No hay nadie perfecto y el primero de la lista en no serlo, soy yo. Todavía me quedan alguna obsesión o manía, como pueden ser la puntualidad, la limpieza, el orden, la alimentación correcta, el ejercicio y esta última que voy tratando de quitarme, que prácticamente lo he conseguido, la de bajar mis escudos personales. Pero... pero... hay una obsesión que perdura en el tiempo, el culo de la mujer de un gran amigo.
La poseedora de ese magnifico culo, que es mejor que cualquier paisaje idílico que hayamos podido contemplar, deseando perderte en él, de ese soberbio culo que cuando la ves caminar es una obra de arte en movimiento, con un poder hipnotizante, que es imposible apartar la vista de él y que si alguna vez has deseado ir al paraíso la entrada está en ese glorioso culo. Pues bien, la dueña de ese culo se llamaFiona... 1,68 y 38 años, pecho 95, cintura 55, caderas 85, peso 54 kg, ojos verdes, color de pelo castaño muy oscuro y melena (por debajo de los hombros), nariz perfecta (aunque sé que se hizo una rinoplastia porque no le gustaba la que tenía, es lo único que se ha tocado), boca bien cuidada y labios muy sensuales (un diez en sensualidad) y su culo es imposible de describir.
Esta mujer siempre ha sido así y sigue siéndolo. Siempre se ha dedicado a la nutrición, al fitness y desde hace tiempo además de hacerlo presencialmente lo hace online, con mucho existo, pero que nadie confunda fitness con culturismo. Su marido es mi amigoRaúl... 1,78 y 39 años, va rapado al cero por parte de su calvicie, pero le queda muy bien, 67 kg, su cuerpo está muy definido, se nota que se cuida bastante, aunque menos que su mujer. También algo normal porque ella se dedica al trabajo del cuerpo para los demás, como unas ocho horas diarias.
Nuestra relación, la de Raúl y mía, siempre ha sido estrecha, lo único que cuando se echó novia y se casó, puse distancia por no meter la pata, la tentación era demasiado fuerte y ya se sabe, quien nace lechón muere cochino. A pesar de distanciarnos físicamente solíamos hablar muy a menudo además de enviarnos todo tipo de WhatsApp diarios y ahora al meollo de la cuestión. Tocaba ir a una zona del caribe, a asistir a un evento del que dependía como mínimo dos proyectos para iniciar este año. No era para que fuera otro, iría yo encabezando el equipo, que en total éramos seis personas, sin contarme a mí.
En muchas ocasiones hacíamos uso de alguna empresa externa para unas labores que llamaremos de intermediación-captación, quien se solía encarga de esa elección era Victoria, esta vez la empresa elegida era de Barcelona. Normalmente como mínimo 24 horas antes me gustaba verme con el personal con el que íbamos a viajar, para saber si estábamos en sintonía. Victoria me cuenta una “película” de miedo, algo raro en ella, el caso que saldríamos desde Barcelona a las 19:05 sin haber conocido a esas personas, la excusa de Victoria, que surgió un imprevisto, pero como haríamos una escala larga en Londres, ahí podría conocer mejor a personal.
Imaginaba en el aeropuerto de Barcelona alguien con un letrero esperándonos. Mande por delante a las seis personas que venían conmigo, porque aproveche para hacer una gestión en Barcelona. Camino del aeropuerto me llaman diciendo que no ven a nadie esperándonos. Al llegar al aeropuerto y al llegar por donde teníamos que embarcar, escucho... “¡SORPRESA!”, son Raúl yFiona, con dos personas más. Es la empresa de Raúl que ahora trabaja y vive en Barcelona los que ha contratado Victoria, que por cierto conoce muy bien al matrimonio, sobre todo a Raúl. La verdad que si ha sido una sorpresa.
Han surgido algunos problemas de alojamiento a donde vamos y no podremos estar todos en el mismo hotel. En el hotel que vamos nosotros solo hay tres habitaciones, por lo que tengo que elegir de las seis que vienen conmigo quien se queda con nosotros. No tengo ninguna duda, he escogido a Leire, entro a trabajar con nosotros en mayo, se supone que es el muro de contención para que la gente no me joda mucho, es recomendada por su mala leche y porque su marido es un proveedor nuestro.
Estando ya en Londres me pongo malo cada vez que miro a Fiona, pero cuando la veo de espaldas mi corazón se dispara. Además, es mujer de llevar la ropa muy ajustada, le gusta que se noten sus curvas. Al día siguiente vuelo de 14:50 horas y los asientos demasiado ajustados para mis piernas. Cuando llegamos hace ya mucho calor, el sol pega bien. Hablan en inglés, pero también algo parecido al francés. Fue llegar a ese país y empezar la locura. Era mi primera vez, pero me había informado, era un lugar para ideal para hacer snorkel y antes de subir a mi habitación ya estaba alquilando una embarcación para que me llevaran a un buen lugar, Fiona sin nadie decirle nada se apuntó y su marido dijo que él iba a dormir hasta la hora de cenar, Fiona me dijo que en media hora estaba preparada.
Antes de media hora apareció con un vestido de playa que le llegaba a las rodillas. Nos llevaba en una barca con motor, bastante rudimentaria y de nombre rimbombante. Me coloco las aletas y antes de colocarme las gafas y el tubo, me dispongo a explicarle a Fiona las normas básicas para no tener ningún susto, cuando me quiero dar cuenta ya está en el agua. Antes se había quitado el vestido de frente a mí, por lo que no pude ver bien su culito. Estaba claro que sabía hacer snorkel de sobra, ahora iba detrás de ella y la visión era perfecta. Una vez que terminamos quería que le explicara como tenía tanta capacidad pulmonar, como lo lograba, le dije un par de cosas y decía que lo pondría en práctica, hasta los dos que nos llevaban no quitaban ojo al culo de Fiona, además de a sus tetas.
Por la mañana temprano antes de irme con Raúl y el resto de la gente, desde mi terraza podía ver a Fiona con bañador completo, de lo más sugerente dando largos en la piscina. Me fui a dar una ducha, afeitarme y vestirme, una vez que estaba listo, me asomé de nuevo y ahora estaba con un trípode una cámara grabándose haciendo ejercicios. A las doce hicieron un descanso de una hora que ya nos avisaron que seguro era un poco más largo y me quede hablando con Raúl y salió el tema de su mujer.
- He visto esta mañana a tu mujer grabándose haciendo gimnasia o algo parecido.
- Tío no te imaginas el negocio de las redes, se está haciendo de oro. Ni te imaginas cuantas mujeres y seguro que algún hombre, no se pierden sus clases para tener un culo con forma, duro y en su sitio, además de tratar de mantener las tetas en su lugar.
- Hombre la ventaja que tiene que por su físico puede decir que esos ejercicios dan resultado.
- Carlos que fino te has vuelto, tiene un culo y unas tetas de no te menees. Que seguro que alguno se ha dado de alta solo para verlos.
- Jajaja... Jajaja...
- No te rías que es verdad. Seguro que tú se lo has mirado más de una vez, ¿A que sí? Se sincero, que no me molesta.
- Hombre es difícil no fijarse alguna vez. Has tenido mucha suerte.
