Trío con mi novia Carla y su hna Mariana

Las cosas fueron avanzando poco a poco, hasta que logré que las dos se escaparon a mí casa en la tarde. La culpable sin querer queriendo fue su abuela, quien las mandó a pagar una cuenta en el banco y les dió para el cine, pero ellas se vinieron a mi casa en taxi y tuvimos más de dos horas. Ya vinieron con los bikinis en la cartera. La idea era estar un poco en la nueva piscina de plástico que mi abuela había comprado, y luego de que nos quedáramos solos, ir al cuarto a coger con Carla, mientras Mariana esperaba viendo tele. 

Pero en la piscina nos pusimos a tomar algunas ices escuchando música y como no estábamos acostumbrados a tomar alcohol nos pusimos locos los tres. Empezamos a bailar dentro de la piscina y pronto empecé a besarme con Carla. Cuándo la esposa de mí primo salió, nos fuimos a mi cuarto. 

Mariana entró con nosotros. Apenas le pasé el control de la tele y ya me abalancé sobre Carla. A los pocos minutos ya le estaba chupando las tetas, después la puse en cuatro, listo para clavar la verga. Fue cuando me acordé del ky y le dije a Mariana que lo traiga. Ella vino con vergüenza y yo le dije que lo ponga en mi verga. 

-Cómo pues. Ponte vos solo. 
-No te hagas, que vos conocés esa verga tan bien como Carla.
Ella no quería y le dije a Carla que le diga, pero Carla tampoco quería.
-Pucha, tenemos poco tiempo y ustedes están con huevadas. Ponlo de una vez, como hiciste aquella la otra vez.

Mariana dejó de resistir y vino hecha la molesta. Jalé el bikini de Carla hacía el costado y ella puso el lubricante en el agujerito de su hermana. Yo no la dejé alejarse, para que vaya echando más. 

En un momento saqué la glande y escupí. Le pedí que escupiera en verga también. Fue tan rico que quedé pidiendo que lo hiciera más.

Mariana obedecía, pero me miraba molesta. Entonces en lugar de penetrar a Carla por el culo, como siempre hacíamos y como había empezado a hacer, yo fui más abajo y clavé en su coñito.

Carla no se la esperaba, y de hecho, como nunca habíamos hecho por ahí, solo sintió que algo estaba mal cuando ya tenía un buen pedazo adentro.

Entonces me dijo, oye que haces? Acaso es por ahí. 
-Sí, hoy va a ser por aquí. 
-Pero te dije que no, que no me desvirgues, mi mamá me va a matar.
-Tranquila. Ya te toca, ya.

Mariana, que estaba sentada a nuestro lado en mi cama, también se puso de parte de su hermana, y me dijo que no lo haga, que no la desvirgue.

-No te metas vos. Si te desvirgue a ti, como no voy a desvirgar a ella que es mi novia? Y la hice echar más KY.

Lo hice despacito porque ella aún no estaba acostumbrada, era su primera cogida por el coño. Pero luego de un rato, mi chica se enloqueció. La suma del sentimiento que me tenía, con el alcohol y el morbo de estar su hermana allí, la hacía sentir mucho placer. Empezó a jadear y a gemir fuerte, incluso diciendo palabrotas. Mariana nos miraba con deseo. Mi cuñada se había puesto su falda pero en la parte de arriba aún tenía el bikini.

Entonces yo la jalé y la besé en la boca. No se resistió. Toqué sus tetazas y me las saqué del bikini. Estuve mamandola un buen rato, mientras agarraba a mi novia por las caderas y la follaba. 

Carla nos vió. Había un espejo grande al lado de nosotros. Ya no dijo nada.

Luego de un buen rato, yo ya quería venirme, entonces saqué la verga de Carla y la mandé ir más al medio de la cama. Le dije a Mariana que se ponga en cuatro al lado de su hermana. Ella titubeó un poquito. Las dos se miraron. Yo volví a decir que no pierdan tiempo, que teníamos poco. 

-Hoy las dos van a llevar verga. 

Mariana obedeció y empezó a ponerse en cuatro. Era la segunda vez que la iba a follar en esa posición.

Al instante Carla se levantó, iba a alejarse, pero la jalé. Me miró molesta pero de pronto empezamos a besarnos como locos y de mí boca ella se pasó a mi cuello mordiendo con fuerza. Yo aproveché para clavársela a Mariana, quién casi al instante empezó a chillar. 

