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El problema de los seis cuerpos (13)

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Daniela, Valentina y yo caímos dormidas después del cuarto orgasmo. Fue una noche intensa. Mis amigas… aunque se me hacía raro referirme ya así a ellas. Nuestro sexo nos vinculaba más cada día. Tal vez habría que dar el paso.

Aunque seguíamos en la fase de la relación de la excitación inmediata. Solo eso explicaba por qué Daniela había decidido despertarme chupándome las tetas.

“Hola, mi niña”, bromeé mientras ella seguía dedicada a mis pechos.

“Hola, tía buena. ¿Te he despertado?”

“Un poco. Te gustan mis tetas, ¿eh? Mmmm… cuidado con el pezón…”

“Me vuelven loca… Ojalá las tuviera yo así de grandes… chup, chup…”, siguió Dani. “¿Te gusta, JP? ¿Te gusta cómo te las chupo?”

“Preferiría… aah… que me chupases el coño…” Lo dejé sin pensar, pero Dani se preparó para satisfacerme, metiendo la cabeza entre mis piernas. Tuve que detenerla. “Espera. ¿Por qué lo voy a gozar yo sola si podemos disfrutar las dos?”

Le brillaron los ojos. Se puso encima de mí, con las piernas abiertas sobre mi cabeza, y poniendo su boca entre las mías. Empezamos un 69, disfrutando mutuamente de nuestros coños. Noté a Dani jugando con mis piernas mientras me lo comía, y probé a hacer lo mismo con ella mientras mi lengua recorría su rajita. Nuestros ruidos mezclados de succiones, jadeos y gemidos despertó a la pobre Valentina, quien se puso delante de mi cabeza.

“Buenos días. Anda que esperáis”, bromeó.

“Lo siento”, jadeó Dani entre mis piernas. “Es que Julia es irresistible…”

“Lo sé. Me gustaría unirme a vosotras, si no estorbo”

“Tú siempre eres bienvenida”, dijo Dani. “Pero el coño de Julia es mío ahora”, jadeó y volvió a comérmelo.

Con cuidado nos echamos de lado y liberé la rajita de Valentina. Ella se metió entre las dos, con su coñito mojado para mí boca, mientras empezaba darle placer a Dani. Así las tres nos dimos un rico orgasmo de desayuno, con nuestras bocas manchadas de nuestros jugos femeninos, sujetas a nuestras piernas, chupando nuestros coños con ganas de pasarlo bien.

“Gracias por aparecer en mi vida”, me dijo Daniela mientras desayunamos de verdad. “Y por presentarme a Valentina. Sin vosotras… no sé qué me habría pasado con mis cambios de cuerpo”

“¿Ya no piensas que sea una maldición?”

“Es una bendición con vosotras”, dijo. “Por cierto… hoy me gustaría un par de cosas”

“Adelante”

“Primero, hay un deseo que…. Necesito ser chico para hacerlo. Y luego… quiero pasarme el día como Daniela…y tú cómo Valentín”, dijo. “Y tú, Julia… que te quedes así. Sí te parece bien”

“A ver… la verdad es que hoy pensaba regresar a la normalidad”, dije.

“Tengo una idea”, intervino Valentina. “Cumplimos la fantasía de Dani primero… y esta tarde cumplimos las tuyas”, propuso.

“¿Y las tuyas?”

“Las tengo delante”, respondió con una sonrisa.

Acepté la idea. Dani fue al trote al baño y regresó con su cuerpo original, balanceando su polla para nosotras. Se puso delante de mí.

“¿Una mamada? Qué poco original”, comenté. Reconozco que me esperaba otra cosa.

“En realidad quería probar tus tetas”, me pidió. Se había puesto rojo. “Que ayer me quedé con las ganas…”

“Oh. ¿Así que quieres probar mis peritas?”, bromeé. Y sentí una punzada de placer al decirlo.

“Sí, por favor”

“Oh, qué educado. Creo que se lo ha ganado, ¿verdad?”, pregunté a Val, que se acercó a mi.

“Por supuesto, nena. Demuestra el buen uso que se pueden dar a esas tetas”, respondió mientras se ponía a mi espalda. “Y mientras, yo me ocupo de tí…”, me dijo al oído.

Me puse en el borde de la cama, permitiendo a Dani meter su picha entre mis generosas tetas, mientras Valentina me besaba por el cuello y me separaba las piernas. Empezó a estimularme el coñito mientras yo masajeaba la polla de Dani con mis tetas. Se sentía dura y caliente, para mi. Sonreí tontamente mientras le miraba, mi amigo parecía mu complacido por mi paja con las tetas.

“¿Te gusta, Dani? ¿Lo hago bien con mis tetas?”, pregunté en mi tono más dulce.