- Entre tú y yo, que siempre lo hemos hablado todo, no tanta suerte. Porque al principio metíamos a todas horas y en cualquier sitio, pero poco a poco todo ha ido a menos. Es más, llego un momento que empecé a tomar viagra, primero de 25 gr. Y bien, luego tuve que pasar a 50 gr. Y al final de 100 gr. Con la de 25 me daba dolor de cabeza de puta madre, diarrea y se me dormían brazos y piernas. Con las otras dosis me dieron hasta mareos, pero de ponerme a morir. Claro es que no perdonaba un día, un desastre amigo, ahora con más calma.
- Normal que te diera algo, supongo que según quien lo tome habrá una dosis adecuada y seguro que no todos los días.
- Un día el rabo se me puso que podía romper ladrillos, me duro más de cuatro horas el empalme, pero con un dolor que no se me olvidara nunca.
- Pero has ido a un especialista, porque eres un tío joven, estas fuerte.
- Después de muchas pruebas, lo que me dicen unos y otros, que esa faceta que tuve de la cocaína, que tampoco fue para tanto, me ocasiono un daño neurológico de larga duración, que no sé qué tiene que ver la neurología con el rabo, salvo que me afectara a la cabeza del rabo.
- Que bruto que eres, será al sistema nervioso a lo que afectaría, que no te sé decir. Te dijeron que, de larga duración, seguro que cualquier día vuelve a estar en forma.
- La última raya que me metí fue el día que cumplí los 33 y desde entonces de mal en peor. Porque no hay un día que haya pegado un buen polvo ni con mi mujer ni con ninguna otra. Que tampoco me extrañaría que me estuviera poniendo los cuernos.
- Fiona está demasiado enamorada de ti como para ponértelos, no sé en qué te basas.
- No digo que me los esté poniendo, es solo una posibilidad y que tampoco la culparía. Si es más le dije que tenía mi permiso, me dio una hostia enorme y me amenazo en que, si se lo volvía a decir o insinuar, se divorciaría de mí.
- Ahí tienes lo que te he dicho antes.
Raúl trataba de justificarse en lo que le había dicho a su mujer y saber eso me daba remordimientos por haber pensado en follármela, además sabía que sería casi un imposible. Tuve bien claro que lo tenía que sacar de mi cabeza. Esa noche había en el hotel algo parecido a una fiesta temática caribeña. Para evitar tentaciones gratuitas dije que no iría y tanto el matrimonio como Leireme animaban hasta ponerse pesados. Hice que me subieran fruta para cenar y les dije que bajaría para la fiesta. Quería enviar unos mails de trabajo a España.
La primera que me encontré fue a Leire... 1,66 y 46 años, pecho 105, delgadísima, pero con buenas formas y visibles, peso no llegaría a los 50 kg, ojos avellana, color de pelo castaño y melena larga, pero sin ser excesivo el largo. Llevaba los labios pintados de rojo pasión que la hacían parecer una devoradora de... y marcaba un culito mucho mejor de lo que imaginaba. Su vestuario era un vestido más que llamativo muy atrevido, dejando poco a la imaginación y unas sandalias de cuña que relazaban sus piernas y lo demás. A Fiona ya la he descrito, se había vestido de forma sencilla, pero infartante. Melena alborotada, con muchas ondulaciones, labios color burdeos, llamativos hasta decir basta. Blusa verde, con bastantes botones desabrochados que dejaban ver parte de su generoso pecho. Y el final, un pantalón corto de tela, color blanco, cintura alta y que por detrás estaban lo suficientemente ajustados para remarcar el culazo que tenía. Sandalias de verano con tacones finos.
Nada más verla me dije que la tentación era muy grande y que entre unos y otros me lo ponían muy difícil. Fiona quería bailar a su marido no le gusta ni un poquito y estaba de pie junto a nosotros moviendo su cuerpo al ritmo de la música. A mí me apetecía bailar y cuando fue un momento al aseo me fui a bailar con Leire, que desde el principio se dejó llevar y no se cortó para nada. Después de un buen rato regresamos con Raúl y Fiona, esta miraba con cara de rabia. Esto de bailar con Leire ocurrió varias veces. Nos habían quitado dos asientos mientras bailábamos, estábamos Leire y yo sentados, Raúl y su mujer nos traían bebidas, que se llamaban rhumpuch, que pegaban fuerte, había probado la primera y me deje el resto, a las mujeres les ocurrió lo mismo y se lo acabo tomando Raúl. Con las nuevas bebidas ocurriría lo mismo.
Al ver que Fiona no tenía sitio me iba a levantar para dejarle el sitio, no me dio tiempo se sentó sobre mí y se movía al ritmo de la música, mi amigo no le dio importancia. Mi polla le dio toda la importancia del mundo, porque notaba a la perfección la separación de sus nalgas y como mi polla iba creciendo encajándose en ellas. No me atrevía ni a respirar, esperando que no creciera del todo. Menos mal que Fiona se paró al sentirla. Esperaba que ahora con cualquier excusa se levantara. Lo siguiente no fue levantarse, si no seguir moviéndose al ritmo de la música y para mí que con mucho mas descaro y tratando de provocar una situación que no me resultaba agradable, porque no me gusta que me pongan cachondo para luego marcharse.
Leire miraba atenta y ponía cara de mala leche. Lo siguiente fue como si se retaran entre ellas para ver quien me ponía más cachondo, lo que me provoco un estado de excitación bestial y que mi polla estuviera en su mayor esplendor, dura como el granito. Leire nos dice que se le ha pasado llamar a su marido y se sale para hacerlo. Aprovecho para ir al aseo y tratar de relajarme tengo tal erección que me es imposible poder orinar. Me voy relajando y por fin puedo orinar. Regreso dispuesto a que ninguna de las dos me vuelva a poner cachondo. Leire por que trabaja conmigo y Fiona porque es la mujer de mi amigo, aunque me dé en la nariz que a Raúl no es que le importaría mucho. Ya no salgo a bailar y me mantengo distante de las dos mujeres.
Ellas van al aseo juntas y me quedo a solas con Raúl, quien de sopetón me dice... “Me da la sensación que las dos te han puesto como una moto” y no me queda otra que admitirlo. Luego añade... “Pues por lo que he visto a ellas también, bueno a Leire lo imagino, pero a Fiona seguro, porque me ha dicho que nunca nadie la había puesto tan... caliente”, mi respuesta fue una mueca, sin soltar palabra y a continuación me dice... “Es más, siempre le he propuesto de montárselo con alguien y siempre me ha dicho que nones, pero hoy me ha dicho que contigo lo mismo se atrevía a intentarlo”, como no hago ningún comentario me dice que, si es porque está el, que, aunque le gustaría ver a su mujer podía dejaros solos.
Le hago una reflexión... “Raúl no es eso, que a mí me daría igual que estuvieras... el problema es que somos muy buenos amigos y si eso pasa, luego te podrías arrepentir y la primera causa de ese arrepentimiento, sería la perdida de nuestra amistad, es el problema que veo... ¿O tu no ves ningún problema?” y me responde rápido... “Eso no es problema y es más le he dicho a Fiona que te lo iba a proponer y por eso se ha llevado a Leire, que ese sí que es un problema, porque no hay manera de quitárnosla de encima”. Una vez más me quieren hacer el lio y cuando digo lio, me refiero a que quieren dirigirme y para dirigir estoy yo. Por eso le digo que em encargo de todo, que no se preocupe. Cuando regresan las mujeres, me doy cuenta de cómo Raúl hace una seña a su mujer.
