Algunos ya me conocen, para los que aún no les cuento que soy Nico, que tengo 40 años, que estoy casado hace varios años con Naty, una muy linda mujer de 38 años.
Ella tiene dos amantes (sí, soy cornudo), Javier que casi es su compañero de aventuras, se conocen hace mucho y se ven bastante seguido y un pendejo más joven que se la coje de vez en cuando, ya hay varios relatos sobre este tema así que no quiero entrar en más detalles.
De mí les puedo contar que soy un tipo bastante sexual, pero que coje poco… me gusta mucho disfrutar de las aventuras que tiene mi mujer, contacto virtual con hombres, etc.
Yo soy bisexual, aunque nunca se lo confesé a mí esposa yo creo que ella algo sospecha, en algún momento eso saldrá a la luz, así que cuando me dan muchas ganas busco algún hombre para despuntar ese vicio.
Actualmente con mi esposa estamos viviendo en una cuidad chica de Uruguay, aunque por trabajo viajamos a la capital bastante seguido, allí en Montevideo vivíamos antes.
En una de esas maratones de porno y chat que suelo tener cuando la calentura me sube a tope fue que encontré por chat a Ruben, un tipo de la cuidad donde vivo, de 55 años, casado con Miriam y que al igual que yo de vez en cuando le gustaba despuntar el vicio de estar con un hombre.
La historia que les cuento se basa, además de en el encuentro en él, en Ruben, un tipazo que fui conociendo de a poco y que podría decir que me enamoré de él sin que fuera tan así. Es un tipo rústico, grande, de manos grandes, ojos celestes y piel curtida, no es delgado, ni tampoco tiene mucha panza, pero así misma pesa más de 100kg por su altura y su complexión física.
Como ya les adelanté él está casado, hace como 25 años con su esposa, tienen dos hijas ya grandes y según me contó y luego me enteré por otros lados, su esposa es un poco rápida digamos jaja, él me contó que lo volvieron cornudo (en ese caso no consentido) en varias oportunidades, pero siempre la perdonó y por el bien de la pareja y de la familia nunca se puso sobre la mesa la opción de separarse, un matrimonio más “a lo de antes” digamos.
Pero luego de la última de las aventuras de su mujer Ruben entendió que era momento de disfrutar un poco más de su vida personal así fue que empezó a desarrollar el gusto por la pornografía y la paja, así que él al menos un día o dos a la semana deja de trabajar más temprano y se va a una casita de campo que tiene a unos 20 minutos de la cuidad y pasa un buen rato viendo porno tranquilo y haciéndose buenas pajas.
De a poco el porno le fue mostrando diferentes facetas del sexo y así encontró y se vio muy atraído por el sexo entre hombres, sobre todo hombres fue lo que hizo que se pasara tardes enteras pajeandose solo en su casa del campo.
Ese día que acordamos encontrarnos en la esquina de la estación de servicio para ir a su casa me contó que era la primera vez que se animaba a encontrarse con un hombre para tener sexo, sin dudas que “el qué dirán” si alguien se entera o lo ve en una cuidad chica como la que vivimos es una limitante enorme para los encuentros prohibidos.
Después de unos días de charlas e intercambiar algunas fotos lo esperé el miércoles a las 15:30hs en la esquina pautada, él pasó con su camioneta y me levantó para ir a la casa de campo, ese día de julio hacía un frío tremendo, incluso lloviznaba así que apenas subí a su camioneta ese fue el tema de charla para romper el hielo.
En el viaje se fueron dando charlas muy lindas, amenas, con Ruben pegamos muy buena onda desde el primer minuto, hablábamos de temas triviales, aunque se sentía en el aire el deseo ninguno de los dos lo dejó expuesto hasta llegar a la casa.
Al llegar comprobé lo que me había adelantado Ruben en el viaje, la casa no tiene calefacción así que allí hacía un frío tremendo, él se ofreció (si vos no tenes apuro, me dijo) a prender la estufa a leña así calentaba un poco ese ambiente, yo le dije que si porque la verdad no había cuerpo humano que pudiera tener sexo con ese frío, yo que soy más friolento estaba casi temblando ahí adentro.
Así que así fue, Ruben prendió la estufa y me ofreció un whisky para calentar por dentro, después entre los dos trajimos una cama que había en un dormitorio para el living donde estaba la estufa y mientras tanto la charla fue fluyendo y entrando muy lentamente en temas sexuales.
Se notaba mucho que Ruben nunca había tenido un encuentro sexual así con un desconocido, él se comportaba como que estaba con su esposa, me atendía, me preguntaba si estaba cómodo, etc, pero a su vez había como una timidez que le hacía evitar inconscientemente los encuentros muy cercanos conmigo.
