Me desperté agitada en medio de la noche por una pesadilla, el corazón me latía a mil por hora.
Entredormida, Coti me transmitió calma, aún ambas desnudas, llevó su mano a mí cabeza y me dirigió entre sus tetas. "Shhh, shhh, mientras me acariciaba y me daba tranquilidad".
Me abracé a ella y seguí durmiendo.
PUM PUM.
PUM PUM PUM.
El ruido de la puerta cortó mí calma, otra vez mí sueño se veía interrumpido estrepitosamente.
Julio estaba golpeando puertas y exigiendo que nadie la cierre. Afortunadamente no entró, la escena que se veía en nuestra habitación era clarísima, como si fuera poco, el plug seguía en el piso de la habitación después de que se apiadaron de mí culito.
Coti se rió. "Esto es totalmente bizarro" me dijo y empezó a buscar ropa para cambiarse y bajar al salón compartido a pedido de los gritos de Julio.
Me sentía relativamente descansada, sin embargo, no veía luz. Lamentablemente, la tormenta seguía azotando el Hostel. Qué lejos había quedado mí viaje de tranquilidad por el norte.
Al llegar, éramos las últimas y por supuesto, faltaban los franceses quienes se encontraban encerrados en su habitación.
"Julio, tenemos que llevarles comida" esbocé haciendo referencia a los faltantes en la mesa.
"A esos animales ni agua" me respondió tajante.
"Tranquila, ellos iban a la excursión y deben tener víveres en su habitación" me tranquilizó por lo bajo Nacho.
"No crean que dejé de sospechar en el resto, cuando la tormenta termine la policía vendrá y se hará cargo de ustedes si hace falta"
Julio no bajaba la guardia ni un segundo. Tampoco, soltaba su cuchilla ni para ir al baño.
Me acerqué a Mateo, sentí que debía decirle algo, después de todo, un pariente de él había fallecido y habíamos tenido "un vínculo".
Yo: "cómo estás? Si necesitas, podes hablar conmigo"
Mateo: "tranqui Sabri, no quiero hablar"
Yo: "entiendo, pero es algo muy duro por lo que pasas, sino es conmigo, charlá con alguien que te sea de ayuda"
Él me esquivaba la mirada. Asumí que como "hombre" y con su padre violento delante, no quería dar signos de debilidad.
Hice lo mismo con Clari.
Yo: "Clari, no te quiero molestar, pero con todo esto que está pasando, quizás no tenés con quién hablar. Si me necesitas, contá conmigo"
Clari: "gracias". Y se levantó esquivandome la vista también.
Están pasando algo tremendo, no soy quién para ofenderme por como lleven la situación. Decidí aceptar que no era la persona con quién querían hablar.
La mañana transcurrió de la forma que podría. Caras largas, poca charla, apenas algunos susurros entre la gente y la cara amenazante de Julio siempre presente.
Por la tarde, un rato largo después de almorzar fui para mí habitación, no pensaba cerrar la puerta pero si recostarme. Necesitaba un tiempo a solas para pensar en todo esto.
Miré por la ventana la tierra volar, golpeaba contra el vidrio, con poca fuerza ya, pero evitando todo contacto con la vida exterior.
"Cómo fué que pasó ésto?"
"Hace 24hs, estaba tomando sol afuera, haciéndome una nueva amiga."
"En qué momento quedé encerrada en un hostel, dónde ocurrió un homicidio?"
Sentí la puerta cerrarse.
"No Coti, no la cierres que sino Julio va a decirnos otra vez algo".
...
El silencio me dió a entender que no era ella, los pasos se acercaron y me voltié velozmente.
...
Yo: "qué haces acá!?!?"
Pablo: "vos ayer me seguiste a la ducha, yo no puedo hacer lo mismo?"
Yo: "no pelotudo, salí de acá"
Pablo: "dale pendeja, que me dejaste recontra caliente mal"
Yo: "no. Salí"
Pablo al ver mí ceño fruncido, amagó a irse a la puerta. Sin embargo, en un gesto violento se giró y me agarró desprevenida.
Quise morderlo, fallé, llevó parte de mí sábana contra mí boca y ahogó mí grito.
Lo intentaba insultar, gritar para que los de abajo escuchen, patearlo, golpearlo. Todo era en vano, me ató mí sábana a mí boca entre forcejeos y ya después de eso la diferencia física me condenó.
