
Mi sobrina se había vuelto una puta imposible de frenar.
Ya había tenido un gangbang en una despedida de soltero, que se desbandó.
Pero no me lo había contado todavía.
Ella venía a coger a mi casa, a pasar la noche. Diciendo en su casa que venía para que la ayude con lo de la facultad.
Mis amigos estaban todos muertos con la putita.
Cuando nos juntábamos a tomar o mirar fútbol, ella siempre venía, y los seducía.
La putita sabía que todos le tenían hambre, y se ponía calzas cortitas apenas cubriéndole la cola, metidas entre sus nalgas y remeras ajustadas, que resaltaban sus tremendas tetas.
Así que empezaron a tirarme onda para que la enfiestemos.
-Pero acá en casa, no. Puede venir mi hermana o alguien de la familia y se encuentra que estoy enfiestando a mi sobrina, y me echan de la familia.
Juan ofreció su cabaña en la playa.
Una cabaña, medio enclenque, en donde nos juntábamos a veces.
Era una playa poco concurrida, porque no era linda. Pero ahí teníamos tranquilidad para llevar putas y armar jodas.
Acepté y le conté a la putita, como de pasada: "El finde nos vamos con los locos a una cabaña en la playa"... "Yo voy!", se apuró a decir.
"Mirá que somos todos hombres.... No van las familias..."
"Mejor!", dijo y se rió. Poniendo carita de puta.
Les confirmé que ya estaba arreglado, y me dijeron que se habían puesto de acuerdo en regalarle algo.. Ya que nos la íbamos a cojer....
Primero era algo entre todos.
Después lo que cada uno quisiera.
Y al final quedaron en que cada uno le compre una tanga, así la hacíamos desfilar, y ahí se armaba la fiesta.
El jueves a la noche, vino la pendeja a quedarse a dormir.
Cogimos y después me dijo, "Ustedes me quieren coger entre todos, no?" " Me vas a entregar a tus amigos?..."
No le contesté. Era lógico que ella iba a darse cuenta de una.
El viernes salimos temprano.
Fuimos en dos autos.
Ella conmigo y los otros en el auto de Juan, que le dijo a su mujer que nos íbamos de pesca el finde.
Ella iba con un solerito corto, y en tetas, la putita.
La tela era finita y medio se le traslucía la tanga negra.
Fue cebando mates y cantando junto con la música que ella eligió.
Estaba feliz y caliente.
Cuando llegamos, Juan dijo que nosotros podíamos dejar las cosas en el único cuarto que había. Qué los demás se acomodarían en el resto del espacio.
Entramos al cuarto con la putita, y se sacó de una el solerito y se me tiró encima.
"Vamos a coger!", me dijo y ya me estaba bajando el cierre de la bragueta.
La puerta estaba abierta.
Me bajó el jean, me empujó haciéndome caer en la cama, y se me subió.
Se corrió la tanga y metió mi verga en su vagina.
Empezó a saltar y a gemir fuerte. Los otros escucharían todo.
Al rato sacó la pija de su vagina, y se puso saliva en el ano.
"Rompeme el culo, papito!", dijo en voz alta, mientras se metia el pene en el orto.
Saltó más ruidosamente. Gemía y decía, "Siiiiii! Metémela toda! Acabame adentro! Llename de leche!"
Lo curioso es que ninguno de los otros ni se asomó a la puerta!
Ellos ya sabían que yo tenía sexo con la perra desde hace tiempo.
Pero ella, gritando así, los estaba invitando a sumarse.
Al final, la putita simuló un orgasmo, después salió, así en tetas y con la tanga corrida, y se fue al baño.
Yo me subí el pantalón y salí a ver qué pasaba.
Estaban todos sentados, en silencio, serios, calientes, inmóviles...
Mi sobrina dejó la puerta del baño entreabierta. Se escuchó que abrió la ducha y se metió debajo del chorro.
Ahí Abel reaccionó!
Se levantó y se fue al baño desabrochándose el pantalón.