“Mucho… eres estupenda…”

“¿Y si hago esto?”, pregunté, saqué la lengua y empecé a lamerle la punta. Le oí gemir. Se la chupé un poco, sin dejar de hacer presión sobre su polla con mis tetas. Se sentía extrañamente bien. Y además, el placer que me daba Val en mi coñito, masturbándome dulcemente, y recorriendo mi espalda con su lengua.

“Gracias… Julia…”, suspiró Dani. Noté su presemen en mi boca, y volví a la paja con mis tetas, con ganas, notando cómo me iba manchando. Tomé su polla y la froté contra mis tetas. Con mis pezones, que me excitó aún más, antes de volver a envolver aquella pilla con mis pechos y retomé la paja. “Julia, espera… me voy a correr…”

“Y quieres hacerlo en mis tetas, ¿verdad?”, pregunté. Él asintió. “Hazlo… tranquilo… quiero sentirlo”, le pedí. Además, yo misma estaba a punto de correrme también por los dedos de Val.

Sentí un delicioso y viscoso calor cayéndome encima. Dani no sólo se me corrió en las tetas, sino que parte de su lefazo me cayó en la cara. Me relamí los labios por inercia, probando el sabor de su néctar, mientras empezaba a chorrear en el colchón gracias a Valentina. Dani me miró con una sonrisa, y se agachó a besarme, antes de empezar a limpiarme la carita con su lengua.

“Qué rico se ha sentido. Val, ¿me acompañas al servicio? Es hora de cambiar”

“¿Seguro? Yo me lo paso bomba con el sexo lésbico”, respondió Val.

“Sí… tengo que asumir mi posición”

“¿Posición?”, me extrañé.

“Sí, bueno, ya me entiendes”

“No, no te entiendo”

“Ni yo tampoco”, añadió Val. Nos quedamos mirando a Dani, muy serias. Él se dio cuenta de que había hablado de más, y ahora tenía que explicarse.

“A ver… es obvio que de las tres, yo soy la que menos… bueno, ya sabéis…”

“Que no sabemos nada, coño. ¿Qué es lo que pasa?”, pregunté, un tanto irritada.

“¿Me vais a hacer decirlo?”, preguntó con voz quebrada. “Joder, yo… soy el que tiene peor físico, ¿vale? Tanto como hombre como mujer…”

“¿Qué tonterías dices?”, añadió Valentina.

“¿Cómo que tonterías? Joder, yo… Mira, JP… o sea, Julia… por mucho que te empeñes en decirlo… yo la tengo más pequeña, ¿vale? Que sí, que por poco”, impidió que le interrumpiera. “Pero la tuya es más grande. Y la de Valentina cuando se convierte en hombre ya me supera por mucho. Y de mujer, pues la que tiene las tetas más pequeñas vuelvo a ser yo, y…”

Conseguí que se callara dándole un abrazo. Noté que temblaba. Sollozó un poco. Valentina se acercó también y nos rodeó con sus brazos.

“Dani… entiendo que te sientas mal. Pero te recuerdo que me acerqué a tí en la discoteca la primera noche, porque me atraías. Y me sigues atrayendo. Y no salí corriendo cuando te vi como naciste”

“Ya, pero…”

“Y yo he estado encantada contigo desde el principio”, le recordó Val. “Me encantó nuestro primer trío. Y cuando lo hicimos en rollo lésbico fue increíble”

“En serio, Dani. Tú estás muy bien. Y nos encanta el sexo contigo. Eres nuestro amigo. Nuestro amante. No un pegote”, le dije. Sin mentir. “Yo ya… no me imagino con nadie más que con vosotros ahora mismo”

“Eres un amor, Julia”, dijo Dani. “¿Te parece bien si… seguimos con el plan?”, preguntó. “Tengo muchas ganas de… hacer de chica contigo”, confesó.

“De acuerdo. Dejemos que Valentín sea nuestro hombre hoy”, acepté.

“Solo hasta después de comer”, me recordó.

De modo que mis amigos fueron a darse un agua. Daniela y Valentín regresaron de allí, sonriéndome. Me vi rodeado por ambos, y recibí dos besos bastante sumisos en la boca. Noté las manos firmes de Valentín y las delicadas de Daniela manoseando todo mi cuerpo de nena. Yo empecé a hacerle una paja a Val y a meterle los dedos a Dani.

“Dani me ha dicho que le gustaría que dirigieras tú”, dijo Val. “Así que tienes a un nene y una nena dispuestos a hacer lo que te apetezca”

“Interesante idea…”, reconocí. “Pues Val nos interrumpió esta mañana, así que…”

Dani y yo volvimos a tumbarnos en la cama. Me puse encima de ella, y empezamos a chuparnos los coños nuevamente. Esta vez no iba a renunciar a comerle el coño ese tan delicioso que tenía. Pero no nos íbamos a limitar al 69 y dejar a Val al margen. Separé suavemente las nalgas de Dani, mientras Val se lubricaba la picha, y luego empezó a metérsela por el culo.