Tenía un cuerpo hermoso, sí. El problema que eso le daba una ventaja sobre mí descomunal. Tenía mucha fuerza. Sentía como con su mano apretaban con mucha violencia mis dos muñecas en simultáneo. Su mano libre, la usó para bajarse el short que tenía puesto y liberar su pija. Se pajeó en mí cara mientras intentaba liberarme de él, estaba realmente humillada.
Sentí miedo, no pude no preguntarme a mí misma.
"Él no fué el que estaba en el baño cuando todo ocurrió?"
Quería sacarme eso de la cabeza pero no podía. No. Imposible.
Menos mientras bajaba su mano por mí vientre y metía sus dedos en mí tanguita.
"Lo querés pendeja, no? Te calienta ver una pija, no podes evitarlo"
Llevó dos de sus dedos dentro mío, es verdad que estaba mojadita, el muy hijo de puta tenía razón. Mientras yo movía mis piernas por una agridulce sensación, su pija estaba completamente apoyada sobre mis rostro. Sentía su aroma mientras intentaba liberarme.
"Te voy a coger pero esta vez te voy a llenar esa conchita de leche que seguro te morís de ganas"
"Putas como vos, necesitan tener pija todos los días y te voy a dar el gusto"
Siguió masturbándome con descaro. Mis piernas ya no luchaban, inconscientemente las relajé sintiéndome vencida por su imponente físico.
"Ya estás lista mí amor"
Sin soltar mis muñecas, de hecho, sosteniéndolas con ambas manos, se fué acomodando sobre mí.
Su pija recorría mí rayita mojada casi en un juego perverso. Estaba inmóvil, regalada.
Me empezó a penetrar con cierta ironía por su dulzura. Casi esperando que lo disfrute.
Sentí como se iba abriendo paso dentro mío, suave pero constante.
Ya la tenía toda adentro, mí respiración, se fué relajando. Alternó con gemidos inevitables. Su cara había cambiado. Ya no era intimidante, tenía un semblante de placer. De relajación.
Me estaba cogiendo de manera calma, eran profundas sus embestidas pero sin exagerar. No me soltaba, pero se animó a besarme el cuello, me lamía, cambiaba de ritmos su vaivén con la cintura.
Deseaba muchísimo cogerme otra vez, lo podía ver en sus ojos. Eso no quitaba la forma en que lo provocó, pero podía hasta encontrar cierta ternura en su acto.
Su lengua seguía recorriendome, ya había llegado a mis tetas, con una mano levantó mí top y con la otra me siguió sujetando.
Algo en mis lolas lo encendió, no podría explicar qué, pero de golpe su ritmo fué acelerando, las lamidas pasaron a ser chupones en mis pezones y sus manos nuevamente ejercían mucha presión sobre mis muñecas.
Paf, Paf, Paf. Se escuchaba por toda la pieza.
Jadeaba con intensidad, buscando aire mientras me taladraba la conchita.
Intentaba gritar, no podía, la sábana en mí boca me lo impedía.
Paf Paf Paf Paf Paf, casi como en metralleta, su pelvis chocaba con violencia sobre mí. Me estaba desfondando.
Mordía mis pezones y mis gritos de dolor estériles sobre la tela de algodón barato.
Me escupió las tetas y acto seguido la cara. La intensidad que mantenía era muchísima.
Todo el miedo que sentía antes volvió a hacerse presente.
La puerta se abrió.
"Y esto???" En todo gracioso dijo Coti.
Pensó que encontró dos amantes.
Mí cara de pánico y el susto de Pablo hicieron que entienda la situación como si tuviese subtítulos.
"Salí de acá hijo de puta".
Lo corrió de la habitación a los gritos y Julio se hizo presente como la luz misma.
Pude sacarme la sábana de la boca, la sentía acalambrada.
Escuché gritos desde el pasillo pero no quise levantarme.
Se cerró la puerta y Coti apareció.
"Tranquila hermosa, tranquila".
Volvimos a la situación inicial, me dormí sobre ella encontrando el único rincón de paz que había en ese loquero...
Cuando desperté, sentía unos susurros.
Coti hablaba en voz baja con Lala, llegué a escuchar a la segunda decir "pobrecita, como si fuese poco".
Las saludé. Me dió ternura que entre todo esto, ellas estén preocupadas por mí. Ambas me vinieron a abrazar. Julio al parecer, encerró a Pablo junto a los franceses, pasaba a ser un sospechoso después de su intromisión a mí habitación.
