Capítulo 5: El inicio del final feliz
Durante los siguientes días, Erica y yo nos pasábamos el día follando como conejos en cada oportunidad. Siempre existía el peligro de que Susana nos atrapara lo que solo avivaba nuestras pasiones, cada que Susana salía al trabajo era señal de una tarde llena de sexo, además mi relación con ella se había vuelto aburrida, ciertamente Erica era mucho mejor en todos los aspectos que su madre por su parte, Brenda se asoleaba junto a la piscina dejándonos solos dentro de la casa, supongo que le incomodaba escuchar gemir a Erica, cada que pasaba junto a Brenda ella me miraba con malos ojos sin embargo su ropa se volvió más provocativa y reveladora, una vez incluso la pillé con un consolador en el coño justo en el sofá cuando sabía que estábamos en casa. Cuando le comenté algo más tarde, durante una de las pocas comidas que compartimos -Bueno, necesito algo que me satisfaga, y no voy a dejar que solo Erica y tú se diviertan- dijo y se cruzó de brazos.
Un día que Susana debía arreglar algunos papeles en su pueblo natal iba a salir de viaje por un día entero, así que decidimos aprovecharla al máximo. Fue una decisión crucial que lo cambió todo. Si nos hubiéramos podido contener, quizá nunca habría pasado
Solo unos minutos después de que Susana se había ido Erica estaba acostada boca arriba en el sofá de la sala con las piernas abiertas a ambos lados de mí. Yo estaba de pie frente a ella, deslizando mi polla larga y dura dentro y fuera de su estrecho y húmedo coño. Ambos con la cabeza observando mi verga entrar y salir sensualmente de su apretado y apretado coño
- ¡Eso se siente tan jodidamente bien, papi! ¡Se ve tan caliente! Me encanta ver tu polla entrando y saliendo de mi coño, ¿a ti no? -dijo entre gemidos
-Mierda si- suspiré de placer, adorando y excitándome aún más cuando lo llamaba su "coño". Su estrecha vagina se sentía tan bien alrededor de mi polla y me puse como un loco mientras me acariciaba suavemente dentro y fuera de Erica

Sentí a Erica tensarse debajo de mí y, por un instante, pensé que se corría. Estaba tan fascinado viendo cómo sus fluidos brillaban a lo largo de mi miembro mientras la penetraba lentamente, que no me di cuenta de que había volteado a ver hacia la puerta durante algunos segundos, no le di importancia y seguí follándola mientras sospechaba que había alguien en la puerta
Mis sospechas se confirmaron cuando voltee y allí, en la puerta, estaba Brenda en bikini ya que se encontraba en la piscina

De inmediato, jadeó de sorpresa yo estaba tan excitado en ese momento que, al sacar mi verga de Erica, me giré hacia Brenda y en lugar de apartarme para ocultarle mi polla erecta, no hice nada. Fue una reacción inconsciente en la que no pensé hasta mucho después.
