You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Perdi mi virginidad con el portero del Club

Mi nombre es Margarita, Soy de Jalisco México, tengo 20 años, me apodan la güera, mido 1.58 piel muy blanca, cabello casi rubio, ojos color gris, me encantan mis piernas bastante anchas, mi pecho de tamaño promedio, pero lo que mas me encanta de mi es mi trasero, no es gigante, pero tengo unas caderas bien marcaditas y nalgas redonditas y paraditas.


Esta historia que les voy a contar es sobre mi primera vez, esto paso hace unos años todo por andar jugando con fuego.


No soy pobre, pero tampoco sobra el dinero, vivo con mis papas y hermanos, soy la más chiquita, vivimos en un ranchito, como a 1.5 kilómetros de la escuela y curso el turno de la tarde (el de los malandros). La verdad es que no he sido tratada mal, se que por mi físico todos los chicos de la escuela o cualquier parte hacen lo que sea por mí, así que de vez en cuando me aprovecho de ello.


Entro a clases a la 1:00pm y salgo a las 6:30pm, el problema es que, si no salgo justo a la hora de salida, puede ser que oscurezca de camino a casa.


Todo ocurrió faltando 2 semanas para salir de vacaciones, era verano y hacia un calor espantoso, es por ello que me fui un poquito mas cortita, siempre uso short debajo de la falda, pero ese día no me lo quise poner, llevaba un calzón a media nalga blanco, y me puse el sostén mas delgadito que tengo, la camisa del uniforme blanca delgada y desgastada y una falda de cuadritos azul bastante rabona.


La clase iba aburrida, así que decidí irme al baño a perder el tiempo, los baños están a 40 metros de los salones de clase en una esquina del terreno de la escuela. Abrí una de las puertas y me preparaba a sentarme. (Todos los baños de esta escuela son viejos, y tienen una palanca en la pared para descargar el agua cuando termines, la palanca es metálica y el orificio donde corre esta bastante desgastado, cosa que nunca me había cuestionado). Esta vez fue diferente, esta vez sentí que alguien me miraba…


Pensé que era solo mi idea, así que decidí aprovechar y hacer un poco de pipi, el baño no está limpio (como todos los baños en escuelas en México), así que me agache de la cintura para arriba baje mi calzón me agache lo más posible sin tocar el inodoro y busque la tasa para comenzar a hacer.


Un ruido extraño me paro el chorro, pensé haber escuchado un ssssss, pero no había nadie más en los baños, así que no había forma. Me limpie y listo Sali de ahí.


Cuando me lavaba las manos escuche otra vez un fuerte ruido, pero esta vez venia de afuera de los baños, justo en la división entre hombres y mujeres hay una puerta donde solo Don Pedro tiene acceso.


-Buenas tardes señorita (me dijo Don pedro con una voz nerviosa y mucho sudor en su rostro).


-Buenas tardes Don Pedro, está usted bien?


-Si señorita, todo muy bien, ya son las 4:30pm, ¡ya casi nos vamos!


Asentí con la cabeza y justo en ese momento pude notar un bulto en su pantalón, el acostumbra ese tipo de pantalones de tela suave, era evidente que tenia una erección bien marcada. No me asuste, pero no es para nada normal ver una de ese tamaño, bien seguido las veo en mis compañeros de clase, pero como están jóvenes pensé que era la edad, esto era diferente, además de estar mucho más grande.


Don Pedro es un señor de unos 55 o tal vez 60, con más canas que pelo, muy moreno, gordo y es feo, algo desagradable a la vista pero muy amable.


Decidí ir a cafetería, tal vez alcanzaba a comprar algo, para hacer mas tiempo y no regresar a clases, casi iba llegando cuando noté que no tenía conmigo mi pulsera (un regalo de mama de mis XV).


Decidí regresar a buscar mi pulsera, la imagen del bulto de Don Pedro no se me salía de la mente. ¿Será que ese señor se pone cachondo con nosotras? casi estaba por llegar y vi esa puerta que divide los baños de hombres y mujeres entreabierta y la puerta del baño de mujeres cerrada (Se cierra 30 minutos en cada turno para hacer el aseo), pensé que mala suerte, ahora tengo que esperar hasta que termine Don Pedro.


Aun no entiendo por qué, pero me dio mucha curiosidad que había detrás de esa puerta, así que decidí entrar sin hacer nada de ruido.


