You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Esposo Beta. Cap. 2. Amistades nuevas. Vida nueva

Una semana después, mi esposa y yo, nos alistabanos para asistir a la invitación que nos había extendido el ing Ramiro, a su casa. Candy, vestía un vestido casual, corte circular, el largo apenas llegaba a la rodilla. No era escotado, de color verde. Usaba zapatillas tacón de plataforma. Su peinado era tipo casual, pero se le veía muy elegante. Cabe recalcar que con una vestimenta muy modesta y decente. En parte porqe yo se lo pedí, y también porqe estaría la esposa del jefe, y no quería causar malas impresiones al conocerla. 
Yo: – creo qe esta noche deberías vestirte con tu vestido verde. El qe no tiene escote. No queremos qe se repita una situación como la semana pasada. Pero enfrente de su esposa.--
Candy: – está bien, pero no me gusta mucho ése look tan recatado. Me siento como una señora grande.--
Yo: -- no te ves “señora”, pero si es más pudoroso. Además, apenas vamos a conocerlos formalmente, y hay qe causar una buena impresión… a saber que nos puedan ofrecer más delante en el trabajo. Más vale andar generar la confianza, del ing, y también de su esposa julia.--
Salimos de la casa, decidimos irnos en Uber, por si nos ofrecían una copa, o dos, y no tener problemas con los tránsitos. Al regresar a casa. Y así fue como siendo las 19:50 llegamos a la casa de nuestros anfitriones. Era una casa perfecta, desde que ingresabas a la propiedad, se notaba la obsesión por la perfección en los más mínimos detalles. Un jardín frontal enorme, muy bien cuidado. Con arbustos florales muy bien podados, el cesped muy prolijo, con una cantería que guiaban a la puerta principal. En dónde nos encontrábamos en ése momento, tocando una pieza de herrería en la puerta que avisaba cuando una visita llegaba.
Al instante, aparecieron dos figuras imponentes, en un look muy casual, pero que destilaban demasiado autoridad y dominio, sobre qien sea que fuese el invitado del momento. 
-Ramiro, vestía un pantalón Dockers color arena, con una polo azul oscuro. 
-julia (su esposa, que evidentemente no era la mujer con la que le vimos nuestro encuentro pasado) vestía un shorts de vestir, a medio muslo, color blanco, y una blusa de hombros descubiertos, en color indigo.
Ra: – buenas noches candy, que gusto que hayan podido atender nuestra invitación, te presento a mi esposa Julia. Ya contaba los días para conocerte en persona; buenas noches Mario, es un placer atenderlos.
Julia: – Hooola candy!! Que gusto al fin ponerle rostro a tu nombre, Ramiro me ha contado un poco de ti, que tiene esperanza que seas un buen elemento para la empresa, y aparentemente mintió cuando dijo que eras un poco bonita. A mí me pareces HERMOSA.-- 
Julia, al igual que mi esposa, era una mujer muy guapa y hermosa. Tenía una piel muuy fina, muy bien cuidada. Se le notaba los privilegios que otorgan los cuidados extras, cuando se tiene dinero para invertir en uno mismo… era una piel muy blanca, con un solo toque, qe aplicara demasiado presión, se marcaba en su piel, de un tono rojizo. Tenía unas piernas bien contorneadas de gym con entrenador personal. Su cintura, solo se puede lograr con tratamientos quirúrgico yo creo, porqe su vientre se veía muy plano, y tonificado. Y su glúteos también habían tenido los mismos privilegios quirúrgicos, al igual que sus tetas. Que eran demasiado voluptuosos, Y firmes. Esa mujer era una diosa. En su pelo, se notaba los Miles de pesos, invertidos en tratamientos, ya qe era de un color plateado que solo había visto en modelos o actrices en películas. 
Candy: –gracias señora, por sus cumplidos. Pero ya no siga porqe me apena. Además, usted es la mujer más bella qe nunca había visto tan de cercas.--
Julia: – ayyyy,  no me digas “señora” que siento que me cargas 15 años más encima, mejor dime Julia, y así vamos agarrandonos confianza… pero si me vuelves a decir señora, me vas a poner triste.
