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Encontré a mi novia donde nunca pensé

Durante una noche de soledad y placer, un hombre encuentra un rostro familiar en internet, y uno de sus mayores temores se vuelve realidad.

Prólogo

En la soledad de su habitación un hombre de físico privilegiado y piel oscura como la noche sostiene con expectativa su tablet. Instantes después de empezar con lo que será una larga noche de placer recibe un mensaje: ¿Les harías un tributo? El pedido llega con tres fotos adjuntas. 

El hombre sube el brillo del dispositivo y sonríe. La chica en las imágenes era justo su tipo: morena, piernas gruesas y caderas que llenaban la pantalla. No obstante, esta desconocida tenía algo especial: su rostro dulce lo tenía cautivado.

Sin pensarlo, se puso de pie, acomodó su tablet en su escritorio y puso la primera de las fotos en pantalla completa, deslizó su ajustado boxer hacia abajo y su enorme verga quedó libre tensándose de inmediato. Su cuerpo había ya respondido al pedido. Tomó su celular, encendió el flash y empezó a grabarse mientras se masturbaba con las fotos de esa espectacular morena.

Él no lo sabía pero semanas después ese video aparecería frente a unos ojos que jamás deberían haberlo visto.

2020

Cuando estalló la pandemia el tema del distanciamiento social hizo que fuera complejo llevar una vida sexual normal para quienes no vivíamos en pareja, entonces había que ingeniárselas para encontrar placer. Fue así que visitando foros encontré una práctica que llamó mi atención: los tributos. Fotos y videos de tipos masturbándose y (a veces) corriéndose sobre una imagen impresa o digital de una mujer.

La curiosidad me invadió así que empecé a hacer pedidos en los foros, contactaba a usuarios que ofrecían su servicio y les enviaba fotos de modelos de instagram, era muy cuidadoso de enviar chicas que no conocía en persona, así me sentía cubierto por el manto anónimo de la internet.

Esta práctica me cautivo al punto que decidí intentar hacer tributos yo mismo. Alisté mi laptop vieja, me creé otro perfil de usuario y ofrecí mis servicios, hasta ese momento nunca me había considerado un tipo muy dotado pero quería vivir la experiencia en primera persona. 

Y fue después de hacer mis primeros tributos que me di cuenta de que mi verga era bastante bien recibida, el público gustaba de cómo se me hinchaba el glande cuando lo pelaba por completo, además las venas que envolvían mi grueso sexo eran algo que no pasaba desapercibido.

No podría cuantificar cuántos hice durante la pandemia, pero llegué al punto de desarrollar un estilo propio, gustaba de estrellar mi pene contra el rostro de las chicas me enviaban, las insultaba, las escupía. Me daba demasiado morbo el tener a hermosas desconocidas en total indefensión ante mí, ellas no tenían ni idea y no podían hacer nada para evitar que yo dé rienda suelta a mis deseos mas oscuros.

Mientras duraba la sesión era todo placer pero al concluir había algo que siempre me atormentaba: ¿Qué pasaría si algún día el karma venia por mí? ¿Qué pasaría si me encontraba a una persona conocida siendo usada en el foro?... Mi hermana, mis primas, alguna amiga. Me daba terror la idea de ver una cara familiar.

5 años después

Mi vida ya era muy distinta al tiempo de la pandemia, quedó atrás el tiempo de los tributos, en su momento eran mi escape; ahora, solo eran un vicio que creía enterrado. Había encontrado trabajo como productor de videos musicales, tuve la fortuna de poder hacer mucho dinero pero debo reconocer que tuve una fortuna mayor, conocer a una hermosa modelo durante el rodaje de un videoclip: Mirka.

A veces aún me cuesta creer que haya aceptado ser mi novia y menos que haya venido a vivir conmigo. Ella es una morena hermosa, alta, esbelta, de piel canela tan suave como el terciopelo. Sus pechos son redondos tenían el tamaño perfecto para caber en mis manos, tenían un aspecto tan firme que ella prefería no usar brasier. Su rostro es dulce y angelical, en contraste con lo que venía de su fina cintura para abajo. 

