Hola, les cuento que soy una crossdresser de closet. Muy poca gente sabe de mi lado femenino.
Cada tanto vienen amigos a casa a jugar a las cartas, tomar whisky y sustancias recreativas. De este grupo nadie sabe mi secretito y la verdad que ninguno de ellos me atrae, excepto uno: Bruno. Casualmente él vive lejos y cuando nos juntamos en casa se queda a dormir. Bruno es rubio, medirá alrededor de 1,80, tiene una onda turro cumbiero y es muy pajero... el típico que siempre le quiere dar a todas. Realmente a él le gusta mucho el sexo y ya me había comentado que cada tanto le gusta cogerse chicas trans.
Cuando todos se iban y quedabamos solos en casa, borrachitos y con sustancias que son buenas para despertar los morbos, yo me calentaba fantaseando con vestirme de chica y que me coja, pero no me animaba. Al principio me paseaba por la casa en lencería cuando él ya estaba acostado, con la ilusión de que se levante para ir al baño y me encuentre así; pero enseguida me daba miedo y me metía en mi habitación.
Hasta que un día me animé a ir un poquito más lejos. Como siempre todos se habían ido y quedamos solos en el living tomando un poco más y charlando. Entonces se me ocurrió una maniobra un poco tonta pero a la vez audaz; me derramé vino en la ropa y le dije que me la cambiaría para ponerla rápido en remojo y no quede manchada. Entonces fuí rápido a mi habitación y me puse una tanga, calza negra bien ajustada y una remerita negra corta que dejaba ver bien la cola.
Antes de salir de la habitación estaba super nerviosa, pero también muy decidida a jugarmela. Respiré y salí. Llevaba la ropa manchada con la excusa de tener prisa de ponerla a lavar y poder decir que me había puesto "cualquier cosa".

Cuando pasé por al lado de él mi corazón iba a mil... temblaba! jajaja. Caminé un poco más y miré como casualmente para atrás para ver si había alguna reacción de su parte. Efectivamente me estaba mirando la cola, pero enseguida desvió la mirada para disimular.
- No me vas a andar mirando el culo, pajero - Le dije para romper el hielo, pero con la voz super temblorosa de los nervios.
- Jajaja y la verdad que si estaba distraido pensaba que eras una mina... linda burra tenés, pedazo de trolo! Qué te pusiste? - me dijo.
- Lo primero que encontré... no quiero que me quede la ropa manchada. - contesté.
Ya había dado el primer paso: me mostré con un look femenino y la reacción había sido positiva. Entré al lavadero y limpié así nomas las manchas para disimular. Entonces volví al living con algo más de confianza. Me pare al lado de él frente a la mesa y me serví una copa de vino. Él estaba un poco incomodo. Me miraba de reojo y fumaba para disimular.
-Dale, mirá tranquilo pero no te calientes mucho que el culo no te lo voy a entregar - dije en tono de broma.
- Jaja no te vengas a hacer la difícil mamu! - y me dió un chirlo en la cola como jodiendo mientras yo tomaba un trago de vino, pero no se animó a mirarme a la cara. (Aclaro que siempre solíamos joder así con mucha carga homoerótica. Es común en grupo de varones, pero yo las exacerbaba, pues puta jaja)
Ese golpe en la cola me puso loquita! ya quería agarrarle la verga y comerla entera! jaja, pero me contuve. Enseguida agarró el maso de cartas y me dijo:
- Dale, un truco a quince por dos lucas.
- Ok - le dije y me senté con las piernas cruzadas de modo tal que me pueda seguir mirando.
Nos pusimos a jugar y para ese momento yo ya estaba mucho más relajada y empecé tener una actitud mucho más femenina. Obviamente yo solo quería perder esa partida para pagar la apuesta con la cola jaja pero no quería que sea tan obvio, asique jugué bien hasta la última mano en la que simulé un error tonto y perdí.
- Pagá! - me dijo.
- Bancá que voy a buscar la plata - le dije y fuí a la habitación.
Cuando me levanté me dió otra nalgada riendo y me dijo:
- Dale que sino me vas a tener que tirar la goma!
Ahí yo ya estaba en llamas y lo más rápido que pude entre al cuarto y me puse bien puta: pollerita cortita ajustada, medias altas, tacos, topsito y como pude me maquillé rápido. Cuando estuve lista me miré al espejo y no lo podía creer... estaba lista para entregarme a mi amigo! tantas veces lo había imaginado y nunca lo creí posible. Por mi cabeza pasaron mil cosas... y si él solo estaba jodiendo? o tal vez no jodía pero a último momento se arrepentía y me rechazaba? me dejaría de hablar? les contaría al resto del grupo?
Era demasiado tarde para echarse atrás... era guita o mierda. Entonces salí del cuarto totalmente dispuesta a entregarme a lo que sea.
- Te jode si esta vez te pago sin guita? le dije todavía desde atrás sin que me vea.