Candy: –ooo, disculpa, entonces tú me puedes decir candy, y ya estamos a mano. Y a mí esposo, le puedes decir Mario (procede a presentarme).--
En ése momento entiendo mi mano para saludar cortésmente, pero Julia de un tirón suave, y controlando la situación, procede a saludarme con un beso en la mejilla. Yo traté de aparentar una actitud lo más natural posible, ya que no me esperaba ese nivel de confianza tan rápidamente. 
Ramiro, por su parte, tomó a mi mujer de la mano, y se inclinó un poco, para besar el dorso de su mano. Haciendo un ademán de ser un caballero. 
Julia: – pero pasen, por favor, siéntanse cómodos, no teman que no mordemos. (A menos que quieran, dijo a modo de romper el hielo)-- 
Todos reímos de manera genuina, y pasamos a adentrarnos a la casa, que por dentro, parecía una escena de película. Todo estaba pulcro, con grandes ventanales. El recibidor principal, estaba seguido y conectado con una sala majestuosa, era una distribución sencilla e imponente. La altura del techo, fácilmente eran 3 metros, pasando la sala, hacia el fondo, se encontraba un comedor de unas 8 personas por lo menos, en color oscuro, para continuar hacia atrás, con la barra de la cocina, con lo que parecía un terminado de granito blanco, y por último la cocina, que fácilmente era más grande que la sala de nuestra casa. Incluso, hasta había un cuarto de una alacena, al parecer… la pura alacena era más grande que nuestro baño. A la derecha de la sala, en vez de pared de ladrillo u otro material, era un ventanal gigante, que media desde la sala, hasta la cocina, ya que en el patio de intermedio, se encontraba una piscina. De unos 8 a 10 m de largo. Y al fondo de ésta, y a la derecha de la cocina, se encontraba la sala de entretenimiento, o lo que a mi me pareció, un tipo, “mini cine” ya que había varias sillas, y una pantalla gigante. Otro conjunto de sillones y otros muebles para hacer la sala más relajada. En la segunda planta, aparentemente se encontraban los dormitorios, pero estos ya no eran visibles. Y solo quedó en la imaginación.
Pasamos todos a la sala, de manera que yo me senté a lado de candy, Julia y Ramiro se sentaron juntos, frente a nosotros. Platicamos de los planes de trabajo qe tenía para mi esposa. Y se le presento la propuesta oficial, de sueldo, y prestaciones. Y aparentemente mi esposa estaba muy emocionada, porqe noté qe su mano estaba muy sudorosa. Pero no demostró sus nervios, ni tampoco perdió la compostura. Ya qe la oferta era muy jugosa. Fácilmente podría dejar de trabajar yo, y acerme cargo de la casa. Pero ese no era nuestro plan. Después de concluir las formalidades, se cerró el tema  con una copa de vino. (Tomé la decisión adecuada, para no manejar alcoholizado). Y después de éso, la plática tomó un curso más casual. Que los temas de los niños, que dónde crecimos, conocidos que podríamos tener en común, se revelaron las edades de todos nosotros. Mi esposa de 30 años, yo de 35, Ramiro de 30 años y Julia 26 años.
Entre plática y plática, se fueron sumando las bebidas, pero para este caso, ya eran cervezas, ya qe la situación había pasado de formal, a una reunión de amigos, yo ya iba por la 4 cerveza, y ya me sentía un poco mareado, pero no tanto, como para no darme cuenta de que Ramiro no perdía oportunidad de ver las piernas de mi esposa, cómo deseando que se le subiera cada vez un poco más su vestido, que en en este momento, ya lo tenía a medio muslo. Pero mi esposa siempre a sido muy cuidadosa cuando trae vestido. Por lo cuál, no me importó, porque ya Candy se sabe cuidar sola. 
Siendo las 9:15 aprox, nos pasaron a el comedor, a comer, ahora sí. La comida, aparentemente la preparo una mujer que ayuda en la casa de nuestros anfitriones, porqe por lo qe oímos, Julia no prepara ni un café. Jajaja. 
La plática continuó en la mesa, después de terminar de comer. Y posteriormente nos pasaron de nuevo a la sala, con un previo recorrido en las instalaciones de la planta baja de la casa. 