Doy un tiempo como de diez minutos y les digo a los tres... “Yo ya estoy cansado de estar aquí, se me ocurre una idea... porque no vamos a mi habitación y tomamos algo más relajadamente” la primera que dice que le parece buena idea es Leire y el matrimonio se queda descompuesto, ella mira de forma inquisidora a su marido y les vuelvo a preguntar, Raúl no sabe que contestar y su mujer solo me dice... “POR SUPUESTO”, vamos camino de los ascensores y Raúl hace por quedarse atrás de ellas que van hablando como si nada y me pregunta que ha pasado... “Amigo lo que ha pasado es que nadie me maneja con ese tipo de sorpresas, las sorpresas las doy yo, es mas quien manda en este tipo de situaciones soy yo y si quieres ver a tu mujer en su salsa, la veras”, me trataba de decir que con Leire presente no pasaría nada y le dije que me dejara a mí, que él se limitara a sentarse, observar y si quería a masturbarse, hasta se azoro cuando pronuncie eso ultimo.
Pronto íbamos a saber si ellas querían follar o alguna no quería. Raúl como buen cornudo anfitrión, o mejor dicho como buen futuro cornudo si es que se daban las circunstancias, saco bebida del mini bar y nos sirvió a todos. Luego saco un tema de conversación que a las dos mujeres y a mi nos daba igual, pero ellas le siguieron el rollo. Entraron en una especie de discusión en la que no se ponían de acuerdo y Raúl me pregunto... “¿Que dice tu Carlos?”, mi respuesta no era la que se esperaban, porque fui directo, claro y preciso... “Me da igual la conversación... ya es tarde y yo lo que quiero es follar... ¿Alguien se apunta? Claro menos tu Raúl”, silencio sepulcral. Leire se levanta y dice que va al aseo, rápidamente Fiona dice que la acompaña y Raúl me dice... “La has cagado bien cagada Carlos y luego dicen que sabes cómo tratar a las mujeres, como no te la menees esta noche...” me sonrío.
No mucho después salieron del baño las dos mujeres envueltas en dos toallas. La cara de Raúl era un poema. Fiona al ver la cara de su marido le dice... “No me mires de esa forma... era lo que tu querías, pues vamos a ver si nos gusta y ya te aviso a Leire ni tocarla, tu solo miras” y Leire apoya a su nueva amiga y ella nos dice a los dos... “Lo siento Raúl, pero no me vas y Carlos dos cosas claras, después de esto no nos acordaremos y Fiona y yo lo tenemos claro, entre nosotras nada de nada, que eso no nos va”, no se cuentas veces había oído esta última afirmación, pero eran muchas y me daba la risa.
Raúl se quedó sentado, con los ojos bien abiertos y yo tarde muy poco en quedarme en bóxer, la primera que se acercó a mí fue Leire que me soltó un beso con lengua en forma de rosca. Besaba muy bien y me trasmitía su calentura por su boca, Fiona se animó y se vino a mi otro lado, deje de besar a Leire y Fiona no se quedó atrás. Después de eso me metí en la cama y me quedé con la sabana por encima, quería darle más morbo a mi amigo Raúl. Ellas se quitaron las toallas y menudo dos cuerpazos. Hice a Fiona darse la vuelta, quería ver su culito y era un culo esculpido bien levantado, bien salido y muy apetitoso. Se meten debajo de las sábanas, cada una a un costado y se ponen a quitarme el bóxer, la primera que toca mi polla es Leire que le dice a Fiona... “Amiga mía acabo de tocar un hierro al rojo vivo, el hierro más grande que he tocado nunca... no se tu” y acto seguido Fiona agarra mi polla, la palpa bien, la acaricia y le dice... “¡WOW! Raulito... esto que estoy tocando es bocato di cardinale, madre mía... tiene razón Leire esto no es normal”, me fijaba en Raúl que estaba lleno de curiosidad.
Fiona no dijo nada más, se metió debajo de las sábanas y se puso a lamer mi polla. Sacándome mis primeros gemidos y diciéndole a su marido lo bien que manejaba su dulce mujer la lengua. Es cuando Leire diciendo que había para las dos se metió también debajo, pudiendo notar las dos lenguas y sus respectivas manos. Por lo que estaban haciendo sabía que sus lenguas se tenían que haber cruzado y que no protestaron. Era el momento de quitar la sabana, Raúl tenía derecho a ver y así lo hice, justo en el momento que su mujercita se metía mi polla en su boca y Leire mirándole le comentaba que su mujer era muy puta. Tocaba sus cuerpos y sus coñitos rezumaban como si fueran una fuente. Hice que se acercaran a mí, primero bese a Fiona con toda su boca sabiendo a mi polla y luego con Leire, quise que nos diéramos un beso los tres a la vez, pero no estaban por la labor, hasta que agarre bien sus melenas y entonces, como si las obligara, nuestras tres lenguas se entrelazaron.
La primera en montarse sobre mi polla fue Leire y por indicación mía Fiona se puso encima de mi boca, Leire solo hablaba a Fiona... “Esto es estar en la gloria, la noto hasta dentro del todo, arde dentro de mí, nada me había llenado tanto, es una puta pasada, estoy calentísima... BESAME, BESAME...” y pude escuchar cómo se besaban, porque no lo podía ver y escuchaba como Raúl les decía que eran unas putas. Leire le soltó... “¿PUTASSSS...? Si no fueras tan impotente como mi marido no os pasaría esto, porque estamos con un verdadero macho que está pudiendo con las dos, no como vosotros que no podéis ni con una... SO CORNUDO” y Fiona solo le comento... “CORNUDO sin conocerte te ha calado Leire” y Leire se corrió.
Se quito de encima y le dijo a Fiona, pruébalo cariño, ya verás y Fiona no rechazo la invitación, gritando desde que se metió el primer trozo de polla. “RAUUUUULLLLL... JODER... QUE POLLÓN... parece que me va a romper... AAAAHHHHHHH...” y luego pedía que le apretara los pezones, cuando lo iba a hacer, Leire me dijo que ella lo haría, que salvaje que era, se los retorica sin piedad y Fiona solo gemía, le decía que más fuerte y esta se agacho comiéndole uno de sus pezones, lo hacía salvajemente y cada vez aumentaba a más, según ella gritaba y gemía. Estaba a puntito de correrse y sin que ella lo esperara, la quite de encima en un segundo. No quería que se corriera todavía porque quería follarme ese culito a toda costa.
No me anduve con rodeos, le dije que se colocara que quería follarme su culito y ella antes de que pudiera decir nada escucho a Raúl que decía... “DE ESO NADA, ESE CULO ES SOLO MIO Y TODAVIA YO NO HE PODIDO Y TAMPOCO NADA DE CORRERSE EN SU BOCA”, no le hice nada de caso y lo que si hice fue darle un fuerte azote en el culo para que se colocara. Como seguía Raúl en sus trece ya le dije... “Si en todos los años que lleváis juntos no te has follado el mejor culo que he visto en mi vida, es que eres un flojeras y mereces ser más cornudo de lo que ya estas siendo... ¿Tu que dices Fiona?” y Fiona contestándome a mí, pero sin dejar de mirar a su marido me dijo... “Carlos tienes toda la razón, es un flojeras y solo te pido que lo hagas con cuidado que la envergadura de tu polla no es normal” y se colocó perfectamente para que me follara su culito. Se coloco en el borde de la cama, para que yo estando de pie pudiera hacerlo y eso sí, mirando a su marido.
