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Un potro

Camila ; esta vez me partieron bien el culo.

Por fin un potrillo que me destrozo el ano
Hola, soy Camila nuevamente contando mis aventuras amorosas. Cuando narré como desvirgué un potrillo nuevo en la finca de mi abuelo, fue un suceso de hace unos 4 años atrás.

Después de eso, pasaron como seis meses que pude gozar plenamente de este semental, luego las obligaciones laborales me llevaron a separarme nuevamente. En la empresa donde trabajo me consideran material dispuesto para los proyectos que impliquen viajes, al ser soltera y sin hijos esas responsabilidades me las dan a mí. Aparte económicamente me conviene porque son proyectos importantes. Esto sí que dificulta mi vida sexual, que para mí gusto la quiero más activa.
Lo cierto es que nuevamente teníamos un semental joven en lo de mi abuelo, cuando lo fui a visitar me enamoré de ese hermosos ejemplar, con un porte fenomenal, pero pasaron como 3 meses hasta que recién tuve la oportunidad de mirarle su verga, y realmente era gigante. Pero se me puso en la cabeza que la debería probar, por eso, me puse a ver unos videos que encontré en internet de dildos de caballos que era muy grandes y mujeres que por lo visto eran como yo, de buena elasticidad anal, lograban metérselos, así que debía comprar uno para ir practicando. Logré dar con una tienda online de estos productos en Brasil, mirando las características me compro lo más grande que tenían, además otro con forma de verga de perros que eyaculan.
En cuanto los recibí, esa misma noche los probé y me encantaron. Sabía que debía prepararme bien para el encuentro de este nuevo semental, más que nada porque a mí no me gusta tomarles la verga y metérmela con la mano con hacen la mayoría. A mí me vuelve loca sentir el dominio del macho, sentir sus estocadas con violencia buscando partirme al medio. Y esta verga realmente sería un desafío.
Me demoré como tres semanas más en ir a cumplir este desafío. Mientras tanto seguía practicando con mis juguetes siempre después de descargar a mis machos perrunos. Y el día llegó. Me quedé totalmente sola en el establo con mis sementales ya inquietos esperando descargarse con su hembra. Dejé mi juguete junto al semental nuevo, y empecé a pasar de estación en estación, descargando a cada uno de los animales, intercalando mis agujeros que se vaciaban al caminar y volvían a llenarse de leche con cada caballo. Ya había pasado por los 3 ponys y el burro que se encargó de sacarme un hermoso orgasmo con su gruesa verga en mi concha. Ya con mis piernas temblorosas hice que el joven semental llamado rayo, a quien ya había desvirgado anteriormente y me sacudía como los dioses, me insertara su bello rabo en mi culo profundizando lo más posible. Sus estocadas me abrieron bien las tripas, y aprovechando el momento cuando se bajó, me introduje mi juguete en el trasero para mantenerlo bien dilatado.
En 4 patas, con el rabo de goma incrustado en mi trasero, me fui dirigiendo al nuevo semental. Su verga ya estaba tiesa y él muy nervioso. Para ayudarme mejor lo dejé sujeto a la puerta y me acomodé debajo de él. Dejé caer el consolador y ayudé a guiar su inmensa verga a mi culo. Sus estocadas violentas me hicieron arder el culo a pesar de estar tan lubricado con la leche de los otros. En cada embestida entraba un pedazo importante de su carne en mi interior mientras que yo lo único que podía hacer era sostenerme de sus patas delanteras. Su verga me elevaba haciendo que apenas toque con la punta de mis pies el suelo, sus chorros de leche inundaban mi interior haciendo que a presión saliera su leche de adentro. Cuando su verga aflojó y salió, mis piernas se desvanecieron y caí al suelo. Me quedé ahí por un rato intentado recuperarme, mientras los perros me lamían el ano aliviando el ardor que sentía, incluso en mi interior.
Quise pararme, pero no podía, mis piernas no respondían aún. Así que en 4 patas intentaba llegar al baño, pero en eso uno de los perros me tomó de nuevo y me la insertó por el culo de nuevo, intentaba zafarme, pero no tenía fuerzas, me ardía un montón el trasero. Pero al ir tirando su leche el dolor se fue calmando así que me quedé quieta dejándolo actuar. De tan lastimada que quedé la desabotonada dolió, pero su semen que salía por mi culo ayudaba a calmar. Como al sentir que el semen me ayudaba, Como pude me levanté y me dirigí hacia los cerdos, donde teníamos uno de padrillo, con un tamaño importante. simplemente puse la protección y me acomodé dejando que este macho me monte orientando su pija a mi culo. Ya su vida se dedicaba a esto así que simplemente lo hizo sin necesidad de nada extra. Y fue un alivio sentir su leche en mi culo, y cuando se bajó solo atiné a recostarme en el pasto a descansar.
Dormí ahí como 2 horas, y al despertarme me pude incorporar ya no tan dolorida; por lo que directamente me puse la ropa y volví a casa para recién ahí higienizarme bien y controlar como quedó mi culo. Después de tantos años, apareció la pija que me partió verdaderamente el culo, dejándolo bien lleno y exhausto. Pasaron 3 días para volver a sentir mi trasero en buen estado y comenzaba a pensar en el próximo encuentro.
Una semana después estaba ya en el establo, con mis caballos locos por su hembra. Esta vez no traje el consolador, pero sí un gel lubricante, algo que no acostumbro usar. Y me lo puse del inicio, empezando la vuelta con los ponys, el burro, el potrillo, y antes de que este monstruo de verga entrara en mí volví a bañarme bien el trasero dilatado con el lubricante. Esto hizo que la primera estocada metiera casi la mitad de su rabo dentro de mí dejándome sin aliento. Él seguía embistiendo y yo gritaba de placer cuando sentía los chorros de leche salir de mi interior. Nuevamente caí con mis piernas sin responder, pero me arrastre hasta los fardos de pasto para que los perros se encarguen de limpiarme, aparte de una rica cogida por la concha que me termino de producir un delicioso orgasmo. y aproveche de hacerle una buena mamada de verga a mis perritos que los tenía abandonados con esto. Una vez incorporada me pude marchar con una leve molestia y mi culo listo para cualquier otra batalla.

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