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El profesor de Educación física 4.

Hola! Me presento. Soy Jazmín. Soy una escritora erótica. Comencé a hacer relatos en Poringa y en algunas otras páginas para poder generar un ingreso extra para pagar mis estudios. Sepan que acepto y recibo cualquier crítica sobre mis relatos, mientras sea constructiva y sin faltar el respeto, me gusta leerlos a ustedes también!
Recuerden poner 10 puntos! Es la única manera en la que más gente pueda conocerme!
Cualquier duda sobre como poder apoyar mis relatos al privado. Desde ya, muchas gracias y espero que les guste.




Mi almohada fue mi único consuelo de este día tan revoltoso. Apenas llegué a mi casa, no comí nada y me digné a acostarme. Mamá no estaba y quería un poquito de silencio por un rato. Puse música de fondo y empecé a cerrar los ojos para recordar cada cosa que me había pasado.
El pibe de los astilleros nunca se rendía...-- Sonaba "El pibe de los astilleros" De Patricio rey y sus redonditos de Ricota.
No podía creer nada de lo que estaba pasando, ¿Un profesor que esta enamorado de mí? ¿Era amor? ¿O solo lujuria? No entiendo mis sentimientos tampoco, ¿Por qué me había gustado la secuencia de el intimidándome? No sabía que pensar, ni quería pensarlo. Pensé en darme una ducha y después acostarme. No tenía nada mejor que hacer, no teníamos tareas ya que eran las primeras semanas y los profesores no ponían mucho esmero en nosotros.
Fui a mi ropero a preparar la ropa que iba a ponerme, quería algo cómodo, para estar en casa sola viendo una serie mientras tomaba un café. Apenas abrí la puerta la vi. Vi la sábana empapada de mis fluidos. Me quedé estática, otra vez estaba teniendo recuerdos que no quería tener. Pero entre todas las imágenes, ¿Tenía que recordar a Tomás frente a mi boca?
Mi cuerpo se movió solo, empecé a hacer todo rápido, estaba apurada, impaciente, acelerada y por sobre todo excitada. Quería tocarme, quería volver a venirme, sea en la sábana o donde pudiese. Estaba sola en casa y era mi oportunidad de sacar mis gemidos al aire sin tener que controlarme por nadie. Me bajé los pantalones, me saqué la remera, el corpiño y mi bombacha de encaje negra. Salté a la cama sin pensarlo dos veces. Arranqué tocándome las tetas, mordiéndome los labios, acariciando mis orejas, apretándome el pelo y moviendo mi cuerpo sin sentido del placer repentino .Abrí un poquito mis piernas y empecé a rozarme la concha de a poco. Tocaba mi clítoris suave y lentamente, dejando que mis dedos calientes y relamidos hicieran lo suyo. Estaba deseosa, quería meterme los dedos ya, mi cuerpo me pedía que le diese más y más placer.
-Sii dioss. -Dije susurrándome a mí misma.
Ya no había vuelta atrás, estaba muy caliente y mi concha chorreaba flujo sin parar. Empecé a meterme los dedos despacio, primero uno, después dos. Los movía lento y a ritmo. No era una experta, pero mi falta de experiencia la compensaba mis ganas de sentir placer. Sentía que me faltaba algo, mi mente estaba en blanco. Entonces comencé a imaginármelo a él. A esos ojos verdes y esa voz tan varonil. A esas manos grandes y a su boxer. Mi espalda se levantaba cada tanto y mis ojos se daban vuelta, sacaba la lengua mientras pensaba en como quería que me besara el profesor. Mis gemidos no paraban.
-Tomii sii Tomii!
