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Interracial

Interracial

La historia interracial de una esposa blanca.

El encuentro con un afroamericano en una sala de chat, trae consecuencias que cambian la vida de una esposa blanca.

El motor todavía estaba en marcha mientras ella estaba sentada en su pequeño coche Ford en el estacionamiento del hotel mirando hacia adelante sumida en sus pensamientos.
Molly todavía no estaba segura de que estaba haciendo lo correcto.. La mayoría de las mujeres en su lugar dirían que lo que pretendía hacer era una locura.
Lo era... Tenía que admitirlo... Pero había algo dentro de ella que la impulsaba a seguir adelante, aunque también la mayoría de las mujeres le gritarían: ‘Vete’.
Sus propios pensamientos le decían que se fuera, que huyera... Pero había algo más dentro de ella que la hacía querer ignorar todas las voces, apagar el motor y salir del coche... Él estaba allí esperándola.
Dentro del vestíbulo del hotel estaba sentado el hombre que había conocido por Internet hacía tres meses... La figura invisible charlando con ella desde detrás de la pantalla de su ordenador durante todo este tiempo estaba ahora frente a ella.
Él la reconoció al instante, porque habían intercambiado fotografías... Ella también lo reconoció y le devolvió la sonrisa nerviosa.
El negro alto que era el hombre que la esperaba, se puso rápidamente de pie y se encontró frente a ella... La cogió de la mano mientras la besaba en la mejilla.
Ella no pudo escuchar sus palabras mientras él sostenía su mano porque estaba cómo si la hubiera hipnotizado.
El hombretón negro le habló de nuevo mientras le rodeaba la parte baja de la espalda con la mano y se la llevaba consigo.
- “El comedor es por aquí”, le dijo.
Ella todavía estaba estupefacta cuando se sentó en el asiento que él había sacado para ella... También seguía escuchando esas voces que le decían que debía huir del extraño que estaba delante de ella.
En realidad, no era un extraño... Puede que fuera la primera vez que lo conocía en persona, pero lo había conocido bastante bien durante los últimos meses... A veces, debido al anonimato, es mucho más fácil abrirse a una persona detrás de la pantalla de un ordenador... Ahí se cuentan cosas que tal vez nunca se lo dirías una persona cara a cara... Siempre había sido fácil hablar con Jeff, que así se llamaba.
Con casi todos los demás hombres con los que se había encontrado en las salas de chat la habían desanimado de inmediato... Repugnaba que a la primera de cambio le dijeran que ropa llevaba puesta o si el pubis de su coño lo tenía tupido, recortado o afeitado.
Para Jeff las conversaciones a través del correo había sido muy diferente... Le preguntaba cómo le había ido el día en el trabajo, que música le gustaba, que tal había sido la comida... Estaba harta de estar sola y tanta atención, le agradaba.
Max, su esposo, llevaba trabajando en el extranjero más de seis meses y ella lo extrañaba... Echaba de menos la compañía masculina.
Durante estos meses se sintió bien por haber podido charlar con un hombre sin que le hicieran preguntas repulsivas... Jeff, la estaba esperando cada noche y charlaban durante más de una hora... Era una rutina habitual y cada vez que iniciaba la sesión en el chat, le esperaba un correo electrónico.
Jeff se convirtió en la compañía masculina que necesitaba y extrañaba... No pasó mucho tiempo en que sus chats y correos electrónicos se convirtieran en sexo... Eso era inevitable.
‘Necesitas un hombre’, le había dicho una noche, sintiendo que había llegado a conocerla lo suficientemente bien como para hacer tal comentario.
- "Lo sé.", respondió Molly.
- “Podría venir a visitarme."
Ella guardó silencio.
- "¿Estás ahí?"
- "Sí."
- "¿Pensabas en lo que te dije?"
- "Es tentador decir 'sí'."
- "Cede pues a la tentación."
- "Jajaja... No puedo."
- "¿Por qué?"
- “Ya no tomo la píldora... Dejé de tomarla cuando Max se marchó."
Esta vez Jeff se quedó en silencio.
- "¿Estás ahí?", le preguntó ella.