Ahora nos encontrábamos sentados en la habitación “mini cine”. Ya a éstas alturas todo casual, tampoco podíamos decir que éramos los mejores amigos, pero la química se dió rápidamente entre todos nosotros. Ellos siempre guiando el tema de conversación, ya era algo muy natural en ellos, y nosotros, seguíamos la conversación con algunas aportaciones personales, o exponiendo nuestros puntos de vista. 
En un momento, que no me di cuenta, Candy y Julia se habían retirado de nuestro lado, y quedamos solo Ramiro y yo, pero la plática era tan amena, qe no nos dimos cuenta, en parte también, por las cervezas qe ya habíamos tomado. Qe ya el conteo eran como unas 8 yo, y 10 Ramiro. La plática de hombres seguía.
Ramiro: – Entonces, ya tienen 10 años de casados. Si son muchos. Nosotros apenas llevamos 5, pero nuestra visión, siempre ha sido de estar juntos toda la vida… sin importar que pase en el camino –
Yo: – si, ya 10 años. Felizmente juntos, y ahora,  con ésta oportunidad que nos está dando, creo qe nuestros mejores años están por llegar, tengo un buen presentimiento. Mi esposa es muy responsable, y muy leal, no tenga pendiente que valla a traicionar su confianza 
Ramiro: – si, me he dado cuenta de éso, de hecho, es una de las cualidades que busco en las personas, y más al momento de incluirlas a mi empresa, ya tu entenderas el porque busco la lealtad, por encima de la inteligencia.-- 
Yo: – pues tenga la certeza que ha tomado una de las mejores decisiones para el trabajo.--
Ramiro: – si. No tengo duda. De hecho, en el trabajo, me he dado cuenta que algunos hombres, compañeros de candy, se le acercan con intenciones sexuales, pero ella nunca les ha dado la más mínima oportunidad. Al contrario, ya se ganó la fama de ser una santita. Y como no la van a asediar. Si todos la miran como un trofeo. Por mucho, es la mujer más hermosa que ha trabajado con nosotros. Y mira que la han abordado hasta algunos clientes, o jefes de otros trabajos, y al parecer no hay nada que la impresione. Ni el dinero por delante. Es lo que he oído. Pero disculpa que te lo haya dicho yo. Creo que no me corresponde decir ésas cosas, pero creo que el alcohol me soltó la lengua.
Yo: –no te preocupes, ya ella me ha contado todo éso. De hecho, siempre nos contamos todo, siempre hemos tenido esa confianza de platicarnos todo. Y creo que en parte, eso ayuda a no sernos infiel. Ya que no nos tenemos secretos. Y yo, no sé cómo le hice para que me hiciera caso a mi… supongo que fue suerte. Soy muy afortunado. Y siempre me ha dicho, que le gustó como me la fuí ganando. Poco a poco, sin presionarla, y dice que tengo mucha habilidad lingüística. Jajaja. Sin albur. Osea, que le gusta como hablo y me expreso. Y aún recuerdo cuando empezamos a andar… le redacté muchas historias, que poco a poco fueron subiendo de tono, y llevando a una intención más sexosa. Y éso fue lo que la atrapó. Bueno, al menos éso dice ella. 
Hay, perdón, creo a mi también ya se me soltó la lengua demás. Creo que ya llegué a mi límite de alcohol. De hecho. Dónde esta el wc, necesito vaciar un poco la vejiga.-- 
Mientras contaba todos esas cosas de mi esposa y mías, no noté como Ramiro estaba haciendo unos apuntes mentales. No ví sus intenciones, ni cómo le brillaron los ojos, como embriagado de poder. Le estaba enseñando la receta para tener a mi esposa, y ni siquiera me di cuenta lo que estaba haciendo. El, cómo cualquier otro hombre, no iba a desaprovechar la oportunidad. Mi esposa servida en bandeja de plata. 
