te la meta toda?
- Yo: Sii, tu putito la quiere toda, metemela toda.
Sentí de golpe como su pija se metía hasta lo mas profundo de mi cola, estirándome al máximo, y sus huevos peludos chocaron y se apoyaron en mis nalgas. Gemí en un grito que me debió escuchar todo el telo. Otra vez ese placer incomparable de sentir la cola bien llena. Empezó a darme lento pero poco a poco aumentó la velocidad. Sus huevos rebotaban con fuerza en mi cola, yo no medía mis gritos, ahora que podía hacer todo el ruido que quisiera no me frenaba nada. Sus pijazos me sacaban el aliento; no podía ni moverme por como me tenía. con sus embestidas me hundía en el colchón y me acercaba la cabeza a la pared. Como diez minutos me estuvo dando así, abriéndome la cola fuerte, casi con bronca, sin parar. Agarraba las sábanas, me agarraba de su cuello, no sabía qué hacer con mi cuerpo mientras recibía esa poronga gorda en la cola. Me sentía tan caliente, me había convertido en la putita de este macho y ahora me usaba como quería, me cogía de una forma que me encantaba, me sentía privilegiado de sentir esa poronga entrando y saliendo de mi cola. Matu se cansó y se quedó quieto encima mío, con toda su pija adentro. Yo también aproveché para respirar, mordiéndome un labio sintiendo toda esa poronga.
- Yo: ¿Querés que vaya arriba?
Matu asintió, salió de adentro mío y se acostó boca arriba. Me puse sobre él y aproveché a besarle el cuello y los hombros; podía sentir su pedazo grande y duro rozándome las nalgas. Empecé a mover la cola de arriba a abajo, como acariciándome la cola con su pija. A Matu le gustaba, lo sentía suspirar.
- Yo: ¿Te gusta cogerme?
- Matu: Se, putito, me encanta cogerte.
Matu se agarró la pija y la apuntó a mi cola, yo bajé y casi sin esfuerzo me entró la cabeza y un poco más. Apoyé mis manos en su pecho y empecé a bajar mi cintura. Empecé a bajar y subir lentamente para acostumbrarme al movimiento. Poco a poco me la fui metiendo más hasta que sentí que estaba completamente sentado en su pija, la tenía clavada hasta el fondo. Emití un gemido femenino que me salió del alma y me mordí los labios de nuevo. Que placer me daba esa pija. por dios. Empecé a levantarme un poco y me dejaba caer; cada vez que mis nalgas rozaban sus vellos, cada vez que lograba meterme del todo esa poronga negra y gorda me salía el mismo gemido, ahora mas bajito pero agudo, como si esa chota gorda me sacara todo el aire. Me costaba mucho seguir un ritmo regular porque el placer que sentía me lo impedía. Matu me agarró y me puso contra su pecho y empezamos a hacer movimiento los dos, intentando coordinarnos. De a poco fuimos agarrando ritmo y ya me estaba cogiendo profundo y fuerte de nuevo. Movía mis caderas para enterrarme su poronga mientras él subía y me golpeaba el interior con la cabeza de su chota. Sentía hasta sus venas, no lo podía creer.
Matu bajó sus manos a mi cola, agarrándomela, y empezó a moverse él. Yo me dejé hacer, él empezó a penetrarme rápido, una y otra vez. Empecé a gemir fuerte de nuevo. Me empezó a pegar chirlos que me dejaron la cola ardiendo, bien fuertes, y yo los disfrutaba.
- Matu: ¿Te gusta que te rompa el orto? - no le pude responder porque estaba gimiendo y me pegó un chirlo fuerte - ¿Eh?
- Yo: Aay si, si, me gusta, me gusta muchoo.
- Matu: ¿Dónde vas a querer la leche?
- Yo: ¡Ay! Donde quieras.
- Matu: ¿En la boquita?
- Yo: Sii.
Bajó el ritmo y me empezó a pegar estocadas profundas y lentas. De nuevo, esos pijazos me sacaban el aliento, me encantaba, me ponía los ojos en blanco sentirlo tan adentro.
- Matu: ¿Querés tomar la leche?
- Yo: Si, quiero tragarla toda.
- Matu: Uff que putito hermoso.