Mirka tiene unas caderas de infarto y sus muslos son una tentación constante, diría que es mi parte favorita de ella, sin embargo cualquier otro hombre habría dicho que su carnoso culo es su principal arma de seducción. Aprendí a vivir con el hecho de que al ir por la calle los tipos siempre se volteaban a mirarla con lujuria. Para mis adentros pensaba: mientras los demás la desean ella vive conmigo.

Un fin de semana su mejor amiga tuvo un problema personal así que le pidió un favor: que la cubriera como promotora en un bar restaurante que había abierto semanas atrás en la ciudad, y con gusto Mirka decidió aceptar, iba a cubrir el turno noche el viernes y el sábado.

Cuando llegó el día y mi novia se fue al trabajo, aburrido como estaba, me surgió una duda: ¿Qué había sido del mundo de los tributos?. Me daba mucha intriga saber si aún existían los foros de antaño, así que de un cajón saqué mi vieja laptop, la cual funcionaba para lo esencial, aunque el ventilador sonaba como una moto. Abrí el navegador y después de una profunda búsqueda logré dar con algunos foros. Muchos de los que yo conocía no habían resistido el paso del tiempo, pero la demanda por dicha práctica aún existía.

Me animé a postear un anuncio: Hago tributos, mándame a tu chica. Confieso que me decepcionó un poco ver que ya no había tanta gente en línea como en la pandemia, pese a eso recibí al menos una docena de mensajes de usuarios interesados en que use a sus chicas para darme placer.

Mi verga ya se estaba calentando pero algo que me ayudaba a ponerla dura como una piedra era explorar los tributos que habían hecho otras personas. Así estuve scrolleando y llenándome de energía durante varios minutos pero entonces mi corazón dio un vuelco.

El karma había venido por mí, y no lo podía creer.

Era Mirka.

Alguien le había hecho un tributo a mi novia.

El post databa de hace unas tres semanas, reconocí la foto de portada en la publicación porque era una que Mirka había subido a su perfil de Instagram hace unos meses, yo mismo la había tomado. Era el riesgo de ser modelo, sus redes eran un escaparate para cualquiera. Una mezcla de sentimientos me invadió el cuerpo: confusión, vergüenza, culpa, enojo. 

No obstante había un detalle más, no era cualquier persona quien le había hecho el tributo. Era un hombre de piel oscura como el ébano, con una carnosa verga que de la base hasta su rosado glande prácticamente cubría toda la longitud de su tablet. Su hombría no tenía comparación a la mía.

Con el corazón saliéndose de mi pecho decidí entrar a su post. Allí descubrí casi con asco que además de la imagen de portada había otros dos archivos. Además advertí un detalle que no había visto inicialmente. Los archivos no eran de imagen, sino de vídeo.

Decidí salir de la publicación, en ese momento el enojo me gobernaba, hice un recorrido por el foro intentando ver quien le había hecho le había el pedido a ese tipo. ¿Cómo es que el tenía las fotos de mi novia?. Si bien podía haberlas sacado de su Instagram eso parecía poco probable, lo atractivo de la dinámica de los tributos era que otra persona hiciera el pedido. Sin embargo, por más que busqué, fue imposible dar con la respuesta.

Entonces me vi frente a un dilema. ¿Debía escribirle? ¿Debía reportarlo?. Hace 5 años yo podría haber sido él. Con una perversa curiosidad me fijé en las estadísticas del post y en ese momento tenía más de 500 visualizaciones, no podía creerlo ¿Tantas personas habían visto a mi novia siendo usada por ese hombre? ¿Qué podía hacer ahora? ¿Debía ver los videos?. Entonces en un impulso de inconsciencia le puse play al primer archivo.

Era una foto que le tomé a Mirka en una de nuestras salidas a comer, ella llevaba una top jean que dejaba al descubierto sus delicados hombros, además vestía una ajustada falda de cuero que dejaba al descubierto sus imponentes muslos. Se veía tan bien que yo mismo le aconsejé que la subiera a sus redes.