- "Sí. Ajustándome."
- "¿Ajustándote?"
- "Tengo una erección enorme."
- "¿Cómo?"
- “Me imaginaba follándote ahora mismo y llenándote ese fértil útero tuyo con mi semen... Se me puso muy tiesa."
Fue el turno de Molly de quedarse en silencio.
- "¿Sigues ahí?"
- "Sí... Estaba pensando."
- "¿Qué es lo que pensabas?"
Ella guardó silencio.
"Lo disfrutarías, seguro... Lo he hecho dos veces antes... Esas mujeres disfrutaron del mejor sexo de su vida."
- "¿Dos veces?"
- "Si."
- "¿Mujeres como yo?"
- "Sí... Blancas... Casadas."
- "¿Casadas?"
- "Sí... Una con la aprobación de su marido y otro sin la aprobación."
- "¿Por qué lo hicieron?"
- "Ambas se excitaron con los tabúes sociales y culturales de quedar embarazadas de un hombre negro."
Molly se quedó en silencio... Ahora era su turno de imaginarse a Jeff follándola.
- "¿Interesada entonces?"
- "Sí," escribió apresuradamente antes de cerrar la sesión rápidamente.
Molly se acostó temprano esa noche... Tenía combustible para pensar mientras se deslizaba debajo del edredón con su bien usado vibrador con el que se desahogaba.
Jeff la estaba esperando la noche siguiente como de costumbre y después de charlar unos minutos le envió un par de fotos de él... Uno completamente vestido y el otro mostrando la parte inferior desnuda de su cuerpo.
Era alto y guapo y también musculoso... Ella se sintió atraída de inmediato por él.
- "Eso es tuyo, ¿verdad?"
- "¿Te refieres a la polla?"
- "Sí... Es todo mío, los veinticinco centímetros... Y disfruto compartirlo."
Molly se quedó en silencio.
- "¿Impresionada?"
- “Abrumada. Demasiado grande para mí."
- "Soy muy gentil."
Charlaron unos minutos más y luego, después de un poco de persuasión, ella le envió una foto de ella tomada en una playa en España y luego se hizo un selfie desnuda, de cintura para abajo.
Le dijo que era muy hermosa y que Max, su marido, era un tipo muy afortunado... También le dijo que tenía un coño precioso.
- "Me gustaría tenerlo para hacer lo que quisiera con él."
- "¿Y qué harías con él si te lo diera?"
- “Usarlo para mi placer... Enseñárselo a mis amigos... Tal vez incluso compartirlo con ellos."
- "¿Compartirlo?"
- "Sí... Como lo tengo para mí, también es mío para compartirlo."
- "No estoy segura de que me gustaría eso."
- "Pero sería mío para hacer lo que quisiera."
Molly volvió a guardar silencio.
- "¿Estás ahí?"
- "Sí... Mi,.. pertenece a mi marido."
- "¿Max, lo hace?... ¿Lo trata como si fuera el dueño?"
- "No."
- "Es tuyo entonces, ¿no?... Tienes la opción de con quién lo compartes, con quién dejas que lo vea, con quién dejas que lo toque y con quién dejas que reciba placer sexual de él."
Molly se quedó en silencio.
- "Tienes que dejar que un hombre de verdad, lo posea."
- "¿Un hombre como tú?"
- “Sí... Un hombre como yo... Lo cuidaría muy bien... Estaría muy, muy bien cuidado."
- "Pero lo regalarías a otros."
- “Dámelo y obtendrás el máximo placer con él... Placeres inimaginables."
Molly redujo su charla... Necesitaba liberación... Un fuego ardía en su interior... Jeff quería su coño... No había nada nuevo en que los hombres quisieran su sexo, pero con Jeff era diferente... Él quería poseerlo, ser su dueño.
Un fuego ardió dentro de ella... ¿Quería dárselo?... No... Ella quería que él lo cogiera... Ella no quería simplemente entregar su sexo, quería que se lo quitaran.
Y de pronto, todo volvió a la realidad... Un camarero apareció de repente con sus menús y sus pensamientos desaparecieron.