De ese modo pudimos disfrutar de un sexo oral mutuo mientras mi amiga gozaba al tiempo de la enorme polla de Val en su ano. Su lengua se movía firmemente en mi rajita, dándome muchísimo placer. El placer que daba tener coño. Menudo privilegio lo sentía ahora. Val se emocionó mientras se follaba el culo de Dani, y se la terminó sacando sin querer.

En ese momento yo la atrapé con la boca. Disfruté de su sabor y grosor, antes de volver a dirigirla… esta vez al coño de Dani, quien empezó a notar a la vez una picha y una lengua en su coño. Debió ser mucho para ella, pues de pronto empezó a correrse. Me chorreó un poco en la cara, mientras yo seguía devorando su chochito, y de pronto noté un segundo sabor. Val se estaba corriendo dentro de ella. Dios, su semen. ¿Por qué me gustaba? Qué mas daba ya, necesitaba a Dani y Val en mi vida todos los días. Yo misma empecé a correrme sobre la carita de mi amiga. Sonriendo, rodé para caer a su lado.

“¿Sabes lo mucho que te quiero?”, rió Valentín, con su picha medio dura.

“Me lo imagino”, bromeé. “Dani, ¿estás en condiciones?”, pregunté.

“Necesito… un minuto…”, suspiró. “Que a mi me la ha metido…”

“Pues cuando quieras, te espero aquí”, dije, y me puse de rodillas para empezar a chupársela a Val, esta vez con buena dedicación. Acompañé mi boca de mi mano, haciéndole una paja, lubricando con mi saliva toda su polla ante de hacérselo solo con los labios. Probé a acariciarme una teta mientras me metía los dedos en mi chochito. Aquello multiplicó por mucho el placer que sentía.

“Con permiso”, dijo Dani, acercándose a gatas. Se puso frente a mi, y empezamos a chupar la polla de Val por turnos, por supuesto, dedicándonos al cuerpo de la otra. Nos acariciamos mutuamente mientras nuestras bocas se perdían alrededor de la picha de nuestro amigo. Noté las manos de Daniela en mis tetas y explorando mi coño mientras nuestras lenguas se encontraban en el glande de Val.

Noté que nos ponía sus manos en las cabezas, y empezó a follarnos los labios, que estaban unidos en un beso, y su polla los recorría a la vez. Daniela y yo nos dimos la mano mientras gozábamos de ser un par de zorritas. Se sentía bien, muy bien. Pero Dani tenía un puntito de puta más que yo y se apoderó de la polla de Val, de modo que yo me dediqué a sus tetitas, cuyos pezones estaban durísimos en ese momento.

Luego regresé a la mamada conjunta. Sentí palpitar la polla de Val, a punto de correrse. Dani y yo empezamos a estimularle el glande con nustras lenguas, cada vez más rápido, y nuestro amigo empezó a derramar su lefa en nuestras boquitas. Dejamos que resbalase por la comisura de nuestras bocas, y noté que me empezaba a caer también sobre las tetas.

“Joder, lo que me pone veros así”, reconoció Valentín.

“¿Así de putitas?”, bromeó Dani.

“Muy putas las dos”, respondió Val, y nos reímos. “Julia, voy a ser muy pesado con esto, pero… ¿tú estás bien?”

“De maravilla”, reconocí. “No soy una cría delicada, ¿vale? Soy una mujer”, le recordé.

“Por supuesto”

“Entonces fóllame y hazme sentir mujer”, le desafié.

“¿Seguro? ¿Quieres que te empotre?”

“¿Te ves capaz?”, volví a retarle.

“Ponte en cuatro, zorra”, me dijo. En ese momento pareció horrorizado por sus palabras, pero le sonreí. Quería entregarme. Quería la experiencia completa. Miré a Dani, que se había acomodado en la cama para mirarnos, completamente excitada.

Yo me puse a lo perrito para Val, con mis hermosas tetas balanceándose mientras movía el culo para provocarle. Quizá me estaba pasando. Pero Valentín fue gentil con su primera acometida. Noté mi coño estirarse cuando me penetraba de un movimiento, suave, pero firme. Estaba completamente dentro de mi. Me apartó un mechón de la oreja, y me dijo.

“Voy a follarte. Si te duele…”

“Confió en tí, bebé… vamos. Haz que me corra…”, supliqué con mi voz más sumisa.

Me puso las manos en la cintura, y me la sacó suavemente. Y entonces, paf, noté la primera embestida. Paf. Apenas me había acostumbrado y sentí la siguiente. Y otra más. Y otra, y otra… sin descanso. Intenté aguantar la intensidad. Suspiré. Era jodidamente intenso. Me la debía estar metiendo como dos veces por segundo. Pude ver a Daniela metiéndose los dedos al mismo ritmo que Val me estaba follando.