Entró decidido y empujó la puerta, que se golpeó, pero quedó abierta.
Pudimos escuchar que ella se rió al verlo entrar.
Hablaban, pero no se entendía lo que murmuraban.
En un momento, empezaron a sonar las nalgas de la putita, aplaudiendo contra la pelvis de Abel.
"Sí! Dame duro! Metémela por atrás!", decía la perra.
-Es ruidosa, me dijo Germán, colorado, con una risa nerviosa.
No tardó en hacerlo acabar.
Nos quedamos esperando a que salgan.
Pero salió ella sola, desnuda. Solo una toalla envolviendo su pelo.
Nos miró y sonrió burlona.
Se fue a la pieza, dejó otra vez la puerta abierta.
Pero los otros, seguían clavados a sus asientos.
Empecé a pensar que esto no iba como había imaginado.
Y claro... Ella tenía la edad de sus hijos. De hecho, varios de los hijos, eran mayores que mi sobrina.
Pero ahora les venía la culpa?!
Abel salió en boxer, con el pelo mojado.
"No me llevé toalla", dijo, como si nos importara.
Se había cogido a la nena por el orto en el baño.
Fui al cuarto. Ella estaba buscando ropa en su mochila.
Sacó un shortcito de jean, que ella misma se hizo, y una remerita corta.
-Les pasa algo?, me preguntó.
-Ni idea... Estarán tímidos...
-Puffff!, murmuró.
-No te pongas tanga, le dije. Y me miró con carita pícara.
Salió y se sentó en una silla, a mirar el celular.
Subió los pies y abrió las piernas.
Se le escapaban los labios de la vagina, porque el shortcito era ínfimo.
-No te pusiste tanga? le dije.
Ella me miró con cara burlona, aguantando la carcajada.
-No, porque la voy a ensuciar con la leche que me sale de la cola, y traje solo dos...
-Ah! Pero no hay problema!, dijo Germán. Sacó un paquetito de su bolso y se lo dió.
Ahí todos hicimos lo mismo.
Ella, sorprendida, sonreía y decía, "Ey! Cuántos regalitos!"
Los empezó a abrir, y vio que eran todas tanguitas ínfimas.
La que yo le dí, la había comprado en un sexshop.
Era un plug, con una tanga que era solo la cintura, y la parte de adelante, con un hilo que se enganchaba en el plug.
Desde atrás, solo se veía el hilo de la cintura.
-Ponételas y nos mostrás cómo te quedan, dijo Carlos, y te sacamos fotos.
La trolita se fue al baño y todos nos fuimos a la puerta, para verla cambiarse.
Primero se puso una que era roja, muy chiquita.
-Esta quién me la regaló?, preguntó
-Esa te la dí yo, dijo Germán, señalándose el pecho.
Ella se le colgó del cuello y le dio un beso en la boca, que lo agarró desprevenido.
Después se puso de espalda, contra la pared, estirando la cola hacia nosotros.
-Sáquenme así las fotos, así no se me ve la cara.
Se dispararon los flashes y fue a ponerse otra.
La mirábamos babosos desnudarse. Las tetas se le salían por abajo de la remerita.
Una verde, de encaje.
-Esa yo!, dijo Raúl, que se quedó esperando el beso, y le manoteó las nalgas cuando la putita lo abrazó.
Cuando ella se iba a poner en la pose, él le corrió la tanga, dejando su vagina expuesta.
-Así se ve mejor....
Con las siguentes fue con la conchita expuesta, y mucho manoseo en los besos.
Cuando agarró la que yo le dí, me dijo, "Ayudame, papito! Que esta es medio rara"
Le puse el plug en la boca y agarré la tanga, me agaché y le hice meter las piernas, se la subí, después la puse de espalda a mí, le saqué el plug de la boca, le indiqué que se abra las nalgas, le metí el pomo del plug en el culo y enganché el lazo del hilo en el juguetito.
Recibí mi beso, la toqué toda, y le saqué la remerita.
Posó asi, desnuda, porque desde atrás se le veía solo el elástico rojo de la cintura.