Mi pene sobresalía obscenamente de mi ingle, no solo cubierto con los fluidos vaginales de Erica, sino que goteaba de ellos. Latía con fuerza mientras mi corazón latía aún más rápido por la excitación y el peligro. Por alguna razón, no estaba aterrorizado como cuando nos descubrió por primera vez incluso era casi como si estuviera presumiendo delante de ella
- ¡Dios mío, papá! ¿Qué mierda estás haciendo? - tapándose la boca con las manos mientras hablaba. Para mi sorpresa, no se alteró mucho -¿No pueden esperar a coger? - declaró Brenda, pero la suavidad de sus palabras y el tono de voz lo hicieron parecer casi una pregunta -No tiene ni 10 minutos que se fue Susana, eso esta mal- continúo
Erica, desnuda se puso de pie y dio algunos pasos adelante y dijo, tan suavemente que casi no la escuché -Si está tan mal, ¿por qué sigues ahí parada? –
- ¿Qué? - preguntó Brenda
Erica me dirigió una sonrisa mientras le preguntaba a Brenda en voz baja - ¿Cuánto tiempo estuviste parada allí, mirándonos? -
-Yo... Bueno...- tartamudeó Brenda
Erica se acercó a Brenda mientras yo me acercaba un par de pasos para oírla. Casi susurró -Te quedaste ahí mirándonos sin decir ni una palabra hasta que Papá te miró. Lo sé porque yo te estaba mirando. Si no te hubiera visto, ¿habrías dicho algo? ¿Habrías visto a Papi deslizar su polla larga y dura dentro y fuera de mi coño apretado y húmedo hasta llenarme de su semen? –
Erica apenas se detuvo a respirar mientras seguía provocándola suavemente - O sea, ¿mírate ahora? Durante toda esta maldita conversación no me has mirado a los ojos ni una sola vez. No puedes apartar la vista de la polla de papi, ¿verdad? -
Brenda respiraba con dificultad. Miró el cuerpo desnudo de Erica a menos de medio metro de ella y luego, lentamente, la miró a los ojos -Hacía mucho tiempo que no veía una tan grande, o que ni siquiera veía una- dijo sonrojada
Erica le sonrió suavemente -Quieres unirte a nosotros, ¿no?- susurró
- ¿Qué? - preguntó atónita
- ¡Ja, sí que lo haces! - exclamó Erica triunfante -Quieres unirte a nosotros. También quieres follártelo, ¿verdad? -
-No- maulló Brenda débilmente
-Lo sé- la tranquilizó Erica mientras se movía detrás de ella -No pasa nada. Aquí todos somos familia- dijo mientras desataba lentamente el nudo del sujetador de Brenda
Las palabras de mi hijastra me fascinaron tanto como a Brenda. Con Erica detrás, Brenda no tenía a dónde mirar más que a mí, porque estaba paralizada como si hubiera pisado cemento húmedo y no solo no podía moverse, sino que ni siquiera sabía si quería hacerlo. Sus ojos se clavaron en mi polla erecta, que se mecía y palpitaba obscenamente frente a ella. Entonces, por fin, me miró a los ojos, mi pecho desnudo. Sus ojos estaban vidriosos de lujuria.
Erica deslizó el sujetador a su hermanastra por los brazos hasta que se le cayó. Susurró -Tienes un cuerpo precioso, Brenda. ¿Lo sabías? –ya con las tetas al aire Erica comenzó a masajear sus firmes tetas sus pequeñas manos. - ¿Cuánto tiempo hacía que no te tocaban así? - le preguntó juguetonamente
Brenda continuó mirándome a los ojos mientras susurraba honestamente -mmmmmh ¡Demasiado tiempo!-
Me incliné hacia adelante y la besé. No retrocedió al contrario abrió aún más la boca para mí. Sabía a canela y me sobresalté al sentir su mano inmediatamente y con firmeza envolviéndome la polla erecta. En un instante, me di cuenta de que lo único que siempre había deseado, follar con mi hija, estaba a punto de hacerse realidad.
Erica comenzó a rozar los pezones de su hermanastra con los dedos. Le besó el cuello mientras yo besaba su boca; todo era muy íntimo y parecía estar sucediendo a cámara lenta. Claro, eso me vino bien y sinceramente quería que el momento durara para siempre.
Brenda gimió de placer en mi boca mientras Erica y yo le bajábamos las bragas a Brenda y le estimulábamos el coño. Presioné suavemente mis dedos contra su clítoris, balanceándolos de lado a lado; la protuberancia dura de su clítoris rozaba firmemente su pelvis. Al mismo tiempo, Erica metió primero uno y luego dos dedos en su chorreante coño, metiéndolos y sacándolos lentamente.
Me sorprendió un poco la pasión de Erica por Brenda. No me lo esperaba, pero no me quejaba porque era tan ardiente que apenas podía soportarlo. Solté la cabeza de mi hija, rompí el beso, mirándola a los ojos; estaban vidriosos de lujuria. Tenía la boca abierta y la respiración agitada. Se veía tan sexy.
Tomé una teta de Erica y, agachándome, tomé el pezón duro entre mis labios. Su piel sabía salada y olía divina mientras chupaba la mayor cantidad posible de su cálida carne.