En los primeros segundos del video el desconocido se masturbaba lentamente, pero se podía advertir que estaba lo disfrutando realmente, entonces hizo algo que me sorprendió, soltó su arma,  llevó sus dedos a la pantalla táctil e hizo zoom sobre los muslos y caderas de Mirka para que ocupen toda la pantalla, como indicando que esa era su parte favorita de la foto. La dinámica cambió y él hombre empezó a pajearse con mucha más fuerza. Oscuros gemidos parecían brotar de lo más profundo de su pecho. Y entonces el video se cortó abruptamente.

Trague saliva aun sin poder creerlo, una nueva oleada de mil sentimientos me impactó, me parecía imposible lo acababa de ver pero me parecía aun más insólito lo que se estaba gestando en medio de mis piernas, una feroz erección llenaba mi boxer. Y entonces en un último atisbo de cordura me cuestioné si debía seguir viendo los tributos o si debía poner en marcha un plan para reportarlos y de alguna forma defender a mi novia, pero yo sabía que eso era imposible. Lo correcto habría sido cerrar la pestaña, pero mis dedos hicieron clic en el siguiente video antes de que pudiera detenerme.

La miniatura del segundo video anticipaba una foto de mi novia durante nuestras últimas vacaciones en la playa, Mirka vestía un discreto bikini de dos piezas color púrpura, en la imagen su cuerpo daba mayormente la espalda no obstante su torso estaba volteado hacia la cámara con expresión coqueta. Lo más atractivo de la postal era que pese a que no llevaba una tanga muy reveladora su carnoso culo llamaba atención. Le di play al video y lo que hizo el desconocido me confirmó que así era.

En un ágil movimiento volvió a hacer zoom en su pantalla táctil y entonces el culo y los muslos de mi novia ocuparon toda su pantalla. A diferencia del video anterior los movimientos fueron frenéticos de arranque, su mano derecha acariciaba bruscamente toda la longitud de su imponente anatomía, al llegar al rosado glande sus dedos se empapaban de líquido preseminal y bajaban para mojar su hombría hasta la base. Entonces él hizo algo que me dejó en llamas.

El hombre tomó su mástil con fuerza, lo ubicó justo en medio de las nalgas de mi novia y empezó a moverse como si la penetrara. Sus gemidos eran casi guturales, en medio de un suspiro dejó salir sus primeras palabras: “Que rico culo… Te lo voy a romper”. Mi boca se abrió en una mueca de sorpresa y entonces el video se cortó abruptamente. Sin poder pensar en otra cosa que no fuera la combinación entre la delicada piel canela de novia y ese enorme mástil de ébano, di play al próximo video.

Lo primero que me llamó la atención es que este clip era mucho más largo que los anteriores, además el tipo no había elegido una foto particularmente sensual como las anteriores, era nuevamente una foto de nuestras últimas vacaciones pero en esta se veía a Mirka sonriendo dulcemente mientras se inclinaba con ojos cerrados hacia la cámara, delante de ella había un postre de chocolate.

El desconocido empezó masturbándose lentamente pero apretando su enorme verga con fuerza, sus caricias se enfocaban en su jugoso glande y en la parte superior de su sexo. Sus gemidos eran aún más hondos, como truenos rompiendo el silencio de la noche, otra vez acercó sus dedos a la pantalla e hizo un zoom sutil para que el rostro de mi novia ocupara toda la pantalla, y entonces entendí porqué eligió una foto del rostro. El desconocido estaba por llegar al orgasmo, le iba a hacer un tributo de leche a Mirka. El mas grande premio que uno podía otorgar a un pedido en el foro.

Un grito ahogado de placer vino acompañado por un espeso chorro de semen que viajó del glande del tipo hasta impactarse con la frente de mi novia, luego otro grueso chorro cayó sobre su nariz, su mano seguía masturbando su glande enérgicamente, los gemidos no paraban y en medio de ellos el hombre apenas podía balbucear: “Que rica puta”. 

