You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Le regalo una verga joven a mi mujer

Mi mujer cumple años el uno de septiembre, es Virgo, ese año le regalé un fin de semana en Barcelona sin que supiera los planes que tenia reservados, llegamos el sábado el día que cumplía años, la primera sorpresa fue llevarla al mejor restaurante de marisco de Barcelona, le encanta el marisco. Todo fue delicioso, hice que le sacaran el postre con las velas y ella estaba encantada.

Después paseamos un poco por las calles de Gracia y nos fuimos hacia el hotel para darnos un baño en la piscina.

Es un hotel moderno frente a la playa de la Nova Mar Bella, en la segunda planta hay una gran terraza donde está la piscina, el solarium y un bar tipo chiringuito.

Estuvimos un rato jugando en la piscina y yo ya me salí pero ella se quedo un buen rato nadando, le encanta el agua y nadar.

Yo me fui hacia las tumbonas, elegí una en la que la pudiera ver a mi mujer, ya que la piscina esta un metro y medio mas elevada del solarium y el lateral que da al solarium es de cristal, se puede ver todo el interior de la piscina.

Fui a pedir un mojito y disfrutar de las vistas que ofrecía mi mujer.

Me di cuenta que el camarero no paraba de mirar a mi mujer, ella es muy guapa, con un tipito impresionante y unos grandes pechos, es normal que la miren y más con tan solo un bikini puesto.

Cuando mi mujer salió de la piscina y se reunió con migo en las tumbonas le dije: “Creo que has ligado, el camarero no ha apartado la vista de ti”.

Elle lo miró y me dijo: “Pues es muy guapo y está cachas, no me importaría hacerle un favor”.

“Haber si tengo que ponerme celoso”. Le dije riendo.

Ella me respondió: “Pues igual deberías”. Le empecé a hacer cosquillas, tonteamos y nos besamos.

Al poco me dijo de subir a la habitación, tenia que ducharse y arreglarse íbamos a salir a cenar y bailar después.

Yo le dije que se adelantara ella que yo iba a pedir otro mojito para subírmelo a la habitación y bebérmelo mientras ella se arreglaba. Y así izo.

Pedí el otro mojito al camarero, si que era guapo, con los brazos musculados llenos de tatuajes y más que ese intuían por el cuello que debían llegar hasta sus potentes pectorales. Mi mujer tiene buen gusto.

Al ponerme la bebida le dije al chico: “Haces unos mojitos espectaculares, después bajo y me tomo otro”. El chico me dijo que justo hoy al empezar septiembre, el horario del bar era hasta las seis. Faltaba tan solo media hora. Y entonces se me ocurrió un plan.

Le dije: “Ostras, pues no te importaría hacerme un favor?, a la seis cuando termines, ten preparado un mojito y me lo subes a la habitación.”

El chico me dijo que él prepararía el mojito y el servicio de habitaciones me lo llevaría. Entonces le dije: “Llévalo tú mejor, me he dejado la cartera arriba y quería darte una buena propina.”. Aceptó y me dijo que a las seis en punto subiría el mojito.

Subí a la habitación, mi mujer ya estaba con el secador de pelo, calculé el tiempo necesario para que mi plan surgiera a la perfección y cuando llego el momento saque un regalo que tenia preparado par dárselo por la noche.

Era un vestido que que compré en un sex shop online, la faldilla del vestido apenas era de un palmo de largo, de tela de raso negra y muy ajustada y la parte superior ancha y de tela también negra pero de rejilla muy fina y completamente transparente.

Fui al baño y interrumpí su sesión de peluquería, le di el regalo y ella lo abrió. Le encantó pero me dijo que ahora no era el momento que porqué no he esperado a la noche. Yo le dije que quería hacerle fotos con el vestido sexi y que ahora había una luz perfecta para las fotos, ella dijo iba sin maquillar, que no quería salir salir así en las fotos. Yo insistí le dije que al natural estaba muy guapa, cosa que es verdad y finalmente aceptó. Yo no tengo ni idea de fotografía ni cual es la mejor luz para hacerlas, pero ella se lo creyó.

Faltaba tan solo 5 minutos para las seis y ella salió del baño con el vestido puesto. Guauuu !!!, que preciosidad, me puse super cachondo, tuve que contenerme para no cogerla, tumbarla en la cama y hacerle gozar.

Empecé la sesión de fotos, indicándole donde y como se debía poner, como si supiera lo que hacia. Suerte que la habitación es grande, en el sofá, en la inmensa y confortable cama, en el mueble de la pared de listones de madera que separan la habitación con la sala de estar, el baño y … Pasaban ya 10 minutos de las seis. Yo ya no sabía ni donde ni como hacer la próxima foto, mi mujer empezaba a estar harta de tanta foto cuando sonó el timbre de la puerta.

Mi mujer se extrañó mucho, “Quien puede ser?” Me preguntó.

Yo le dije que había pedido un mojito y ahora me la traían. La cogí por la cintura y le susurré: “Por que no abres tú?, será muy morboso !”.

Ella me respondió: “Que dices? Que vergüenza !”

Y yo dije: “Y si es tu camarero guapetón ?”

A ella le cambió la cara, dibujó una sonrrisilla y fue hacia la puerta, la entre abrió sacando solo la cabeza para asegurarse que no fuera otra persona. Cuando vio al chico y este le dijo que traía mi bebida, mi mujer abrió mas la puerta quedándose detrás ella. El chico pasó pero no pudo ver a mi mujer, fue directo a la mesita de enfrente del sofá y dejo el mojito. Se dirigió a mi y me indicó que debía firmar el recibo. Yo señalé a mi mujer que estaba detrás de él y le dije: “Dáselo a ella, que firme ella.”.

