“Vencida y destrozada por el (ex) suegro”.
Había sido mí primer acabada y a los 20 minutos, y el intenso orgasmo, encendió mis alertas, podrá este viejo vencerme?
Deje que todo pasara y me dedique a disfrutar de la situación.
Me dijo, hora de desnudarte y chuparte la concha.
Nunca, pero nunca me chuparon tan bien la concha. Magistral.
Si lengua recorría mí clítoris, lo mordía suavemente, entraba y salía, la recorría de punta a punta, más fuerte a veces, otras suaves, con ritmo por momentos, cómo si descansará y disfrutará por otros, resultado, el segundo y tercer orgasmo no tardaron en llegar, mientras mis piernas rodeaban su cabeza, mis manos agarraban su pelo y presionaba su cabeza contra la concha, mí cola se levantaba de las sábanas, y los temblores empezaban desde la columna, a la altura del cuello y bajaban hasta los pies… haciéndome gritar, gemir, jadear y mojar toda su boca y la cama, adónde me había llevado.
A esta altura y conociendo la reacción de mí cuerpo a este hermoso hombre, si por pérdida la apuesta en cantidad de orgasmos, solo tenía que aguantar más de cuatro horas y salvaría mí culo…
Sin darme cuenta, me entregué a qué me chupara todo lo que quisiera, porque lo hacía maravillosamente bien. Sentía mí clítoris sensible e inflamado de tanta presión de su lengua, y ahora se sumaban sus dedos, dos, el mayor y el índice, que entraban y salían, junto con su lengua, el placer era total, mí cabeza ya no podía generar pensamientos claros y solo quería gozar.
Sus dedos tocaban mí útero, su lengua había generado otro orgasmo, mis piernas temblaban, y una sensación rara se apoderaba de mí… sentía como ganas de orinar…
Habían pasado 45 min de una chupada frenetica de concha y el cuarto orgasmo de hacía presente, cada vez más intensos, cada vez más gritados. Estaba física y emocionalmente entregada a este hombre.
Sus dedos hacían maravillas en mí interior, si boca no paraba de darme placer, yo no paraba de pedir más, decir basta, de putear, de temblar de gozar…
De repente, la sensación de pis aumentó, mí cuerpo empezó a temblar, desde la punta del cuello,extendiéndose hasta los brazos y las piernas… los dedos de los pies se abrieron, el jadeo fue más intenso, los gritos más fuertes, pedí y rogué por más, me retorci, me estremecí, los dedos fueron más rápido, la lengua más intensa, y todo en mí cuerpo explotó, acabé, chorros salían de mí concha, y mí cuerpo, al que no podía manejar, no paraba de temblar, estamos de placer que generaron un grito largo y agudo que terminó de repente, cuando por unos segundos sentí perder el conocimiento….
Tremendo, sexto orgasmo en total y eran las 23.30 hs.
Había sido mí primer acabada y a los 20 minutos, y el intenso orgasmo, encendió mis alertas, podrá este viejo vencerme?
Deje que todo pasara y me dedique a disfrutar de la situación.
Me dijo, hora de desnudarte y chuparte la concha.
Nunca, pero nunca me chuparon tan bien la concha. Magistral.
Si lengua recorría mí clítoris, lo mordía suavemente, entraba y salía, la recorría de punta a punta, más fuerte a veces, otras suaves, con ritmo por momentos, cómo si descansará y disfrutará por otros, resultado, el segundo y tercer orgasmo no tardaron en llegar, mientras mis piernas rodeaban su cabeza, mis manos agarraban su pelo y presionaba su cabeza contra la concha, mí cola se levantaba de las sábanas, y los temblores empezaban desde la columna, a la altura del cuello y bajaban hasta los pies… haciéndome gritar, gemir, jadear y mojar toda su boca y la cama, adónde me había llevado.
A esta altura y conociendo la reacción de mí cuerpo a este hermoso hombre, si por pérdida la apuesta en cantidad de orgasmos, solo tenía que aguantar más de cuatro horas y salvaría mí culo…
Sin darme cuenta, me entregué a qué me chupara todo lo que quisiera, porque lo hacía maravillosamente bien. Sentía mí clítoris sensible e inflamado de tanta presión de su lengua, y ahora se sumaban sus dedos, dos, el mayor y el índice, que entraban y salían, junto con su lengua, el placer era total, mí cabeza ya no podía generar pensamientos claros y solo quería gozar.
Sus dedos tocaban mí útero, su lengua había generado otro orgasmo, mis piernas temblaban, y una sensación rara se apoderaba de mí… sentía como ganas de orinar…
Habían pasado 45 min de una chupada frenetica de concha y el cuarto orgasmo de hacía presente, cada vez más intensos, cada vez más gritados. Estaba física y emocionalmente entregada a este hombre.
Sus dedos hacían maravillas en mí interior, si boca no paraba de darme placer, yo no paraba de pedir más, decir basta, de putear, de temblar de gozar…
De repente, la sensación de pis aumentó, mí cuerpo empezó a temblar, desde la punta del cuello,extendiéndose hasta los brazos y las piernas… los dedos de los pies se abrieron, el jadeo fue más intenso, los gritos más fuertes, pedí y rogué por más, me retorci, me estremecí, los dedos fueron más rápido, la lengua más intensa, y todo en mí cuerpo explotó, acabé, chorros salían de mí concha, y mí cuerpo, al que no podía manejar, no paraba de temblar, estamos de placer que generaron un grito largo y agudo que terminó de repente, cuando por unos segundos sentí perder el conocimiento….
Tremendo, sexto orgasmo en total y eran las 23.30 hs.
0 comentarios - Historias del maestro, hoy “La historia de Candela II