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cogida con mi marido en el baño del resto

Salimos a cenar como cualquier pareja casada. Mesa para dos, luces bajas, música suave. Yo llevaba un vestido ajustado, sin sostén, sin tanga  Le sonreí cuando se dio cuenta, al dejar caer la servilleta y mirar debajo de la mesa. Su reacción me calentó al instante.
Jugamos con miradas durante los entrantes. Su mano buscó mi muslo por debajo del mantel y subió con decisión. Me abrí un poco más. Cuando me acarició la concha estaba empapada   Lo miré con deseo, y supe que no aguantaríamos hasta llegar a casa.
Me levanté al baño. Caminé lento, con las caderas marcadas, dándole el show que esperaba. No me volví. No hizo falta. A los segundos, escuché la puerta abrirse detrás de mí.
Entró al baño de mujeres sin importarle nada. Cerró la puerta con fuerza. No puso el seguro. Me agarró del cuello y me besó con hambre. Su lengua invadió mi boca. Me apretó contra la pared y bajó el tirante de mi vestido con brutal delicadeza.
Sacó una teta, la chupó, la mordió. Sus manos me recorrían  Me subió el vestido por completo,  Se arrodilló sin hablar y empezó a chuparme toda 
Me abría los labios con los dedos, me chupaba el clítoris con fuerza, me metía la lengua adentro y no paraba. Yo gemía bajito, pero estaba al borde de gritar. Su barba me rozaba los muslos, y eso me volvía aún más loca.
Me agarró del culo, me puso una pierna sobre su hombro y metió dos dedos mientras seguía lamiendo. Me vino un orgasmo intenso, con espasmos, con el cuerpo rendido, y él lo saboreó todo sin dejar de chupar.
Se puso de pie, sacó su verga, dura y caliente, y me la frotó en los labios. Me la metió en la boca, agarrándome del cabello,
Yo la chupaba con desesperación, tragándola hasta que me costaba respirar. Me agarraba del cuello, me miraba con ojos oscuros y me decía: “Así, traga como buena puta de restaurante”.
Me volteó y me apoyó contra el lavamanos. Se escupió la mano, me la restregó por el culo y me la metió Grité. El sonido . El riesgo de que alguien entrara me volvía aún más mojada.
Me cogia , fuerte, sin frenos. Me decía al oído lo rica que estaba, cómo me abría entera para él. Me sujetaba de las caderas y me empujaba hasta que sentía su pelvis contra mi culo.
Me metió el dedo en el culo mientras me la seguía metiendo por delante. Me estremecí. Lo quería todo. Le pedí que me usara, que no parara, que me reventara el culo
Me levantó una pierna, me embistió más profundo. El espejo frente a mí mostraba mi cara de placer, mis pechos saltando mis ojos en blanco. Me sentía tan sucia, tan viva.
Se vino dentro de mí con un gruñido salvaje. Me llenó toda. Su semen me chorreaba por los muslos, y aún así me besó en la boca como si no hubiera nada más hermoso que mi cara sudada y empapada.
Nos acomodamos rápido. Me bajé el vestido, él se metió la verga aún húmeda en los pantalones. Nos miramos, cómplices. .
Salimos como si nada. Nadie se dio cuenta. Pero yo caminaba con las piernas temblando, con el culo 

cogida con mi marido en el baño del resto

 lleno de su semen, y una sonrisa sucia que no podía esconder.
Y mientras él pedía el postre, yo ya pensaba en la próxima vez. Porque con él, nunca hay espera. Solo deseo. Solo más.

2 comentarios - cogida con mi marido en el baño del resto

Ande3445
Excelente relato mí+10 q pareja tan atractiva y caliente...mmm que rico para estar limpiarte toda con mi lengüita bmbn