- Qué? - me dijo sin entender bien y se dió vuelta.
Cuando me vió estaba claramente sorprendido... ahí estaba su compañero de juergas totalmente feminizado entregandose como una puta.
-Nooo! me estás jodiendo? - dijo con una sonrisa un poco burlona, pero a la vez con curiosidad.
- A vos te parece que me monté así para hacerte una joda? - y empecé a acercarme - Quiero mostrarte una parte de mi que no conocías y me parece que podríamos pasarla muy bien.
Se levantó y me miraba incrédulo. hechó una pequeña carcajada morbosa, me agarró la mano y dijo:
-A ver, pegate una vueltita. - Obviamente lo hice y podía sentir que me estaba comiendo con la mirada.
- Mirá que putita que resultaste ser eh! jaja - Me dijo ya con una voz bien morbosa y me volvió a pegar en la cola.
- Ay! - suspiré super caliente y le dije: - sabés cómo tuve que contenerme cuando me nalgueaste antes para no manotearte la pija? - pero esta vez sí lo hice. Empece a acariciarle el bulto por sobre el pantalón deportivo que tenía. Sentí esa verga que tanto había imaginado en mis manos...grande, divina empezando a engomarse y no lo podía creer!.
Me agarró con una mano la cintura y con la otra me empezó a tocar la cola mientras me llevaba a él.
- Que linda nena sos - me dijo al oído.
- Mmm... me quise poner linda para vos papi - le dije con mi mejor tono de putita.
Me empezó a besar y yo le metí la mano en el pantalón. Lo senté en el sillón y me puse de rodillas frente a él. Por fin tenía frente a mi esa pija que tanto había deseado. Era hermosa! grande, venosa, dura... la verga de un verdadero macho! La disfruté mucho... la lamí toda, desde los huevos hasta la cabeza cada centímetro una y otra vez. Nos mirabamos... nunca había visto esa mirada de macho en él y me encantaba! yo era suya!.Me agarró la cara y me la metió entera en la boca. Yo estaba entregada a lo que él quisiera y así fué.
En un momento yo ya estaba extasiada y le pedí por favor que me coja. Y él lo hizo una, dos, tres veces... fuí suya toda la noche y él fué mi macho. hasta quedar agotados y dormirnos juntos.
Después de esa noche tremenda nuestra amistad siguió como siempre. Nadie lo sospechó nunca y cada tanto se nos da por volver a ponernos en esos roles: El mi macho turro cojedor y yo su putita complaciente.
Cada tanto vienen amigos a casa a jugar a las cartas, tomar whisky y sustancias recreativas. De este grupo nadie sabe mi secretito y la verdad que ninguno de ellos me atrae, excepto uno: Bruno. Casualmente él vive lejos y cuando nos juntamos en casa se queda a dormir. Bruno es rubio, medirá alrededor de 1,80, tiene una onda turro cumbiero y es muy pajero... el típico que siempre le quiere dar a todas. Realmente a él le gusta mucho el sexo y ya me había comentado que cada tanto le gusta cogerse chicas trans.
Cuando todos se iban y quedabamos solos en casa, borrachitos y con sustancias que son buenas para despertar los morbos, yo me calentaba fantaseando con vestirme de chica y que me coja, pero no me animaba. Al principio me paseaba por la casa en lencería cuando él ya estaba acostado, con la ilusión de que se levante para ir al baño y me encuentre así; pero enseguida me daba miedo y me metía en mi habitación.
Hasta que un día me animé a ir un poquito más lejos. Como siempre todos se habían ido y quedamos solos en el living tomando un poco más y charlando. Entonces se me ocurrió una maniobra un poco tonta pero a la vez audaz; me derramé vino en la ropa y le dije que me la cambiaría para ponerla rápido en remojo y no quede manchada. Entonces fuí rápido a mi habitación y me puse una tanga, calza negra bien ajustada y una remerita negra corta que dejaba ver bien la cola.
Antes de salir de la habitación estaba super nerviosa, pero también muy decidida a jugarmela. Respiré y salí. Llevaba la ropa manchada con la excusa de tener prisa de ponerla a lavar y poder decir que me había puesto "cualquier cosa".

Cuando pasé por al lado de él mi corazón iba a mil... temblaba! jajaja. Caminé un poco más y miré como casualmente para atrás para ver si había alguna reacción de su parte. Efectivamente me estaba mirando la cola, pero enseguida desvió la mirada para disimular.
- No me vas a andar mirando el culo, pajero - Le dije para romper el hielo, pero con la voz super temblorosa de los nervios.
- Jajaja y la verdad que si estaba distraido pensaba que eras una mina... linda burra tenés, pedazo de trolo! Qué te pusiste? - me dijo.
- Lo primero que encontré... no quiero que me quede la ropa manchada. - contesté.