Tuvieron una pequeña charla durante su almuerzo ligero... Había demasiada gente a su alrededor para decir lo que realmente querían decirse.
Esa era otra ventaja del chat en línea que aquí no se daba... Podías decir lo que quisieras, incluso gritarlo y no había nadie que lo escuchase... Incluso conversaciones íntimas y sexualmente explícitas.
A mitad de la comida, se disculpó y se dirigió al servició de damas... A su regreso, su teléfono móvil sonó indicando un mensaje de correo electrónico... Era de Jeff.
‘Estoy teniendo dificultades para controlar mi erección... ¡Quiere llegar a ese coño mío’, le decía el mensaje.
Mientras llegaba, él le sonrió desde el otro lado de la mesa.
Molly sintió que el fuego interno ardía de nuevo, pero una vez más esas voces le decían que huyera.
Después del almuerzo se retiraron al salón para tomar un café... Era pequeño y tranquilo con sólo una pareja de ancianos sentada en un rincón lejano junto a una ventana... Ahora tenían tiempo para una conversación tranquila.
- "¿Ha vuelto a su casa ahora?"
Molly sonrió nerviosa... Ella ya le había dicho durante las últimas semanas lo que quería que sucediera cuando se encontraran y cómo quería que sucedieran las cosas... Ella había sido bastante explícita dejándose llevar por la lujuria.
- "No estoy segura", le dijo.
Ella sintió su decepción cuando él posó una mano sobre la de ella.
- "Es un gran paso, lo sé, pero estarás bien y te gustará."
Ella lo miró y notó que la pareja de ancianos los miraba... Sabía lo que estaban pensando: ‘Hombre negro, mujer blanca casada, en un hotel’.
El hombre tenía una expresión de disgusto en su rostro, pero ella no estaba segura que la tuviera...Quizás la anciana pensara: ‘Ojalá fuera treinta años más joven y tú fuera yo.’
- "No es,.. no es el sexo... Es el.."
- "¿Preñarte y hacerte un bebé?"
Molly asintió.
- "Podría esperar un poco para hacerlo."
Ella sonrió.
- "Tú mismo dijiste que ellas te buscan."
- No las volví a ver después de eso."
- "Eres terrible.. Lo eres."
Él le sonrió y le apretó la mano... Sabía como hacer que ella ignorase todas esas voces que le dirían que no siguiera adelante.
Ya había entrado en detalles sobre por qué disfrutaba tanto del sexo sabiendo que podría dejar embarazada a una mujer... Jeff había estado en la sala de partos con una de las mujeres a las que había dejado embarazada... Él y el marido de la mujer... Ambos se sentaron a ambos lados de la cama cogiéndola de la mano y consolándola... El personal de enfermería los miraba con incredulidad.
- "No estoy segura", volvió a repetir.
- "Mira, vayamos a tu casa y podemos hablar de esto tranquilamente", le dijo mirando a la pareja que todavía los miraba.
Molly sabía que estaba mal, pero aun así se puso de pie y lo condujo fuera del hotel hasta su coche, dejando a la otra pareja preguntándose qué estaba pasando.
Fue sólo un viaje corto.
Mientras conducía, Jeff apoyó una mano en su muslo, donde la parte superior de sus medias se unía con los tirantes.
- "No hay nada como saber que una mujer lleva puestas unas medias para ti... Siempre me da un impulso extra para poner más esfuerzo en follarla", le dijo.
Molly se miró la ingle... Darle a un hombre como Jeff un impulso adicional podría resultar muy peligroso.
Jeff mantuvo la mano allí durante todo el viaje, sorprendiéndola... Los hombres que había conocido en el pasado siempre habían querido aventurarse más allá... Algunos se habían sentido atraídos por levantar el dobladillo de la falda o el vestido que había usado... Otros por deslizar la mano por debajo hasta su coño... Jeff, sin embargo, permaneció inmóvil mientras charlaba a lo largo del trayecto.
La puso nerviosa... Un hombre como Jeff no se detiene... Todavía se estaba conteniendo diez minutos más tarde cuando se sentaron en la cocina a tomar un café... Molly se sentó frente a él sosteniendo su taza con fuerza... Él le sonrió y asintió con la cabeza hacia sus manos.