Resulta que era un pacillo que tiene el sistema para el agua de los baños, (todo lo que las palancas de metal mueven para hacer que baje).


Volteo a ver la primera de las palancas de los baños de mujeres y entre el orificio de la palanca podía ver hacia dentro. Mis ojos se abrieron tanto de la impresión, tuve que aguantar la respiración y taparme la boca para no hacer ningún ruido.


¡Don Pedro estaba masturbándose! El muy cabron tenía los papeles con los que me había limpiado mi pipi en su boca y respiraba profundo, mientras con su mano derecha se masturbaba.


La escena era impactante, nunca en mi vida había visto un pene, se como son por las clases y de vez en cuando algún meme, pero un pene de un hombre en vivo era algo nuevo para mí.


Intente no hace ruido, quería salir para no ser descubierta y escucho decir a Don Pedro, Margarita Margarita, tienes una panochita de ensueño mientras lamia y lamia el papel. El corazón me empezó a latir mucho mas fuerte, este viejo asqueroso se masturba con el sabor de mis genitales


Estaba super nerviosa, no quería ser descubierta, pero también comencé a sentir mojadita mi entrepierna, mis ojos solo se enfocaron en ese pene, moreno y gordo, sus huevos eran muy grandes, tal vez mas grandes de lo normal, tenían muchas canas, subía y bajaba a un mismo ritmo, veía su cabecita como estaba toda empapada, era evidente que la lubricación la invadía.


Me agache y acerque lo más que pude el rostro a la pared, aun no entiendo por que lo hice, tal vez quería la mejor visión de ese espectáculo, comencé a respirar más rápido y más profundo, y mi panochita ya estaba más mojadita, el viejo era asqueroso pero el sabor de mis genitales estaba en esos papeles, eso me comenzó a excitar. Pero me preguntaba si Don Pedro era un viejo cochino y feo, yo una señorita con un cuerpo perfecto. por que voy a estar excitada de verlo masturbarse?


Don pedro comenzó a hacer gemidos, apunto su verga para la pared y comenzó a aventar chorros, sin saberlo el viejo pervertido aventaba toda su leche en la misma dirección que yo tenia mi cara, unas cuantas gotas atravesaron ese orificio y me cayeron en una cara.


¡Que estúpida! pensé, quien chingados me tiene aquí, me limpie lo más rápido que pude y espere que Don Pedro saliera para poder irme de ahí, Sali y me dirigí a los lavaderos, me comencé a limpiar la cara y en eso Don Pedro salió de los baños.


- ¡Ay Margarita, que susto! que haces aquí?


Yo entre asustada y molesta por tener parte de su semen en mi cara le dije -pues se me perdió mi pulserita Don Pedro, ¿no la ha visto?


-Tu pulserita?, no la he visto, pero podemos buscarla. Me abrió el baño de mujeres y entro justo detrás de mí.


-Mire Don Pedro yo entre hace ratito en este. Dije mientras abría la puerta.


-No Margarita no entres ahí


El viejo pervertido ni siquiera había limpiado su asquerosidad de la pared, pero ya era tarde, ya estaba yo adentro. Busque la forma de hacerlo sentir nervioso y culpable, quería saber cuál era su límite.


-Ay Don Pedro que es eso que está en la pared?


-Qué cosa Margarita?


-Eso Don Pedro, se ve blanco como una flema. (Viejo Cerdo, yo se que es tu semen)


-Ay Margarita a lo mejor alguien entro y escupió ahí


El temor del viejo me hacia sentir superior y con el control de la situación, lejos de estar asustada me comencé a mojar. Tenerlo nervioso me excitaba y no entendía por qué, pero no quería parar, aunque el me diera asco yo quería seguir teniéndolo así.


-No lo creo Don Pedro, esto no parece una escupida


-Si Señorita yo ahorita mismo limpio eso.


-Espérese Don Pedro, déjeme ver. La situación me llevo a mil, yo mojada, el viejo marrano ahí sin poder justificar la mancha en la pared, decidí incrementar esto y dirigí mi mano para tocar su semen.


-Mire Don Pedro, le digo que no es una escupida. Dije esto mientras pasaba el semen por toda mi mano y movía mis dedos. Los ojos de ese viejo pervertido se dilataron, entre abrió su boca y comenzó a respirar profundo, no podía decir siquiera una palabra.


-A ver, ¿a que huele esto?, dirigí mi mano hacia mi nariz y comencé a respirar su semen. El muy cabron comenzó a excitarse, era super evidente el bulto en su pantalón, pero seguía sin decir nada.