El chico se giró y vio el bellezón de mi mujer con ese vestido tan provocativo que dejaba a la vista sus pechos donde se le quedó clavada la mirada.

El chico medio tartamudeando le dijo: “E E Está usted preciosa, señora”.

Mi mujer que aún tenia la misma sonrisa en la cara, con voz picara le dijo: “Gracias guapo !, Donde tengo que firmar?”. El chico le dio el recibo y el boli, mi mujer firmó y se lo devolvió. Sin haber apartado un instante la vista de sus pechos, empezó a marcharse mientras decía: “Que tengan un buen día”.

Entonces yo dije: “Cariño, no te olvidas de algo?”.

“No sé, el qué?, me respondió mi mujer.

“No le has dado una buena propina al chico, yo se la prometí”.

Ella se dirigió hacia mi diciendo, “Yo no tengo suelto, tienes tú algo?”.

La cogí por la cintura y la giré de cara al chico que esperaba su propina y dije: “Igual le gustaría otro tipo de propina, igual preferiría acariciar tus hermosos pechos”.

Desde atrás no podia ver la cara de mi mujer, pero seguro que la sonrrisilla paso a ser sonrisa de oreja a oreja si que podía ver la del chico que también dibujaba una enorme sonrisa. Se acercó diciendo, “Me encantaría, con permiso…” y empezó a acariciarle suavemente los pechos, le abrió un poco el escote del vestido liberando uno de ellos, bajo la cabeza y empezó a lamerlo y chuparlo. 

Mi mujer inclinó la cabeza hacia atrás mientras le acariciaba su ancha espalda y yo que la tenia cogida por la cintura desde atrás, empece a acariciarle la entrepierna. 

Ella empezó a hacer profundos suspiros y al poco le dije a la oreja: “Creo que quiere tu coñito”, ella se llevo las manos a las caderas y se subió la minúscula falda, cogió una mano del chico y la llevó hasta su coño, 

Él empezó a masajearlo y ella a suspirar fuertemente yo le giré la cabeza y empecé a besar su cuello. Desde esa postura pude ver como ella le acariciaba la entrepierna y él movía la cadera suavemente para a delate y para detrás. 

Nuevamente le susurré: “Le van a reventar los pantalones”. Ella se los desabrochó y él acabó de  quitárselos junto a sus boxes y mi mujer aprovechó para sacarle la camiseta.

Quedó completamente desnudo, mi mujer le frotó hasta el último músculo de su trabajado tórax. Yo no pude resistir a comprobar que tipo de verga iba a disfrutar mi mujer.  El chico iba bien servido, no extraordinario pero más que suficiente, al contrario que yo. Eso me dio un punto de envidia, pero pensé que mi mujer hoy disfrutaría mucho más de lo que disfrutaba normalmente.

Ella se arrodilló, le cogió la polla y empezó a lamerla con mucho erotismo, desde los huevos hasta el capullo, después chupado solo el capullo, luego la chupaba entera. Dios cuantas veces me lo ha hecho a mi, es realmente increíble, se entrega de lleno a dar placer.

Yo necesitaba de ese placer, me puse al lado del chico y guié su otra mano a mi polla. Ella me masturbaba mientras a él se la chupaba. Al poco cambió empezó a chapármela y masturbarle a él.

Yo pensé que mi polla la tendría todos los días, pero la de él no. Así que la cogí del brazo para levantarla mientras decía: “Vamos a la cama, estaremos más cómodos”.

Mi mujer llevaba al chico de la mano, hizo que se tumbara en la cama y ella se arrodilló entre sus piernas para seguir chupándole la polla. Yo tuve el coño de mi mujer frente a mí, era una postura ideal para hacer lo que más le excitaba, mi lengua y mis dedos le daban siempre mucho más placer que mi polla. Ice lo mejor que se hacer, pero no puedo atribuirme el mérito de que estuviera completamente húmeda, ya lo estaba de antes.

Entonces el chico se lanzó, se levantó de la cama y tumbó a mi mujer sobre la cama, le abrió las piernas sujetándola por los muslos y empezó a penetrarla con mucha suavidad. Los movimientos eran propios de un ballet clásico, no pude distinguir los sonidos prolongados de mi mujer, no sabia si eran suspiros, gemidos o jadeos. Lo que si estaba seguro es que estaba disfrutando como nunca.

Yo estaba super excitado, entonces me puse sobre la cara de mi mujer y ella empezó a chupármela, pero comprensiblemente esa era una postura difícil y más si no paras de gemir intensamente, por lo que solo me masturbó al ritmo de que ese chico la follaba.

Ella empezó a tensar todo el cuerpo, temblar y convulsionar. Era tan intenso el orgasmo que estaba teniendo que apretaba mi polla con mucha fuerza. Estoy segurísimo que él se estaba corriendo también, como yo hago siempre, tensaba todo el cuerpo en dirección a su coño, lo relajaba un instante y volvía a envestir fuertemente. Ella daba grandes gemidos con cada envestida.

Después, estuve un buen rato besandola, acariciandola y relajandola, el chico dijo que lo perdonaremos pero tenia prisa y se vistió rápidamente. Mi mujer ya más relajada, fue hacia el chico antes de que saliera de la habitación. Le dio un gran beso y le dijo: “Gracias guapo”. 

Con la puerta en la mano él dijo: “Cuando quieran otro mojito solo tienen que pedírmelo” y mi mujer le respondió: “Suerte que nos vamos mañana, si no saldríamos alcoholizados de este hotel”.


Le regalo una verga joven a mi mujer

0 comentarios - Le regalo una verga joven a mi mujer

Los comentarios se encuentran cerrados