- "Agárrala fuerte."
Ella sonrió nerviosa.
- "¿Aún no estás segura?"
Molly asintió.
- "¿Hay algo que pueda decir o hacer que te ayude a tomar una decisión?"
Ella sacudió su cabeza.
- "Bueno, estoy aquí unas semanas más, así que no hay prisa inmediata."
Ella sonrió.
- "Mientras tanto, ¿puedo verte con un conjunto de esa ropa que te compré?"
Jeff se refería a unas camisetas y bragas que le había comprado en una tienda online de ropa y accesorios de sexo interracial... Las camisetas blancas tenían lemas escritos en negro como ‘Me encanta el sexo interracial’ y, de manera similar, bragas con estampado negro que dice ‘Sólo polla negra’.
- "Ya los has visto puestos... Me puse algunas para ti y te envié algunos selfies", le dijo Molly.
- "Me gustaría verte usándolos en carne y hueso", le respondió sonriendo.
Molly se sintió nerviosa una vez más y pudo sentir esa agitación por dentro de nuevo.
- "Si,.. si lo hago, no significa que.."
- "Por supuesto", le respondió Jeff.
Ella permaneció sentada unos momentos y luego terminó su café.
- “Bajaré en unos minutos."
Molly sacó una bolsa escondida en el fondo de su armario... Después de unos minutos, seleccionó una camiseta que decía: ‘Se busca una polla negra’ y unas bragas que decían: ‘Me encanta la polla negra’.
Momentos después, se había quitado la ropa y se había puesto la ropa que le regaló Jeff... Todavía se estaba mirando en el espejo del armario cuando Jeff apareció en la puerta.
Ella jadeó bastante audiblemente.
- "Te sienta muy bien", dijo para tranquilizarla mientras se paraba frente a ella.
- "Gracias", le respondió, evitando mirarle.
Jeff extendió la mano y apartó algunos mechones de su pelo castaño claro.
- "¿Dónde están las esposas que compré?"
Molly se volvió y miró la bolsa sobre la cama.
Jeff pasó junto a ella y las sacó de allí... Ella no hizo nada para evitar que las abriera y luego guiara sus manos detrás de su espalda... Quedó totalmente vulnerable con las manos atadas a la espalda y casi desnudas.
Jeff la llevó hacia la cama y se sentó en el borde mientras ella se paraba frente a él, a sólo unos centímetros de distancia.
Hubo un breve silencio... Molly vio como Jeff miraba su entrepierna y luego sus dedos tocaban el algodón de la prenda que cubría su sexo y le enviaba una oleada de excitación a través de ella.
- "Me ibas a dar esto hoy, ¿no?", le escucho decir.
- "Por favor, no vayas más lejos", le respondió cuando sintió que sus dedos recorrieron el surco entre sus labios vaginales.
- "¿Recuerdas lo que me escribiste sobre follarte?", le recordó Jeff.
Ella suspiró... Molly lo recordaba bien... Se lo había dicho encendida de lujuria, tremendamente caliente.
- "Anoche lo estaba leyendo una y otra vez”, le dijo.
‘Probablemente diré que no... Probablemente diré que no puedo seguir adelante, pero quiero que ignores lo que te digo y sigas adelante... Quiero que tomes lo que es ya tuyo... Incluso si tienes que usar la fuerza, hazlo’, había escrito.
Él la miró y le dijo:
- "¿Lo recuerdas?"
Molly asintió en silencio.
Jeff se puso de pie y su corazón dio un vuelco... Iba a follarla... Ella lo supo incluso antes de que sus dedos tocaran los botones de su camisa... Jeff se la iba a follar a pesar de lo que ella dijera.
Se desnudó lentamente... Otros hombres que había conocido casi se habían caído en la prisa por quitarse los pantalones... Jeff, no... Él se tomó el tiempo que quiso... No tenía prisa... Sabía que se la iba a follar... Sabía que su coño era suyo.
Ella lo vio quitarse el calzoncillo y dejarlo apilado encima de su otra ropa antes de que se volviera hacia ella.