Sin lubricante, solo con mi polla mojada por su coñito, empecé a follarme es culo soñado. Pero antes hice que su marido le diera la mano. Iba resoplando, de vez en cuando me decía que despacio y si me paraba me lo recriminaba, porque me decía que despacio no quería decir que me parara. Empezó a hablar mal... “CABRÓN... esto sí que es una polla y esto sí que es dar por culo, no lo que tú haces”, para Leire también tenía... “Vamos PUTA... cómeme las tetas, destrózamelas...” y Leire se ponía debajo comiéndoles las tetas y destrozándoselas. Hasta que le dije a Leire que le acariciara el clítoris, no lo dudo mucho y en ese momento Fiona se puso a dos mil por hora. Metí toda mi polla en su culo de una vez. No era mucho lo que quedaba por meterle, pero dio un buen alarido de placer.
Lo siguiente que hice fue decirle a Leire que se tumbara al revés, de tal manera que quedaran como si estuvieran haciendo un 69. Una vez que estuvo así, le di una buena embestida y cayó sobre Leire, su cabeza quedo justo entre sus piernas, a la altura de su coñito, solo me hizo falta estirar un brazo, ponerle la mano sobre la cabeza y a los dos segundos lameteaba el coñito de Leire, que gemía por demás. Al poquísimo rato sentía como Leire hacia lo mismo con el coñito de Fiona que se corría en cuestión de segundos, meneando ese espectacular culo. Una vez que Fiona se esmeró con el coñito de Leire y le hizo tener un orgasmo bestial, me salí de ella, porque necesitaba correrme, pero quería hacerlo en la boca de Fiona, lo que su marido tenía prohibido.
Ella debió de leer mis pensamientos, porque me sonrió y abrió bien su boca para recibir mi copiosa corrida. Que primero compartió con Leire y luego se fue hacia su marido, que rechazo el beso que ella quería darle, por lo que Fiona le dio un señor guantazo en la cara y luego compartió lo que llevaba en su boca, algo que duro varios minutos muy intensos. Cuando eso termino me fui al aseo, al salir con mirada seria o contrariada, Raúl dijo que se iban y su mujer fue detrás sin rechistar. Leire muy seria me miro diciéndome... “Me lo he pasado como nunca, pero no volverá a pasar. Soy una mujer fiel y casada, pero lo dicho me lo he pasado muy bien. Esto nunca sucedió” y se fueron todos.
Por la mañana estaba desayunando solo, cuando aparecen Raúl y Fiona, vienen sonrientes y me choca por cómo se fueron. Raúl me dice que gracias por lo de la noche pasada y que lo pasaron muy bien, que le daba vergüenza reconocerlo en ese momento, pero que esperaba que nuestra amistad fuera más profunda ahora, lógicamente le dije que sí y fue cuando Fiona intervino diciéndome... “Pero Carlos no se te olvide una cosa, los cuernos son como las plantas, que hay que regarlas para que no se marchiten. Así que de vez en cuando tienes que venir a regar para que crezcan con más fuerza, que hay mucho por hacer con el cornudo”, se echaron a reír, se notaba que lo habían hablado durante la noche.
Con Leire no tuve tiempo de hablar nada. Regresamos a España, quedo con Raúl y Fiona que nos veremos con más asiduidad y me despido del resto del equipo hasta el lunes, que van a tener varios días libres. Al día siguiente acudí al trabajo y todo dentro de la normalidad. Pero al siguiente día Victoria me dice que Leire se despide del trabajo. Lógicamente me viene a la cabeza lo que sucedió en el viaje, pero cuando Victoria me pregunta si hubo algún problema, le contesto que no y no miento, porque no hubo ningún problema. Parece ser que es su marido quien le ha dicho que tiene que dejar el trabajo y aparece por allí. Estoy almorzando y Victoria me llama para decirme que esta Telmo (esposo de Leire) esperándome y que tiene cara de funeral. Respiro profundo y voy al despacho, antes me encuentro con Victoria que me dice que esta echo una mierda, pero que nada más quiere hablar conmigo.
- Carlos menos mal que ya estás aquí...
- Hola Telmo, no sé qué te pasa, pero Victoria me ha dicho que Leire se va del trabajo... ¿Eso por qué?
- Puedo serte franco y que no salga de estas cuatro paredes, ni tan siquiera que se lo digas a Victoria.
- Por ese parte tranquilo...
- En este viaje que habéis mandado a Leire me ha sido infiel.
- ¿Pero eso lo sabes o te lo estas imaginando?
- Lo sé a ciencia cierta, porque me lo ha dicho ella. Que no está arrepentida, pero que nunca me ha mentido y por eso me lo contaba. Por lo menos en eso ha sido honesta.
- Lo mismo si esta arrepentida, aunque sea un poco, pero no entiendo que por eso tenga que dejar el trabajo.
- Arrepentida nada de nada, porque me ha dicho que nunca se lo había pasado así. Que fue algo increíble y sin poder describirlo. Lo de dejar el trabajo es porque o bien fue con un caribeño o con un compañero de trabajo. Le pregunte si fue con un caribeño de... grande y me dijo que no, que fue con un compañero, pero que eso si de... super grande. Por eso no puedo permitir que este coincidiendo con el... ¿Me entiendes?
- Pues no te entiendo, porque si quieren quedar quedaran trabajen juntos o no. Pero lo más importante es si ella te ha dicho que va a seguir haciéndolo con quien sea.
- Me ha dicho que no volverá a pasar salvo que yo lo permitiera, porque me dice que me quiere mucho, pero que soy un poco desastre en la cama. Me dice que soy un DESASTRE. ¿Tú qué harías?
- No sé qué decirte, porque somos muy diferentes en nuestras formas de pensar y vivir, lo mismo con alguien más íntimo...
- A nadie más íntimo le puedo contar nada de esto. Por eso acudo a ti, eres un hombre de mundo y sabes mucho de mujeres.
- Te puedo decir que se coja unos días más de descanso, que hables con ella, que le expongas todas tus dudas o lo que le quieras preguntar y solo te puedo decir que tampoco es una tragedia que tu mujer tuviera sexo con otro. Lo importante es si te ama a ti o no.
- Es que no sé cómo puede haber pasado.
- Yo te lo digo, que os ocurre a muchas parejas. Os entra la monotonía, falta de satisfacción sexual, falta de comunicación y a eso le sumas y no te molestes, que tu mujer esta físicamente muy bien... pues ya sabes. Pero piensa una cosa, que no es una pregunta, es para que reflexiones tu solo, cuanto follabais al principio y cuanto en los últimos tiempos.
- Ya, pero es que ya he entrado de sobra en la cincuentena y aunque tomo potenciadores de testosterona, se nota que no es como antes ni mucho menos.
