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Me pagaron una deuda, con una mujer 2

No entendía que había hecho, mi parte racional nofuncionaba.  Había cedido ante lalujuria, la calentura y la ira contenida. Había cambiado plata por una mujer.Todo esto pensaba mientras conducía rumbo a ni casa, atrás mío venia Ana, miesclava por un mes, conducía la camioneta que me habían entregado en parte depago. Tomará la decisión que tomará a partir de ahora debía ser bien planificada,y con la cabeza, no con el corazón,  nila entrepierna.  De camino llame a unconocido de los bajos mundos de la ciudad, aunque no me gustaba vincularme con ellos me debían un favor.  Yo sabía que Juan Carlos me debía a mí y albanco la hipoteca de la casa, pero ahí me enteré que también le debía a gentemuy pesada, de esa a la que no te conviene hacer enojar. Esta gente estaba  metida en apuestas, prestamos y habíanempezado a vender marihuana, ahí relacione y me di cuenta de quienes eran losclientes de mi amigo.


Llegamos a casa, guardamos las camionetas. Mi casa es máspequeña que la de Juan Carlos,  esta enuna urbanización nueva, con muchos espacios verdes, y las propiedades tienenmucho jardín frontal y patio trasero, 120 metros cuadrados contando la cocheradoble. Deje a Ana en la cocina, preparando un café, le mostré donde podíaencontrar todo. Y me fui a mi oficina, no muy grande pero ahí tenía las cosasimportantes, sin ventanas y con puerta de seguridad,  detrás de una biblioteca tenía escondida unacaja fuerte de pequeñas dimensiones, guarde todos los papeles que había traído, retire la pistola Glock 17qué había en mi maletín, y la puse en el cajón de mi escritorio, este erareforzado, de Seguridad y se abría con mi huella digital. Descargue en micomputadora toda la filmación producida por una pequeña cámara que llevaba,esta simulada ser un botón de mi sobretodo. Cuando fui a lo de mi amigo intentever todas las posibilidades, no creía que me fuera a matar, pero por las deudastome precauciones, pero por si las dudas y surgía algo fui preparado.


Al llegar a la cocina Ana estaba de pie, esperándome con lasdos  tasas de café, la hice sentar y lepedí su celular,  le di una revisada porencima,  no tenía redes sociales,  sus correos eran de impuestos opublicidad,  Juan Carlos le había puestoa nombre de ella dos departamentos, que eran de los padres de él, y ledepositaban el alquiler a ella, para no ser embargado. El WhatsApp era unatristeza, 5 contactos de parientes, primos y tíos, con los que se escribíapoco, y otros tres o cuatro más,  pero notenía amigos,  solo a Juan Carlos, vi losmensajes de este último,  copié todo y melo envié.


Ella estaba callada, miraba su taza que ya iba por la mitad.Estaba un poco nerviosa y era lógico, estaba en un lugar extraño,  conuna persona que apenas conocía y a su entera disposición.