Su erección era enorme y apuntaba con enojo en su dirección... Y debajo colgaba su saco testicular... Molly sabía que ahí era donde estaba el verdadero peligro... Él se los había mostrado a menudo por Internet... Los sostuvo en su mano y le mostró su tamaño.
- "Los voy a vaciar una y otra vez dentro de tu útero fértil", le había amenazado.
Y la respuesta que ella le dio en tono un tanto burlesco fue:
- "Sí, sí... Claro." 
Observó a Jeff pasar junto a ella hasta la cama y tirar el edredón hacia atrás, que quedó colgando sobre los pies de la cama... Luego, amontonó las almohadas... Jeff le había contado su idea de la mejor posición para dejarla embarazada.
- "Te follaré por detrás, encima de una pila de almohadas... Tu parte superior del cuerpo queda lo más abajo posible para que mi semen fluya hacia dentro y te mantendré así hasta que la última gota llegue a tus ovarios", le había escrito."
Cuando terminó, se volvió hacia ella y la agarró por el cuello y la atrajo hacia él... La besó con fuerza y ​​luego presionó su mano sobre su hombro... Ya le había dicho lo que esperaba que le hiciese, la primera vez.
Ella le permitió guiarla para que se arrodillara y miró hacia arriba con expectación antes de que su enorme puño tomara su polla y la levantara.
Su lengua estaba lista para excitar su saco testicular... Y también su boca estaba lista para tomar su saco testicular... Sus testículos eran demasiado grandes para tomarlos juntos, por lo que ella tomó cada testículo por turno y cerró suavemente los labios a su alrededor.
- "Los calentarás en tu boca para darle vida a la semilla con la que te voy a llenar", le había escrito.
En aquel momento, la había mojado con sólo pensarlo... Ahora podía sentir la humedad de sus bragas con anticipación.
Pasó unos minutos complaciéndolo y preparando la semilla que pronto fluiría dentro de ella... Luego, se apartó.
La polla de Ari tocó su mejilla e inmediatamente sintió la pegajosa humedad de su líquido preseminal... Ella empujó hacia adelante con la boca abierta para tomarlo, pero él la levantó.
- "No necesito que me limpies la polla", le espetó mientras empujaba sus pulgares dentro de la cintura de sus bragas.
Los sintió empujar contra sus caderas mientras se movían hacia abajo... A continuación, los sintió contra sus muslos... A ella le encantaba la sensación de un hombre quitándole las bragas... Era muy excitante.
Pronto los dedos de Jeff tocaron su coño y se deslizaron fácil y profundamente dentro de ella.
Molly gimió en voz alta... Estaba muy mojada y preparada para ser follada.
Sintió las molestias de las esposas cuando él la subió a la cama y la guió hacia las almohadas apiladas que parecían un altar de sacrificios... Podría habérselas quitado pero no lo hizo... Jeff le había dicho que las llevaría puestas y eso era exactamente lo que estaba haciendo.
Su rostro estaba enterrado en la sábana mientras notaba cómo la gran polla de Jeff presionaba contra la entrada de su coño... Estaba preocupada por saber si esa gran polla podría metérsela dentro de su coño... Nunca antes había visto una polla del tamaño de Jeff y mucho menos le habían metido una así, pero sus preocupaciones pronto quedaron infundadas.
Sintió que se deslizaba lentamente por los labios de su coño y luego se la metía por completo... Le llenó el coño con esa gran polla y se lo dilató al máximo, pero no sintió el dolor que esperaba... Jeff la mantuvo allí metido y permaneció quieto con las manos cogidas firmemente a sus caderas.
Ella sabía que pronto vendría la follada dura y furiosa, pero también sabía que Jeff sería paciente y sabía el por qué... Le había dicho:
‘El líquido preseminal que soltaré ya será potente... La semilla que le seguirá a continuación, flotando en el semen, se apresura a salir y puede a la primera, preñarte... Mantendré mi polla quieta dentro de tu coño dejando que la excitación se apodere de mí para poder tirar dentro de tu coño tanta semilla como sea posible y luego te follaré fuerte y rápido para vaciar bien, mis testículos.’