-Que le pasa Don Pedro?, pregunte mientras me aseguraba ver su paquete.


-Nada Margarita, no es nada.


-Como que nada?, es evidente que esta excitado, pero no entiendo ¿por qué?


Yo estaba jugando con fuego, eso me queda claro, pero el muy pervertido tenía que tener algún castigo, al menos pasar un momento incomodo ante la situación. Lo mire y le dije, Espere un momento Don Pedro, ¿entonces esto es semen?


Don Pedro tartamudea sin poder decir una sola palabra bien, -No yo, mira yo, no eso no es, yo.


-Viejo asqueroso, claro que es su semen, ¡yo lo vi!, Usted me estaba espiando mientras vine al baño y después entro a jalársela con los papeles que deje. Dije esto con mucha seguridad mientras me limpiaba la mano con la pared.


Sus ojos se le salían, había sido descubierto y él sabía que, si yo decía algo, era seguro que hasta la cárcel podía dar.


-No Margarita, no digas nada por favor, por favor Margarita tengo familia.


-Eso debió pensar antes viejo cerdo, pervertido, asqueroso.


El viejo se hinco frente a mi y me tomo de la cintura mientras rogaba por mi silencio.


-Por favor Margarita, te doy lo que quieras, pero no le digas a nadie.


-No Viejo cabron, yo me voy a asegurar de que te corran de aquí.


Don Pedro cambio como rayo sus expresiones, como si el castigo ya fuera seguro


-Muy bien cabroncita, si voy a dar al bote, pues que valga la pena entonces.


No entendía a que se refería, pero nunca debí amenazar a Don Pedro, no estaba lista para lo que iba a pasar.


Estando así incado me jalo para abajo mi falta en un movimiento rápido, mis calzoncitos blancos quedaron a la vista de aquel cerdo, por un muy corto tiempo el viejo pudo verme en ropa interior, el miedo me paralizo y no pude gritar, no podía decir ni una palabra, los papeles se habían invertido y el miedo que tenia me bloqueo toda forma de reacción.


Acerco su nariz a mi panochita y respiro profundo, puso su mano en mi entrepierna y comenzó a frotar.


-Ay cabroncita, ya estabas mojadita, ¿entonces todo este pedo era porque querías verga verdad?


Solo decía que no con la cabeza, pero seguía sin poder decir las palabras, tomo mi calzón y me lo bajo de un golpe también, dejando ver los pelitos de mi intimidad, era muy joven en ese tiempo, aun no tenía mucho vello pubico, eran güeritos y poquitos, sin duda ese viejo pervertido estaba haciendo una de sus fantasías.


Me sentó en el inodoro y me abrió las piernas, podía ver mi panochita en todo su esplendor, sin perder el tiempo se lanzo hacia mi ya con la lengua de fuera y comenzó a lamerme toda mi panochita, -Aaaah ay  noo. Era lo único que podía yo expresar.


El viejo paro un segundo solo para preguntarme, - ¿Te gusta verdad putita?, y de inmediato regreso a lamerme, me acomodo a su gusto y siguió disfrutando de mi cuerpo jovencito


-Me voy a comer todos tus juguitos Margarita, no sabes como me la jalo pensando en estas nalguitas que tienes y estas tetitas tan redonditas, me imagino que tienes los pezoncitos rosas.


Me abrió la playera de un jalón y mis pechitos salieron de un brinco.


-Ya ves, estaba seguro que sí. Yo tenia mis manos en las paredes, y mis piernas abiertas, no quería caer en el inodoro o en el piso el viejo cerdo me tenia por completo a su disposición, en un movimiento brusco llevo su boca a mis pechitos y los comenzó a chupar, era muy brusco pero no mordía, lamia y lamia, me llenaba de baba mis pechitos, hacia círculos alrededor de mis pezones y cada cierto tiempo me los chupaba y dejaba chupetones, por mi tipo de piel, se hacían super rápido y super marcados. Puso su mano en mi panochita y comenzó a acariciarme el clítoris, lo hacia con un rito, sin buscar penetrar.


Para ese punto, yo ya estaba perdiendo el asco, no podía creer que me estaba excitando. Paro por un momento y me dijo -Párate putita y empínate frente a mí.


-No Don Pedro, por favor ya pare con esto, le prometo que no diré nada, pero ya no siga.