Luego hablamos de que sin embargo la mejor edad para la mujer es a partir de los 40. Le deje caer alguna insinuación muy liviana de dejar a su mujer un poco más de “libertad” o compartir con ella esa “libertad”, pero como digo no fue nada directo, lo hice para que pensara, que no hiciera un dram y no por querer hacer nada con Leire que lo veía muy lejano eso.
La poseedora de ese magnifico culo, que es mejor que cualquier paisaje idílico que hayamos podido contemplar, deseando perderte en él, de ese soberbio culo que cuando la ves caminar es una obra de arte en movimiento, con un poder hipnotizante, que es imposible apartar la vista de él y que si alguna vez has deseado ir al paraíso la entrada está en ese glorioso culo. Pues bien, la dueña de ese culo se llamaFiona... 1,68 y 38 años, pecho 95, cintura 55, caderas 85, peso 54 kg, ojos verdes, color de pelo castaño muy oscuro y melena (por debajo de los hombros), nariz perfecta (aunque sé que se hizo una rinoplastia porque no le gustaba la que tenía, es lo único que se ha tocado), boca bien cuidada y labios muy sensuales (un diez en sensualidad) y su culo es imposible de describir.
Esta mujer siempre ha sido así y sigue siéndolo. Siempre se ha dedicado a la nutrición, al fitness y desde hace tiempo además de hacerlo presencialmente lo hace online, con mucho existo, pero que nadie confunda fitness con culturismo. Su marido es mi amigoRaúl... 1,78 y 39 años, va rapado al cero por parte de su calvicie, pero le queda muy bien, 67 kg, su cuerpo está muy definido, se nota que se cuida bastante, aunque menos que su mujer. También algo normal porque ella se dedica al trabajo del cuerpo para los demás, como unas ocho horas diarias.
Nuestra relación, la de Raúl y mía, siempre ha sido estrecha, lo único que cuando se echó novia y se casó, puse distancia por no meter la pata, la tentación era demasiado fuerte y ya se sabe, quien nace lechón muere cochino. A pesar de distanciarnos físicamente solíamos hablar muy a menudo además de enviarnos todo tipo de WhatsApp diarios y ahora al meollo de la cuestión. Tocaba ir a una zona del caribe, a asistir a un evento del que dependía como mínimo dos proyectos para iniciar este año. No era para que fuera otro, iría yo encabezando el equipo, que en total éramos seis personas, sin contarme a mí.
En muchas ocasiones hacíamos uso de alguna empresa externa para unas labores que llamaremos de intermediación-captación, quien se solía encarga de esa elección era Victoria, esta vez la empresa elegida era de Barcelona. Normalmente como mínimo 24 horas antes me gustaba verme con el personal con el que íbamos a viajar, para saber si estábamos en sintonía. Victoria me cuenta una “película” de miedo, algo raro en ella, el caso que saldríamos desde Barcelona a las 19:05 sin haber conocido a esas personas, la excusa de Victoria, que surgió un imprevisto, pero como haríamos una escala larga en Londres, ahí podría conocer mejor a personal.
Imaginaba en el aeropuerto de Barcelona alguien con un letrero esperándonos. Mande por delante a las seis personas que venían conmigo, porque aproveche para hacer una gestión en Barcelona. Camino del aeropuerto me llaman diciendo que no ven a nadie esperándonos. Al llegar al aeropuerto y al llegar por donde teníamos que embarcar, escucho... “¡SORPRESA!”, son Raúl yFiona, con dos personas más. Es la empresa de Raúl que ahora trabaja y vive en Barcelona los que ha contratado Victoria, que por cierto conoce muy bien al matrimonio, sobre todo a Raúl. La verdad que si ha sido una sorpresa.
Han surgido algunos problemas de alojamiento a donde vamos y no podremos estar todos en el mismo hotel. En el hotel que vamos nosotros solo hay tres habitaciones, por lo que tengo que elegir de las seis que vienen conmigo quien se queda con nosotros. No tengo ninguna duda, he escogido a Leire, entro a trabajar con nosotros en mayo, se supone que es el muro de contención para que la gente no me joda mucho, es recomendada por su mala leche y porque su marido es un proveedor nuestro.
Estando ya en Londres me pongo malo cada vez que miro a Fiona, pero cuando la veo de espaldas mi corazón se dispara. Además, es mujer de llevar la ropa muy ajustada, le gusta que se noten sus curvas. Al día siguiente vuelo de 14:50 horas y los asientos demasiado ajustados para mis piernas. Cuando llegamos hace ya mucho calor, el sol pega bien. Hablan en inglés, pero también algo parecido al francés. Fue llegar a ese país y empezar la locura. Era mi primera vez, pero me había informado, era un lugar para ideal para hacer snorkel y antes de subir a mi habitación ya estaba alquilando una embarcación para que me llevaran a un buen lugar, Fiona sin nadie decirle nada se apuntó y su marido dijo que él iba a dormir hasta la hora de cenar, Fiona me dijo que en media hora estaba preparada.
Antes de media hora apareció con un vestido de playa que le llegaba a las rodillas. Nos llevaba en una barca con motor, bastante rudimentaria y de nombre rimbombante. Me coloco las aletas y antes de colocarme las gafas y el tubo, me dispongo a explicarle a Fiona las normas básicas para no tener ningún susto, cuando me quiero dar cuenta ya está en el agua. Antes se había quitado el vestido de frente a mí, por lo que no pude ver bien su culito. Estaba claro que sabía hacer snorkel de sobra, ahora iba detrás de ella y la visión era perfecta. Una vez que terminamos quería que le explicara como tenía tanta capacidad pulmonar, como lo lograba, le dije un par de cosas y decía que lo pondría en práctica, hasta los dos que nos llevaban no quitaban ojo al culo de Fiona, además de a sus tetas.
Por la mañana temprano antes de irme con Raúl y el resto de la gente, desde mi terraza podía ver a Fiona con bañador completo, de lo más sugerente dando largos en la piscina. Me fui a dar una ducha, afeitarme y vestirme, una vez que estaba listo, me asomé de nuevo y ahora estaba con un trípode una cámara grabándose haciendo ejercicios. A las doce hicieron un descanso de una hora que ya nos avisaron que seguro era un poco más largo y me quede hablando con Raúl y salió el tema de su mujer.
- He visto esta mañana a tu mujer grabándose haciendo gimnasia o algo parecido.
- Tío no te imaginas el negocio de las redes, se está haciendo de oro. Ni te imaginas cuantas mujeres y seguro que algún hombre, no se pierden sus clases para tener un culo con forma, duro y en su sitio, además de tratar de mantener las tetas en su lugar.
- Hombre la ventaja que tiene que por su físico puede decir que esos ejercicios dan resultado.
- Carlos que fino te has vuelto, tiene un culo y unas tetas de no te menees. Que seguro que alguno se ha dado de alta solo para verlos.
- Jajaja... Jajaja...
- No te rías que es verdad. Seguro que tú se lo has mirado más de una vez, ¿A que sí? Se sincero, que no me molesta.
- Hombre es difícil no fijarse alguna vez. Has tenido mucha suerte.
- Entre tú y yo, que siempre lo hemos hablado todo, no tanta suerte. Porque al principio metíamos a todas horas y en cualquier sitio, pero poco a poco todo ha ido a menos. Es más, llego un momento que empecé a tomar viagra, primero de 25 gr. Y bien, luego tuve que pasar a 50 gr. Y al final de 100 gr. Con la de 25 me daba dolor de cabeza de puta madre, diarrea y se me dormían brazos y piernas. Con las otras dosis me dieron hasta mareos, pero de ponerme a morir. Claro es que no perdonaba un día, un desastre amigo, ahora con más calma.