Una vez que la estufa calentó, que el ambiente se puso lindo y con un par de whiskys encima tomé la posta y me acerqué a él mientras se preparaba su whisky, me puse frente a frente con él y empecé lentamente a tocarle la mano, después desprendí un par de botones de la camisa para ver y tocar ese pecho peludo que me había mostrado, él solo me miraba fijo, se notaba que le gustaba, pero estaba bastante nervioso.
Tranquilo, todo va a estar bien le dije mientras le pellizcaba suavemente las tetillas y con la otra mano iba bajando lentamente hasta su pija, cuando la toqué ya estaba empezando a ponerse dura, le desprendí el cinturón y le metí la mano por dentro del pantalón y el bóxer, que linda esa pija de macho, ¡toda peluda y con huevos grandes!
La mano fría tocándole la pija y los huevos lo excitó y por fin dio el primer paso, se acercó y me dio un beso tremendo, brusco, bruto, pero fue muy excitante para mí, sentir ese gusto a “hombre” me hacía muy bien y me daban muchas ganas de complacer en todo a Ruben esa tarde.
En la siguiente escena fui desprendiéndole toda la camisa y el pantalón hasta que asomó su pija, ahora sí bien dura, todo un hombre peludo y para mí pensé, bajé lentamente dándole pequeños besos por todos lados, pecho, panza hasta que llegué a su pija.
Ruben estaba disfrutando mucho ese momento, se lo notaba disfrutar, sobre todo cuando me metí la pija en la boca… ambos estábamos en el lugar y en el momento que queríamos estar… todo estaba bien ahí y los dos estábamos poniéndonos super calientes.
Por el contrario de lo que siempre imaginé de un hombre así, él era muy suave y cariñoso conmigo, no era violento y rudo, me acariciaba la cara y el pelo, me miraba delicadamente como yo me trababa su pija. Él era muy recatado con mi cuerpo, nunca ni siquiera acercó una mano a mi pija, él se mostraba muy activo y encantado del trabajo que yo venía haciendo.
Luego de un rato ya de estar de rodillas chupándole la pija ya no aguantaba más esa posición así que él me ayudó a ponerme de pie, me pidió que me terminara de sacar la ropa y me ayudó o colocarme en 4 patas sobre la cama…. Ahí comenzó un momento mágico.
Ruben se puso detrás de mí, me besó toda la espalda hasta llegar a mí cola, todo con mucho cuidado y cariño, al igual que cuando llegó a mi cola donde dedicó bastante tiempo a lamer y dilatarme para recibir su pija.
Yo estaba en paz, tremendamente excitado y muy a gusto con ese hombre, era el hombre ideal para hacerse coger, imaginaba por momentos cuanto lo disfrutaría su esposa.
En un momento veo que él se pone de pie y no sé si fue por falta de experiencia o excitación, pero apenas sentí su pija que se apoyó en mi cola y lo siguiente fue sentirla entrar toda de una hasta el fondo…. di un grito que lo alarmó y la sacó de prisa…. ¡No! ¡grité yo ahora, no la saques!
Perdoname me decía Ruben mientras me hacia masajes en la cola…
Luego de a poco fuimos entendiéndonos hasta que encontramos el ritmo… muy lindo sentir los pelos de su barriga rozando con mi cola mientras su pija se hundía por completo, en ese momento ya se lo notaba tremendamente excitado, ¡jadeábamos y gemíamos juntos hasta que en determinado momento sin decir agua va sentí que la pija se hinchaba más aún y luego los chorros de leche dentro mío… uf! que sensación linda por dios!
Rendidos ambos caímos sobre la cama y en ese momento se dio una situación que no esperaba, pero si disfruté muchísimo. Cómo hacía mucho frio nos metimos ambos en la cama bajo las sábanas y una colcha, él me abrazó y me puso sobre su pecho, yo que no había acabado aún seguía con ganas así que seguí tocándole la pija y lamiendo su pecho, él un poco agotado, pero disfrutaba de ese momento, me besaba, me acariciaba la cola, me decía lo lindo que la estaba pasando, era un momento mágico que no pensaba vivir.
Así metidos en la cama “mimoseando” estuvimos no menos de dos horas hasta que él recuperó fuerzas yo se la chupe nuevamente y terminamos pajeandonos juntos.
Desde ese día tenemos la rutina de vernos un día cada semana y ambos esperamos con ansias ese día, aunque ustedes no lo crean no siempre cogemos, ha habido tardes que simplemente nos acostamos, nos besamos y tocamos un poco y nos dormimos una linda siesta haciendo cucharita.