Al agacharme como lo hice, Brenda se vio obligada a soltar mi polla, dejándola rebotar libremente en el aire fresco de la sala. Puso sus manos en mi nuca, entrelazando sus dedos en mi pelo corto, mientras gemía de placer, tanto por mi boca y lengua en su pecho como por los dedos de Erica entrando y saliendo rápidamente de su coño chorreante, con el chapoteo húmedo resonando con fuerza en el espacio reducido.
Agarré sus dos pechos con mis manos, cubriéndome con sus cálidos pechos. Hice rodar los pezones entre mis dedos, girando la cabeza de un lado a otro, lamiendo y chupando vorazmente primero un pezón duro y luego el otro.
-Dios mío- susurró Brenda mientras empezaba a temblar. El orgasmo que Erica y yo le provocábamos la invadió por completo. Los dedos Erica entrando y saliendo del coño de Brenda eran el principal impulso, a pesar de mis mejores esfuerzos con sus pechos
Brenda se recostó en la mesa, con la cabeza contra la pared dura y sus nalgas ligeramente por encima del borde. Sus piernas se abrieron ante mí, revelándome por primera vez el coño de mi pequeña hija
La contemplé como una fotografía que quedará grabada para siempre en mi memoria. Su rostro estaba cubierto de lujuria mientras me miraba, con la boca ligeramente abierta. Sus grandes pechos descansaban sobre la mesa, colgando un poco a cada lado, los pezones duros y húmedos por mi saliva. Su vientre pecoso y ligeramente bronceado y plano, estaba ondulado debido a suposición en el mostrador. Sus pálidos muslos se separaron; enmarcando y exponiendo sus lugares más íntimos a mis miradas indiscretas. Estaba completamente depilada, así que podía ver claramente que toda su entrepierna tenía el tono rojizo de la excitación y los dedos de Erica habían la habían mojado. Los labios oscuros estaban hinchados y abiertos con anticipación, aunque su coño parecía ser tan pequeño como el de Erica
Tomé mi pene en el puño y apreté la punta contra el coño de Brenda. La abertura parecía demasiado pequeña para mí, a pesar de la excitación y el tamaño de mi miembro, Presioné hacia abajo, separando fácilmente los pliegues de su coño y alineando mi pene con su vagina. Luego, lenta pero firmemente, moví mis caderas hacia adelante, clavándola en ella
Aunque su coño era pequeño, se abrió fácilmente ante mí. Esto era lo que había soñado durante tanto tiempo: deslizar mi pene dentro de Brenda; y fue celestial. Estaba cálida y húmeda por dentro mientras me apretaba contra ella con un movimiento suave hasta que mis testículos rozaron su trasero y sentí el borde fresco de la mesa contra mis muslos
Brenda gimió de placer -mierda, si, eso es-
Me aferré a ella profundamente, saboreando la sensación de su coño apretando mi miembro, sus suaves muslos contra mis caderas y mis pelotas contra su trasero. Quería preguntarle si le gustaba y decirle lo bien que se sentía, pero no quería romper el silencio. Sentía que una palabra equivocada la haría volver a la realidad. Se daría cuenta de lo mal que estaba y me lo diría. Así que me mordí la lengua.
Erica me acarició los testículos por detrás con una mano y empezó a frotar el clítoris de su hermana con la otra. Estaba tan excitada que noté que quería decir algo, pero también dudaba. Me miró y nos dimos cuenta de que ambas intentábamos no decir ni hacer nada incorrecto
La besé. Besé a Erica profundamente; le metí mi lengua en su boca mientras sacaba lentamente mi pene del coño de Brenda hasta la mitad y luego lo volvía a meter, frotándose lentamente contra ella. Fue tan surrealista besar a mi hijastra mientras me follaba a mi hija
-Oh Dios mío, ustedes son tan sexys- Suspiró Brenda
Rompimos el beso y la miramos. No dejé de bombear en su coño, que se aferraba a mí, y Erica no dejó de frotarle el clítoris y mis testículos, pero ambos estábamos un poco sorprendidos
-No dejen de besarse por mí- dijo Brenda, nos reímos -Vamos, papá, fóllame más fuerte, follame y hazme gemir como lo haces con Erica- me dijo casi gritando
Cuando Erica dejó de hacer lo que estaba haciendo para reírse de la situación, caí en cuenta, Brenda deseaba mi polla de verdad
Como me indicó, moví las caderas adelante y atrás, cada vez más rápido, penetrando y sacando mi polla de mi hija hasta que el sonido de mis muslos chocando con los suyos llenó la casa, mis bolas golpeaban con fuerza con cada embestida y me di cuenta de que estaba tocando fondo. Se sentía tan bien con mi polla.
