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Vendí mi 1er contenido con mi pijón y te cuento (+Fotos) Pt2


Comenzó en la parte 1, la podes leer acá:
http://www.poringa.net/posts/relatos/6061437/Vendi-mi-1er-contenido-con-mi-pijon-y-te-cuento-Fotos-Pt1.html

La frase me cayó como un baldazo de agua fría. Me quedé helado. "¿Todos tienen un precio? ¿Mi culo también?". Jamás en la vida se me había cruzado por la cabeza vender una foto, mucho menos un video. Y encima de mi culo, que no es precisamente un producto de exportación. No está mal, pero es un culo normal, tirando a chico. (Lo único que entreno con disciplina es la pija, y con pesas, pero esa es otra historia que ya contaré).
No sabía qué carajo hacer. El cerebro me iba a mil por hora. Así que, en lugar de tirar un número, le devolví la pelota, haciéndome el canchero para disimular que estaba temblando.
"Apa, propuesta inesperada", le escribí. "Como todavía no abrí el tarifario en ese rubro, te lo pregunto a vos: ¿cuánto pagarías por ver un culo que no tenés ni idea cómo va a ser?".
La respuesta llegó al instante.
"10 lucas, ¿te va? Tené en cuenta que voy a ciegas. Si me gusta, después seguimos charlando".
Diez lucas. En ese momento, con suerte pagaba una birra y unas papas en un bar. Para mí, que andaba más seco que galleta de campo, era una fortuna simbólica. La idea de que me pagaran por algo que hice gratis toda mi vida me pareció brillante, casi revolucionaria. No lo dudé.
"Acepto".
Le pasé mi CBU y al toque me llegó el comprobante. Mi apellido había quedado al descubierto. "Listo, ahí te mandé, fijate. Bien que tu nombre era real", puso ella. El corazón me dio un vuelco. Esto era real. Había plata de por medio.
Le contesté con la mejor cara de póker que pude tipear: "Recibido. Estamos preparando su envío. Llegará en un plazo de 2 horas hábiles".
Y ahí empezó la carrera. Corrí al baño, manoteé una afeitadora y me pegué una rebajada en el culo. No a cero, porque queda raro, sino lo justo para que se apreciara mejor "el asunto". Y la verdad, no quedaba nada mal. La afeitada incluso acentuó unas formas que nunca me había visto.
Monté el celular en un soporte, puse la cámara frontal para usarla de espejo y le di al REC. Empezó el show. Para inspirarme, puse sus fotos en la pantalla de la PC, justo detrás del teléfono. El video arrancó conmigo mostrándole cómo pasaba de estar blanda a ponerse dura como una roca en segundos mientras miraba sus fotos.
Empecé a pajearme y a decirle todo lo que se dice en esos casos, un monólogo de calentura dedicado a ella. "Te gusta así, putita... mirá lo dura que me la ponés... estoy viendo esas tetas hermosas que bañaría en leche...". Y entonces, llegó el momento de la verdad, el momento de entregar el producto por el que habían pagado.
"Así que te gustan los culitos de hombre", le dije a la cámara. "A ver qué tal te parece este".
Me puse de costado, para que de paso viera el perfil del pijón en todo su esplendor, y después giré por completo. Me di vuelta y, mientras con una mano no paraba de darle a la paja, con la otra empecé a masajearme el culo para la cámara.
La calentura era total. Me di vuelta de nuevo, con la pija a centímetros del lente, y le avisé: "Me puso a full este video, así que ya se viene la lechita exclusiva para vos".
Un par de manotazos más y el final fue caótico y perfecto. El primer chorro impactó directo en la cámara frontal, empañando todo. Ni que lo hubiera planeado. Rápido, para no perder el plano, limpié el lente con el pulgar para que se vieran los chorros que seguían, ya con menos fuerza, cayendo al piso. Quedó un lindo charco de chele, la verdad.
Sin perder un segundo, saqué el celu del soporte y filmé el resultado final en el suelo. Mientras grababa, dije la frase clave: "Mirá toda la lechita que me sacaste, Ana".
Corté la filmación y, sin editar nada, crudo como estaba, se lo mandé de pecho por Instagram. El paquete estaba entregado.
Apreté "enviar" y sentí un vacío en el estómago. Una mezcla de adrenalina, vergüenza y orgullo. Ya no había vuelta atrás. Pasaron las horas. El mensaje aparecía como "Entregado", pero todavía no como "Visto".
La tarde se hizo noche. Y entonces, justo cuando estaba por guardar el celular y dar la batalla por perdida, llegó la notificación. Era de Ana. Contuve la respiración y abrí el mensaje.
"Uy papi, me encantó. Ahora siento que pagué poco".
Leí la frase una, dos, tres veces. Una sonrisa boluda se me dibujó en la cara. No era alivio lo que sentía, era euforia. No solo le había gustado, no solo había "cumplido" con el pedido. Le había gustado tanto que sentía que el precio había sido una ganga.
La euforia por su mensaje me duró un buen rato. Después de los halagos y agradecimientos mutuos, sentí que era mi turno de cobrar la otra parte del trato. Con la confianza por las nubes, le escribí:
"Bueno Ana, yo tuve mi precio. Ahora imagino que vos tendrás el tuyo. Quiero mi video personalizado".
La respuesta fue inmediata, pero no fue la que esperaba.

Continuará (y terminará) en la pt3...(Las fotos son reales e irán en la 3ra y última parte)

3 comentarios - Vendí mi 1er contenido con mi pijón y te cuento (+Fotos) Pt2

pijadurisima +1
Muy bueno lastima q nos venia corriendo con las fotos
Gonzapijudocba +1
jaja paciencia, en la proxima llegan si o si
pijadurisima +1
@Gonzapijudocba esperemos o pásame por privado jaja
Gonzapijudocba +1
la direccion de publicacion no me permite revelar el material... jajajaja
chotto_man +1
Muy bueno, bro. Lo estaba esperando. Ahora solo queda la última parte 💪