Charlamos un rato y fuimos a cenar. Éramos pocos, sin embargo, ni Julio, ni Mateo o Clari aparecieron.
Nacho, Lala, Coti, Julián y yo éramos los que quedábamos.
"Te pido perdón, no puedo creer lo que pasó" me dijo con vos quebrada Juli. Le sonreí, no tenía la culpa que su amigo sea un sociopata.
Habían sido 48hs de absoluta locura, pero lo más loco de todo, es que había empezado a naturalizar todo esto. Al punto que mientras veía el cielo oscuro por la tormenta, pensaba... "Qué raro se va a sentir cuando pueda irme de acá".
Lala rompió mis profundos pensamientos con un chiste, todos rieron y yo volví a tierra.
Entre risas, hicimos silencio al ver pasar a Paul con Julio detrás y encerrarse en la oficinita de los interrogatorios.
Al instante, Mateo por primera vez, me volvió a dirigir la palabra. "Sabri, podrás venir?".
Imaginé que volvería a hacer de traductora.
Fui cabizbaja, odiaba esa situación, pero temía a negarme.
"Si Julio..." dije casi susurrando.
Julio: "Vení nena, traducí"
Julio: "Entiendo que querés colaborar ahora" dijo viendo fijamente como una presa a Paul.
Paul: "Si, le pienso pagar pero déjeme salir de la habitación a mí y a mí amigo. Tenemos miedo de estar con ese loco".
Necesité de que Julio me diga "y nena?" para reaccionar porque no lograba entender qué estaba pasando.
Julio: "Hacés bien, ese pibe se pasó con la nena, cuánto tenés?"
Paul: "juntamos 1900 euros"
Julio: "ok, vamos y sacamos a tu amigo de ahí"
No los seguí, no me invitaron a ir y tampoco quería ser parte de eso.
Indignada, volví a la sala a contar lo que pasó. Todos sentimos una sensación extraña, después de tenerlos horas encerrados, pasaban a salir con "una fianza?"
A Lala no le cerró por ningún lado tampoco, abrimos teorías sobre esto, pero también asumimos que la realidad es que Pablo era el más peligroso de todos los presentes.
Cuando quisimos subir a la habitación, nos encontramos una sorpresa.
Julio estaba con nuestras pertenencias y Clara lo ayudaba.
"Perdón?" dijo Coti.
Clara: "disculpa, es que Julio le dió esta habitación a los franceses. Ustedes pasarían a la de 3 ahora que los chicos no están".
Coti: "cómo que no están? Y Julián?" dijo enojada señalandolo.
Julio: "chicas, entiendan que ellos son de otro lado y se merecen estar tranquilos ahora que tenemos al sospechoso"
Indignadas, vimos como movían las cosas sin haber avisado previamente.
Julián, pobre, le tocaba también convivir con nosotras al menos una noche más con seguridad.
Ya después de un rato, él decidió romper el silencio que había en la habitación.
Juli: "perdón chicas, entiendo que les sea un garrón, si quieren duermo en el sillón abajo"
Yo: "no Juli, gracias, sos un dulce pero no"
Coti: "lo que sí Juli, perdón pero no tengo pijama" dijo riéndose
Tanto Juli como yo, abrimos los ojos grandes cuando vimos que se sacaba el short y sin ninguna vergüenza, quedó con su tanguita completamente perdida entre su cola frente nuestro.
Pobrecito, yo intentaba disimular y no podía, él aún peor.
Coti: "vos boluda no te hagas que ya dormí con vos, tampoco tenés pijama..."
Quedé pálida. Es verdad.
Si bien podía dejarme el short, tenía un punto. Tampoco me parecía bien dejarla sola así expuesta ni hacer sentir a Juli que era un pajero. Si bien no me parecía lindo chico, era muy bueno con nosotras.
Yo: "eh... Si... Tenés razón"
Meditaba como haría para disimular ese momento y meterme a la cama rápido. Por el contrario, Coti andaba revisando su bolso exponiendo su inmenso culo para nosotros, se podía ver cómo la delgada tela negra se enterraba en su conchita, realmente era un espectáculo de ver.
Julián, ya no podía evitar mirar fijamente la hermosa escena que tenía delante. Como tampoco, disimular la erección a través de su short de fútbol, de algún equipo que desconocía.
Sentí que era el momento. Aproveché todo esto para bajarme la calza y quedar también en tanga como ella. Julián estaba distraído mirándola a Coti y vi la oportunidad.