-No, ni madres Margarita, a mi ya me llevo la chingada, pero no me voy sin probar este culito.


Seguido de eso me puso con la cara hacia el inodoro y me agacho de la cintura para arriba, abrió mis piernas lo más que podía y puso su lengua nuevamente en mi panochita. Esta vez lamia desde mi clítoris hasta mi ano. Por unos minutos se enfoco solo en mi Ano pasaba su lengua llena de saliva e intentaba meter su lengua en mi apretado anito. Esto fue la cúspide de las sensaciones, ya estaba siendo humillada al máximo, pero también estaba sintiendo un placer increíble, me negaba a aceptar que lo disfrutaba, pero sentir esa lengua penetrándome el ano estaba a otro nivel, poco a poco comencé a relajar mi colita y con movimientos inconscientes paraba lo más que podía para recibir esa lengua ensalivada.


-ay Don Pedro!, ay ay, Decía mientras mis piernas temblaban sin control.


Un chorrito de pipi se me salió sin poder controlarlo, Don Pedro muy ágilmente movió su boca para recibir por completo mi pipi y se la tomo.


-Hasta tus miados te saben a sabroso zorrita. Decía esto mientras me lamia mi panochita y acariciaba mis nalgas con una fuerte desesperación.


-Ay Don Pedro, no se qué me está pasando,


-Te estas viniendo putita, así es como se vienen las putitas.


Mis piernas comenzaron a temblar nuevamente sin control, el placer que esta recibiendo en mi colita y mi panochita era indescriptible. De Pronto un hormigueo recorrido desde mi intimidad a cada milímetro de mi cuerpo, otra vez salió un chorrito de mí, pero esto no era pipi. Ese fue el momento en el que recibí un orgasmo, no se si el anterior lo era, pero como había escuchado esto que estoy sintiendo es un orgasmo. Don Pedro nuevamente bebió todos mis juguitos, era el premio por su increíble labor en mi intimidad. Don Pedro no paraba, seguía mamándome y sin darme cuenta comenzaron a escapar gemidos de mí, -ahhh, ay, aaaaaa, gemia y gemía como una perra en brama. El viejo pervertido ya tenía el control total.


-Te gusta putita, te gusta verdad.


-Si me gusta Don Pedro, no me deje de chupar mi panochita.


-A huevo putita, ya valiste verga.


El Vocabulario sucio y grosero de Don Pedro no me molestaba, me comenzó a gustar que me llamara putita, zorrita, en realidad era lo que estaba siendo en ese momento.


-Ay Don Pedro, sígame mamando mi panochita, siga por favor no vaya a parar. Tuve orgasmo tras orgasmo, estaba empinada dándole mi culito blanquito a un viejo de 60 pervertido, pero en ese momento no me arrepentía, tenia placer al máximo. Don Pedro se lamio un dedo y lo puso en la entrada de mi anito, empezó a darle vueltas y poco a poco lo iba metiendo, no me disgusto, yo recibía lo que ese viejo pervertido me quisiera dar, logro meterlo por completo y lo dejo ahí por un rato, mientras seguía chupando, después metió un segundo dedo, ya me comenzaba a molestar pero unos minutos después mi ano se ajusto a la presión, se aseguraba no hacerme daño y los disfrute. De repente dejo de lamerme mi panochita y molesta respingue.


-Espérate Margarita, ahora vas a mamarme tu a mí.


-Queee?, Iba a mamar por primera vez, no sabía que sentir o que decir, para ese momento ya era suya, pero no pensé que mi primera verga iba a ser la de un viejo anciano. Me levanto y me movió hacia la puerta, se bajó el pantalón junto con el calzón, se sentó en el inodoro y me dijo -ven, ponte a mamar.


-Pero Don Pedro, yo no sé cómo se hace.


-Ven ahorita te explico paso a paso


Con mucho nervio y dudas fui bajando hasta estar incida frente a ese pene, era muy pero muy negro, lo impresionante era el tamaño de esos testículos, negros arrugados y canosos. Me tomo de la nuca y me llevo hacia el despacio.


-Abre tu boquita Margarita, vas a ver que te va a gustar mucho.


Me iba acercando y un olor muy desagradable me golpeo en el rostro, tenia restos de su ultima venida o tal vez más, estaba segura que ese pene no había recibido limpieza en mucho tiempo, entre mas me acercaba mas notaba el desagrado, un material blanco alrededor de su cabeza emanaba ese olor. Sin poder decirle que lo limpiara por lo menos me jalo y me metió su cabeza en mi boca, y comencé a chupar.