- ¡Sí, eso es! - gritó - ¡Más fuerte! -
La risa de Erica se apagó rápidamente al verme follar a mi hija cada vez más fuerte, meciéndola y haciendo que sus enormes tetas se balancearan
-Dios mío, qué bien. ¡Fóllatela, bien papi! Enséñale lo que se ha estado perdiendo- dijo Erica
Metí las manos en las caderas de Brenda, atrayéndola con fuerza hacia el borde de la encimera, mientras la penetraba con todas mis fuerzas. Me di cuenta de que los gemidos y gritos de Brenda seguramente se habrían oído fácilmente fuera de la casa, pero en ese momento no me importaba. Estaba viviendo mi sueño y follándome a mi hija como un loco
Brenda me agarró la cintura con las manos y me animó a quela penetrara bien. Jadeó y gimió al acercarse el orgasmo - ¡Ya está, córrete en mi coño! ¡Dámelo, papi! - gemía
Sentí un cosquilleo en los muslos y supe que no aguantaría mucho más, el contacto de mi cuerpo contra el suyo vibrando por todo mi cuerpo. No podía contenerme. Me di cuenta de que era mejor así, dado el poco tiempo que teníamos, pero también quería asegurarme de que Brenda viniera para que la prometida “próxima vez” se cumpliera.
-Oh, Dios, me corro- gimió finalmente Brenda, gimiendo y retorciéndose debajo de mí. Su coño se aferró con fuerza a mi miembro mientras se corría, intentando retenerme dentro de ella.
Aliviado de haberla hecho correrse, presioné con todo mi peso, embistiéndola tan profundamente como pude, alojando mi polla carnosa por completo dentro de su cuerpo. El mundo se desvaneció para mí mientras el semen subía por mi miembro y se hundía profundamente en su coño. La descarga fue increíble y la dejé fluir, derramándola hasta la última gota dentro de ella
-Dame ese semen- gimió Brenda en la distancia.
Me aferré a sus caderas con fuerza, sin dejar que Brenda se soltara, mientras me vaciaba en mi hermana hasta quedar completamente exhausta. Jadeé, sintiéndome repentinamente muy débil. Sentí el sudor perlando mi espalda sin darme cuenta hasta ese momento.
Los únicos sonidos en la habitación por un breve momento fueron nuestra respiración hasta que fue interrumpida por el sonido de una puerta de un auto cerrándose de golpe. Erica fue la primera en actuar. Se agachó en el suelo, recogió su ropa y corrió hacia su habitación. En cinco segundos, desapareció, al sacar mi verga de mi hija pude ver lo bien cubierto que estaba de sus fluidos y de mi propio semen.
Brenda se lo levantó mientras oíamos la voz de Susana hablando y a punto de entrar a casa.
- ¿Dónde está mi sujetador? - susurro Brenda. Lo recuperé rápidamente del suelo y se lo entregué, se lo puso rápidamente, lo amarró. Luego miró a su alrededor, levantó las bragas del suelo y se las subió por las piernas. Murmuró:
-Tu semen ya está goteando por mis muslos- susurró -Losiento, fue lo único que pude pensar en decir- me miró y sonrió. Se acercó, medio un beso rápido
-Tranquilo- me dijo antes de salir al patio trasero y lanzarse a la piscina para disimular
Yo tomé mi ropa y entre al baño, cerré la puerta, creyéndome a salvo. Me senté en el inodoro porque había empezado a temblar. Todo lo que acababa de ocurrir me había dejado sin fuerzas. Tuve que sentarme.
Continuará….