- Normal que te diera algo, supongo que según quien lo tome habrá una dosis adecuada y seguro que no todos los días.
- Un día el rabo se me puso que podía romper ladrillos, me duro más de cuatro horas el empalme, pero con un dolor que no se me olvidara nunca.
- Pero has ido a un especialista, porque eres un tío joven, estas fuerte.
- Después de muchas pruebas, lo que me dicen unos y otros, que esa faceta que tuve de la cocaína, que tampoco fue para tanto, me ocasiono un daño neurológico de larga duración, que no sé qué tiene que ver la neurología con el rabo, salvo que me afectara a la cabeza del rabo.
- Que bruto que eres, será al sistema nervioso a lo que afectaría, que no te sé decir. Te dijeron que, de larga duración, seguro que cualquier día vuelve a estar en forma.
- La última raya que me metí fue el día que cumplí los 33 y desde entonces de mal en peor. Porque no hay un día que haya pegado un buen polvo ni con mi mujer ni con ninguna otra. Que tampoco me extrañaría que me estuviera poniendo los cuernos.
- Fiona está demasiado enamorada de ti como para ponértelos, no sé en qué te basas.
- No digo que me los esté poniendo, es solo una posibilidad y que tampoco la culparía. Si es más le dije que tenía mi permiso, me dio una hostia enorme y me amenazo en que, si se lo volvía a decir o insinuar, se divorciaría de mí.
- Ahí tienes lo que te he dicho antes.
Raúl trataba de justificarse en lo que le había dicho a su mujer y saber eso me daba remordimientos por haber pensado en follármela, además sabía que sería casi un imposible. Tuve bien claro que lo tenía que sacar de mi cabeza. Esa noche había en el hotel algo parecido a una fiesta temática caribeña. Para evitar tentaciones gratuitas dije que no iría y tanto el matrimonio como Leireme animaban hasta ponerse pesados. Hice que me subieran fruta para cenar y les dije que bajaría para la fiesta. Quería enviar unos mails de trabajo a España.
La primera que me encontré fue a Leire... 1,66 y 46 años, pecho 105, delgadísima, pero con buenas formas y visibles, peso no llegaría a los 50 kg, ojos avellana, color de pelo castaño y melena larga, pero sin ser excesivo el largo. Llevaba los labios pintados de rojo pasión que la hacían parecer una devoradora de... y marcaba un culito mucho mejor de lo que imaginaba. Su vestuario era un vestido más que llamativo muy atrevido, dejando poco a la imaginación y unas sandalias de cuña que relazaban sus piernas y lo demás. A Fiona ya la he descrito, se había vestido de forma sencilla, pero infartante. Melena alborotada, con muchas ondulaciones, labios color burdeos, llamativos hasta decir basta. Blusa verde, con bastantes botones desabrochados que dejaban ver parte de su generoso pecho. Y el final, un pantalón corto de tela, color blanco, cintura alta y que por detrás estaban lo suficientemente ajustados para remarcar el culazo que tenía. Sandalias de verano con tacones finos.
Nada más verla me dije que la tentación era muy grande y que entre unos y otros me lo ponían muy difícil. Fiona quería bailar a su marido no le gusta ni un poquito y estaba de pie junto a nosotros moviendo su cuerpo al ritmo de la música. A mí me apetecía bailar y cuando fue un momento al aseo me fui a bailar con Leire, que desde el principio se dejó llevar y no se cortó para nada. Después de un buen rato regresamos con Raúl y Fiona, esta miraba con cara de rabia. Esto de bailar con Leire ocurrió varias veces. Nos habían quitado dos asientos mientras bailábamos, estábamos Leire y yo sentados, Raúl y su mujer nos traían bebidas, que se llamaban rhumpuch, que pegaban fuerte, había probado la primera y me deje el resto, a las mujeres les ocurrió lo mismo y se lo acabo tomando Raúl. Con las nuevas bebidas ocurriría lo mismo.
Al ver que Fiona no tenía sitio me iba a levantar para dejarle el sitio, no me dio tiempo se sentó sobre mí y se movía al ritmo de la música, mi amigo no le dio importancia. Mi polla le dio toda la importancia del mundo, porque notaba a la perfección la separación de sus nalgas y como mi polla iba creciendo encajándose en ellas. No me atrevía ni a respirar, esperando que no creciera del todo. Menos mal que Fiona se paró al sentirla. Esperaba que ahora con cualquier excusa se levantara. Lo siguiente no fue levantarse, si no seguir moviéndose al ritmo de la música y para mí que con mucho mas descaro y tratando de provocar una situación que no me resultaba agradable, porque no me gusta que me pongan cachondo para luego marcharse.
Leire miraba atenta y ponía cara de mala leche. Lo siguiente fue como si se retaran entre ellas para ver quien me ponía más cachondo, lo que me provoco un estado de excitación bestial y que mi polla estuviera en su mayor esplendor, dura como el granito. Leire nos dice que se le ha pasado llamar a su marido y se sale para hacerlo. Aprovecho para ir al aseo y tratar de relajarme tengo tal erección que me es imposible poder orinar. Me voy relajando y por fin puedo orinar. Regreso dispuesto a que ninguna de las dos me vuelva a poner cachondo. Leire por que trabaja conmigo y Fiona porque es la mujer de mi amigo, aunque me dé en la nariz que a Raúl no es que le importaría mucho. Ya no salgo a bailar y me mantengo distante de las dos mujeres.
Ellas van al aseo juntas y me quedo a solas con Raúl, quien de sopetón me dice... “Me da la sensación que las dos te han puesto como una moto” y no me queda otra que admitirlo. Luego añade... “Pues por lo que he visto a ellas también, bueno a Leire lo imagino, pero a Fiona seguro, porque me ha dicho que nunca nadie la había puesto tan... caliente”, mi respuesta fue una mueca, sin soltar palabra y a continuación me dice... “Es más, siempre le he propuesto de montárselo con alguien y siempre me ha dicho que nones, pero hoy me ha dicho que contigo lo mismo se atrevía a intentarlo”, como no hago ningún comentario me dice que, si es porque está el, que, aunque le gustaría ver a su mujer podía dejaros solos.
Le hago una reflexión... “Raúl no es eso, que a mí me daría igual que estuvieras... el problema es que somos muy buenos amigos y si eso pasa, luego te podrías arrepentir y la primera causa de ese arrepentimiento, sería la perdida de nuestra amistad, es el problema que veo... ¿O tu no ves ningún problema?” y me responde rápido... “Eso no es problema y es más le he dicho a Fiona que te lo iba a proponer y por eso se ha llevado a Leire, que ese sí que es un problema, porque no hay manera de quitárnosla de encima”. Una vez más me quieren hacer el lio y cuando digo lio, me refiero a que quieren dirigirme y para dirigir estoy yo. Por eso le digo que em encargo de todo, que no se preocupe. Cuando regresan las mujeres, me doy cuenta de cómo Raúl hace una seña a su mujer.
