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Encuentros Hospitalarios

Hola que tal, quisiera compartir uno de los tantos relatos que tuve la dicha de vivir.
Recuerdo cuando estaba cursando mis practicas hospitalarias, yo en ese momento me encontraba en una relación semi estable con una enfermera, super linda y dulce, linda carita y un cuerpo super candente, ella y yo ya teníamos un tiempo saliendo. Hubo un día donde yo me encontraba super estresado por todo lo que estaba pasando y ella muy gentilmente me ofreció su ayuda para poder terminar los pendientes que tenia con mis pacientes, dentro de todo eso terminamos y como aún nos sobraba tiempo le dije que si quería ir a un lugar super sccreto donde podríamos hablar con más calma, ella acepto y mientras bajabamos por el ascensor nos dimos uno de esos besos que tanto nos calentaba, entonces le dije que pasara a los vestidores y después de 2 minutos yo entraría, ya una vez adentro nos besamos, la tome de la cintura y con firmeza la tome de las nalgas y comence a masajearla, abriendole y apretando duro ese enorme y redondo trasero qué solo de recordar me pongo duro, en fin... Mientras le iba besando y apretando con una mano las nalgas y la otra subiendo por su vientre hasta llegar a sus senos qué son increíblemente hermosos, fui poco a poco masajeando hasta ponerlos duros, ya una vez que escuchaba sus gemidos reprimidos por el miedo de que nos encuentren en los vestidores le dije, abre bien la boca qué hoy no te vas hasta que me saques toda la leche qué tengo para darte, no se imaginan lo mucho que se excito al oír eso, hasta que ella sólita se recogió el cabello, se arrodilló, me bajo el scrub y con una mano cogio mi pené super erecto con líquido preseminal y empezó a lamerlo, al inicio fue despacio hasta que el sabor de mi pre empezo a calentarla cada vez más al punto que me dijo mientras estaba arrodillada qué quiera sentir mi pené dentro de ella, fue ahí cuando se metió todo en la boca hasta expotarla la tráquea por unos 30 segundos donde la sacó toda babeada y bien erecta, se puso de pie, se fue bajando poco a poco el short y empezó a fotrase en el trasero hasta que me dijo, no puedo más... Necesito que estés dentro de mi, fue ahí donde empezó a rozarse con mi pené super duro y humedo por toda la vagina hasta que no aguanto más y se lo metió, sin preguntar si quería o no pero obvio que quería estar dentro de ella, fue ahí donde ni bien entro ella empezó a gemir al principio suave casi queriendo ocultar su deseo de verga qué tenía, hasta que poco a poco la iba en vistiendo cada vez más y más fuerte hasta que no pudo y se corrio, yo todavía seguía caliente así que empecé a darle cada vez más y más duro hasta el punto de que ella no podía controlar sus gemidos y solo los dejaba ir como la perra en celo que se convertía cuando la verga de su hombre estaba dentro de ella, como buen amo le enseñe a ser una perra obediente, ella sabía que cada vez que se corria debía sacar la Lengua para que pueda dsitrutar de su orgasmo, fue por el ruido que hacía mi pelvis con su trasero qué no pudo más y empezó a 0gemir tan fuerte que por un momento creímos que el guardia del hospital nos escuchó y tuvimos miedo pero nos calentó más, entonces la tome de su boca y le dije al oído, - ya no hagas tanta bullo perrita que así no podré llenarte la vagina de leche, entonces ella empezó a mover sus caderas más y más fuertes hacia mi pelvis que no tuve de otra que poner mis manos en su trasero y hacerla mía como tantas veces la hice, fue tanta la adrenalina que nos encontrarán cogiendo qué ella gemia cada vez más y más fuerte, por suerte nadie nos escucho y cuando menos lo pensé ella volvió a correrse y empapo el suelo con sus jugos, yo le había desbloqueado su tan delicioso squirt, ya una vez corrida, la tome del cabello y no pare hasta hacerla de nuevo venir, fue ahí cuando le pidió en un tono de amor, deseo y necesidad que me corriera dentro de ella, que quería sienitr todo mi semen en su vagina, entonces eso hizo que me Calentaras y le die super más duro, le reventé la vagina de puras embestidas y como si fuera poco, la llene de leche en toda la vigina, ella obviamente ya estaba cansada y llena de extasis decidio atodillarse y sucionar, lamer y probar el poco de semen solo para decirme lo mucho que le gusta el sabor de mi semilla, me siguiendo mamando hasta el punto de dejarlo limpio y en especial super relajado para que pueda segur con la guardia en la. Cual estaba.
Desde esa vez volvimos a tener encuentros dentro del hospital, a veces eran en la sala de prcedimeitos, otras en los consultorios cuando no había pacientes para atender.

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