¡Tíos, agárrense los cojones, que este finde fue una locura absoluta! Soy Eduardo, y os voy a contar cómo Cecilia, mi diosa insaciable, convirtió dos días en una orgía de lujuria que nos dejó temblando. Preparaos, que esto es puro fuego.
El sábado, Cecilia estaba en el gym, con ese culo redondo y perfecto rebotando en las mallas, sudando y moviéndose como si quisiera que todos los tíos del lugar se la comieran con la mirada.
Yo en casa preparándole la bañera con espuma para cuando llegase en plan relax total.
En el gym, un desconocido, un tío cachas, se le acercó con una sonrisa de lobo. Charlaron, se comieron con los ojos, y Cecilia, que no pierde el tiempo, lo invitó a casa.
Apenas cerró la puerta, Cecilia se desnudó, dejando caer la ropa como si quemara, y se metió en el agua burbujeante. El tipo me miró buscando aceptación le dije: “adelante, toda tuya”, y no se quedó atrás: se quitó todo. Cecilia se le lanzó, chupándosela con una hambre que me puso a mil. El agua salpicaba mientras ella lo montaba, me comía la polla a mi, gimiendo como loca, con las tetas rebotando y el tío agarrándola del culo. Se la folló sin piedad, y ella pedía más, gritando que le diera duro. Terminaron con él corriéndose en su boca, y Cecilia, relamiéndose, no dejó ni una gota. ¡Joder, qué espectáculo!
El domingo, como si el jacuzzi no hubiera sido suficiente, fuimos a un local liberal. Entrar ahí es como caer en un volcán de sexo: cuerpos desnudos, pollas duras, coños húmedos y gemidos por todos lados. El aire olía a lujuria, y Cecilia, con ese brillo de zorra en los ojos verdes, no podía quedarse quieta.
Nada más cruzar la puerta, ya tenía manos tocándole las tetas, el culo, el coño. Y ella, feliz, se dejó manosear, abriendo las piernas para que la exploraran.
No tardó en arrodillarse, chupando pollas como si fuera su última noche en la tierra. Una tras otra, las mamaba con una maestría que me tenía al borde del infarto. Tragó lechita de varios, relamiéndose con cada corrida, mientras otros la follaban por detrás, por delante, por donde quisieran. Hasta había otras chicas muy calientes acercando a sus maridos y sus pollas a la boca de Ceci. Sus gemidos resonaban en el local, y cada vez que alguien le metía mano o polla, ella se encendía más. Fue nuestra segunda vez en un sitio así, y joder, da para escribir otro post más detallado si queréis.
Llevamos cinco días en Poringa, y Cecilia está en un nivel de calentura que no hay quien la pare. Me tiene la polla exprimida, seca, roja de tanto follar. Cada mañana se despierta más cachonda, tocándose el coño mientras lee vuestros comentarios subidos de tono. Está obsesionada con vuestros mensajes calientes, pero anda preocupada porque sus publicaciones no tienen tantos puntos como esperaba. Cree que no gusta, pero le dije: “Nena, somos nuevos, la gente aún no sabe lo puta que eres”.
Y vamos a seguir subiendo contenido, porque esta mujer es un incendio que no se apaga.
¡Queremos comentarios guarros que la hagan mojarse más! ¿Qué os parece nuestro finde? 😈
Os dejo foto de cómo arrancó Cecilia hoy, antes de ir a su médica, con el coño aún palpitando de tanto sexo. Miradla y decidme si no es una diosa del vicio
El sábado, Cecilia estaba en el gym, con ese culo redondo y perfecto rebotando en las mallas, sudando y moviéndose como si quisiera que todos los tíos del lugar se la comieran con la mirada.
Yo en casa preparándole la bañera con espuma para cuando llegase en plan relax total.
En el gym, un desconocido, un tío cachas, se le acercó con una sonrisa de lobo. Charlaron, se comieron con los ojos, y Cecilia, que no pierde el tiempo, lo invitó a casa.
Apenas cerró la puerta, Cecilia se desnudó, dejando caer la ropa como si quemara, y se metió en el agua burbujeante. El tipo me miró buscando aceptación le dije: “adelante, toda tuya”, y no se quedó atrás: se quitó todo. Cecilia se le lanzó, chupándosela con una hambre que me puso a mil. El agua salpicaba mientras ella lo montaba, me comía la polla a mi, gimiendo como loca, con las tetas rebotando y el tío agarrándola del culo. Se la folló sin piedad, y ella pedía más, gritando que le diera duro. Terminaron con él corriéndose en su boca, y Cecilia, relamiéndose, no dejó ni una gota. ¡Joder, qué espectáculo!
El domingo, como si el jacuzzi no hubiera sido suficiente, fuimos a un local liberal. Entrar ahí es como caer en un volcán de sexo: cuerpos desnudos, pollas duras, coños húmedos y gemidos por todos lados. El aire olía a lujuria, y Cecilia, con ese brillo de zorra en los ojos verdes, no podía quedarse quieta.
Nada más cruzar la puerta, ya tenía manos tocándole las tetas, el culo, el coño. Y ella, feliz, se dejó manosear, abriendo las piernas para que la exploraran.
No tardó en arrodillarse, chupando pollas como si fuera su última noche en la tierra. Una tras otra, las mamaba con una maestría que me tenía al borde del infarto. Tragó lechita de varios, relamiéndose con cada corrida, mientras otros la follaban por detrás, por delante, por donde quisieran. Hasta había otras chicas muy calientes acercando a sus maridos y sus pollas a la boca de Ceci. Sus gemidos resonaban en el local, y cada vez que alguien le metía mano o polla, ella se encendía más. Fue nuestra segunda vez en un sitio así, y joder, da para escribir otro post más detallado si queréis.
Llevamos cinco días en Poringa, y Cecilia está en un nivel de calentura que no hay quien la pare. Me tiene la polla exprimida, seca, roja de tanto follar. Cada mañana se despierta más cachonda, tocándose el coño mientras lee vuestros comentarios subidos de tono. Está obsesionada con vuestros mensajes calientes, pero anda preocupada porque sus publicaciones no tienen tantos puntos como esperaba. Cree que no gusta, pero le dije: “Nena, somos nuevos, la gente aún no sabe lo puta que eres”.
Y vamos a seguir subiendo contenido, porque esta mujer es un incendio que no se apaga.
¡Queremos comentarios guarros que la hagan mojarse más! ¿Qué os parece nuestro finde? 😈
Os dejo foto de cómo arrancó Cecilia hoy, antes de ir a su médica, con el coño aún palpitando de tanto sexo. Miradla y decidme si no es una diosa del vicio

20 comentarios - Finde Salvaje: Cecilia se traga todo en un local liberal.