El final de esta historia esta cerca por lo que cualquier idea, comentario, apoyo será bienvenido, dejen sus puntos
Gracias por leer
Durante los siguientes días, Erica y yo nos pasábamos el día follando como conejos en cada oportunidad. Siempre existía el peligro de que Susana nos atrapara lo que solo avivaba nuestras pasiones, cada que Susana salía al trabajo era señal de una tarde llena de sexo, además mi relación con ella se había vuelto aburrida, ciertamente Erica era mucho mejor en todos los aspectos que su madre por su parte, Brenda se asoleaba junto a la piscina dejándonos solos dentro de la casa, supongo que le incomodaba escuchar gemir a Erica, cada que pasaba junto a Brenda ella me miraba con malos ojos sin embargo su ropa se volvió más provocativa y reveladora, una vez incluso la pillé con un consolador en el coño justo en el sofá cuando sabía que estábamos en casa. Cuando le comenté algo más tarde, durante una de las pocas comidas que compartimos -Bueno, necesito algo que me satisfaga, y no voy a dejar que solo Erica y tú se diviertan- dijo y se cruzó de brazos.
Un día que Susana debía arreglar algunos papeles en su pueblo natal iba a salir de viaje por un día entero, así que decidimos aprovecharla al máximo. Fue una decisión crucial que lo cambió todo. Si nos hubiéramos podido contener, quizá nunca habría pasado
Solo unos minutos después de que Susana se había ido Erica estaba acostada boca arriba en el sofá de la sala con las piernas abiertas a ambos lados de mí. Yo estaba de pie frente a ella, deslizando mi polla larga y dura dentro y fuera de su estrecho y húmedo coño. Ambos con la cabeza observando mi verga entrar y salir sensualmente de su apretado y apretado coño
- ¡Eso se siente tan jodidamente bien, papi! ¡Se ve tan caliente! Me encanta ver tu polla entrando y saliendo de mi coño, ¿a ti no? -dijo entre gemidos
-Mierda si- suspiré de placer, adorando y excitándome aún más cuando lo llamaba su "coño". Su estrecha vagina se sentía tan bien alrededor de mi polla y me puse como un loco mientras me acariciaba suavemente dentro y fuera de Erica

Sentí a Erica tensarse debajo de mí y, por un instante, pensé que se corría. Estaba tan fascinado viendo cómo sus fluidos brillaban a lo largo de mi miembro mientras la penetraba lentamente, que no me di cuenta de que había volteado a ver hacia la puerta durante algunos segundos, no le di importancia y seguí follándola mientras sospechaba que había alguien en la puerta
Mis sospechas se confirmaron cuando voltee y allí, en la puerta, estaba Brenda en bikini ya que se encontraba en la piscina

De inmediato, jadeó de sorpresa yo estaba tan excitado en ese momento que, al sacar mi verga de Erica, me giré hacia Brenda y en lugar de apartarme para ocultarle mi polla erecta, no hice nada. Fue una reacción inconsciente en la que no pensé hasta mucho después.
