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Melisa, la gorda brasileña infiel

Hola amigos! 

Últimamente he andado muy ocupado por mi trabajo, me sigo cogiendo a la gordita Lily cada que puedo y entre eso y mi relación con Ale es muy difícil tener tiempo de escribir otro relato. 
La semana pasada me salió una historia en insta de una gordita brasileña que me anduve cogiendo hace 4 años y me acordé de cómo empezó todo.
Por aquellos días yo estaba estudiando en Canadá, me había ido a estudiar inglés y en el transcurso de esos 2 años en el extranjero empecé una relación con otra gordita llamada Sofía (nombre ficticio) o más bien rellenita (como se habrán dado cuenta me encantan las gordas, me recalientan las tetas grandes) que si bien no tenía muchas tetas, tenía un culote que lo compensaba.
Llevaba ya un año de relación con esta gordita y tuvo que volver a argentina por asuntos familiares, y entre la falta de tiempo de ambos y la desconfianza creciente de una infidelidad pasada (ella a mí en otro viaje que tuvo por navidad a argentina, me cuerneó con el ex la hija de perra xD) me registré en fb parejas y ahí encontré a Melisa la gordita brasileña.
Quedamos de desayunar un domingo en su casa, la excusa era que yo le iba a cocinar un desayuno mexicano e íbamos a conocernos en persona. La platica fluyó bien y yo estaba algo nervioso porque nunca le había puesto los cuernos a Sofía, y en una de esas me suelta que también tenía novio y pensé que se había ido todo al carajo, cuando nos levantamos de la mesa nos quedamos muy cerca y ahí me la jugué y empecé a besarla, la puta de una se calentó y empezó a besarme más atascada y metiendo su lengua. Ya está, la puta era mía. Le ayudé a recoger la mesa y me preguntó si quería platicar en la sala o subir a su cuarto, de una le dije que fuéramos y la gordita estaba tímida porque compartía cuarto y no sabía a qué hora volvería su roomie.
Nos seguimos besando y empecé a tocar sus pezones por encima de su blusa, las caricias se convirtieron en apretones y a la gordita le encantaba, metí mis manos por abajo de su blusa y la gordita se movió, tenía miedo de que volviera su roomie, rápidamente le levanté la blusa a la fuerza y metí mis manos por abajo de su brasier, no le di tiempo de decir nada que empecé a besarla de nuevo mientras apretaba sus pezones, la gordita cambió sus quejas por pequeños gemidos mientras yo bajaba besando por su cuello. La gordita se levantó a ponerle seguro a la puerta y se me echó encima, enterré la cara entre sus tetotas y empecé a chupar sus pezones, me iba de uno a otro y los pellizcaba también. 
Acosté a la gordita a mi lado mientras con mi mano izquierda empecé a acariciar su panochita por encima de su leggins, la sentía toda mojada a la cerda, metí mi mano por abajo y la gordita me dijo que no quería coger, que se sentía culpable por su novio que andaba trabajando en otra ciudad, además de que no traíamos condones.
Le dije que no pasaría nada pero que me dejara acariciar su panochita y meterle los dedos, que no pasaríamos de ahí, la gordita me creyó y solita se quitó todo, seguí acariciandola y metiéndole los dedos sintiéndola bien mojada. 
Le di la vuelta de cucharita y empecé a meter mi verga entre sus nalgas masturbandome con ellas, la movía de arriba a abajo con mi mano recorriendo toda la raja del culo, puse la cabeza de la verga en su culo y empecé a masturbarme ahí, a la gordita le encantaba, solita se pellizcaba los pezones, me decía que no la cogiera pero que le metiera poquito la cabeza. 
Metía y sacaba la cabeza de la verga de su culo y poco a poco fue entrando más, de repente ya le entraba media verga a la gordita y cuando entró toda empecé a bombearla con todo, le metía la verga hasta el fondo y le pellizcaba los pezones.
Puse a la gordita en cuatro y cuando apenas un pequeño destello de cordura se le pasó por la cabeza y me estaba diciendo que deberíamos parar porque se sentía culpable, le metí la verga de un empujón y seguí cogiendole el culo.
La gordita estaba que volaba y en una de esas que se la saqué por completo, la acomodé en su panochita y se la metí de una, la gordita dio un salto y enseguida se empezó a ensartar solita, la jalaba del cabello y la nalgueaba y a la gordita ya no le importaba su novio jaja.
La bombeé tal vez unos 5 minutos más cuando la gordita empezó a acabar como loca, se empezó a mojar más y mi verga resbalaba delicioso hasta que no pude más y sin decirle nada empecé a llenarle la panochita de leche, la gordita se quedó quieta y cuando pensé que me iba a putear, empezó a besarme y me abrazó con sus piernas mientras me decía “lléname toda, no dejes nada afuera”.
Esa fue la primera de 3 ocasiones que me cogí a la gordita Melisa, la segunda vez me di cuenta que le calentaba que pendejeara a su novio mientras me la cogia jajajaja pero esa ya será historia para otro relato.

Les dejo unas fotos de esta tetona, den puntos y comenten si quieren la segunda parte!

Melisa, la gorda brasileña infiel

tetona

1 comentarios - Melisa, la gorda brasileña infiel

Socromatico
Que buena historia y que buenas tetas tiene esa gordita, a mi también me encantan