Les agradezco sus puntos y comentarios, también me pueden escribir a nicovariopinto@gmail.com
Ella tiene dos amantes (sí, soy cornudo), Javier que casi es su compañero de aventuras, se conocen hace mucho y se ven bastante seguido y un pendejo más joven que se la coje de vez en cuando, ya hay varios relatos sobre este tema así que no quiero entrar en más detalles.
De mí les puedo contar que soy un tipo bastante sexual, pero que coje poco… me gusta mucho disfrutar de las aventuras que tiene mi mujer, contacto virtual con hombres, etc.
Yo soy bisexual, aunque nunca se lo confesé a mí esposa yo creo que ella algo sospecha, en algún momento eso saldrá a la luz, así que cuando me dan muchas ganas busco algún hombre para despuntar ese vicio.
Actualmente con mi esposa estamos viviendo en una cuidad chica de Uruguay, aunque por trabajo viajamos a la capital bastante seguido, allí en Montevideo vivíamos antes.
En una de esas maratones de porno y chat que suelo tener cuando la calentura me sube a tope fue que encontré por chat a Ruben, un tipo de la cuidad donde vivo, de 55 años, casado con Miriam y que al igual que yo de vez en cuando le gustaba despuntar el vicio de estar con un hombre.
La historia que les cuento se basa, además de en el encuentro en él, en Ruben, un tipazo que fui conociendo de a poco y que podría decir que me enamoré de él sin que fuera tan así. Es un tipo rústico, grande, de manos grandes, ojos celestes y piel curtida, no es delgado, ni tampoco tiene mucha panza, pero así misma pesa más de 100kg por su altura y su complexión física.
Como ya les adelanté él está casado, hace como 25 años con su esposa, tienen dos hijas ya grandes y según me contó y luego me enteré por otros lados, su esposa es un poco rápida digamos jaja, él me contó que lo volvieron cornudo (en ese caso no consentido) en varias oportunidades, pero siempre la perdonó y por el bien de la pareja y de la familia nunca se puso sobre la mesa la opción de separarse, un matrimonio más “a lo de antes” digamos.
Pero luego de la última de las aventuras de su mujer Ruben entendió que era momento de disfrutar un poco más de su vida personal así fue que empezó a desarrollar el gusto por la pornografía y la paja, así que él al menos un día o dos a la semana deja de trabajar más temprano y se va a una casita de campo que tiene a unos 20 minutos de la cuidad y pasa un buen rato viendo porno tranquilo y haciéndose buenas pajas.
De a poco el porno le fue mostrando diferentes facetas del sexo y así encontró y se vio muy atraído por el sexo entre hombres, sobre todo hombres fue lo que hizo que se pasara tardes enteras pajeandose solo en su casa del campo.
Ese día que acordamos encontrarnos en la esquina de la estación de servicio para ir a su casa me contó que era la primera vez que se animaba a encontrarse con un hombre para tener sexo, sin dudas que “el qué dirán” si alguien se entera o lo ve en una cuidad chica como la que vivimos es una limitante enorme para los encuentros prohibidos.
Después de unos días de charlas e intercambiar algunas fotos lo esperé el miércoles a las 15:30hs en la esquina pautada, él pasó con su camioneta y me levantó para ir a la casa de campo, ese día de julio hacía un frío tremendo, incluso lloviznaba así que apenas subí a su camioneta ese fue el tema de charla para romper el hielo.
En el viaje se fueron dando charlas muy lindas, amenas, con Ruben pegamos muy buena onda desde el primer minuto, hablábamos de temas triviales, aunque se sentía en el aire el deseo ninguno de los dos lo dejó expuesto hasta llegar a la casa.
Al llegar comprobé lo que me había adelantado Ruben en el viaje, la casa no tiene calefacción así que allí hacía un frío tremendo, él se ofreció (si vos no tenes apuro, me dijo) a prender la estufa a leña así calentaba un poco ese ambiente, yo le dije que si porque la verdad no había cuerpo humano que pudiera tener sexo con ese frío, yo que soy más friolento estaba casi temblando ahí adentro.
Así que así fue, Ruben prendió la estufa y me ofreció un whisky para calentar por dentro, después entre los dos trajimos una cama que había en un dormitorio para el living donde estaba la estufa y mientras tanto la charla fue fluyendo y entrando muy lentamente en temas sexuales.
Se notaba mucho que Ruben nunca había tenido un encuentro sexual así con un desconocido, él se comportaba como que estaba con su esposa, me atendía, me preguntaba si estaba cómodo, etc, pero a su vez había como una timidez que le hacía evitar inconscientemente los encuentros muy cercanos conmigo.