-Ay Margarita, mama no dejes de mamar.


Comencé a mover mi lengua con solo su cabeza dentro de mi boca, evidentemente esto le trajo mucho placer. Dejo caer su cabeza para atrás y comenzó a bufar, era como un toro, me tomo con sus dos manos mi cabeza y me jalaba lentamente hacia él, su miembro comenzó a entrar más y más profundo.


-Mas Margarita, métetelo un poquito más,


Apenas y podía respirar, comenzó a salir un juguito de su pene, pero no tenia la misma consistencia que su semen, me lo trague sin tener otra opción, comenzó a meter y sacarlo, no era muy ancho, pero si estaba muy duro. -Ya vez que, si sabes mamar verga Margarita, Me trataba como una cualquiera, comenzó a acariciar mis chichitas y yo continúe con las claras instrucciones de aquel asqueroso viejo. Poco a poco comencé a disfrutarlo, me acariciaba toda, me convertí en su puta y lo peor es que no me arrepentía por eso. Comencé a mamar más y más, tal vez el tenia razón, tal vez soy una experta para esto. Comencé a masturbarlo y su verga se empezó a hacer más gorda.


-Le gusta esto Don Pedro?, ¿quiere que le siga mamando su vergota?


-Ahaaaaaa, aaaaaaaah


El viejo no podía expresar palabras. Llevé mi mano izquierda hacia sus huevos gigantes y canosos los comencé a acariciar, mientras le mamaba la verga y lo masturbaba con mi otra mano.


-Pinche puerca, saliste mas puta de lo que pensé. Me decía esto y mas cachonda me ponía, sentía todo un mar de líquidos en mi panochita, pero no quería dejar de mamar. Quería que ese viejo tuviera la mejor mamada de su vida. Levante su verga y lo seguía masturbando y lleve mi lengua a sus huevos, los lamia y lamia, sabia que esto le iba a dar placer.


-Aaaaaaay Margarita, Ay Margarita


No dejaba de lamerlos, me llenaba de saliva la lengua y continuaba lamiéndolos, el viejo pervertido estaba a mil.


-Mamalo, mamalo, me vengo.


Sin analizar en lo que venía me moví a su verga, la comencé a mamar comencé a pensar que iba a venirse, iba a probar directamente su lechita.


-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa


Chorro tras chorro me llenaron los cachetes, metí si verga mas profunda, acaricie sus huevos y lo seguía masturbando. Los 3 primeros chorros se fueron hasta el fondo de mi garganta, comencé a batallar para respirar lo saque un poco y seguía aventándome su lechita calientita, me volvió a llenar la boca comencé a bajar el ritmo y lo saque, tenia toda mi boca llena de leche.


-Trágatela!, no la escupas, trágate mi leche zorrita.


Comencé a mover su liquido dentro de mi boca, pasaba mi lengua por toda ella, quería sentirlo adentro y saborearlo, era algo difícil de explicar, penetrante, agridulce, en otro momento desagradable, pero esta vez era mi premio por dar la mejor mamada a un viejo experimentado.


-Ven Margarita. Me puso de pie, me jalo con él y me comenzó a lamer otra vez mis chichitas intercalaba lamidas entre ellas y con su mano izquierda acariciaba una mientras llenaba de babas la otra, comenzó a pellizcarme los pezones y me gustaba.


-Abre las piernitas siéntate arriba de mí.


Yo lo obedecí me subí a el, su pene estaba entre mi ombligo y el suyo, llevo su mano derecha a mis nalguitas y las acariciaba tiernamente, pasaba sus dedos entre mi panochita, pero no los metía, solo quería acariciarme toda.


-Te gusto mamar verga Margarita?


-Si Don Pedro, me gusto mamarle la verga


-Jajajaja, te sale lo puta y lo vulgar verdad


-Ay Don Pedro es que tiene una verga bien rica, y su lechita me supo bien rico, y hasta me gusto lamerle los huevotes, usted sabe cómo tratar a una mujercita como yo.


Su Verga comenzó a palpitar, señal que quería seguir. Me sorprendió pare lo que hacía y con cara de sorpresa lo mire a fijamente al rostro.


- ¿Don Pedro, todavía no se cansa usted?


-Ay Margarita, como voy a estar cansado, falta lo más rico. Seguido de eso me metió un dedo en el ano. Y peque un grito.