Tal fué mí apuro, que tropecé sacándome el último pié y caí al piso boca abajo, quedando con el culito apuntando a él.
La risa de Coti no se hizo esperar...
"Ah bueno, sos trola eh" agregó casi entre lágrimas de lo tentada que estaba.
"No no, es que me caí..."
Julián: "Vení, te ayudo"
Yo: "Gracias Juli..." lo que no se dió cuenta fué que olvidó de taparse o disimular que aún seguía duro. Me rozó la cadera con su miembro en el afán de ayudar.
Lo ví ponerse rojo cuando se percató.
Me dió algo de penita. Pobre, era casi una tortura para él todo esto.
Coti: "Y vos?"
Julián: "yo?" Asustado...
Coti: "claro, estamos las dos en tanga acá paradas. Vos estás todavía en short, seguro no dormís así.."
Julián: "si si..."
Coti: "dale, no me mientas nene"
Julián: "no es verdad... Te juro"
Coti, que poco creía de su palabra, no tuvo mejor idea que decir "mentiiiira" y mientras tanto tirar del pantalón del pobre Juli.
La sorpresa de ambas, fué cuando vimos que no mentía y a su vez, tampoco usaba bóxer.
La verdad, debo admitir que tenía linda pija, algo más chica que sus amigos, pero linda. Lejos de intimidarse, aún seguía firme mientras las dos mirábamos en shock a su glande.
Coti: "AY PERDÓN JULI"
Juli: "tranqui Coti" mientras hacía se agachaba para subir el short.
Coti: "no para..."
Para mí sorpresa, Coti le agarró la pija. Bueno, la mía y la de Julián.
Coti: "me parece que me la mandé, ahora te recompenso un poquito"
Su mano, fué envolviendo el tronco de él y le dió unas caricias suaves.
Coti: "para que sepas, no me gustan los chicos, pero sinceramente te debo una"
Juli estiró su mano y empezó a masajear la cola de ella, apretaba fuerte sus glúteos y jugaba con el hilo de su tanga.
Coti, seguía hablándole al oído. "Te voy a hacer una paja para sacarte la leche, te parece?"
Él, aceptó y lo hizo saber con un gesto de su cabeza.
Coti: "me podes tocar todo lo que necesites, pero no me vas a coger, ok?"
Julián volvió a asentir.
Coti: "necesitas que le diga a Sabri que se vaya?"
Negó con su cabeza.
Coti: "bien, te gusta que ella también nos vea?"
Él nuevamente afirmó sin hablar.
Coti: "tenés una linda pija, muy suave"
Ella lo masturbaba ya con mayor impetud. Sin ser movimientos muy acelerados, pero si constantes y agarrando bien su pija.
Podía ver la mano de Juli que iba alternando entre la rayita de ella, acariciándole la conchita y obteniendo algunos gemidos de Coti.
Coti: "vení, sentate"
Julián se puso al borde de la cama y ella de rodillas, se sacó la remera quedando sus gigantes tetas a la vista de él.
Sin parar nunca de tocarlo, sumó la otra de sus manos a sus bolas. Masajeando como una experta heterosexual, mientras acompañaba la paja que le hacía.
Yo, en tanga viéndolos aunque casi no me registraban. La verdad, me estaba empezando a calentar, pero mí rol era de observadora. No era parte de ese juego, más que como un aditivo, como la cereza del postre.
Coti: "te gusta Juli? Podes tocarme las tetas"
Julián no dejó pasar la oportunidad, agarró con ambas manos y se aferró a sus pezones con muchísimas ganas. Ella volvió a emitir un suspiro.
Lo que no imaginé, fué lo que siguió.
Coti se escupió entre las tetas y llevó entre ellas, la verga de Juli. La apretó y empezó una turca, rusa, como quieran llamarlo. La carita de él era el cielo.
Coti: "es mí primera vez, pero parecía divertido, tenía que aprovechar"
Poco le importaba a él ser el conejillo de indias, se notaba cuánto disfrutaba de tener esas tetas subiendo y bajando por su falo ensalivado.
Ella cruzaba miradas con él, mientras jadeaba como loco ante semejante regalo.
No tardé en ver los hilos blancos que salían de su pija, bañando las tetas y mentón de mí amiga.
Gotitas de leche decoraban todo su busto y Julián bufaba mientras largaba lo último que le quedaba sobre el cuerpo de Coti que no paraba con su paja hasta que lo vio caer rendido sobre su cama.
Después de eso, cada uno fué a su cama y nos dimos las buenas noches. Mañana sería otro día más en ese loquero.