Doy un tiempo como de diez minutos y les digo a los tres... “Yo ya estoy cansado de estar aquí, se me ocurre una idea... porque no vamos a mi habitación y tomamos algo más relajadamente” la primera que dice que le parece buena idea es Leire y el matrimonio se queda descompuesto, ella mira de forma inquisidora a su marido y les vuelvo a preguntar, Raúl no sabe que contestar y su mujer solo me dice... “POR SUPUESTO”, vamos camino de los ascensores y Raúl hace por quedarse atrás de ellas que van hablando como si nada y me pregunta que ha pasado... “Amigo lo que ha pasado es que nadie me maneja con ese tipo de sorpresas, las sorpresas las doy yo, es mas quien manda en este tipo de situaciones soy yo y si quieres ver a tu mujer en su salsa, la veras”, me trataba de decir que con Leire presente no pasaría nada y le dije que me dejara a mí, que él se limitara a sentarse, observar y si quería a masturbarse, hasta se azoro cuando pronuncie eso ultimo.
Pronto íbamos a saber si ellas querían follar o alguna no quería. Raúl como buen cornudo anfitrión, o mejor dicho como buen futuro cornudo si es que se daban las circunstancias, saco bebida del mini bar y nos sirvió a todos. Luego saco un tema de conversación que a las dos mujeres y a mi nos daba igual, pero ellas le siguieron el rollo. Entraron en una especie de discusión en la que no se ponían de acuerdo y Raúl me pregunto... “¿Que dice tu Carlos?”, mi respuesta no era la que se esperaban, porque fui directo, claro y preciso... “Me da igual la conversación... ya es tarde y yo lo que quiero es follar... ¿Alguien se apunta? Claro menos tu Raúl”, silencio sepulcral. Leire se levanta y dice que va al aseo, rápidamente Fiona dice que la acompaña y Raúl me dice... “La has cagado bien cagada Carlos y luego dicen que sabes cómo tratar a las mujeres, como no te la menees esta noche...” me sonrío.
No mucho después salieron del baño las dos mujeres envueltas en dos toallas. La cara de Raúl era un poema. Fiona al ver la cara de su marido le dice... “No me mires de esa forma... era lo que tu querías, pues vamos a ver si nos gusta y ya te aviso a Leire ni tocarla, tu solo miras” y Leire apoya a su nueva amiga y ella nos dice a los dos... “Lo siento Raúl, pero no me vas y Carlos dos cosas claras, después de esto no nos acordaremos y Fiona y yo lo tenemos claro, entre nosotras nada de nada, que eso no nos va”, no se cuentas veces había oído esta última afirmación, pero eran muchas y me daba la risa.
Raúl se quedó sentado, con los ojos bien abiertos y yo tarde muy poco en quedarme en bóxer, la primera que se acercó a mí fue Leire que me soltó un beso con lengua en forma de rosca. Besaba muy bien y me trasmitía su calentura por su boca, Fiona se animó y se vino a mi otro lado, deje de besar a Leire y Fiona no se quedó atrás. Después de eso me metí en la cama y me quedé con la sabana por encima, quería darle más morbo a mi amigo Raúl. Ellas se quitaron las toallas y menudo dos cuerpazos. Hice a Fiona darse la vuelta, quería ver su culito y era un culo esculpido bien levantado, bien salido y muy apetitoso. Se meten debajo de las sábanas, cada una a un costado y se ponen a quitarme el bóxer, la primera que toca mi polla es Leire que le dice a Fiona... “Amiga mía acabo de tocar un hierro al rojo vivo, el hierro más grande que he tocado nunca... no se tu” y acto seguido Fiona agarra mi polla, la palpa bien, la acaricia y le dice... “¡WOW! Raulito... esto que estoy tocando es bocato di cardinale, madre mía... tiene razón Leire esto no es normal”, me fijaba en Raúl que estaba lleno de curiosidad.
Fiona no dijo nada más, se metió debajo de las sábanas y se puso a lamer mi polla. Sacándome mis primeros gemidos y diciéndole a su marido lo bien que manejaba su dulce mujer la lengua. Es cuando Leire diciendo que había para las dos se metió también debajo, pudiendo notar las dos lenguas y sus respectivas manos. Por lo que estaban haciendo sabía que sus lenguas se tenían que haber cruzado y que no protestaron. Era el momento de quitar la sabana, Raúl tenía derecho a ver y así lo hice, justo en el momento que su mujercita se metía mi polla en su boca y Leire mirándole le comentaba que su mujer era muy puta. Tocaba sus cuerpos y sus coñitos rezumaban como si fueran una fuente. Hice que se acercaran a mí, primero bese a Fiona con toda su boca sabiendo a mi polla y luego con Leire, quise que nos diéramos un beso los tres a la vez, pero no estaban por la labor, hasta que agarre bien sus melenas y entonces, como si las obligara, nuestras tres lenguas se entrelazaron.
La primera en montarse sobre mi polla fue Leire y por indicación mía Fiona se puso encima de mi boca, Leire solo hablaba a Fiona... “Esto es estar en la gloria, la noto hasta dentro del todo, arde dentro de mí, nada me había llenado tanto, es una puta pasada, estoy calentísima... BESAME, BESAME...” y pude escuchar cómo se besaban, porque no lo podía ver y escuchaba como Raúl les decía que eran unas putas. Leire le soltó... “¿PUTASSSS...? Si no fueras tan impotente como mi marido no os pasaría esto, porque estamos con un verdadero macho que está pudiendo con las dos, no como vosotros que no podéis ni con una... SO CORNUDO” y Fiona solo le comento... “CORNUDO sin conocerte te ha calado Leire” y Leire se corrió.
Se quito de encima y le dijo a Fiona, pruébalo cariño, ya verás y Fiona no rechazo la invitación, gritando desde que se metió el primer trozo de polla. “RAUUUUULLLLL... JODER... QUE POLLÓN... parece que me va a romper... AAAAHHHHHHH...” y luego pedía que le apretara los pezones, cuando lo iba a hacer, Leire me dijo que ella lo haría, que salvaje que era, se los retorica sin piedad y Fiona solo gemía, le decía que más fuerte y esta se agacho comiéndole uno de sus pezones, lo hacía salvajemente y cada vez aumentaba a más, según ella gritaba y gemía. Estaba a puntito de correrse y sin que ella lo esperara, la quite de encima en un segundo. No quería que se corriera todavía porque quería follarme ese culito a toda costa.
No me anduve con rodeos, le dije que se colocara que quería follarme su culito y ella antes de que pudiera decir nada escucho a Raúl que decía... “DE ESO NADA, ESE CULO ES SOLO MIO Y TODAVIA YO NO HE PODIDO Y TAMPOCO NADA DE CORRERSE EN SU BOCA”, no le hice nada de caso y lo que si hice fue darle un fuerte azote en el culo para que se colocara. Como seguía Raúl en sus trece ya le dije... “Si en todos los años que lleváis juntos no te has follado el mejor culo que he visto en mi vida, es que eres un flojeras y mereces ser más cornudo de lo que ya estas siendo... ¿Tu que dices Fiona?” y Fiona contestándome a mí, pero sin dejar de mirar a su marido me dijo... “Carlos tienes toda la razón, es un flojeras y solo te pido que lo hagas con cuidado que la envergadura de tu polla no es normal” y se colocó perfectamente para que me follara su culito. Se coloco en el borde de la cama, para que yo estando de pie pudiera hacerlo y eso sí, mirando a su marido.