Ya había dado el primer paso: me mostré con un look femenino y la reacción había sido positiva. Entré al lavadero y limpié así nomas las manchas para disimular. Entonces volví al living con algo más de confianza. Me pare al lado de él frente a la mesa y me serví una copa de vino. Él estaba un poco incomodo. Me miraba de reojo y fumaba para disimular.
-Dale, mirá tranquilo pero no te calientes mucho que el culo no te lo voy a entregar - dije en tono de broma.
- Jaja no te vengas a hacer la difícil mamu! - y me dió un chirlo en la cola como jodiendo mientras yo tomaba un trago de vino, pero no se animó a mirarme a la cara. (Aclaro que siempre solíamos joder así con mucha carga homoerótica. Es común en grupo de varones, pero yo las exacerbaba, pues puta jaja)
Ese golpe en la cola me puso loquita! ya quería agarrarle la verga y comerla entera! jaja, pero me contuve. Enseguida agarró el maso de cartas y me dijo:
- Dale, un truco a quince por dos lucas.
- Ok - le dije y me senté con las piernas cruzadas de modo tal que me pueda seguir mirando.
Nos pusimos a jugar y para ese momento yo ya estaba mucho más relajada y empecé tener una actitud mucho más femenina. Obviamente yo solo quería perder esa partida para pagar la apuesta con la cola jaja pero no quería que sea tan obvio, asique jugué bien hasta la última mano en la que simulé un error tonto y perdí.
- Pagá! - me dijo.
- Bancá que voy a buscar la plata - le dije y fuí a la habitación.
Cuando me levanté me dió otra nalgada riendo y me dijo:
- Dale que sino me vas a tener que tirar la goma!
Ahí yo ya estaba en llamas y lo más rápido que pude entre al cuarto y me puse bien puta: pollerita cortita ajustada, medias altas, tacos, topsito y como pude me maquillé rápido. Cuando estuve lista me miré al espejo y no lo podía creer... estaba lista para entregarme a mi amigo! tantas veces lo había imaginado y nunca lo creí posible. Por mi cabeza pasaron mil cosas... y si él solo estaba jodiendo? o tal vez no jodía pero a último momento se arrepentía y me rechazaba? me dejaría de hablar? les contaría al resto del grupo?
Era demasiado tarde para echarse atrás... era guita o mierda. Entonces salí del cuarto totalmente dispuesta a entregarme a lo que sea.
- Te jode si esta vez te pago sin guita? le dije todavía desde atrás sin que me vea.
- Qué? - me dijo sin entender bien y se dió vuelta.
Cuando me vió estaba claramente sorprendido... ahí estaba su compañero de juergas totalmente feminizado entregandose como una puta.
-Nooo! me estás jodiendo? - dijo con una sonrisa un poco burlona, pero a la vez con curiosidad.
- A vos te parece que me monté así para hacerte una joda? - y empecé a acercarme - Quiero mostrarte una parte de mi que no conocías y me parece que podríamos pasarla muy bien.
Se levantó y me miraba incrédulo. hechó una pequeña carcajada morbosa, me agarró la mano y dijo:
-A ver, pegate una vueltita. - Obviamente lo hice y podía sentir que me estaba comiendo con la mirada.
- Mirá que putita que resultaste ser eh! jaja - Me dijo ya con una voz bien morbosa y me volvió a pegar en la cola.
- Ay! - suspiré super caliente y le dije: - sabés cómo tuve que contenerme cuando me nalgueaste antes para no manotearte la pija? - pero esta vez sí lo hice. Empece a acariciarle el bulto por sobre el pantalón deportivo que tenía. Sentí esa verga que tanto había imaginado en mis manos...grande, divina empezando a engomarse y no lo podía creer!.
Me agarró con una mano la cintura y con la otra me empezó a tocar la cola mientras me llevaba a él.
- Que linda nena sos - me dijo al oído.
- Mmm... me quise poner linda para vos papi - le dije con mi mejor tono de putita.
Me empezó a besar y yo le metí la mano en el pantalón. Lo senté en el sillón y me puse de rodillas frente a él. Por fin tenía frente a mi esa pija que tanto había deseado. Era hermosa! grande, venosa, dura... la verga de un verdadero macho! La disfruté mucho... la lamí toda, desde los huevos hasta la cabeza cada centímetro una y otra vez. Nos mirabamos... nunca había visto esa mirada de macho en él y me encantaba! yo era suya!.Me agarró la cara y me la metió entera en la boca. Yo estaba entregada a lo que él quisiera y así fué.
En un momento yo ya estaba extasiada y le pedí por favor que me coja. Y él lo hizo una, dos, tres veces... fuí suya toda la noche y él fué mi macho. hasta quedar agotados y dormirnos juntos.
Después de esa noche tremenda nuestra amistad siguió como siempre. Nadie lo sospechó nunca y cada tanto se nos da por volver a ponernos en esos roles: El mi macho turro cojedor y yo su putita complaciente.

4 comentarios - Soy la puta de un turro