Estaba empapada y tenía mis pezones parados, estaba en el límite de placer que puede sentir una mujer. Estaba sintiendo todo lo que tenía que sentir, empecé a querer hacer pis. Pero sabía lo que significaba, ya había pasado una vez por esto y necesitaba que suceda de nuevo, me quería venir. Mientras estaba a nada de venirme me pude imaginar su pito, grueso, peludo y dentro mío. Levante mi cadera un poco y empecé a gemir como loca, no podía controlarme y sentí como los chorros salían de mi concha, estaba viniéndome sin parar y me encantaba. Mis chorros caían en el piso, en la cama y en mi propio cuerpo. Mientras me venía pensaba en todo lo que había pasado, sus susurros, nos imaginé caminando de nuevo a casa, teniendo sexo después de clase, que el me coja en la misma cama donde yo estaba acabando en ese momento.
Caí rendida en la cama. No podía controlar mi respiración, estaba agitada a más no poder, no sabía que hacer para controlarme. Hasta que sentí la puerta principal de la casa, no podía ser nadie más que mamá.
-Llegué hija. - Gritó mamá desde la sala.
Empecé a secar todo el piso con las sábanas que tenía a mano, empecé a vestirme, me puse un short sin nada de ropa interior y la primer remera que vi. Sentía como mamá se acercaba por el pasillo, estaba desesperada para acomodar todo antes de que llegara.
-Estoy por dormirme ma! Después hablamos. - Intenté de frenarla a toda costa.
-Te digo algo y me voy hija, no tardo más de un minuto.
No puede ser, iba a entrar y yo no tenía todo listo. Sentí la puerta abrirse y pensé que era mi fin, el piso seguía mojado y mis cachetes totalmente rojos. Era obvio lo que había estado haciendo.
Pero de repente sentí en propia carne la expresión "Salvado por la campana". El timbre de mi casa sonó y mamá se frenó. Escuché que volvió caminando por donde venía y empecé a apurarme el doble para limpiar y acomodar todo antes de que vuelva.
-Quieeen? - Se escuchó a lo lejos la voz de mamá.
-Correo vengo a dejar un paquete. -Ella era fanática de pedir cosas por internet así que no me sorprendía.
-Muchas gracias!! Llegó la depiladora hija! - Había pedido una depiladora por internet hace unas semanas.
Volvió su rumbo anterior hacía mi habitación. Entró como si fuera su casa, aunque lo es. Es algo que me enfada pero tampoco puedo decirle nada de esa situación.
-Mira hija, esta linda y es grande. Después voy a probarla, me va a servir para el viaje, igual siento que es demasiado grande para la valija.
-Esta buena, y no tardó mucho en llegar ma. - Ya tenía todo acomodado y las sábanas en el ropero. Estaba tapada con el acolchado y siguiéndole la corriente a mamá.
-Bueno, te quería decir que este viernes ya me voy con las chicas. Volvemos el otro viernes a eso de las 3 de la tarde. Te voy a dejar plata, no te la gastes en cualquier cosa. Es plata para que comas y compres lo que necesites. Si querés más, me llamas y te digo donde hay.
-Dale má, ¿Necesitas ayuda con la valija?
-Mmm, si. Vení a darme una mano.
-Ahí me levantó y voy.
Fui a ayudarla a preparar las cosas para el viaje y hablamos algunas cosas, entre ellas del profesor Tomás.
-Que buena onda tu profesor nuevo, ¿Cómo se llamaba?
-Tomás, es de educación física.
-Y el viejito de siempre?
-Se jubiló apenas empezamos este año.
-Que pena, era un buen profesor. Pero de este nuevo no sabemos casi nada, solo que es lindo.
-Ay ma, no digas esas cosas, es mi profesor.
-Y que tiene hija? Me vas a decir que no es lindo?
-Si es lindo, pero es mi profesor.
-Bueno, pero vas a tener que venir caminando con el lindo los martes, ¿Qué pena no? Tu mamá es una genia, decime gracias!
En parte estaba totalmente agradecida con mamá por conseguir una hazaña tan grande y segundo por poder pasar tiempo a solas con Tomi.
-Uff si gracias, mis únicos momentos libres en el año, los voy a pasar acompañada por un profesor, hermoso lo tuyo.
-Ya vas a empezar a sentir lo que sentimos las mujeres cuando vemos un hombre tan lindo como Tomi.