Entredormida, Coti me transmitió calma, aún ambas desnudas, llevó su mano a mí cabeza y me dirigió entre sus tetas. "Shhh, shhh, mientras me acariciaba y me daba tranquilidad".
Me abracé a ella y seguí durmiendo.
PUM PUM.
PUM PUM PUM.
El ruido de la puerta cortó mí calma, otra vez mí sueño se veía interrumpido estrepitosamente.
Julio estaba golpeando puertas y exigiendo que nadie la cierre. Afortunadamente no entró, la escena que se veía en nuestra habitación era clarísima, como si fuera poco, el plug seguía en el piso de la habitación después de que se apiadaron de mí culito.
Coti se rió. "Esto es totalmente bizarro" me dijo y empezó a buscar ropa para cambiarse y bajar al salón compartido a pedido de los gritos de Julio.
Me sentía relativamente descansada, sin embargo, no veía luz. Lamentablemente, la tormenta seguía azotando el Hostel. Qué lejos había quedado mí viaje de tranquilidad por el norte.
Al llegar, éramos las últimas y por supuesto, faltaban los franceses quienes se encontraban encerrados en su habitación.
"Julio, tenemos que llevarles comida" esbocé haciendo referencia a los faltantes en la mesa.
"A esos animales ni agua" me respondió tajante.
"Tranquila, ellos iban a la excursión y deben tener víveres en su habitación" me tranquilizó por lo bajo Nacho.
"No crean que dejé de sospechar en el resto, cuando la tormenta termine la policía vendrá y se hará cargo de ustedes si hace falta"
Julio no bajaba la guardia ni un segundo. Tampoco, soltaba su cuchilla ni para ir al baño.
Me acerqué a Mateo, sentí que debía decirle algo, después de todo, un pariente de él había fallecido y habíamos tenido "un vínculo".
Yo: "cómo estás? Si necesitas, podes hablar conmigo"
Mateo: "tranqui Sabri, no quiero hablar"
Yo: "entiendo, pero es algo muy duro por lo que pasas, sino es conmigo, charlá con alguien que te sea de ayuda"
Él me esquivaba la mirada. Asumí que como "hombre" y con su padre violento delante, no quería dar signos de debilidad.
Hice lo mismo con Clari.
Yo: "Clari, no te quiero molestar, pero con todo esto que está pasando, quizás no tenés con quién hablar. Si me necesitas, contá conmigo"
Clari: "gracias". Y se levantó esquivandome la vista también.
Están pasando algo tremendo, no soy quién para ofenderme por como lleven la situación. Decidí aceptar que no era la persona con quién querían hablar.
La mañana transcurrió de la forma que podría. Caras largas, poca charla, apenas algunos susurros entre la gente y la cara amenazante de Julio siempre presente.
Por la tarde, un rato largo después de almorzar fui para mí habitación, no pensaba cerrar la puerta pero si recostarme. Necesitaba un tiempo a solas para pensar en todo esto.
Miré por la ventana la tierra volar, golpeaba contra el vidrio, con poca fuerza ya, pero evitando todo contacto con la vida exterior.
"Cómo fué que pasó ésto?"
"Hace 24hs, estaba tomando sol afuera, haciéndome una nueva amiga."
"En qué momento quedé encerrada en un hostel, dónde ocurrió un homicidio?"
Sentí la puerta cerrarse.
"No Coti, no la cierres que sino Julio va a decirnos otra vez algo".
...
El silencio me dió a entender que no era ella, los pasos se acercaron y me voltié velozmente.
...
Yo: "qué haces acá!?!?"
Pablo: "vos ayer me seguiste a la ducha, yo no puedo hacer lo mismo?"
Yo: "no pelotudo, salí de acá"
Pablo: "dale pendeja, que me dejaste recontra caliente mal"
Yo: "no. Salí"
Pablo al ver mí ceño fruncido, amagó a irse a la puerta. Sin embargo, en un gesto violento se giró y me agarró desprevenida.
Quise morderlo, fallé, llevó parte de mí sábana contra mí boca y ahogó mí grito.
Lo intentaba insultar, gritar para que los de abajo escuchen, patearlo, golpearlo. Todo era en vano, me ató mí sábana a mí boca entre forcejeos y ya después de eso la diferencia física me condenó.