Su semen se escurría por la pantalla de la tablet y entonces sin advertirlo un tercer y cuarto chorro impactaron las mejillas y los labios de Mirka. El rostro de mi novia estaba inundado de semen. En un impulso mi mano buscó mi sexo, quería tocarme por encima del boxer pero con ese solo tacto me vine también.

Fue un estallido de placer.

De a poco recobré el conocimiento y fue allí que pude procesar y entender la magnitud de lo ocurrido. Un desconocido se había masturbado con fotos de mi novia y me había gustado tanto que me vine yo también. Era humillante reconocerlo pero nunca había tenido un orgasmo así. La tablet de ese desconocido y mis boxers estaban inundados de semen. Respiré hondo. Vi por última vez el rostro de mi novia lleno de leche, cerré la pantalla de la laptop y mi habitación se quedó a oscuras.

La culpa me invadió. Una fuerte sensación de náuseas recorrió todo mi cuerpo. Así a oscuras guardé la compu en un cajón. A tientas fui al baño, me limpié como pude, directamente tiré el boxer a la basura esperando la prenda se lleve consigo todo el remordimiento. 

No quería encender las luces porque no quería ver mi rostro lleno de vergüenza. Estaba por acostarme a dormir pero escuché abrirse la puerta, agarré mi teléfono y me di cuenta que la noche había pasado volando. De pronto el silencio de la noche se rompió con el sonido de la voz de Mirka –Amor, ya llegué… Salí temprano… ¿Estás despierto?... Traje algo de comida, ven a la cocina.

Me lavé la cara, intenté recomponerme, fui a a la cocina para encontrarme con Mirka y la saludé con un beso. Mientras comíamos las hamburguesas que ella había traído, me contaba con apagada emoción cuán agotadora había sido la jornada. Yo intentaba pilotear la situación pero cada tanto mi mente disparaba flashbacks de lo que había visto momentos antes. A ratos cerraba los ojos y aun podía ver el rostro de mi novia con el semen de ese desconocido recorriendo sus mejillas.

–¿Te pasa algo?. Preguntó Mirka notándome distraído, mentí diciéndole que tenía sueño y se quedó tranquila. Sin muchas más preguntas finalmente nos fuimos a dormir. 

La luz de un nuevo día me trajo la suficiente claridad mental para no pensar más en lo que había ocurrido mientras Mirka no estuvo, pero cuando volvió a caer la noche y ella fue al segundo turno de trabajo, yo sabía lo que iba a pasar. Fui en búsqueda de la laptop, la abrí y todas las ventanas habían quedado en su lugar, como esperándome.

Lo primero que hice fue entrar al perfil del desconocido aquel, vi toda su colección de tributos, tenía buen gusto, elegía solamente a chicas bonitas. Sin embargo, la única vez que se había corrido había sido con mi novia. Volví a ver los tributos de Mirka y me volví a masturbar, hasta que advertí algo diferente en la pantalla. El nombre de usuario del hombre se había iluminado en color verde, en señal de que estaba en línea. 

Con prisa abrí un chat, mis dedos temblaron al redactar el primer mensaje: ¿Cómo conseguiste esas fotos?. Me lo pensé mil veces, borré la pregunta y escribí otra: ¿Harías más tributos de esta chica?, entonces copie el enlace del post con los tributos a Mirka y lo adjunte a mi mensaje, mi corazón se desbordaba cuando oprimí: ENVIAR.

Y entonces en un impulso de locura, decidí enviarle un mensaje más: Es mi novia.

En solo segundos mi mensaje se iluminó de color azul en señal de que el desconocido lo ya lo habia leido al toque apareció un icono con tres puntitos (…) al final de la pantalla de chat. ¡Me estaba respondiendo! Me alejé de la pantalla preso de los nervios. No quería ni ver. Mi verga estaba tensada a más no poder. 

Entonces el sonido de una notificación me dejó helado. Me volteé lentamente y a lo lejos noté que la ventana de chat tenía una respuesta. En ese momento ni él ni yo lo sabíamos pero una larga noche de placer estaba apenas estaba por empezar.

Encontré a mi novia donde nunca pensé

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