Me dijo que tenía un plan conmigo, algo especial, yo no había hablado nunca con él y no lo conocía de nada, pero me llamo y me dijo que quería verme, que le habían hablado de mí y que no podía seguir esperando.
Hablamos de todo lo que teníamos que hablar, me dijo que había una fantasía que él quería cumplir pero que no encontraba con quien, el quería incluir serpientes en el acto íntimo y la verdad es que me llamo mucho la atención, le dije que sí simplemente para seguir conversando y que me expliqué cómo haríamos, yo le seguí el juego, si algo no me cuadraba en algun momento daba de baja todo y listo.
Por las dudas lo cite en casa, a solas, por la tarde, me dijo que no le interesaba que tomáramos alcohol y me dijo que no coma nada antes del encuentro, era un hombre alto, no tan corpulento, pero si con una fuerte presencia, tenía la famosa "cara de malo" pero...malo intelectual, tipo psico.
Entro a casa con una caja que no dejaba ver que había adentro, era una caja de plástico duro del tamaño de una heladera pequeña tipo frigobar, algo por el estilo.
Me beso cuidadosamente, yo estaba sentada en la cama y el en frente mío bajo sus pantalones y me pidió sexo oral, su pene era enorme, no tan grueso, pero si largo, mas de 20 centímetros de seguro. Se la chupe como sé que a los hombres les gusta, sus huevos enteros dentro de mi boca mientras los hacia bailar con mi lengua, luego recorriendo el tronco quedándome al final y un buen rato en su punta que ya segregaba algunos primeros líquidos sagrados, digo sagrados porque parecía que estuviéramos en una especie de ceremonia de iniciación.
Me hizo que me acostara boca arriba en la cama y me dijo que me quede tranquilo, que respirara en calma, fue hacia la caja y saco una serpiente de la misma, enorme, no sé si era una anaconda o que era, yo estaba en blanco, la puse sobre mi cuerpo y se sentía realmente muy pesada, no quiero mentirles, pero si tuviera que describirla diría que era un animal de mas de 2,30 metros de longitud y sin duda alguna (considerando que he tenido muchos hombres encima mío) mas de 70 kilogramos de peso, seguro.
El me repetía todo el tiempo que me quede tranquilo y me daba las gracias, tu pene seguía erecto y algo húmedo aun por mi saliva, el animal parecía dopado o algo por el estilo lado que se movía muy, muy lento, pero con movimientos precisos y ondulantes sobre mi cuerpo completamente desnudo, su cabecita estaba en mi pecho, muy cerca de mi cuello, el me seguía repitiendo que me quedara tranquilo, supongo que porque veía mi estado de nervios.
El animal se enrosco en mi cintura, presiono la cadena, mis glúteos, mis partes íntimas, mientras el acariciaba al animal y a mí dé a ratos, siempre quieta yo él se acercaba y me pedía sexo oral, mas sexo oral, yo no podía ni quería moverme de ese lugar.
Siguiendo con el propio movimiento del animal y con su ayuda con el correr de los minutos fue quedando boca abajo, parecía que bicha ni se estaba enterando que estaba desperdiciando comida servida en bandeja, el hombre se acomodó arriba mío y con lentitud comenzó a entrar en mí, al peso del animal se sumaba el peso de las embestidas del hombre, yo sentía que en cualquier momento podía partirme literalmente a la mitad. Me aterraba el sudor frio que sentía por todos lados. El tiempo paso muy lentamente, posiciones calculadas, lentas, profundas, dolorosas pero hermosas a la vez, el siseo en mis oídos, el gemido un poco mas lejano y un mar de fluidos tibios entrando en mí no tan lentamente, aquel hombre estaba en un extremo éxtasis mientras todo se desarrollaba muy lentamente.
Quizás por la tensión de la situación yo había quedado completamente agotada, me dijo que no me moviera hasta que yo le dijera, saco al animal de encima mío, lo guardo en la caja y luego volvió a mí a lamer todo mi cuerpo sucio, recorrido y sudado. Me acomodo a la orilla de la cama, yo de verdad estaba sin fuerzas, pero ahí si me cogió con mas fuerza que antes, parecía que el recién comenzaba, incluso sus gemidos eran mas fuertes cuando me tomo por el cuello, me llevo contra la pared y siguió cogiéndome embistiéndome cada vez que se venía en mí, jugaba con mi culo como quería y acariciaba todo mi cuerpo aun sentido por el peso del animal. Me pidió que de rodillas me tome su néctar y me recomendó quedarme un rato acostado después de terminar, se quedó conmigo acariciándome y luego lo acompañe a la puerta, me beso y me dijo que íbamos a repetir pronto.