Tenía un cuerpo hermoso, sí. El problema que eso le daba una ventaja sobre mí descomunal. Tenía mucha fuerza. Sentía como con su mano apretaban con mucha violencia mis dos muñecas en simultáneo. Su mano libre, la usó para bajarse el short que tenía puesto y liberar su pija. Se pajeó en mí cara mientras intentaba liberarme de él, estaba realmente humillada.
Sentí miedo, no pude no preguntarme a mí misma.
"Él no fué el que estaba en el baño cuando todo ocurrió?"
Quería sacarme eso de la cabeza pero no podía. No. Imposible.
Menos mientras bajaba su mano por mí vientre y metía sus dedos en mí tanguita.
"Lo querés pendeja, no? Te calienta ver una pija, no podes evitarlo"
Llevó dos de sus dedos dentro mío, es verdad que estaba mojadita, el muy hijo de puta tenía razón. Mientras yo movía mis piernas por una agridulce sensación, su pija estaba completamente apoyada sobre mis rostro. Sentía su aroma mientras intentaba liberarme.
"Te voy a coger pero esta vez te voy a llenar esa conchita de leche que seguro te morís de ganas"
"Putas como vos, necesitan tener pija todos los días y te voy a dar el gusto"
Siguió masturbándome con descaro. Mis piernas ya no luchaban, inconscientemente las relajé sintiéndome vencida por su imponente físico.
"Ya estás lista mí amor"
Sin soltar mis muñecas, de hecho, sosteniéndolas con ambas manos, se fué acomodando sobre mí.
Su pija recorría mí rayita mojada casi en un juego perverso. Estaba inmóvil, regalada.
Me empezó a penetrar con cierta ironía por su dulzura. Casi esperando que lo disfrute.
Sentí como se iba abriendo paso dentro mío, suave pero constante.
Ya la tenía toda adentro, mí respiración, se fué relajando. Alternó con gemidos inevitables. Su cara había cambiado. Ya no era intimidante, tenía un semblante de placer. De relajación.
Me estaba cogiendo de manera calma, eran profundas sus embestidas pero sin exagerar. No me soltaba, pero se animó a besarme el cuello, me lamía, cambiaba de ritmos su vaivén con la cintura.
Deseaba muchísimo cogerme otra vez, lo podía ver en sus ojos. Eso no quitaba la forma en que lo provocó, pero podía hasta encontrar cierta ternura en su acto.
Su lengua seguía recorriendome, ya había llegado a mis tetas, con una mano levantó mí top y con la otra me siguió sujetando.
Algo en mis lolas lo encendió, no podría explicar qué, pero de golpe su ritmo fué acelerando, las lamidas pasaron a ser chupones en mis pezones y sus manos nuevamente ejercían mucha presión sobre mis muñecas.
Paf, Paf, Paf. Se escuchaba por toda la pieza.
Jadeaba con intensidad, buscando aire mientras me taladraba la conchita.
Intentaba gritar, no podía, la sábana en mí boca me lo impedía.
Paf Paf Paf Paf Paf, casi como en metralleta, su pelvis chocaba con violencia sobre mí. Me estaba desfondando.
Mordía mis pezones y mis gritos de dolor estériles sobre la tela de algodón barato.
Me escupió las tetas y acto seguido la cara. La intensidad que mantenía era muchísima.
Todo el miedo que sentía antes volvió a hacerse presente.
La puerta se abrió.
"Y esto???" En todo gracioso dijo Coti.
Pensó que encontró dos amantes.
Mí cara de pánico y el susto de Pablo hicieron que entienda la situación como si tuviese subtítulos.
"Salí de acá hijo de puta".
Lo corrió de la habitación a los gritos y Julio se hizo presente como la luz misma.
Pude sacarme la sábana de la boca, la sentía acalambrada.
Escuché gritos desde el pasillo pero no quise levantarme.
Se cerró la puerta y Coti apareció.
"Tranquila hermosa, tranquila".
Volvimos a la situación inicial, me dormí sobre ella encontrando el único rincón de paz que había en ese loquero...
Cuando desperté, sentía unos susurros.
Coti hablaba en voz baja con Lala, llegué a escuchar a la segunda decir "pobrecita, como si fuese poco".
Las saludé. Me dió ternura que entre todo esto, ellas estén preocupadas por mí. Ambas me vinieron a abrazar. Julio al parecer, encerró a Pablo junto a los franceses, pasaba a ser un sospechoso después de su intromisión a mí habitación.
Charlamos un rato y fuimos a cenar. Éramos pocos, sin embargo, ni Julio, ni Mateo o Clari aparecieron.