A estas alturas, Molly también estaba excitada... Movía las caderas y disfrutaba de la fricción... Él le dio una palmada en el muslo.
- "Quédate quieta", le dijo.
Molly se movió de nuevo y lo empujó con fuerza... Él la palmeó una vez más, pero más fuerte y ella gritó... A pesar de todo, ella todavía se movía de nuevo y empujaba hacia atrás para metérsela más, gimiendo en voz alta y apretando sus caderas con mucha fuerza.
- "A la mierda", gritó Jeff.
El ataque fue brutal... La follada, dura, rápida y furiosa, que le daba, casi la reventaba de placer... Tuvo orgasmo tras orgasmo... Ella gritó, sollozó, maldijo y blasfemó todo el tiempo.
Fue sólo después de que él dejó de golpearla con su gran polla, después de que su semilla la llenara, cuando ella se quedó en silencio.
La sujetó como ya le había dicho... Su mano le agarraba con fuerza la parte de atrás de su cuello, sosteniendo su cabeza quieta, mientras él permaneció con su gran polla tiesa, profundamente dentro de ella.
Ella lo sintió moverse de nuevo... Sintió que se preparaba para otra follada... Sintió que se preparaba para soltar dentro de su coño otra carga de semillas para preñarla.
Molly también se preparó... Esta vez fue una follada más larga, no tan frenética, ni tan brutal, pero de todos modos, igual de intensa.
El propósito de Jeff era dejar embarazada a Molly... Por eso las folladas que le daba eran a pelo... Follar sin condón y sin ningún tipo de anticonceptivo.
Molly sintió que su semen brotaba dentro de ella una vez más y, mientras la sostenía allí sujeta, algo en su interior le dijo que había quedado preñada.
Poco después, Jeff desabrochó las esposas y levantó el edredón para cubrirla... La besó, la abrazó y la trató con mucho amor... Él le preguntó si estaba bien y ella lo abrazó y le dijo que todo estaba bien.
Un rato después volvieron a follar... Una follada más suave y cariñosa en conjunto, pero el propósito seguía siendo el mismo... ¡Preñarla!
Molly no se opuso cuando, a la mañana siguiente, Jeff le hizo la sugerencia de quedarse en su casa mientras estaban acostados juntos... De hecho, ella le dijo que sí... Había sido muy bonito despertarse sintiendo a un hombre a su lado.
A la mañana siguiente, Jeff se marchó de su hotel y se mudó a la casa de ella... Le quedaban tres semanas de vacaciones.
Semanas antes había hecho una apuesta con Molly de que para cuando él terminara sus vacaciones, ella estaría embarazada y mudarse a su casa le aseguraría que él tuviera todas las oportunidades para cumplir su apuesta.
En estos primeros días, pensó que estaba soñando cuando sentía una dura polla presionando sus muslos, pero cuando extendía la mano, se daba cuenta de que todo era verdad.
Jeff se la había follado siete veces durante todo el día anterior... La última fue su follada de ‘buenas noches’ y llegó justo después de que ella terminó su conversación telefónica nocturna con su esposo, Max... Ella se despidió y le dio un beso por teléfono mientras se aferraba a la gran erección de Jeff.
Jeff la había puesto boca arriba en cuanto dejó su teléfono móvil.
- "¿Dónde está mi beso de buenas noches?" le preguntó mientras se subía y se ponía entre sus muslos abiertos.
Ella se rió y alcanzó su gran polla para guiarla hacia su coño.
- "Recibirás el tuyo después de que yo tenga mi follada de buenas noches", le dijo.
Jeff la penetró de inmediato y Molly se derritió en sus brazos cuando sus orgasmos comenzaron a fluir uno tras otro hasta quedar totalmente agotada y con el coño lleno de semen.
Ella alcanzó su polla de nuevo a la mañana siguiente y la sostuvo en su mano... Tenía que admitir que antes nunca había prestado mucha atención a las pollas de los hombres... Para ella, eran sólo trozos de carne blanda que se endurecían cuando se excitaban sexualmente y proporcionaban placer.