Mi pene sobresalía obscenamente de mi ingle, no solo cubierto con los fluidos vaginales de Erica, sino que goteaba de ellos. Latía con fuerza mientras mi corazón latía aún más rápido por la excitación y el peligro. Por alguna razón, no estaba aterrorizado como cuando nos descubrió por primera vez incluso era casi como si estuviera presumiendo delante de ella
- ¡Dios mío, papá! ¿Qué mierda estás haciendo? - tapándose la boca con las manos mientras hablaba. Para mi sorpresa, no se alteró mucho -¿No pueden esperar a coger? - declaró Brenda, pero la suavidad de sus palabras y el tono de voz lo hicieron parecer casi una pregunta -No tiene ni 10 minutos que se fue Susana, eso esta mal- continúo
Erica, desnuda se puso de pie y dio algunos pasos adelante y dijo, tan suavemente que casi no la escuché -Si está tan mal, ¿por qué sigues ahí parada? –
- ¿Qué? - preguntó Brenda
Erica me dirigió una sonrisa mientras le preguntaba a Brenda en voz baja - ¿Cuánto tiempo estuviste parada allí, mirándonos? -
-Yo... Bueno...- tartamudeó Brenda
Erica se acercó a Brenda mientras yo me acercaba un par de pasos para oírla. Casi susurró -Te quedaste ahí mirándonos sin decir ni una palabra hasta que Papá te miró. Lo sé porque yo te estaba mirando. Si no te hubiera visto, ¿habrías dicho algo? ¿Habrías visto a Papi deslizar su polla larga y dura dentro y fuera de mi coño apretado y húmedo hasta llenarme de su semen? –
Erica apenas se detuvo a respirar mientras seguía provocándola suavemente - O sea, ¿mírate ahora? Durante toda esta maldita conversación no me has mirado a los ojos ni una sola vez. No puedes apartar la vista de la polla de papi, ¿verdad? -
Brenda respiraba con dificultad. Miró el cuerpo desnudo de Erica a menos de medio metro de ella y luego, lentamente, la miró a los ojos -Hacía mucho tiempo que no veía una tan grande, o que ni siquiera veía una- dijo sonrojada
Erica le sonrió suavemente -Quieres unirte a nosotros, ¿no?- susurró
- ¿Qué? - preguntó atónita
- ¡Ja, sí que lo haces! - exclamó Erica triunfante -Quieres unirte a nosotros. También quieres follártelo, ¿verdad? -
-No- maulló Brenda débilmente
-Lo sé- la tranquilizó Erica mientras se movía detrás de ella -No pasa nada. Aquí todos somos familia- dijo mientras desataba lentamente el nudo del sujetador de Brenda
Las palabras de mi hijastra me fascinaron tanto como a Brenda. Con Erica detrás, Brenda no tenía a dónde mirar más que a mí, porque estaba paralizada como si hubiera pisado cemento húmedo y no solo no podía moverse, sino que ni siquiera sabía si quería hacerlo. Sus ojos se clavaron en mi polla erecta, que se mecía y palpitaba obscenamente frente a ella. Entonces, por fin, me miró a los ojos, mi pecho desnudo. Sus ojos estaban vidriosos de lujuria.
Erica deslizó el sujetador a su hermanastra por los brazos hasta que se le cayó. Susurró -Tienes un cuerpo precioso, Brenda. ¿Lo sabías? –ya con las tetas al aire Erica comenzó a masajear sus firmes tetas sus pequeñas manos. - ¿Cuánto tiempo hacía que no te tocaban así? - le preguntó juguetonamente
Brenda continuó mirándome a los ojos mientras susurraba honestamente -mmmmmh ¡Demasiado tiempo!-
Me incliné hacia adelante y la besé. No retrocedió al contrario abrió aún más la boca para mí. Sabía a canela y me sobresalté al sentir su mano inmediatamente y con firmeza envolviéndome la polla erecta. En un instante, me di cuenta de que lo único que siempre había deseado, follar con mi hija, estaba a punto de hacerse realidad.
Erica comenzó a rozar los pezones de su hermanastra con los dedos. Le besó el cuello mientras yo besaba su boca; todo era muy íntimo y parecía estar sucediendo a cámara lenta. Claro, eso me vino bien y sinceramente quería que el momento durara para siempre.
Brenda gimió de placer en mi boca mientras Erica y yo le bajábamos las bragas a Brenda y le estimulábamos el coño. Presioné suavemente mis dedos contra su clítoris, balanceándolos de lado a lado; la protuberancia dura de su clítoris rozaba firmemente su pelvis. Al mismo tiempo, Erica metió primero uno y luego dos dedos en su chorreante coño, metiéndolos y sacándolos lentamente.
Me sorprendió un poco la pasión de Erica por Brenda. No me lo esperaba, pero no me quejaba porque era tan ardiente que apenas podía soportarlo. Solté la cabeza de mi hija, rompí el beso, mirándola a los ojos; estaban vidriosos de lujuria. Tenía la boca abierta y la respiración agitada. Se veía tan sexy.
Tomé una teta de Erica y, agachándome, tomé el pezón duro entre mis labios. Su piel sabía salada y olía divina mientras chupaba la mayor cantidad posible de su cálida carne.
