
Hola Poringa!, aquí Edu, todavía con el cuerpo en llamas y el aliento entrecortado después de una mañana donde Cecilia me devoró sin piedad.
No os contaré cómo sus uñas se clavaron en mi piel ni cómo sus gemidos llenaron la habitación, pero sí os digo que, entre jadeos y sudor, ella me soltó algo que me puso a mil:
“Edu, quiero saber qué los quema a los de Poringa. No quiero ser solo yo tocándome hasta perder el sentido o chupándotela como si no hubiera mañana. Quiero sus secretos, sus deseos más sucios, esos que no confiesan ni a solas”.
Su voz era puro veneno, y joder, la idea de que abráis vuestras mentes más morbosas nos dejó al borde del colapso.
Cecilia no quiere ser solo esa imagen que os hace apretar los muslos o jadear en la oscuridad cuando veis sus curvas moverse, sus labios entreabiertos o su cuerpo entregándose sin freno. No, ella quiere meterse en lo más profundo de vuestros deseos, en esos pensamientos que os hacen sudar y que guardáis bajo llave.
¿Qué os pasa cuando nos veis? ¿Imagináis su lengua recorriendo sitios prohibidos? ¿Un polvo salvaje en un lugar donde podrían pillaros? ¿Ella atada, suplicando, o quizás dominándoos hasta que no podáis más? ¿O algo tan retorcido que os da un escalofrío solo de pensarlo?
“Quiero que se suelten, Edu”,
me dijo, con esa mirada que te desnuda el alma,
“quiero saber qué los hace estallar, qué los lleva al límite. Quiero darles eso, que sientan mi cuerpo cumpliendo sus fantasías más enfermas”.
Os juro, solo imaginaros confesando vuestros deseos más oscuros nos puso tan calientes que casi no llegamos a escribir esto. Cecilia quiere que dejéis caer las máscaras, que contéis sin miedo esas fantasías que os queman, que os hacen perder el control. Hombres, mujeres, da igual: ella quiere todo, lo más crudo, lo más humano.
Así que, Poringa, no os cortéis.
Soltad esas fantasías que os hacen arder, que os tienen al borde de la locura. Escribid aquí, ahora, en comentario o por chat qué os enciende, qué os destroza.
¿Queréis a Cecilia en una escena que os corte el aliento? ¿En un trío donde el aire se vuelva denso? ¿Haciendo algo tan prohibido que os tiemblen las manos al escribirlo?
Ella está lista para daros ese morbo, para convertir vuestros sueños más sucios en realidad, para que sintáis que sois parte de este fuego.
No dejéis pasar esta chance. Cecilia está esperando, con esa sonrisa que promete infiernos y ese cuerpo que no se cansa, lista para hacer lo que pedís.
Contadle qué queréis, y preparaos para verla cumplir vuestros deseos más retorcidos.
, el morbo es nuestro, y esto es para todos. ¡Soltadlo ya!
Con la piel en llamas,
Ceci y Edu
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