Una vez que la estufa calentó, que el ambiente se puso lindo y con un par de whiskys encima tomé la posta y me acerqué a él mientras se preparaba su whisky, me puse frente a frente con él y empecé lentamente a tocarle la mano, después desprendí un par de botones de la camisa para ver y tocar ese pecho peludo que me había mostrado, él solo me miraba fijo, se notaba que le gustaba, pero estaba bastante nervioso.
Tranquilo, todo va a estar bien le dije mientras le pellizcaba suavemente las tetillas y con la otra mano iba bajando lentamente hasta su pija, cuando la toqué ya estaba empezando a ponerse dura, le desprendí el cinturón y le metí la mano por dentro del pantalón y el bóxer, que linda esa pija de macho, ¡toda peluda y con huevos grandes!
La mano fría tocándole la pija y los huevos lo excitó y por fin dio el primer paso, se acercó y me dio un beso tremendo, brusco, bruto, pero fue muy excitante para mí, sentir ese gusto a “hombre” me hacía muy bien y me daban muchas ganas de complacer en todo a Ruben esa tarde.
En la siguiente escena fui desprendiéndole toda la camisa y el pantalón hasta que asomó su pija, ahora sí bien dura, todo un hombre peludo y para mí pensé, bajé lentamente dándole pequeños besos por todos lados, pecho, panza hasta que llegué a su pija.
Ruben estaba disfrutando mucho ese momento, se lo notaba disfrutar, sobre todo cuando me metí la pija en la boca… ambos estábamos en el lugar y en el momento que queríamos estar… todo estaba bien ahí y los dos estábamos poniéndonos super calientes.
Por el contrario de lo que siempre imaginé de un hombre así, él era muy suave y cariñoso conmigo, no era violento y rudo, me acariciaba la cara y el pelo, me miraba delicadamente como yo me trababa su pija. Él era muy recatado con mi cuerpo, nunca ni siquiera acercó una mano a mi pija, él se mostraba muy activo y encantado del trabajo que yo venía haciendo.
Luego de un rato ya de estar de rodillas chupándole la pija ya no aguantaba más esa posición así que él me ayudó a ponerme de pie, me pidió que me terminara de sacar la ropa y me ayudó o colocarme en 4 patas sobre la cama…. Ahí comenzó un momento mágico.
Ruben se puso detrás de mí, me besó toda la espalda hasta llegar a mí cola, todo con mucho cuidado y cariño, al igual que cuando llegó a mi cola donde dedicó bastante tiempo a lamer y dilatarme para recibir su pija.
Yo estaba en paz, tremendamente excitado y muy a gusto con ese hombre, era el hombre ideal para hacerse coger, imaginaba por momentos cuanto lo disfrutaría su esposa.
En un momento veo que él se pone de pie y no sé si fue por falta de experiencia o excitación, pero apenas sentí su pija que se apoyó en mi cola y lo siguiente fue sentirla entrar toda de una hasta el fondo…. di un grito que lo alarmó y la sacó de prisa…. ¡No! ¡grité yo ahora, no la saques!
Perdoname me decía Ruben mientras me hacia masajes en la cola…
Luego de a poco fuimos entendiéndonos hasta que encontramos el ritmo… muy lindo sentir los pelos de su barriga rozando con mi cola mientras su pija se hundía por completo, en ese momento ya se lo notaba tremendamente excitado, ¡jadeábamos y gemíamos juntos hasta que en determinado momento sin decir agua va sentí que la pija se hinchaba más aún y luego los chorros de leche dentro mío… uf! que sensación linda por dios!
Rendidos ambos caímos sobre la cama y en ese momento se dio una situación que no esperaba, pero si disfruté muchísimo. Cómo hacía mucho frio nos metimos ambos en la cama bajo las sábanas y una colcha, él me abrazó y me puso sobre su pecho, yo que no había acabado aún seguía con ganas así que seguí tocándole la pija y lamiendo su pecho, él un poco agotado, pero disfrutaba de ese momento, me besaba, me acariciaba la cola, me decía lo lindo que la estaba pasando, era un momento mágico que no pensaba vivir.
Así metidos en la cama “mimoseando” estuvimos no menos de dos horas hasta que él recuperó fuerzas yo se la chupe nuevamente y terminamos pajeandonos juntos.
Desde ese día tenemos la rutina de vernos un día cada semana y ambos esperamos con ansias ese día, aunque ustedes no lo crean no siempre cogemos, ha habido tardes que simplemente nos acostamos, nos besamos y tocamos un poco y nos dormimos una linda siesta haciendo cucharita.
Les agradezco sus puntos y comentarios, también me pueden escribir a nicovariopinto@gmail.com
8 comentarios - Me convertí en el amante de un señor casado (bisexual)
van 10