Nacho, Lala, Coti, Julián y yo éramos los que quedábamos.
"Te pido perdón, no puedo creer lo que pasó" me dijo con vos quebrada Juli. Le sonreí, no tenía la culpa que su amigo sea un sociopata.
Habían sido 48hs de absoluta locura, pero lo más loco de todo, es que había empezado a naturalizar todo esto. Al punto que mientras veía el cielo oscuro por la tormenta, pensaba... "Qué raro se va a sentir cuando pueda irme de acá".
Lala rompió mis profundos pensamientos con un chiste, todos rieron y yo volví a tierra.
Entre risas, hicimos silencio al ver pasar a Paul con Julio detrás y encerrarse en la oficinita de los interrogatorios.
Al instante, Mateo por primera vez, me volvió a dirigir la palabra. "Sabri, podrás venir?".
Imaginé que volvería a hacer de traductora.
Fui cabizbaja, odiaba esa situación, pero temía a negarme.
"Si Julio..." dije casi susurrando.
Julio: "Vení nena, traducí"
Julio: "Entiendo que querés colaborar ahora" dijo viendo fijamente como una presa a Paul.
Paul: "Si, le pienso pagar pero déjeme salir de la habitación a mí y a mí amigo. Tenemos miedo de estar con ese loco".
Necesité de que Julio me diga "y nena?" para reaccionar porque no lograba entender qué estaba pasando.
Julio: "Hacés bien, ese pibe se pasó con la nena, cuánto tenés?"
Paul: "juntamos 1900 euros"
Julio: "ok, vamos y sacamos a tu amigo de ahí"
No los seguí, no me invitaron a ir y tampoco quería ser parte de eso.
Indignada, volví a la sala a contar lo que pasó. Todos sentimos una sensación extraña, después de tenerlos horas encerrados, pasaban a salir con "una fianza?"
A Lala no le cerró por ningún lado tampoco, abrimos teorías sobre esto, pero también asumimos que la realidad es que Pablo era el más peligroso de todos los presentes.
Cuando quisimos subir a la habitación, nos encontramos una sorpresa.
Julio estaba con nuestras pertenencias y Clara lo ayudaba.
"Perdón?" dijo Coti.
Clara: "disculpa, es que Julio le dió esta habitación a los franceses. Ustedes pasarían a la de 3 ahora que los chicos no están".
Coti: "cómo que no están? Y Julián?" dijo enojada señalandolo.
Julio: "chicas, entiendan que ellos son de otro lado y se merecen estar tranquilos ahora que tenemos al sospechoso"
Indignadas, vimos como movían las cosas sin haber avisado previamente.
Julián, pobre, le tocaba también convivir con nosotras al menos una noche más con seguridad.
Ya después de un rato, él decidió romper el silencio que había en la habitación.
Juli: "perdón chicas, entiendo que les sea un garrón, si quieren duermo en el sillón abajo"
Yo: "no Juli, gracias, sos un dulce pero no"
Coti: "lo que sí Juli, perdón pero no tengo pijama" dijo riéndose
Tanto Juli como yo, abrimos los ojos grandes cuando vimos que se sacaba el short y sin ninguna vergüenza, quedó con su tanguita completamente perdida entre su cola frente nuestro.
Pobrecito, yo intentaba disimular y no podía, él aún peor.
Coti: "vos boluda no te hagas que ya dormí con vos, tampoco tenés pijama..."
Quedé pálida. Es verdad.
Si bien podía dejarme el short, tenía un punto. Tampoco me parecía bien dejarla sola así expuesta ni hacer sentir a Juli que era un pajero. Si bien no me parecía lindo chico, era muy bueno con nosotras.
Yo: "eh... Si... Tenés razón"
Meditaba como haría para disimular ese momento y meterme a la cama rápido. Por el contrario, Coti andaba revisando su bolso exponiendo su inmenso culo para nosotros, se podía ver cómo la delgada tela negra se enterraba en su conchita, realmente era un espectáculo de ver.
Julián, ya no podía evitar mirar fijamente la hermosa escena que tenía delante. Como tampoco, disimular la erección a través de su short de fútbol, de algún equipo que desconocía.
Sentí que era el momento. Aproveché todo esto para bajarme la calza y quedar también en tanga como ella. Julián estaba distraído mirándola a Coti y vi la oportunidad.
Tal fué mí apuro, que tropecé sacándome el último pié y caí al piso boca abajo, quedando con el culito apuntando a él.