Esteban: que te dicho Juan Carlos sobre esto
Ana: que debía obedecer siempre
Esteban: a ver probemos con otra cosa- yo lo quería eraconocer todo con mayor profundidad- como terminaste de esclava de Juan Carlos,quiero saber tu historia.
Ana: bueno yo- la notaba confundida, no sabía muy bien quehacer.
Esteban: de dónde eres?
Ana: soy de un pueblo, muy muy chiquito del norte de SantaFe- se relajo un poco, y hasta pareció agradarle el hablar de sus orígenes-viví casi toda mi vida ahí,  hasta los 21años que me vine a vivir a la capital con Juan Carlos
Esteban: tus padres viven ahí todavía?
Ana: No- sus ojos se llenaron de tristeza- ellos murieron,ambos en un accidente de tránsito junto con mi hermano pequeño, Juan Carlos esmi única familia directa.
Esteban: Cuéntame como era tu vida en el pueblo
Ana: yo no vivía en el pueblo,  más bien en las afueras, era una granja, lazona es muy bonita, con varios arroyos y un gran río cerca- otra vez su cara sele iluminó- vivíamos los cuatro juntos, mis padres y yo y mi pequeño hermano. Cerca vivían unos tíos, con mis tres primas, tenía que cruzar un grancampo de trigo para llegar a su casa, no se que más decirte- ella ya estaba relajada
Esteban: y cuando apareció Juan Carlos en tu vida?
Ana: el era conocido de papá,  a veces hacían negocios juntos, nosotros no éramosgrandes productores,  sino más bienchicos, y siempre estábamos a merced de los intermediarios, Juan Carlos aparecióen el pueblo como comprador de trigo de una empresa de la capital. Fue un parde veces a la casa,  le adelanto dinero apapá para pagar préstamos, ese año hubo una inundación y perdimos todo, y no lepudo pagar.  Papá trabajaba extra enotros campos, manejando una cosechadora para poder cubrir las deudas. Habíadías que se le hacían interminables, un día llego extenuado de tanto trabajar yme hermano presentaba fiebre altísima, y fueron al hospital del pueblo, y ahípaso la tragedia.  Cuando fue el accidente,  Juan Carlos se quedó con el campo, y se hizocargo de mí, y me trajo a la capital. El campo lo vendió al poco tiempo,  para recuperar el dinero, así que le firmetodos los documentos que él necesitaba para vender la propiedad.  Y yo me termine convirtiendo en su mujer, elme ayudo mucho en todo, fue quien me saco del pozo- Estaba empezando a ver queclase de serpiente era mi amigo.
Esteban: Y no tenias vida social allá, novio, amigos,parientes?
Ana: Novios tuve dos antes que Juan Carlos. Y amigos tenialos de la escuela, y mis únicos parientes eran el primo de mi papá, que eranuestro vecino, el tenía tres hijas que eran mis amigas, mis mejores amigas, yono me podía quedar con él, en ese momento ellos estaban más pobres quenosotros. A parte me había empezado a mirar raro desde hacia un tiempo, por esomi madre me había dicho que no me quedara sola con el tío.
Esteban: Entonces no eras virgen cuando te conoció JuanCarlos?
Ana: No, ya había tenido relaciones con mis dos novios, noera una experta y era bastante mojigata- una extraña risa cruzo por su cara.
Esteban: algo más, no me mientas, que es esa sonrisa picara?
Ana: nada una tontera- ella estaba hablando, ya mucho másrelajada, como si fuéramos amigos- Una de mis primas, Maite que tiene mi edad –volvió a sonreír tontamente- tuvimos algo, nada importante, pero tuvimos sexoun par de veces, más que nada por que estábamos aburridas.
Esteban: Y como es el sexo con Juan Carlos-
Ana: Bueno- Dijo con desgana, le hice seña con la mano paraque continuara- a mi me gusta mucho el sexo es algo de lo que yo disfruto.Aunque no allá estado con muchos hombres, es lo único que se hacer bien.
Esteban: no me respondiste exactamente lo que te pregunte,pero es interesante, o sea que has disfrutado con los cuatro hombres que hasestado, si las cuentas no me fallan yo seria el cuarto.
Ana: no, he estado con cinco hombres, Miguel a sido elcuarto, tu eres el quinto.
Esteban: Miguel? El empleado de Juan Carlos, el que parecegay?
Ana: Bueno si es gay, pero- note algo raro, que no me queríadecir.