Me guío hasta el baño, dónde me tarde un poco más de lo normal, por tanto alcohol ingerido. Ya el mareo me llegaba a la cabeza y sentía que debíamos irnos. Al salir del baño, unos minutos después, pude oir a mi esposa, y Ramiro hablando, no había nadie más al parecer, y me quedé escuchando en silencio, y mucha atención 
Ramiro: – que. Bueno que vinieron, fue una reunión muy complaciente, y además nos conocimos mucho mejor de lo que esperaba. Justo esta química estaba buscando en mi siguiente empleada. Ya verás cómo de bien nos va a ir, tu solo déjate guiar, y puede llegar tan lejos, cómo tú quieras. Es más, estoy seguro que tu y tú esposo están a punto de empezar a vivir realmente bien. –
Candy: – muchas gracias inge, a saber que hablaban tu y mi esposo, que te ves tan emocionado. Seguro que causó una buena impresión en ti. Que bueno qe nos podamos conocer todos, y en el futuro no generar algún malentendido. Ya que siento que hay mucha confianza y química entre todos nosotros. – 
Yo, en éste momento, me encontraba viendo la escena, a través de un reflejo de un cristal. Ya que había demasiados. Y pude ver a Ramiro y a mi esposa demasiado cercas el uno del otro. Una escena muy personal, la cual no quise interrumpir, porqe no noté malas intenciónes. 
De pronto, se oyeron unos pasos bajando por las escaleras. Y noté qe mi esposa rápidamente se empujó hacia atrás de Ramiro, y yo, tuve qe dejar de fisgonear, porqe Julia se estaba acercando. 
Nos reunimos todos en la habitación mini cine, y pasamos a comenzar a despedirnos, siendo las 23:30 aprox. Julia y mi esposa se adelantaron a la sala, mientras Ramiro y yo, nos fuimos acercando más lentamente a la salida de la casa, viendo a nuestras mujeres frente a nosotros. Unas figuras únicas e indescriptibles. 
Ramiro: – que belleza de mujeres que tenemos de frente. Julia se ve espectacular, pero candy, no le envidia nada… seguro debe ser excelente en la cama. Y se ve tan inocen.--
 En ése momento, cortó de inmediato sus palabras. Recordando que estaba hablando de mi esposa. 
Ramiro: – hay discúlpame, por favor, Mario. No fue mi intención decir éso. Es el alcohol. Ya no puedo más.
Yo: – no te preocupes Ramiro. Yo también estoy un poco suelto de la lengua. Y me imagino que éso que dijiste, te lo estabas diciendo a ti solo… pero se te escapó de la boca. Ahora me toca vivir con éso. Pero lo más seguro es que mañana no lo recuerde. Jajaja. Y tu esposa, nunca había conocido a nadie así como ella. Confieso que en cuanto la conocí, quedé frío. Es la mujer más hermosa que voy a conocer en mi vida. Felicidades, y hasta me das envidia. Hay disculpa,  éso estuvo de más.
Ramiro: – Pues ya estamos a mano. No te preocupes. Yo mañana seguro tampoco me acuerdo.-- 
La reunión terminó. Intercambiamos gestos de despedida, también número telefónico, para estar en contacto. Y procedimos a retirarnos. 
Llegando a casa. Nos empezamos a alistar candy y yo, para dormir, pero antes platicamos un poco.
Candy: – tengo un buen presentimiento sobre el futuro. La pasamos genial, y creo que nos llevamos muy bien todos. Hubo mucha confianza y creo que podríamos ser incluso más unidos, si las cosas siguen su curso natural.
Yo: – si. La pasé muy cómodo. Muy agusto. Muy agradecidos con los jefes. Todo va a salir bien, ya verás. Por cierto, de que platicabas con Ramiro, cuando estaban solos. 
Candy: – aaa, de tonteras que uno dice,  cuando se le sube el alcohol. Me dijo que estaba muy guapa, que su esposa Julia y yo, somos las mujer más hermosas que conoce, y que te envidiaba por tenerme. Se disculpó de inmediato, y dijo que no quería que lo mal entendiera.
 Le dije que estaba bien, que el alcohol los hace decir cosas. Que  quien sabe que nos habremos dicho cuando estábamos solos. Tú y él. (Ramiro y yo). 
Ramiro se rió, como con complicidad contigo. Y dijo qué, – cosas de hombres.-- Y dijo. –pronto vas a ser mía.-- pauso un segundo. Y agregó – osea, que ya estás oficialmente contratada –. Reímos. Y expresó el gusto de haber ido. Que pronto nuestras vidas iban a cambiar y apenas empezaríamos a vivir de verdad. O algo así. 
Nos besamos y ella se volteo a dormir, yo me levanté a apagar la luces y al baño, a seguir descargando la vejiga, y de pronto, mi cel sonó.