Me pegó un par de pijazos más y me hizo levantarme. Me acerqué a su pija, le saqué el forro y empecé a chupársela. La tenía bien gorda y dura. Matu enseguida ya estaba suspirando fuerte, y con una mano empezó a pajearse en la parte de su pija que no podía cubrir con mi boca. Le fui dejando baba y empecé a chuparle solo la cabeza. Matu empezó a suspirar más rápido, sabía que estaba por acabar, y con su otra mano me empujó la cabeza. Me hizo tragar casi toda su pija mientras me acababa en el fondo de la garganta. Empecé a tragar y tragar porque no tenía opción, sus lechazos directamente bajaba por la garganta. Se ve que un orgasmo intenso porque fueron un montón de lechazos, algunos se me escapaban y caían por el tronco de su pija. Cuando finalmente dejó de hacer presión en mi nuca, me levanté un poco de su pija pero volví a bajar un par de veces más. Matu se movió extasiado. Al fin me la saqué de la boca. Tosí un poquito para aclararme la garganta. Con mis dedos y mi lengua agarré la poca leche que se me había escapado y me acosté al lado de Matu, que sonreía con los ojos cerrados.
Nos quedamos ahí un ratito descansando hasta que fui al baño a enjuagarme la boca. Cuando volví Matu ya estaba mas vivo, pedía una cerveza, me hizo acostarme al lado suyo y nos empezamos a besar. Hablamos de boludeces, me preguntó si la había pasado bien y le dije que re. Cuando fue a buscar la cerveza se sentó en la cama, prendió la tele y fue cambiando hasta llegar a canales porno. Yo no sabía que había eso y me quedé sorprendido. Hicimos zapping viendo algunas cosas. Nos quedamos viendo uno de una piba muy linda chupando una verga gigante. Matu me preguntó que porno miraba y le dije que de todo. Le confesé que en general no miraba mucho porno gay, sino que veía mas el hetero y me gustaba imaginar que recibía pija como la mina, y a veces también trans (estas siguen siendo mis preferencias hoy en día). Cambió de canal un par de veces hasta que había una mujer caminando por la calle, apenas vestida como con una remera escotada y un cortísimo short de jean, con todo el culo al aire.
- Matu: Así estabas vos antes - me dijo y me reí.
- Yo: Ojalá tuviera ese culo.
Me pidió que me acercara porque quería mirarme la cola. Me hizo acostarme sobre sus muslos boca abajo, con mi cola al alcance de su mano, mientras los dos mirábamos la porno y él me manoseaba las nalgas. La chica en la peli ahora estaba pajeando a dos chabones pijudos.
- Matu: ¿Te gustaría estar así? ¿Como la chica esa?
- Yo: Jaja no sé...
- Matu: Mmm me parece que sí sabes... - Matu me empezó a acariciar el ano con un dedo ensalivado.
- Yo: Mmm... puede ser...
Sentía que su pija empezaba a despertar, podía sentir como crecía cerca de mi panza.
- Matu: Una para que chupes y otra que te entre por acá.
Dijo eso y me metió el dedo. Gemí bajito mientras me penetraba despacio. La chica en el video ya estaba chupando las dos pijas alternadamente.
- Matu: ¿Te gustaría estar así? ¿Chupando dos pijas a la vez?
- Yo: Mmm... puede ser... - dije de nuevo.
- Matu: ¿Puede ser? - me seguía metiendo y sacando el dedo.
- Yo: Sii, me gustaría tener dos pijas para mi solito.
- Matu: Que trola que sos.
Me hizo moverme para atrás, sin sacarme el dedo, para tener su pija más cerca de la cara. Él tenía el brazo estirado en mi cola mientras yo empecé a lamer su pija semi dura. Matu empujó mi cabeza hacia abajo para lamerle las bolas y me asfixiaba un poco en su entrepierna, prácticamente respiraba en sus bolas peludas. Su pija apoyada entre mi oreja y mi mejilla iba cobrando vigor. Yo lengueteaba esas pelotas de macho y él me metía y sacaba el dedo lentamente de la cola.
- Matu: A ver, intentá imitar a la chica.
Levanté mi vista y en la peli porno la piba se estaba ahogando con una de las pijas en plena garganta profunda, mientras el otro chabon la cogía.
- Yo: Jaja no puedo, no me sale.
- Matu: Hasta donde te salga entonces.
Miré unos segundos más de la peli e intenté poner en práctica eso. Me tragué su pedazo hasta el fondo de mi garganta e intenté dejármela ahí el mayor tiempo posible. Aguanté poco y tosí sobre su pija, dejándole mucha saliva. Hice lo mismo un par de veces, y después ya intentaba llegar hasta ahí con rapidez. No me salía tan bien como a la actriz porno pero lo estaba dando todo, solo para complacer a Matias. Su pija estaba durísima de nuevo, sus venas resaltaban, estaba hermosa. Cuando ya me estaba cansando de auto cogerme la boca con su pija, Matu me dijo que me pusiera en cuatro. Me acomodó para que los dos estemos mirando la peli, se puso el forro y el lubricante y me la puso de una. Pegué un gemido fuerte pero ya tenía la cola acostumbrada, no me dolió nada. En dos minutos ya me estaba cogiendo fuerte y a fondo. Otra vez el plaf plaf de sus bolas con mi cola y mis gemidos eran un escándalo. Matu me soltaba una catarata de insultos que me encantaban, me decía putito, cola fácil, manicero, nenito chupa pija, sumado con chirlos ocasionales, y todo hacía que cada estocada que me daba me gustara más. Quería que yo también hablara pero me costaba, no me podía concentrar en palabras, cada vez que me metía la pija mi mente quedaba totalmente en blanco. Sentía el cuerpo arder, y no solo en mis nalgas que ya estaban muy golpeadas, sino por dentro. Otra vez tenía la sensación de estar por acabar pese a tener la pija flácida. Matu bajó el ritmo de la culeada y me buscó de nuevo para hablar.