Estaba re aprieta. Chillaba y pedía más despacio, tanto que Carla se preocupó. Le está doliendo, ¿dónde está el lubricante?

Su rostro ya no estaba molesto, más con evidente. No encontré el envase y le dije que lubrique con la boca. Saqué de Mariana y le dije a Carla que le ponga saliva. Ella intentó, pero fue poquito, entonces le jalé la cabeza para que me la chupe. Ella casi no lo hizo. Le dió saquito, y con razón, mi verga había estado en su culo, en coño y ahora en el coño de Mariana. La tuvo en los labios un ratito, pero logré que me empiece a lamer de a poco, hasta que volví a metérsela en Mariana.

Mientras cogía a Mariana despacito, jalé a Carla y empecé a besarla y a tocarla. Se puso muy caliente, ya queriendo venirse.

Volví a sacarla de Mariana y a ponerla en la boca de Carla. Repetimos eso no sé cuantas veces hasta que ya no se resistía y ni me hacía caras, sino que solita lo hacía, y de pronto me volvió a pedir que se la meta de nuevo y eso hice.

La puse en la del misionero y le dije a Mariana que se eche a nuestro lado, para que la pueda mamar. Yo nunca había hecho un trío, pero ya había visto en videos de porno, y además, ese rato le vienen las ideas a uno y uno se acomoda.


Fue así que empecé a coger a Carla con Mariana echada dándome la teta. La cosa es que Mariana era tetona y su teta se fue quedando en el rostro de Carla. Cuando ví, Carla la tenía cerca de los labios.

Chupé el pezón de Mariana y lo puse entre mis labios y los de Carla. Empezamos a besarnos con la teta de Mariana de por medio. Y de ahí, Carla solita empezó a mamar a su hermana. 

Después ella se quejaría diciendo que fue mi culpa, y tenía razón, pero solo fue el principio, porque luego mamaba a Mariana por cuenta propia y lo hacía con unas ganas tremendas!

De hecho su primer orgasmo fue allí recibiendo verga y chupando a Mariana con voracidad.

Los dos compartíamos sus tetas y Mariana también estaba a punto de venirse. Ver aquello me calentó tanto que me vine adentro de Carla. No me dió tiempo a sacarla. Yo solo continúe metiendo, no se me bajó. 

Cambié un poco de posición y le dije a Mariana que ahora le tocaba mamar a ella. A ella sí que le tuve que insistir un poco más. Obedeció un poco tímida, pero luego se soltó, sobre todo cuando Carla le agarró la cabeza y le dijo que siguiera. A Carla le encantaba ser mamada.

Volvimos a cambiar de posición porque ahora yo quería volver a metérsela en Mariana, quién se puso boca arriba y Carla se quedó en cuatro sobre ella, poniendo sus tetitas en la boca de su hermana.

Yo sin preocuparme ni nada, empecé a coger a Mariana trás haberme sacado mi verga toda pringada de Carla.

Nos pusimos aún más locos los tres. Mariana por la cogida que le estaba dando y Carla por la mamada en las tetas que estaba recibiendo de Mariana y por mi dedo en su coño. 

Así que acomodé mejor a Carla, en cuatro sobre Mariana para darle verga mientras su hermana la mamaba y entonces se me vinieron las ganas de verlas besándose. No sé hicieron rogar y empezaron a besarse de lengua como locas. 

Me eché en la cama y le dije que Carla me cabalgue. Ella no sabía muy bien y la tuve que enseñar, pero antes que nos enfriemos  le dije a Mariana que se siente en mi boca. Para ser honesto la cosa fue bien menos perfecta de lo que puede parecer, fue todo medio caótico y desincronizado, pero fue muy rico, porque estábamos bien prendidos.




Quien me sorprendió más fue Carla. No paraba de buscar que su hermana la mamase, yo llegué incluso a sugerir que se chupasen la concha, pero eso ya era demasiado.

Luego de que me vine nuevamente adentro de Carla, Mariana fue la primera en querer irse, al fin y al cabo ya había pasado mucho tiempo. Pedí un taxi con los últimos fondos que tenía y fui con ellas a su casa. Tuve que volver caminando más de una hora a pie, pero contento. Como estaba cerca de mi cumpleaños, aquella tarde fue el mejor regalo.