Al agacharme como lo hice, Brenda se vio obligada a soltar mi polla, dejándola rebotar libremente en el aire fresco de la sala. Puso sus manos en mi nuca, entrelazando sus dedos en mi pelo corto, mientras gemía de placer, tanto por mi boca y lengua en su pecho como por los dedos de Erica entrando y saliendo rápidamente de su coño chorreante, con el chapoteo húmedo resonando con fuerza en el espacio reducido.
Agarré sus dos pechos con mis manos, cubriéndome con sus cálidos pechos. Hice rodar los pezones entre mis dedos, girando la cabeza de un lado a otro, lamiendo y chupando vorazmente primero un pezón duro y luego el otro.
-Dios mío- susurró Brenda mientras empezaba a temblar. El orgasmo que Erica y yo le provocábamos la invadió por completo. Los dedos Erica entrando y saliendo del coño de Brenda eran el principal impulso, a pesar de mis mejores esfuerzos con sus pechos
Brenda se recostó en la mesa, con la cabeza contra la pared dura y sus nalgas ligeramente por encima del borde. Sus piernas se abrieron ante mí, revelándome por primera vez el coño de mi pequeña hija
La contemplé como una fotografía que quedará grabada para siempre en mi memoria. Su rostro estaba cubierto de lujuria mientras me miraba, con la boca ligeramente abierta. Sus grandes pechos descansaban sobre la mesa, colgando un poco a cada lado, los pezones duros y húmedos por mi saliva. Su vientre pecoso y ligeramente bronceado y plano, estaba ondulado debido a suposición en el mostrador. Sus pálidos muslos se separaron; enmarcando y exponiendo sus lugares más íntimos a mis miradas indiscretas. Estaba completamente depilada, así que podía ver claramente que toda su entrepierna tenía el tono rojizo de la excitación y los dedos de Erica habían la habían mojado. Los labios oscuros estaban hinchados y abiertos con anticipación, aunque su coño parecía ser tan pequeño como el de Erica
Tomé mi pene en el puño y apreté la punta contra el coño de Brenda. La abertura parecía demasiado pequeña para mí, a pesar de la excitación y el tamaño de mi miembro, Presioné hacia abajo, separando fácilmente los pliegues de su coño y alineando mi pene con su vagina. Luego, lenta pero firmemente, moví mis caderas hacia adelante, clavándola en ella
Aunque su coño era pequeño, se abrió fácilmente ante mí. Esto era lo que había soñado durante tanto tiempo: deslizar mi pene dentro de Brenda; y fue celestial. Estaba cálida y húmeda por dentro mientras me apretaba contra ella con un movimiento suave hasta que mis testículos rozaron su trasero y sentí el borde fresco de la mesa contra mis muslos
Brenda gimió de placer -mierda, si, eso es-
Me aferré a ella profundamente, saboreando la sensación de su coño apretando mi miembro, sus suaves muslos contra mis caderas y mis pelotas contra su trasero. Quería preguntarle si le gustaba y decirle lo bien que se sentía, pero no quería romper el silencio. Sentía que una palabra equivocada la haría volver a la realidad. Se daría cuenta de lo mal que estaba y me lo diría. Así que me mordí la lengua.
Erica me acarició los testículos por detrás con una mano y empezó a frotar el clítoris de su hermana con la otra. Estaba tan excitada que noté que quería decir algo, pero también dudaba. Me miró y nos dimos cuenta de que ambas intentábamos no decir ni hacer nada incorrecto
La besé. Besé a Erica profundamente; le metí mi lengua en su boca mientras sacaba lentamente mi pene del coño de Brenda hasta la mitad y luego lo volvía a meter, frotándose lentamente contra ella. Fue tan surrealista besar a mi hijastra mientras me follaba a mi hija
-Oh Dios mío, ustedes son tan sexys- Suspiró Brenda
Rompimos el beso y la miramos. No dejé de bombear en su coño, que se aferraba a mí, y Erica no dejó de frotarle el clítoris y mis testículos, pero ambos estábamos un poco sorprendidos
-No dejen de besarse por mí- dijo Brenda, nos reímos -Vamos, papá, fóllame más fuerte, follame y hazme gemir como lo haces con Erica- me dijo casi gritando
Cuando Erica dejó de hacer lo que estaba haciendo para reírse de la situación, caí en cuenta, Brenda deseaba mi polla de verdad
Como me indicó, moví las caderas adelante y atrás, cada vez más rápido, penetrando y sacando mi polla de mi hija hasta que el sonido de mis muslos chocando con los suyos llenó la casa, mis bolas golpeaban con fuerza con cada embestida y me di cuenta de que estaba tocando fondo. Se sentía tan bien con mi polla.