Hablamos de todo lo que teníamos que hablar, me dijo que había una fantasía que él quería cumplir pero que no encontraba con quien, el quería incluir serpientes en el acto íntimo y la verdad es que me llamo mucho la atención, le dije que sí simplemente para seguir conversando y que me expliqué cómo haríamos, yo le seguí el juego, si algo no me cuadraba en algun momento daba de baja todo y listo.
Por las dudas lo cite en casa, a solas, por la tarde, me dijo que no le interesaba que tomáramos alcohol y me dijo que no coma nada antes del encuentro, era un hombre alto, no tan corpulento, pero si con una fuerte presencia, tenía la famosa "cara de malo" pero...malo intelectual, tipo psico.
Entro a casa con una caja que no dejaba ver que había adentro, era una caja de plástico duro del tamaño de una heladera pequeña tipo frigobar, algo por el estilo.
Me beso cuidadosamente, yo estaba sentada en la cama y el en frente mío bajo sus pantalones y me pidió sexo oral, su pene era enorme, no tan grueso, pero si largo, mas de 20 centímetros de seguro. Se la chupe como sé que a los hombres les gusta, sus huevos enteros dentro de mi boca mientras los hacia bailar con mi lengua, luego recorriendo el tronco quedándome al final y un buen rato en su punta que ya segregaba algunos primeros líquidos sagrados, digo sagrados porque parecía que estuviéramos en una especie de ceremonia de iniciación.
Me hizo que me acostara boca arriba en la cama y me dijo que me quede tranquilo, que respirara en calma, fue hacia la caja y saco una serpiente de la misma, enorme, no sé si era una anaconda o que era, yo estaba en blanco, la puse sobre mi cuerpo y se sentía realmente muy pesada, no quiero mentirles, pero si tuviera que describirla diría que era un animal de mas de 2,30 metros de longitud y sin duda alguna (considerando que he tenido muchos hombres encima mío) mas de 70 kilogramos de peso, seguro.
El me repetía todo el tiempo que me quede tranquilo y me daba las gracias, tu pene seguía erecto y algo húmedo aun por mi saliva, el animal parecía dopado o algo por el estilo lado que se movía muy, muy lento, pero con movimientos precisos y ondulantes sobre mi cuerpo completamente desnudo, su cabecita estaba en mi pecho, muy cerca de mi cuello, el me seguía repitiendo que me quedara tranquilo, supongo que porque veía mi estado de nervios.
El animal se enrosco en mi cintura, presiono la cadena, mis glúteos, mis partes íntimas, mientras el acariciaba al animal y a mí dé a ratos, siempre quieta yo él se acercaba y me pedía sexo oral, mas sexo oral, yo no podía ni quería moverme de ese lugar.
Siguiendo con el propio movimiento del animal y con su ayuda con el correr de los minutos fue quedando boca abajo, parecía que bicha ni se estaba enterando que estaba desperdiciando comida servida en bandeja, el hombre se acomodó arriba mío y con lentitud comenzó a entrar en mí, al peso del animal se sumaba el peso de las embestidas del hombre, yo sentía que en cualquier momento podía partirme literalmente a la mitad. Me aterraba el sudor frio que sentía por todos lados. El tiempo paso muy lentamente, posiciones calculadas, lentas, profundas, dolorosas pero hermosas a la vez, el siseo en mis oídos, el gemido un poco mas lejano y un mar de fluidos tibios entrando en mí no tan lentamente, aquel hombre estaba en un extremo éxtasis mientras todo se desarrollaba muy lentamente.
Quizás por la tensión de la situación yo había quedado completamente agotada, me dijo que no me moviera hasta que yo le dijera, saco al animal de encima mío, lo guardo en la caja y luego volvió a mí a lamer todo mi cuerpo sucio, recorrido y sudado. Me acomodo a la orilla de la cama, yo de verdad estaba sin fuerzas, pero ahí si me cogió con mas fuerza que antes, parecía que el recién comenzaba, incluso sus gemidos eran mas fuertes cuando me tomo por el cuello, me llevo contra la pared y siguió cogiéndome embistiéndome cada vez que se venía en mí, jugaba con mi culo como quería y acariciaba todo mi cuerpo aun sentido por el peso del animal. Me pidió que de rodillas me tome su néctar y me recomendó quedarme un rato acostado después de terminar, se quedó conmigo acariciándome y luego lo acompañe a la puerta, me beso y me dijo que íbamos a repetir pronto.

0 comentarios - Anaconda, o algo así...