Ella quiso ver las fotos, así que nos fuimos a la sala.
Se sentó en medio del sillón, en tetas, y con la tanga plug.
Miraba las fotos y hacía bromas.
Nos reíamos y empezamos a tocarle las piernas, las tetas. Y ella a besarnos, y agradecernos otra vez los regalitos.
Se fue calentando el ambiente.
-Ah! Pero yo soy la única que está desnuda! Ustedes están todos vestidos!, dijo.
Se paró y le agarró la mano a Germán, y lo hizo pararse frente a ella. Le sacó la remera, le desabrochó el pantalón, y se lo bajó junto con el boxer.
Le agarró la pija con una mano y con la otra, le amasó las bolas.
Se agachó y empezó a mamársela. Lamía las bolas y se las metía en la boca, escupía la pija y se la tragaba entera.
Un instante después, estaba rodeada de vergas.
Ella misma se pegaba en las tetas y la cara con las pijas.
Le pellizcábamos los pezones y la besábamos sin importarnos que tuviera olor a bolas y a chotas en la cara y en la boca.
Entonces se paró y llevó a Raúl al sillón, lo hizo sentarse y se arrodilló entre sus piernas a mamarlo, en cuatro, moviendo la cola como una gata.
Alguien le arrancó la cintura de la tanga de un tirón, e intentó sacarle también de un tirón el plug del culo. Pero no salió, y ella se rió y dijo, "Van a tener que esforzarse, porque lo tengo apretado a mi juguetito nuevo..."
Yo lo agarré y tironeé hasta que la putita aflojó el culo y lo dejó salir.
Ahí nomás le metí la verga, que entró toda en ese culo abierto enlechado.
La cogimos por todos lados.
Le hicimos dobles. Le acabamos en las tetas, la boca, el culo.
Ya nos había deslechado a todos, y seguía con toda la energía, como salvaje.
Entonces la tiré al piso boca arriba, le abrí las piernas, le metí dos dedos en la vagina, y empecé a masturbarla sin piedad.
Muchas veces tenía que hacérselo, porque ella, mientras más cogía, más ganas tenía. Era imparable!
Le dí yo un rato así, y luego los otros.
Acabó varias veces y hacíamos griterío cada vez. Aplaudíamos, y decíamos "Acabó la puta!", pero ella seguía mamando y pidiendo más!
Al final, tuvo un orgasmo que la hizo convulsionar!
Lanzó un skirt que le pegó a Germán en la cara, y gruñendo la puta acabó y se quedó como dormida.
La dejamos ahí, y nos fuimos vistiendo.
Prendimos el fuego y nos mandamos un asado.
La puta comió desnuda, sentándose en la falda de uno y de otro.
A la tarde, nos fuimos al mar.
Ella se puso una bikini blanca, no tan chiquita.
Me agarró la mano y me llevó al agua, hasta donde nos llegaba al pecho.
-Quiero coger, me dijo.
"Otra vez?!", pensé yo.
Y sí. Estar así, siendo la puta de los cinco, la ponía muy ninfómana.
Se me colgó del cuello, me rodeó con sus piernas, y se corrió la tanga. La penetré por la vagina.
Miró hacia la orilla y los llamó.
-Vengan al agua, chicos!
Se dieron cuenta de lo que pasaba.
Así que se acercaron y le sacaron la parte de abajo de la bikini, y se la empomaron por el orto, uno por uno.
Le corrieron la parte de las tetas, y se las agarraban.
Ella inclinaba la cabeza hacia atrás, y los besaba.
Empezó a caer gente a la playa.
Lo que nunca! Esta playa está siempre desierta!
Decidimos salir.
La tanga no apareció.
El que se la sacó la soltó, y se la llevó el agua.
La putita salió en culo y caminó hacia la cabaña, sin hacerse problema.
En alguna orilla aparecerá la bikini de mi putita, como un mensaje de lo puta que es...

3 comentarios - La cabaña de la playa
Quiero enfiestarte!!!!