Jeff seguía durmiendo, así que levantó el edredón para mirársela... A diferencia de la polla de Max, la de Jeff estaba circuncidada... Su cabeza bulbosa era de color ligeramente púrpura, mientras que el resto del tronco era de color marrón oscuro y además, era grueso... Mucho más grueso que la de cualquier otro hombre que conoció.
Venas gruesas corrían a lo largo de todo el tronco, pero eso ella ya lo sabía porque las había sentido cuando la tenía metida dentro de su coño.
Sostuvo la punta de esa gran polla entre el pulgar y el índice mientras la examinaba con los ojos... Un momento de miedo recorrió su cuerpo al sentir el peligro... Esa gran polla tenía el potencial de crear tanto placer como daño.
Molly se alegró de que su dueño sólo tuviera la intención de brindarle placer... Después de unos momentos miró hacia arriba y vio que los ojos de Jeff estaban abiertos.
- "¿Te gusta lo que ves?", le dijo.
Ella sonrió, se acercó y lo besó.
- "Claro."
- "Bueno, espero que no lo vayas a dejar en ese estado, ¿verdad?"
- "¿Que te gustaría que hiciera?"
- "Es hora de que cabalgues encima para variar."
Obediente, Molly se levantó y se sentó a horcajadas sobre él... Jeff cogió su erección y la apuntó hacia su orificio vaginal... Molly se agachó sobre ella... Era una polla muy grande... Y, al metérsela, le abrió al máximo su coño pero, de inmediato, también comenzó a darle placer.
Diez minutos más tarde, a punto del orgasmo, Jeff la puso boca arriba y terminó corriéndose profundamente dentro de ella.
Durante la corta estadía que estuvo Jeff en su casa, ella lo disfrutó mucho... Molly disponía de unos días de vacaciones y se los tomó para irse a Las Vegas para disfrutar de su compañía..
De regreso, Jeff se quedó en casa mientras ella iba a trabajar durante el día... Disfrutaba de tener un hombre al volver casa... Eso le recordó los primeros días de su matrimonio con Max... Por aquel entonces apenas se había quitado el abrigo, Max tiraba de sus bragas para follarla.
Jeff no era diferente en ese sentido, pero no sólo la ayudaba a quitarse la chaqueta, sino que también la desnudaba por completo... Allí, en el pasillo junto a la puerta de casa, la despojaba de cada pieza de ropa antes de llevársela... ¿A dónde?... Pues a veces iba a la cocina, otras al salón y algunas veces, directamente al dormitorio.
Realmente no importaba dónde tuviera lugar la follada... Todo lo que realmente importaba era que Jeff la desnudaba para follarla.
Molly solía mirar el reloj de su oficina alrededor de las cuatro de la tarde y sentir ese cosquilleo entre los muslos... Sabía lo que la esperaba en poco más de una hora... Un beso largo mientras manos cálidas y ansiosas acariciaban sus pechos antes de encontrar el camino hacia sus bragas.
Luego, esas mismas manos empezarían a quitarle toda su ropa... A veces había una palmada juguetona en su culo... Otras veces la empujaba de rodillas para que endureciese su polla con sus labios, pero a menudo también la ponía sobre una mesa o un sillón y usaba sus labios y lengua en su sexo... Jeff era el amante consumado.
Su follada sería rápida y furiosa, pero ella siempre disfrutaba de una serie de orgasmos antes de sentir su semen dentro de ella... Se sentía plenamente satisfecha... Jeff era el primer hombre que la hizo sentir de esa manera... No sólo se sentía satisfecha físicamente, sino que luego miraba su polla flácida y sentía esa satisfacción al cumplir con sus obligaciones como mujer hacia su hombre.
Cuando las tres semanas casi habían terminado, le preguntó si podía quedarse una semana más... Su corazón dio un vuelco y una gran sonrisa iluminó su rostro... Por supuesto que ella quería que él se quedara.
Hasta ese momento no se había hablado del embarazo... Molly sabía, sin embargo, que estaba embarazada... Todavía no se había realizado pruebas, pero ella lo sabía... Lo supo después de su primera noche juntos.
- "¿No vas a hacerte la prueba de embarazo?", le dijo Jeff.