-¿Tomi? ¿Qué es tu amigo ahora?
-No le vayas a contar que le dije Tomi! Parezco una señora que no sabe ubicarse ahora. Listo ya terminé anda a hacerme algo de comer hija, estoy re cansada para cocinar.
-Bueno, ahí voy robacunas!
-Cállate pendeja!
Éramos muy unidas las dos, desde que papá se había ido, habíamos empezado a generar mas lazos entre nosotros y eso me gustaba. Fui a cocinarle y después cada una se fue a dormir.
-Que feliz estas vos hoy, eh. -Dijo Martina.
-Estoy normal tonta, no dije ni hice nada.
-Se te nota, estas feliz, como... Si te estuvieses enamorada!!
-Queeeee, podes dejar de pensar cualquier cosa!
-De quién? Dale decime porfaaa!
-De nadie estúpida, cállate.
-De que curso es? Es menor? No para, ¿Es mayor? - Era tan buena deduciendo cosas que me sorprendía que le vaya tan mal en el colegio.
-Nadie, dije nadie.
-Mmm bueno, por ahora te creo.
Pasaron tres horas y ya era el horario de salida.
-Por fin terminó el día, estaba aburrida de verdad hoy. -Me dije a mi misma mientras caminaba para casa.
-¿Tan aburrido estuvo el colegio? - La voz que atormentaba mis sueños y placeres estaba detrás de mi.
Me di vuelta y era Tomás con un jogging negro y una remera de entrenar, estaba medio sudado. Era obvio que estaba trotando. Las palabras no me salían, no sabía que decirle ni que hacer. Estaba quieta mirándolo.
-Te acompaño a tu casa, vamos. Así te vas acostumbrando.
Lo seguí sin decirle gracias, ni responder nada. Solo caminaba a su lado. Aunque era obvio que estuvo transpirando, tenía un olor a perfume de hombre tan rico y fuerte que me estaba empezando a enamorar de él.
Mi cuadra es una cuadra con muchos autos. Ya que hay 3 talleres de autos. Entonces siempre hay muchos encima de la vereda y en la calle. Y esos autos ocupan la mayor vista de la cuadra. Mientras caminábamos en silencio, yo con unas ganas tremendas de llegar a mi casa y poder zafar de semejante incomodidad de no saber que decir, el también en silencio pero se lo veía tranquilo, de repente me agarró fuerte del brazo y se hecho un trote corto con mi muñeca atada a su mano.
-Prof-
-Hace silencio.
Le hice caso sin decir nada. Me siguió tironeando hasta llegar a un lugar entre dos camionetas más altas que yo, nadie podía vernos. Ni desde la calle ni desde la vereda, estábamos totalmente escondidos.
Se paró frente a mí y me miraba desde arriba, yo lo miraba sin entender nada de lo que pasaba pero el momento me estaba gustando de más. Sentía que hacíamos algo prohibido y eso estaba encantándome.
-Pasó algo? - Me digné a decir una palabra después de tanto tiempo callada.
-Vos.
¿Yo? ¿A qué se refería?
-No entiendo.
-Vos me pasas, quiero tenerte a vos. -Dijo y su voz se puso mas gruesa y su mirada más fulminante
Estaba plasmada, entre la espada y la pared. Pero para ese momento estaba entre otras dos cosas, una puerta de camioneta y un hombre que me volvía loca. No entendí a que se refería con tenerme, pero quería ser suya, no tenía duda.
-Esto esta mal.
-Obvio que esta mal, pero si nadie se entera, no esta mal. Si vos me das el sí, yo voy hasta lo último.
¿A qué se refería con "lo último"? Quería saberlo. Pero no quería decir nada de lo que me iba a arrepentir después. Pero su boca que se estaba acercando a mí lentamente, su respiración cerca, su cuerpo sudado y su perfume rico, me volvían loca.
-Sí.

El profesor de Educación física 4.

2 comentarios - El profesor de Educación física 4.

Hernann27
Ufff...cómo viene ésta historia!!! Queremos más avancessss 👏👏
Edgar_Anal_Poe +1
Mañana se va a subir el siguiente capítulo!! Les aviso por los shouts así que esten atentos, muchas gracias por los puntos y comentarios❤