- Matu: ¿Te gusta como te garcho, putito?
- Yo: Sii, sabés que me encanta. Me volvés loca.
- Matu: Ah, ¿te vuelvo loca? ¿Sos una nena trola, como esa? - hablando de la mina en la peli que estaba siendo penetrada por el orto.
- Yo: Si, como esa.
- Matu: ¿Querés tener otra pija para chupar?
- Yo: Sii, quiero.
Ahí volvió a darme fuerte. Yo estaba apoyado en mis codos pero ya no pude, sus embestidas me derribaron, solo tenía las rodillas dobladas y la cola levantada mientras Matu me cogía fuerte. Me empezó a pegar chirlos más seguido, haciéndome gemir más fuerte.
- Matu: Pendejo puto, como me gusta tu orto.
- Yo: Aah, y a mi tu pija.
Matu volvió a bajar el ritmo y me dijo que me quería coger de parado. Me hizo parar y abrir las piernas, se agachó para lamerme un poco la cola, agarrándose bien fuerte de mis nalgas. Me volvió loco ese cambio de placer. Volvió a enfilar su poronga a mi cola y me empezó a coger. Con una mano me agarró el pito y mis bolas. Mi pija estaba con mucho líquido preseminal.
- Matu: Está mojada la nena. - me susurró al oído mientras me cogía lento y profundo hasta sentir sus bolas rebotar.
Todo lo que me decía me derretía, estaba totalmente entregado.
- Yo: Aahh sii. Mmm... como me gusta sentir tus bolas en mi cola.
Estiré un brazo hacia atrás e hice que se quedara pegado a mi. Él de alguna manera logró como insertarse más en mi. Me sentía completamente lleno, demasiado.
- Matu: ¿Así te gusta?
Y empezó a salir muy poquito de adentro mío y volver a meterse. Repitió eso un par de veces y yo empecé a tocarme, sentía que ya estaba.
- Yo: Ay, voy a acabar.
- Matu: Acabá para mi, dale.
Me toqué poquito, sacudía mi pija flácida mientras él me metía toda su poronga negra y gorda en el orto. A los pocos segundos ya empecé a vibrar, gemir, temblar, tambalear, y a tirar semen a chorros. La mayoría al piso, algunos a la pared. Matu me agarraba firme, me tenía agarrado y bien clavado. Por suerte notó que ya no daba más, no me podía mantener en pie, y salió de adentro mío. Me acosté en la cama boca abajo. Matu se me acercó.
- Matu: No sabes como aprieta tu cola cuando acabás, me encanta. Te voy a dejar el orto lleno de leche.
Se puso encima mío, sentándose sobre mis piernas, y empezó a hacerse la paja. Enseguida empecé a sentir líquido caliente en mi cola. Había apuntado hacia mi zanja, me dejó el ano lleno de leche espesa y tibia, y buena parte de mis nalgas también, y un poco en mi espalda y cintura. Cuando terminó se acostó al lado mío. Yo me empecé a reír porque sentí la cola inundada de leche mal. Nos tomamos un segundo de descanso y Matu se fijó la hora, ya nos teníamos que ir. No me pude dar una ducha, me limpié su semen con papel pero me quedó un olor a leche indisimulable, se notaba a lo lejos. Si bien no me dolía nada no podía evitar caminar raro. Cuando salimos del telo nos saludó el que atendió a Matu, y me pareció que un poco se estaba riendo.
Matu me prestó desodorante para que no se note el olor a semen, y me dejó a unas cuadras de mi casa. Al llegar enseguida pasé a bañarme. Ahí vi que todavía tenía las nalgas rojas bien marcadas. Todavía caminaba raro y me palpitaba la cola. Me sentía feliz, como si hubiera desbloqueado otro nivel de puta, no sabía hasta donde podía llegar, todo era una sorpresa.

3 comentarios - Matu me domina

ekissa5635
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Elpi1991
Hermoso, como siempre te envidio 🙂
Gustavo2882
Buen relato!! Mepa que se viene el trío... Me subo jaja unas ganas de que me la chupes y romperte la cola