Revisé.
Era un whatss de Ramiro. 
Ramiro: – Que buena reunión, espero más adelante poder concretar otras más. Gracias por la confianza, y todo lo platicado queda entre hombres. Ya verás cómo te sorprenderás próximamente. 
Yo: – Gracias a ustedes. Y qué nervios ésa amenaza de sorpresa. Pero imagino que es para bien… si viene de ti. Solo espero cosas buenas. –
Ramiro: – todo bien amigo. Ya se durmió Candy. -- 
Yo: – si, ya. Llegó rendida. Cayó como tabla… me voy a tener que “atender” yo solo. Para dormir agusto. Jajaja –
Ramiro: – si “atender”, significa lo qe me imagino, déjame te paso un poco de inspiración –
Yo, sin saber qué esperar, y un poco nervioso. De que me mandará una foto pene. Jajaja. Dije. – a ver qe tienes, nomás no me vallas a mandar un “garrote”
Ramiro: – ooo, que paso pues, es lo qe te digo.-- y junto a su último mensaje. Me envía un vídeo.
Lo abro, 
Lo reproduzco. 
Era xxx
En el vídeo, aparece una mujer, siendo penetrada en 4, por un hombre de muy buen ver, y bien parecido… la mujer gemía muy alto. Y el hombre le decía. “Eres mi puta, eres mi puta”. Luego, se ve que la mujer toma de la mano a otro hombre, aparentemente, había alguien más en la habitación. Y entre gemidos, le dice. “Gracias amor, por dejar que me coja mi jefe, es justo lo qe necesito.”  El hombre, tomando la mano de la mujer. Le dice.
– está bien cariño, ésto va a fortalecer más nuestro matrimonio.--
En éso, la mujer está gimiendo demasiado, al igual que el hombre que la está penetrando. Y el hombre empieza a descargarse dentro de la mujer. Y dice.
– ven aquí cornudo, graba ésto, cómo dejo llena de leche a tu amada esposa. Si tanto la amas, ven y limpiala. 
En éso, se escucha una risa, del hombre, que se descargó en la mujer. Y se escucha, ya en el vídeo desenfocado.
–asi, cornudo, todo éso, limpiala bien, para poder seguir usandola. Ella es mi puta, y tú eres un puto cornudo. Yo soy su amo. Entendído.-- 
Se escuchan dos voces al unisono.
–si, entendído amo –
 Se terminó el vídeo. 
Duraba exactamente 43 segundos, lo sé. Porqe lo repetí varias veces. Sin lograr entender como y porque, estaba teniendo la erección más dura de mi vida. No lo podía entender. Pero al segundo 28, de la 4 repetición del vídeo. Ya tenía mi mano llena de mi propia leche. Regada. Y la erección desapareció en un segundo. Dejando solo la confusión e incertidumbre de lo que había pasado… la culpa me allanaba, y no sabía cuál era el siguiente paso. Avergonzado de mi mismo, por tal excitación.
 Y además. Termine en menos de 4 min. 
Sólo atiné a responder. 
Yo: –que buen video, gracias. – ya cumplió con la misión.
Ramiro: – anda, mira, que rápido te desocupaste. No pensé que fuera tan efectivo. Pero cuando quieras. Solo pide… tengo mucho más de éso. MUCHO.
Yo: – Gracias, después hablamos, ya estoy con candy – 
Me quedé acostado. Con una mezcla de excitación, culpa, incertidumbre y vergüenza, y muchas cosas. Pero extrañamente, mi vrg seguía dura. Creo que la excitación era mayor a todos los demás sentimientos. 
Procedí a dormir, con una confusión abrumadora. Esperando que más adelante se resolviera dicha inquietud. 

Sin esperarlo, se tendió una telaraña a mi alrededor, y yo, estaba siendo presa de un depredador experimentado, e infalible. 
Era cuestión de tiempo para reaccionar, pero sería demasiado tarde.
No habría escapatoria. 
Candy, mi esposa. Se convertiría en el trofeo de Ramiro. Y yo. Expuse sus debilidades sin advertir el peligro que se avecinaba.

Nuestra vida cambió 

1 comentarios - Esposo Beta. Cap. 2. Amistades nuevas. Vida nueva