Sin lubricante, solo con mi polla mojada por su coñito, empecé a follarme es culo soñado. Pero antes hice que su marido le diera la mano. Iba resoplando, de vez en cuando me decía que despacio y si me paraba me lo recriminaba, porque me decía que despacio no quería decir que me parara. Empezó a hablar mal... “CABRÓN... esto sí que es una polla y esto sí que es dar por culo, no lo que tú haces”, para Leire también tenía... “Vamos PUTA... cómeme las tetas, destrózamelas...” y Leire se ponía debajo comiéndoles las tetas y destrozándoselas. Hasta que le dije a Leire que le acariciara el clítoris, no lo dudo mucho y en ese momento Fiona se puso a dos mil por hora. Metí toda mi polla en su culo de una vez. No era mucho lo que quedaba por meterle, pero dio un buen alarido de placer.
Lo siguiente que hice fue decirle a Leire que se tumbara al revés, de tal manera que quedaran como si estuvieran haciendo un 69. Una vez que estuvo así, le di una buena embestida y cayó sobre Leire, su cabeza quedo justo entre sus piernas, a la altura de su coñito, solo me hizo falta estirar un brazo, ponerle la mano sobre la cabeza y a los dos segundos lameteaba el coñito de Leire, que gemía por demás. Al poquísimo rato sentía como Leire hacia lo mismo con el coñito de Fiona que se corría en cuestión de segundos, meneando ese espectacular culo. Una vez que Fiona se esmeró con el coñito de Leire y le hizo tener un orgasmo bestial, me salí de ella, porque necesitaba correrme, pero quería hacerlo en la boca de Fiona, lo que su marido tenía prohibido.
Ella debió de leer mis pensamientos, porque me sonrió y abrió bien su boca para recibir mi copiosa corrida. Que primero compartió con Leire y luego se fue hacia su marido, que rechazo el beso que ella quería darle, por lo que Fiona le dio un señor guantazo en la cara y luego compartió lo que llevaba en su boca, algo que duro varios minutos muy intensos. Cuando eso termino me fui al aseo, al salir con mirada seria o contrariada, Raúl dijo que se iban y su mujer fue detrás sin rechistar. Leire muy seria me miro diciéndome... “Me lo he pasado como nunca, pero no volverá a pasar. Soy una mujer fiel y casada, pero lo dicho me lo he pasado muy bien. Esto nunca sucedió” y se fueron todos.
Por la mañana estaba desayunando solo, cuando aparecen Raúl y Fiona, vienen sonrientes y me choca por cómo se fueron. Raúl me dice que gracias por lo de la noche pasada y que lo pasaron muy bien, que le daba vergüenza reconocerlo en ese momento, pero que esperaba que nuestra amistad fuera más profunda ahora, lógicamente le dije que sí y fue cuando Fiona intervino diciéndome... “Pero Carlos no se te olvide una cosa, los cuernos son como las plantas, que hay que regarlas para que no se marchiten. Así que de vez en cuando tienes que venir a regar para que crezcan con más fuerza, que hay mucho por hacer con el cornudo”, se echaron a reír, se notaba que lo habían hablado durante la noche.
Con Leire no tuve tiempo de hablar nada. Regresamos a España, quedo con Raúl y Fiona que nos veremos con más asiduidad y me despido del resto del equipo hasta el lunes, que van a tener varios días libres. Al día siguiente acudí al trabajo y todo dentro de la normalidad. Pero al siguiente día Victoria me dice que Leire se despide del trabajo. Lógicamente me viene a la cabeza lo que sucedió en el viaje, pero cuando Victoria me pregunta si hubo algún problema, le contesto que no y no miento, porque no hubo ningún problema. Parece ser que es su marido quien le ha dicho que tiene que dejar el trabajo y aparece por allí. Estoy almorzando y Victoria me llama para decirme que esta Telmo (esposo de Leire) esperándome y que tiene cara de funeral. Respiro profundo y voy al despacho, antes me encuentro con Victoria que me dice que esta echo una mierda, pero que nada más quiere hablar conmigo.
- Carlos menos mal que ya estás aquí...
- Hola Telmo, no sé qué te pasa, pero Victoria me ha dicho que Leire se va del trabajo... ¿Eso por qué?
- Puedo serte franco y que no salga de estas cuatro paredes, ni tan siquiera que se lo digas a Victoria.
- Por ese parte tranquilo...
- En este viaje que habéis mandado a Leire me ha sido infiel.
- ¿Pero eso lo sabes o te lo estas imaginando?
- Lo sé a ciencia cierta, porque me lo ha dicho ella. Que no está arrepentida, pero que nunca me ha mentido y por eso me lo contaba. Por lo menos en eso ha sido honesta.
- Lo mismo si esta arrepentida, aunque sea un poco, pero no entiendo que por eso tenga que dejar el trabajo.
- Arrepentida nada de nada, porque me ha dicho que nunca se lo había pasado así. Que fue algo increíble y sin poder describirlo. Lo de dejar el trabajo es porque o bien fue con un caribeño o con un compañero de trabajo. Le pregunte si fue con un caribeño de... grande y me dijo que no, que fue con un compañero, pero que eso si de... super grande. Por eso no puedo permitir que este coincidiendo con el... ¿Me entiendes?
- Pues no te entiendo, porque si quieren quedar quedaran trabajen juntos o no. Pero lo más importante es si ella te ha dicho que va a seguir haciéndolo con quien sea.
- Me ha dicho que no volverá a pasar salvo que yo lo permitiera, porque me dice que me quiere mucho, pero que soy un poco desastre en la cama. Me dice que soy un DESASTRE. ¿Tú qué harías?
- No sé qué decirte, porque somos muy diferentes en nuestras formas de pensar y vivir, lo mismo con alguien más íntimo...
- A nadie más íntimo le puedo contar nada de esto. Por eso acudo a ti, eres un hombre de mundo y sabes mucho de mujeres.
- Te puedo decir que se coja unos días más de descanso, que hables con ella, que le expongas todas tus dudas o lo que le quieras preguntar y solo te puedo decir que tampoco es una tragedia que tu mujer tuviera sexo con otro. Lo importante es si te ama a ti o no.
- Es que no sé cómo puede haber pasado.
- Yo te lo digo, que os ocurre a muchas parejas. Os entra la monotonía, falta de satisfacción sexual, falta de comunicación y a eso le sumas y no te molestes, que tu mujer esta físicamente muy bien... pues ya sabes. Pero piensa una cosa, que no es una pregunta, es para que reflexiones tu solo, cuanto follabais al principio y cuanto en los últimos tiempos.
- Ya, pero es que ya he entrado de sobra en la cincuentena y aunque tomo potenciadores de testosterona, se nota que no es como antes ni mucho menos.
Luego hablamos de que sin embargo la mejor edad para la mujer es a partir de los 40. Le deje caer alguna insinuación muy liviana de dejar a su mujer un poco más de “libertad” o compartir con ella esa “libertad”, pero como digo no fue nada directo, lo hice para que pensara, que no hiciera un dram y no por querer hacer nada con Leire que lo veía muy lejano eso.

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