-Ay cabron!, mientras le daba un golpe en la cabeza


-Jajajajajaja, te va a gustar. Solo relájate.


Que Mas da, si ya me uso como quería, que mas da darle ese gusto a Don Pedro.


Ven salgamos, aquí hay mas espacio, me movió al pacillo dentro del baño y coloco unos cartones, me dijo acuéstate, lo obedecí y me acosté boca abajo.


-Te voy a lamer poquito el culito, paralo bien.


Sin hacer ningún cuestionamiento lo pare. Yo sabia que iba a recibir su lengua y así fue, otra vez su rica lengua en mi ano, se detuvo un momento y me dijo.


-Relájate, sigue lo mejor.


Esta vez si me asuste, lo único que faltaba era ser penetrada por este viejo, pero si ya había llegado hasta aquí suponía que tendría una buena sorpresa.


Se acostó sobre mí, era muy pero muy pesado, me dijo ahorita me acomodo, apunto su pene a mi panochita y comenzó a empujar, poco a poco me fui abriendo agujerito para recibir esa verga negara canosa, mi panochita virgen blanca joven estaba recibiendo ese pedazo de carne oscura. Comenzó a molestarme un poco, pero lo hacia con mucho cuidado para no asustarme, entraba un poco y lo sacaba, después entraba mas y lo sacaba poquito, así continuo hasta yo sentir sus huevotes, señal que me tenia toda penetrada. -No te vayas a mover, tenemos que esperar poquito.


-Si Don Pedro, como usted diga.


Me lamia la espalda y el cuello, me acariciaba las nalgas y las piernas, el viejo no paraba de tocarme y eso me gustaba.


Comenzó a sacar y mover lentamente pero poco a poco inicio con ritmo, no entiendo en que momento me reventó el himen, pero de reojo pude ver un poco de sangre el viejo la limpio con su playera y continuo.


-Ay Don Pedro, pero que rico se siente esto.


-Sabía que te iba a gustar. Respondió el Viejo pervertido mientras me tenia bien penetrada.


-Si Don Pedro, me gusta muchísimo, no sabia que así se sintiera esto.


Don Pedro continuo más rápido y más rápido, comencé a gemir como la zorra que era, ya nada me importaba, solo no dejar de sentir ese placer, -Si Don Pedro si, más mas, Siga. Don Pedro me metió un dedo en el ano, después otro. Eso me encantaba, me cogia por el culo y por mi panochita, Viejo cabron, se la rifo, estuvo unos minutos así, hundió lo más profundo que pudo su dura verga y comenzó a venirse dentro de mi panochita, nuevamente chorro tras chorro, estaba recibiendo toda su lechita dentro de mi vientre, sentí ese calor y comenzaron a temblarme las piernas, la escena era épica, una señorita virgen siendo cogida como una puta por un viejo negro feo, pensar en eso me hizo tener un último orgasmo.


-Ay Señor!, Usted sí que sabe cómo hacer esto.


-Ay Margarita, que bueno que te gustara.


-Mis respetos viejos cabron, me dio el mejor de los placeres de toda mi vida.


Comenzó a sacar su pene de mi panochita y se me escurría toda su lechita entre las piernas, estaba tan pero tan cachonda que me pase la mano y junte lo mas que pude y me lo lleve a la boca, me lamia los dedos con tal de tener su lechita en mi boca.


-Ay Margarita, me has dejado sorprendido, ven dejármela limpia.


-Si Señor!, afirmé mientras me abalancé a su verga ya mas flácida, la metí casi por completo en mi boca y comencé a chupársela asegurando no dejar ni una gota de semen, chupaba y chupaba, pero se iba haciendo mas y mas chiquita hasta que me dijo basta.


-Ahora hay que salir de aquí sin que nos vean Margarita


-Si Don Pedro,


Nos vestimos rápido y salió el primero, al asegurar que no había nadie cerca me dijo -Rápido salte.


Casi corriendo me fui de ahí, llegue al salón y ya se había terminado la clase, tome mi mochila y me Sali de la escuela, no pensaba seguir ahí después de lo ocurrido.


A lo lejos me ve Don Pedro y con una risa coqueta me dice adiós.


Esta fue mi primera vez, Violación o consensuado, no sé cómo llamarlo, solo quería contar mi historia para saber ¿ustedes que piensan?

0 comentarios - Perdi mi virginidad con el portero del Club

Los comentarios se encuentran cerrados