- ¡Sí, eso es! - gritó - ¡Más fuerte! -
La risa de Erica se apagó rápidamente al verme follar a mi hija cada vez más fuerte, meciéndola y haciendo que sus enormes tetas se balancearan
-Dios mío, qué bien. ¡Fóllatela, bien papi! Enséñale lo que se ha estado perdiendo- dijo Erica
Metí las manos en las caderas de Brenda, atrayéndola con fuerza hacia el borde de la encimera, mientras la penetraba con todas mis fuerzas. Me di cuenta de que los gemidos y gritos de Brenda seguramente se habrían oído fácilmente fuera de la casa, pero en ese momento no me importaba. Estaba viviendo mi sueño y follándome a mi hija como un loco
Brenda me agarró la cintura con las manos y me animó a quela penetrara bien. Jadeó y gimió al acercarse el orgasmo - ¡Ya está, córrete en mi coño! ¡Dámelo, papi! - gemía
Sentí un cosquilleo en los muslos y supe que no aguantaría mucho más, el contacto de mi cuerpo contra el suyo vibrando por todo mi cuerpo. No podía contenerme. Me di cuenta de que era mejor así, dado el poco tiempo que teníamos, pero también quería asegurarme de que Brenda viniera para que la prometida “próxima vez” se cumpliera.
-Oh, Dios, me corro- gimió finalmente Brenda, gimiendo y retorciéndose debajo de mí. Su coño se aferró con fuerza a mi miembro mientras se corría, intentando retenerme dentro de ella.
Aliviado de haberla hecho correrse, presioné con todo mi peso, embistiéndola tan profundamente como pude, alojando mi polla carnosa por completo dentro de su cuerpo. El mundo se desvaneció para mí mientras el semen subía por mi miembro y se hundía profundamente en su coño. La descarga fue increíble y la dejé fluir, derramándola hasta la última gota dentro de ella
-Dame ese semen- gimió Brenda en la distancia.
Me aferré a sus caderas con fuerza, sin dejar que Brenda se soltara, mientras me vaciaba en mi hermana hasta quedar completamente exhausta. Jadeé, sintiéndome repentinamente muy débil. Sentí el sudor perlando mi espalda sin darme cuenta hasta ese momento.
Los únicos sonidos en la habitación por un breve momento fueron nuestra respiración hasta que fue interrumpida por el sonido de una puerta de un auto cerrándose de golpe. Erica fue la primera en actuar. Se agachó en el suelo, recogió su ropa y corrió hacia su habitación. En cinco segundos, desapareció, al sacar mi verga de mi hija pude ver lo bien cubierto que estaba de sus fluidos y de mi propio semen.
Brenda se lo levantó mientras oíamos la voz de Susana hablando y a punto de entrar a casa.
- ¿Dónde está mi sujetador? - susurro Brenda. Lo recuperé rápidamente del suelo y se lo entregué, se lo puso rápidamente, lo amarró. Luego miró a su alrededor, levantó las bragas del suelo y se las subió por las piernas. Murmuró:
-Tu semen ya está goteando por mis muslos- susurró -Losiento, fue lo único que pude pensar en decir- me miró y sonrió. Se acercó, medio un beso rápido
-Tranquilo- me dijo antes de salir al patio trasero y lanzarse a la piscina para disimular
Yo tomé mi ropa y entre al baño, cerré la puerta, creyéndome a salvo. Me senté en el inodoro porque había empezado a temblar. Todo lo que acababa de ocurrir me había dejado sin fuerzas. Tuve que sentarme.
Continuará….
El final de esta historia esta cerca por lo que cualquier idea, comentario, apoyo será bienvenido, dejen sus puntos
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