Molly negó con la cabeza y le respondió:
- "No es necesario... Estoy segura que me preñaste."
No obstante, Jeff le pidió que comprara un kit de esa prueba y a la mañana siguiente se la hizo... Jeff se quedó con ella mientras lo hacía y luego sostuvo el dispositivo con ella.
Hubo un silencio por unos momentos y el resultado fue... ¡Positivo!
- "Bueno... Ya está claro", dijo Jeff.
Molly asintió.
- "¿Qué debemos hacer?", le preguntó.
Ella lo miró y se dio cuenta de que hablaba de una decisión conjunta.
- "Yo, ya he decidido que me voy a divorciar de Max... No es un matrimonio real de todos modos y esto lo acelera", dijo en voz baja.
- "¿Qué vas a hacer luego?"
- "Me quedo con el bebé, si es eso a lo que te refieres?"
- "¿Cómo te las arreglas?", le preguntó Jeff.
- "Me las arreglaré... Tengo un buen trabajo... Cogeré la baja por maternidad cuando llegue el momento y volveré a trabajar después", respondió pensativa.
- "Podrías venirte conmigo."
Sus palabras la dejaron atónita.
- "Te refieres a...?"
- "Si... Te amo", le dijo poniendo su brazo alrededor de ella.
Molly no supo qué decir... Ella no esperaba esto.
- "Mira, no tienes que,.. Quiero decir que no tienes que sentirte obligado."
- "Sé lo que estás diciendo", interrumpió. "Podría marcharme sin asumir ninguna responsabilidad, pero supongo que me has hecho madurar... Es hora de que encuentre una mujer propia con la que estar y formar un hogar.
Las lágrimas de Molly comenzaron a fluir.
- "¿Qué pasa si algo sale mal entre nosotros?", le preguntó.
- “Nada arriesgado, nada ganado”, respondió Jeff.
- "No estoy diciendo que deberíamos casarnos o algo así, pero juntémonos y veamos cómo van las cosas."
Se besaron y Jeff la guió de regreso a la cama para hacer el amor.
Cuando Jeff se marcho, Max regresó a casa de inmediato cuando ella le dijo que quería el divorcio con la esperanza de arreglar las cosas, pero una vez que se dio cuenta de que estaba esperando el bebé de otro hombre y quería irse, reconoció que el matrimonio había terminado y regresó al extranjero.
Sus padres se sorprendieron mucho cuando ella también se lo contó, pero cualesquiera que fueran sus sentimientos, mantuvieron su decisión y la ayudaron a vender la casa y mudarse.
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Han pasado ya tres años... Jeff y Molly están casados y tienen dos hijos.
Molly tardó un tiempo en adaptarse a una nueva forma de vida, pero ella y Jeff se compenetraron cada vez más y ella se hizo totalmente dependiente de él.
Unos meses después del nacimiento de su hijo se casaron... Sus padres vinieron a la boda y cuidaron de su nuevo nieto mientras Jeff y Molly se fueron de luna de miel.
Seis meses después, Molly encontró un trabajo que le daba mucho tiempo libre para atender bien todo y dos años después tuvieron su segundo hijo.
¿Y en cuanto a su vida sexual?... Pues está tan bien como siempre, pero con matizaciones importantes que ella debió aceptar... ¿Qué significa eso?... Pues que Jeff es dueño de su coño y lo utiliza cómo le apetece.
Entonces... ¿Cumplió su promesa de compartirlo?
Si, pero esa es otra historia... No quiero terminar este relato sin explicar que unas semanas después de que regresaron de su luna de miel, un par de amigos suyos vinieron a tomar unas cervezas y él la desnudó delante de ellos, se sentó en un sillón y disfruto viendo cómo se la follaban por todos su agujeros.
En la mesilla habían un fajo de dólares que ella vio y comprendió cual era el motivo de ese dinero... A partir de ahora seria otra forma de ayudar a llevar la economía de la casa, a la vez que satisfacía los vicios de su marido y ella gozaba con esta degradación, sin importarle quien la pudiera preñar de nuevo... Era la decisión de su marido, quien mandaba de ella.

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