La risa de Coti no se hizo esperar...
"Ah bueno, sos trola eh" agregó casi entre lágrimas de lo tentada que estaba.
"No no, es que me caí..."
Julián: "Vení, te ayudo"
Yo: "Gracias Juli..." lo que no se dió cuenta fué que olvidó de taparse o disimular que aún seguía duro. Me rozó la cadera con su miembro en el afán de ayudar.
Lo ví ponerse rojo cuando se percató.
Me dió algo de penita. Pobre, era casi una tortura para él todo esto.
Coti: "Y vos?"
Julián: "yo?" Asustado...
Coti: "claro, estamos las dos en tanga acá paradas. Vos estás todavía en short, seguro no dormís así.."
Julián: "si si..."
Coti: "dale, no me mientas nene"
Julián: "no es verdad... Te juro"
Coti, que poco creía de su palabra, no tuvo mejor idea que decir "mentiiiira" y mientras tanto tirar del pantalón del pobre Juli.
La sorpresa de ambas, fué cuando vimos que no mentía y a su vez, tampoco usaba bóxer.
La verdad, debo admitir que tenía linda pija, algo más chica que sus amigos, pero linda. Lejos de intimidarse, aún seguía firme mientras las dos mirábamos en shock a su glande.
Coti: "AY PERDÓN JULI"
Juli: "tranqui Coti" mientras hacía se agachaba para subir el short.
Coti: "no para..."
Para mí sorpresa, Coti le agarró la pija. Bueno, la mía y la de Julián.
Coti: "me parece que me la mandé, ahora te recompenso un poquito"
Su mano, fué envolviendo el tronco de él y le dió unas caricias suaves.
Coti: "para que sepas, no me gustan los chicos, pero sinceramente te debo una"
Juli estiró su mano y empezó a masajear la cola de ella, apretaba fuerte sus glúteos y jugaba con el hilo de su tanga.
Coti, seguía hablándole al oído. "Te voy a hacer una paja para sacarte la leche, te parece?"
Él, aceptó y lo hizo saber con un gesto de su cabeza.
Coti: "me podes tocar todo lo que necesites, pero no me vas a coger, ok?"
Julián volvió a asentir.
Coti: "necesitas que le diga a Sabri que se vaya?"
Negó con su cabeza.
Coti: "bien, te gusta que ella también nos vea?"
Él nuevamente afirmó sin hablar.
Coti: "tenés una linda pija, muy suave"
Ella lo masturbaba ya con mayor impetud. Sin ser movimientos muy acelerados, pero si constantes y agarrando bien su pija.
Podía ver la mano de Juli que iba alternando entre la rayita de ella, acariciándole la conchita y obteniendo algunos gemidos de Coti.
Coti: "vení, sentate"
Julián se puso al borde de la cama y ella de rodillas, se sacó la remera quedando sus gigantes tetas a la vista de él.
Sin parar nunca de tocarlo, sumó la otra de sus manos a sus bolas. Masajeando como una experta heterosexual, mientras acompañaba la paja que le hacía.
Yo, en tanga viéndolos aunque casi no me registraban. La verdad, me estaba empezando a calentar, pero mí rol era de observadora. No era parte de ese juego, más que como un aditivo, como la cereza del postre.
Coti: "te gusta Juli? Podes tocarme las tetas"
Julián no dejó pasar la oportunidad, agarró con ambas manos y se aferró a sus pezones con muchísimas ganas. Ella volvió a emitir un suspiro.
Lo que no imaginé, fué lo que siguió.
Coti se escupió entre las tetas y llevó entre ellas, la verga de Juli. La apretó y empezó una turca, rusa, como quieran llamarlo. La carita de él era el cielo.
Coti: "es mí primera vez, pero parecía divertido, tenía que aprovechar"
Poco le importaba a él ser el conejillo de indias, se notaba cuánto disfrutaba de tener esas tetas subiendo y bajando por su falo ensalivado.
Ella cruzaba miradas con él, mientras jadeaba como loco ante semejante regalo.
No tardé en ver los hilos blancos que salían de su pija, bañando las tetas y mentón de mí amiga.
Gotitas de leche decoraban todo su busto y Julián bufaba mientras largaba lo último que le quedaba sobre el cuerpo de Coti que no paraba con su paja hasta que lo vio caer rendido sobre su cama.
Después de eso, cada uno fué a su cama y nos dimos las buenas noches. Mañana sería otro día más en ese loquero.
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