“¡Ah! ¡Ah! ¡Ah-ah-ah-ah-ah-ah-ah!”, gimoteé. Val subía el ritmo. Tres metidas por segundo. Tuve que adelantar las manos para no caerme con la fuerza de las embestidas de mi amigo. Dios, tenía el coño mojadísimo, completamente excitada por cómo me estaba follando. Dani se acercó a mi, y nos empezamos a besar. Sentí sus manos en mis mejillas mientras me sometía a Val, quien aumentó aún más el ritmo.

Gemí contra la boca de Dani mientras Val me la metía cuatro veces por segundo. Le escuchaba jadear detrás de mi. No estaba acostumbrado a ese ritmo. Me lo estaba dando a mi. A mi coñito mojado. Empecé a notar que mi cuerpo respondía con el orgasmo. Mis piernas temblaron. Me corrí, dejando las sábanas mojadas mientras Val seguía empotrándome hasta que sentí esa sensación caliente y viscosa llenando mi chocho. Se corría dentro de mí. Empezó a bajar el ritmo, poco a poco, asegurándose de dejarme bien llena.

“Uf… ¿qué tal, nena?”, preguntó, intentando ponerse en plan fucker, pero estaba agotado. “¿Te ha gustado?”

“Mucho… me has dejado el coñito muy blando”, dije mientras me lo acariciaba para él, enseñándole cómo lo tenía de lleno. Dani se adelantó a meterse entre mis piernas y empezó a comérmelo, asegurándose de tomar todo el néctar que podía de la polla de Val.

“Me ha puesto a mil veros así”, reconoció Dani. “Pero quizá Val necesita un rato más para recuperarse”

“Soy vuestro en cinco minutos”, jadeó Val.

“Entonces, Julia… con permiso”

Se puso encima de mí y empezamos a besarnos. Disfruté de aquel ritmo más lento, más pausado. Los dulces labios de Daniela (que aún mantenían restos del semen de Val) me devoraban la boca mientras volvíamos a meternos mano. Era agradable. Tan dulce. Parecía tener obsesión por mis tetas.

Val necesitó en realidad diez minutos para unirse a nosotras. Noté el peso moviéndose en el colchón, y de pronto, Daniela suspiró. Val se la había metido, suavemente. Nos dejamos follar por nuestro amigo, que empezó a turnarse para usar nuestros coños. Mucho más despacio que como me había follado hacía un rato, cosa que agradecí, pues aún lo tenía sensible. Valentín se echó sobre nosotros y empezó a besarme mientras se la metía a Daniela, para luego follarme a mi y besarse con ella. Sus varoniles manos buscaban nuestras tetas, que acariciaba y estrujaba sin descanso.

“Vamos, Daniela, que te debo una corrida en tu coñito”, dijo Val, y se tumbó en la cama. Dani trepó sobre él a horcajadas y empezó a cabalgar su polla, y yo aproveché para plantar mi chochito en la boca de Valentín, que me lo comió divinamente mientras me seguía besando y manoseando las tetas con Daniela. Derramé mis chorros sobre la carita de Val mientras él llenaba de semen el coño de Dani, que chorreaba al mismo tiempo que él. Caímos en la cama, satisfechas.

“Dani… Val… supongo que esto os lo habéis planteado alguna vez, pero… que esto me guste está bien, ¿verdad?”, les pregunté.

“Claro que sí, tontita. Tenemos mucha suerte”, dijo Daniela, besándome el cuello. “Las tres tenemos mucha suerte. Disfrutamos las tres jugando en todas posiciones. ¿Que nos ponemos un poquito putas? Bueno, ¿y qué? No hacemos daño a nadie”

“Eso es. Y la verdad, yo ahora mismo echo de menos mi feminidad”, intervino Val. “Así que… ¿te vienes conmigo a la ducha y nos cambiamos?”, me ofreció.

“¿Estás seguro?”

“Claro, bebé. A tí te apetecía volver a ser chico también, ¿verdad? Y Dani…”

“Yo estoy de maravilla así ahora mismo”, respondió Daniela.

De modo que fui a la ducha con Valentín y nos metimos bajo el agua caliente. Nos empezamos a besar mientras mis tetas menguaban y volvía a nacerme la polla, y ella recuperaba su cuerpo femenino.

Se subió sobre mí, haciéndome el koala, con mi picha presionando su rajita, y empecé a caminar hacia la cama. Aún nos quedaba un rato antes de comer, y el fin de semana iba a ser tan largo y pasional como siempre.

CONTINUARÁ

Quedan 5 capítulos. Todos los demás están enlazados, así como mis relatos, en este enlace

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