Sesión de fotos eróticas

Anoche, en medio de una charla cargada de deseo con mi novia—esa mujer a la que enciendo, como seguro han notado en mis otros posts—le solté una pregunta atrevida: ”¿Te gustaría hacer una sesión de fotos eróticas?”


Su respuesta fue puro fuego. con picardía, con esa mezcla de travesura y lujuria que me vuelve loco. “Sería muy sexy…” me dijo, y en su respuesta había una promesa implícita, un juego que ambos queríamos jugar.


La idea de capturar su sensualidad en cada imagen, de inmortalizar esos momentos donde el deseo se vuelve arte, nos dejó con ganas de más… Mucho más.












Entre nuestros conocidos hay un fotógrafo especializado en capturar la sensualidad en su máxima expresión. No dudé ni un segundo en contactarlo y llegar a un acuerdo con él. Lo organicé todo en secreto, preparando cada detalle para que fuera perfecto.


El mismo día, sin que ella lo sospechara, la sorprendí con la sesión de fotos que sabía que la haría sentir irresistible. Su respuesta, primero de asombro y luego de deseo, me confirmó que había acertado.






Ella llegó primero al motel, dejando que la anticipación la envolviera. Se acomodó en la habitación, dejando que la atmósfera íntima la envolviera, su piel erizándose con cada segundo de espera.


Sabía lo que venía, pero la incertidumbre solo avivaba el deseo. Sus manos recorrían lentamente su propio cuerpo, sintiendo la suavidad de las sábanas bajo su piel. Estaba ansiosa, con esos nervios deliciosos que mezclan el placer con la expectativa. Cada latido era un recordatorio de lo que estaba por suceder… y de lo que vendría después.
















Entre cada cambio de atuendo, me escribía con un tono cargado de excitación. Me decía que se sentía cómoda, sensual, completamente dueña de su erotismo. Pero lo que más me encendió fue cuando confesó que el fotógrafo la miraba con deseo, con esa intensidad que solo surge cuando la atracción es inevitable.


La sesión iba subiendo de temperatura, el ambiente se volvía cada vez más cargado de tensión sensual… pero creo que eso es una historia para otro momento. Si les gustó, déjenlo saber, y pronto les contaré todo lo que pasó ese día en la sesión de fotos más ardiente que puedan imaginar.


Por ahora, les dejo un pequeño adelanto de esa experiencia inolvidable…