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Tanga feroz...

Luego de que Laura me llama para contarme que encontró una bombacha usada entre la ropa de su marido, lo llamo a Alfredo, para advertirle, ya que la bombacha en cuestión es mía.
-¿Sabe que es tuya?- me pregunta, preocupado por las repercusiones de tal descubrimiento.
-A menos que venga a olerme la concha, obvio que no- le digo.
-¡Jajaja...!- se ríe aliviado -Entonces no hay de qué preocuparse, hoy vos y yo tenemos un asunto más importante que tratar- agrega, recordándome el encuentro que habíamos pactado la noche anterior.
-Con el quilombo que se te viene, ¿todavía estás con ganas de cogerme?-
-Tengo más ganas todavía...-
-Pasame a buscar, entonces...- lo desafío.
-Voy para allá...- responde, aceptando el reto.
Al rato me pasa a buscar por la oficina, no por la puerta, obvio, sino que me espera a un par de cuadras, y yo voy a su encuentro. 
Me subo al auto, y sin siquiera saludarnos, nos enredamos en un abrazo y nos besamos, con la urgencia de aquella noche inconclusa.
-No sabés con la calentura que me quedé anoche- me confiesa.
Sí sabía, yo acabé, él no...
-Ahora te la vas a sacar- le digo, a modo de promesa.
En el telo, seguimos con los besos, abrazados, apretándonos, metiéndonos manos por doquier, sobando aquellas partes de nuestros cuerpos que pronto entrarían en combustión.
Con esas mismas ganas que viene acumulando desde que empezó a calentarse conmigo, me saca el pantalón, la bombacha, y deslizando la nariz por toda mi raya, exclama:
-¡Desde anoche que estoy alucinando con tu aroma!-
-Tu mujer dice que huelo a perra en celo- le digo, recordando lo que me dijo cuando me llamó esa misma mañana.
-¡Jajaja...! Lo dice de envidia, porque ella no se moja así, como vos- me asegura, lamiendo la humedad que ya me empapa la parte interior de los muslos.
Me abre las piernas de par en par, y me chupa la concha, punteándome con la lengua de tal forma que me hace saltar chorritos de flujo.
Se levanta, se baja el pantalón y pela la pija, esa misma que había sentido frotándose contra mi culo, durante la cena en su casa. Se la como de un bocado, chupándosela con intensa fruición. Yo también me había quedado con ganas de sentirla en otra parte de mi cuerpo.
Me deslizo con la lengua arriba y abajo, dándole vueltas, enroscándola, lamiendo con gusto el juguito que le baja desde la punta. Le chupo las bolas, primero una, luego la otra, para al final comerme las dos juntas, llenándome la boca de escroto y pelos. 
Me levanto, y me siento sobre su cara, la concha directamente encima de su boca...
-¿Huelo a perra en celo, como dice tu esposa?- le pregunto, lasciva, juguetona.
Aspira profundamente, llenándose los pulmones con mi aroma, y exclama:
-¡La perra en celo más rica que haya olido jamás...!-
No solo me huele, también me chupa, saboreando todo ese entramado de gajos y nervios, que ya está entrando en ebullición.
Me saltan unos chorritos de flujo, que se traga como si fuesen un elixir, sin derramar ni una gota.
-¡Cómo me calentás hija de puta...!- me grita, tumbándome de espalda y poniéndose encima mío, la pija enorme, hinchada, amenazándome impunemente.
Se pone con urgencia un forro, se mete entre mis piernas, y separándomelas a lo bruto, me la manda a guardar con un violento topetazo.
-¡Dale... Cogeme... Sacate la calentura...!- le digo, aferrada a su cuerpo, golpeándole las piernas con mis talones, incitándolo a que me cepille con todo.
De verdad que me tenía ganas, y tan serio y formal que parecía. Ahora era una bestia desatada, un macho alzado poseyendo a su hembra, brutal, feroz, insaciable.
Cuando me tiene en cuatro, me da de alma, a puro bombeo, haciéndome vibrar las nalgas ante cada embiste. 
-¡Dale... Hacela bien cornuda a tu esposa...!- le insisto, exaltada, rabiosa.
No sé cuántas veces acabo, no llego a distinguir si es un orgasmo tras otro, o uno solo continuo, largo, interminable, pero cuando ya estoy en el final de esa explosión multisensorial, él acaba conmigo.
Nos quedamos un rato juntos, revolviéndonos, disfrutando el momento. Finalmente se levanta y va al baño, llevando consigo el preservativo repleto de semen. Parece un globo a punto de estallar, de tanta leche que tiene, jajaja...
Cuando vuelve, con la pija todavía parada, combada hacia arriba, me pregunta si la seguimos.
-¿Te pensás que con esto me vas a dejar satisfecha?- le replico.
