Capítulo 2: Un Desfile Privado
Algunas semanas después del exitoso desfile de lencería, Emma y Lucas seguían disfrutando de la atención y el éxito que había generado el evento. La tienda de ropa interior de su madre no había dejado de recibir clientes, y Emma se sentía más inspirada que nunca para continuar diseñando lencería atrevida y elegante.
Una noche, mientras Lucas estaba en su habitación estudiando, Emma llamó suavemente a su puerta. Cuando Lucas abrió, se encontró con una Emma nerviosa pero decidida, vestida con un albornoz de seda que dejaba entrever su piel suave y tentadora.
"¿Qué pasa, Emma?" preguntó Lucas, curioso y un poco sorprendido por su apariencia.
Emma tomó una respiración profunda y respondió: "Quiero mostrarte algo. Pero necesito que prometas no reírte y tomar esto en serio."
Lucas asintió, intrigado y halagado por la confianza que Emma depositaba en él. "Por supuesto, cuenta conmigo."
Emma lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación, donde había preparado una pequeña pasarela improvisada con velas encendidas a lo largo de las paredes, creando una atmósfera íntima y sensual. La música suave de fondo completaba el ambiente.
"Quiero hacer un desfile privado para ti," susurró Emma, sus mejillas sonrojadas por la timidez y la anticipación.
Lucas se sentó en una silla que Emma había colocado estratégicamente para tener una vista clara de la pasarela. Su corazón latía con expectación mientras Emma se dirigía a su vestidor y emergía con un conjunto de lencería erótica que dejaba poco a la imaginación.
El primer conjunto era un body de encaje negro transparente que moldeaba cada curva de su cuerpo, dejando al descubierto sus grandes y firmes pechos, con los pezones erectos y visibles a través del encaje. La parte inferior del body era igualmente sugerente, con tiras de encaje que apenas cubrían su parte íntima, dejando poco a la imaginación.
Emma caminó lentamente por la pasarela, sus movimientos gráciles y sensuales. Lucas podía ver cada detalle de su cuerpo, y se sintió hipnotizado por su belleza. Sus ojos recorrieron cada curva, cada sombra, cada destello de piel desnuda.
"Emma, estás... impresionante," murmuró Lucas, su voz llena de admiración y deseo.
Emma sonrió tímidamente, pero continuó su desfile, cambiando a un conjunto aún más atrevido: un corsé de satén rojo que levantaba y realzaba sus pechos, combinado con un tanga de encaje que apenas cubría su parte íntima. El corsé tenía detalles de encaje negro que contrastaban con el satén rojo, creando un efecto visual impactante.
"Tus pechos son perfectos," dijo Lucas, su voz ronca por el deseo. "Y tu culo... es simplemente espectacular."
Emma se sonrojó aún más, pero la mirada de admiración en los ojos de Lucas le dio el valor para continuar. Se dio la vuelta, mostrando su espalda desnuda y sus glúteos firmes y redondeados, antes de volver a enfrentarlo, esta vez con una expresión más segura y seductora.
"Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida," continuó Lucas, sus ojos fijos en los de ella. "Tu cuerpo es una obra de arte, y esta lencería solo resalta tu belleza natural."
Emma sintió un cosquilleo de placer y excitación al escuchar sus palabras. Se acercó a él, deteniéndose a solo unos centímetros de distancia, y susurró: "Gracias, Lucas. Significan mucho para mí."
Lucas levantó una mano y acarició suavemente su mejilla, sus dedos trazando un camino lento y tentador por su cuello y hombro. "Eres increíble, Emma. Y estoy muy orgulloso de ti."
Emma cerró los ojos, disfrutando de la sensación de sus caricias y la intensidad de su mirada. Sabía que había tomado la decisión correcta al confiar en él, y en ese momento, se sintió más conectada a su hermanastro que nunca.
Mientras la música continuaba sonando de fondo, Emma y Lucas compartieron un momento de intimidad y deseo, sabiendo que su relación había alcanzado un nuevo nivel de complicidad y pasión.