-Sos bien putita, eh...- repone, echándose conmigo en la cama.
-Ni te imaginás cuánto...- le digo.
Lo mismo que me había respondido él cuando le dije que era bastante asquerosito por pedirme la bombacha que tenía puesta.
Nos abrazamos, nos besamos, nos metemos manos en las zonas más ardientes, y volvemos a chuparnos con más ganas todavía.
Esta vez me la pone por el culo, ni me pregunta. Primero mete un dedo, para tantear el terreno, luego dos para comprobar la elasticidad, y finalmente tres, cuando siente que podría meter toda la mano si quisiera.
Estoy de espalda, en el borde de la cama, con las piernas abiertas, mientras él, desde el suelo, me culea brutal, vertiginoso, amasándome las tetas con una mano, el clítoris con la otra.
En una de esas pausas entre polvos, le pregunté como fue que se animó a avanzarme en su propia casa, corriendo el riesgo de comerse un tortazo. No todas las mujeres responden como yo, cuando te apoyan de esa manera.
-Sabía que te iba a gustar...- me responde.
-¿Tan seguro estabas?- le insisto.
-¿Te acordás de una vez que fuimos a cenar a tu casa y llegaste tarde?- pregunta 
Me acordaba, mi marido tuvo que hacer de anfitrión en lo que estuve ausente.
-Ahí me saltó la ficha...- repone.
Lo miro sin entender.
-Cuando nos saludamos, irradiabas un aura a sexo, que era obvio que venías de coger...-
Y tenía razón, no me había demorado en el trabajo, que fue la excusa que puse, sino porque esa tarde estuve con Valentino. 
-Tengo un don para eso...- me revela -Con solo ver a alguien me doy cuenta si cogió o no, y vos esa noche estabas muy bien cogida...-
-Como ahora...- agrego yo.
La culeada sigue su cauce, acelerada, profunda, implacable. Con sus dedos manipulándome el clítoris, me hace acabar no sé cuántas veces, poniéndome en un estado de sensibilidad que casi estoy al borde del llanto.
Sigue con unas arremetidas más y entre roncos jadeos se arranca el forro y me acaba encima.
¡Qué manera de soltar leche...! Ya había eyaculado una buena cantidad antes, y ahora volvía a descargar lechazo tras lechazo, empapándome las tetas, la panza y el vientre.
Desfalleciente, se echa encima mío.
-¡Marita... Bendita tú eres...!- exclama entre agitado y complacido -¡Qué polvos que nos echamos...!-
-¿Valen por un divorcio?- le pregunto, mientras me limpio el semen que se derrama, denso y pegajoso, por mi cuerpo.
-Lo valen todo- asiente.
Finalmente pudo arreglar el tema con su esposa, inventó una reunión con amigos, que le jugaron una broma, poniéndole, sin que se diera cuenta, la bombacha en el bolsillo, incluso hasta dos de ellos le salieron de testigos, mostrándose arrepentidos y disculpándose delante de Laura. 
-¿Y les creíste?- le pregunto, cuando me llama para contarme.
-Y... más o menos- me dice, no muy convencida -Igual si estuvo con una mina, seguro que fue una putita de una vez, mientras no sea nada serio, no voy a tirar quince años a la basura...-
En eso puede estar tranquila, ya que lo mío con su esposo no se trata de romance, sino de sexo. Aunque no creo que sea algo de solo una vez. 
Luego del enésimo polvo que nos echamos, ya duchados, vestidos, yo con la tanga extra que siempre tengo de emergencia en la cartera, le tiro la que tenía puesta antes, que estaba en el suelo, y cuando la agarra, le digo:
-Tomá, pero ésta vez no seas boludo, y guardala bien...-




Tanga feroz...

9 comentarios - Tanga feroz...

Haker_1598
lo de siempre marita! me volves loco! ojala algun dia sea el protagonista de uno de tus posteos
CharlyNew2
Espectacular tu relato... y mejor tu foto.
ekissa4607
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Desert-Foxxxx
Ufff tremenda Marita, cuando me podría sacar un ojo empachandome con esas tremendas tetas?
gerardoriker
envidio alos que te pueden coger y dar leche, algun dia me vas a dejar conocerte en persona??? te mando provados y no respondes
Elpndjomacho
tremendo relato, como siempre desde que te leo, excelente tu descripcion de los acontecimientos, @maritainfiel +10
Mauricio_2431
la verdad que relatas tan bien que es facil imaginarte culiando. creo que mas de uno, incluyendome, dacamos la pija afuera apretandola, solando que la ves y te encanta saber lo que provocas. +100 te pondria.
blituXXX09
Hace mucho no comento tus posts
Pero te superas en puta siempre un poco más
Te sigo desde hace mucho eh
No hay nadie que relate como vos tus infidelidades