Algunas semanas después del exitoso desfile de lencería, Emma y Lucas seguían disfrutando de la atención y el éxito que había generado el evento. La tienda de ropa interior de su madre no había dejado de recibir clientes, y Emma se sentía más inspirada que nunca para continuar diseñando lencería atrevida y elegante.
Una noche, mientras Lucas estaba en su habitación estudiando, Emma llamó suavemente a su puerta. Cuando Lucas abrió, se encontró con una Emma nerviosa pero decidida, vestida con un albornoz de seda que dejaba entrever su piel suave y tentadora.
"¿Qué pasa, Emma?" preguntó Lucas, curioso y un poco sorprendido por su apariencia.
Emma tomó una respiración profunda y respondió: "Quiero mostrarte algo. Pero necesito que prometas no reírte y tomar esto en serio."
Lucas asintió, intrigado y halagado por la confianza que Emma depositaba en él. "Por supuesto, cuenta conmigo."
Emma lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación, donde había preparado una pequeña pasarela improvisada con velas encendidas a lo largo de las paredes, creando una atmósfera íntima y sensual. La música suave de fondo completaba el ambiente.
"Quiero hacer un desfile privado para ti," susurró Emma, sus mejillas sonrojadas por la timidez y la anticipación.
Lucas se sentó en una silla que Emma había colocado estratégicamente para tener una vista clara de la pasarela. Su corazón latía con expectación mientras Emma se dirigía a su vestidor y emergía con un conjunto de lencería erótica que dejaba poco a la imaginación.
El primer conjunto era un body de encaje negro transparente que moldeaba cada curva de su cuerpo, dejando al descubierto sus grandes y firmes pechos, con los pezones erectos y visibles a través del encaje. La parte inferior del body era igualmente sugerente, con tiras de encaje que apenas cubrían su parte íntima, dejando poco a la imaginación.
Emma caminó lentamente por la pasarela, sus movimientos gráciles y sensuales. Lucas podía ver cada detalle de su cuerpo, y se sintió hipnotizado por su belleza. Sus ojos recorrieron cada curva, cada sombra, cada destello de piel desnuda.
"Emma, estás... impresionante," murmuró Lucas, su voz llena de admiración y deseo.
Emma sonrió tímidamente, pero continuó su desfile, cambiando a un conjunto aún más atrevido: un corsé de satén rojo que levantaba y realzaba sus pechos, combinado con un tanga de encaje que apenas cubría su parte íntima. El corsé tenía detalles de encaje negro que contrastaban con el satén rojo, creando un efecto visual impactante.
"Tus pechos son perfectos," dijo Lucas, su voz ronca por el deseo. "Y tu culo... es simplemente espectacular."
Emma se sonrojó aún más, pero la mirada de admiración en los ojos de Lucas le dio el valor para continuar. Se dio la vuelta, mostrando su espalda desnuda y sus glúteos firmes y redondeados, antes de volver a enfrentarlo, esta vez con una expresión más segura y seductora.
"Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida," continuó Lucas, sus ojos fijos en los de ella. "Tu cuerpo es una obra de arte, y esta lencería solo resalta tu belleza natural."
Emma sintió un cosquilleo de placer y excitación al escuchar sus palabras. Se acercó a él, deteniéndose a solo unos centímetros de distancia, y susurró: "Gracias, Lucas. Significan mucho para mí."
Lucas levantó una mano y acarició suavemente su mejilla, sus dedos trazando un camino lento y tentador por su cuello y hombro. "Eres increíble, Emma. Y estoy muy orgulloso de ti."
Emma cerró los ojos, disfrutando de la sensación de sus caricias y la intensidad de su mirada. Sabía que había tomado la decisión correcta al confiar en él, y en ese momento, se sintió más conectada a su hermanastro que nunca.
Mientras la música continuaba sonando de fondo, Emma y Lucas compartieron un momento de intimidad y deseo, sabiendo que su relación había alcanzado un nuevo nivel de complicidad y pasión.
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