Esteban: Ana mírame- levanto la mirada, mis voz es fuerte yprofunda, muchos de decían que daba miedo o intimidaba a la gente- eres mi esclavapor todo un mes, y me debes obedecer como tu amo, o Juan Carlos te ha dichoalgo.
Ana: No, él no me ha dicho nada, en realidad todo ha sidomuy repentino, él no pensaba entregarme a ti, creía que tu ibas aceptar sunegocio, siempre me hablo de que llegado el caso en un momento de urgencia meusaría para pagar su deuda con otros sujetos, unos que me dan mucho miedo y memiran con unos ojos , no sé su mirada es muy fea, parece que me quisieran hacerdaño- se la notaba muy nerviosa y hasta con miedo-  él no me habla de muchas cosas me mantiene almargen de todo, solamente le cuenta todo a Miguel, es su otro esclavo.
Esteban: Juan Carlos es Gay?
Ana: no, creo que seria bisexual lo más cercano- dijo conuna pequeña sonrisa- tenemos sexo entre los tres aunque últimamente- hizo unapequeña pausa y la anime a seguir con la mano- le esta gustando mucho queMiguel le bese el culo y le meta los dedos mientras se la chupo, es la únicaforma que puede tener algo parecido a una erección.
Esteban: No se le para?
Ana: El medico dice que el uso excesivo de la marihuana,mesclada con sus otros vicios hizo que aumente la posibilidad de disfuncióneréctil, a veces se no se le para, y otras se le para pero se cae- hizo la señacon su dedo de erecto y caído, lo que me provoco una sonrisa y a ella también-hace cerca de un año de esto, y de ese momento incluyo a Miguel en nuestracama. Así que tenemos sexo de a tres, aunque la mayoría de la veces me penetraMiguel, que no le gusta mucho por que es muy maricón, pero la pasamos bien.
Esteban: Cuando te penetre note que eras muy estrecha.
Ana: Ah, eso, veras como te lo digo, Juan Carlos y Miguel notienen tu tamaño- Esto me sorprendió porque yo tenia un tamaño bastantepromedio, es más al ser un poco grande y corpulento me la veía chica encomparación de mi cuerpo, ronda más o menos en los 16x7- o sea ellos son máschicos, sumado a que no he recibo tantas penetraciones en el ultimo tiempo,Juan Carlos esta obsesionado con Miguel, le gusta hacerle daño y a este leencanta eso.
Esteban: Como sería el daño?
Ana: Una vez Juan Carlos me hizo ir a la verdulería y comprarel pepino más grande que encontrara, era grande debía tener como 30 cm y delgrosor de mi muñeca, en la noche lo penetro con ese pepino y mucho aceite debebe, mientras yo se la mamaba a él y masturbaba a Miguel que gritaba de dolor,pero después de un rato acabo muy fuertemente. Juan Carlos retiro el pepino ycon su miembro que tenía una erección a medias lo penetro, él me exigió quesiguiera masturbando a Miguel y al él le metiera dos dedos en su ano, un par deminutos después ambos acabaron, aunque yo me quede a medias y me tuve queaguantar, por que llevamos a Miguel al Hospital para que le remendaran el culo-lo termino diciendo con una sonrisa de lado.


Ya era de noche y habíamos estado hablando más de dos horas.Le mostré la casa, su habitación, aunque le dije que dormiría conmigo, le di laotra habitación para que pudiera poner sus pocas cosas, solo había traído unamochila con una muda de ropa, me pidió ducharse cosa que hizo.


Yo mientras tanto pensaba en todo. En ella, realmente meparecía una pobre desafortunada, que había visto en Juan Carlos a su salvador,con muy bajo autoestima, la veía como un pollito mojado, una mujer que le dabamucha importancia al sexo, y últimamente estaba muy insatisfecha. Y la otra esque estaba totalmente sometida a su amo, ella era una sumisa, pero tambiénestaba con él por comodidad. También vi miedo cuando me hablo de los hombresmalos a los que debía su amo, y un toque de molestia o desagrado con Miguel. Otracosa que note es que Juan Carlos la tenia alejada de los excesos, la sacabapoco de su casa, la tenía aislada del mundo y de sus problemas.


En cuanto a Juan Carlos vi que era peor de lo que pensaba,sabía que era una víbora, pero esto me confirmaba que no podía confiarme conél. Estaba desesperado y tomando una mala decisión tras otra, este tipo deembaucadores es capaz de cualquier cosa.


En cuanto a mi, yo no sabía ser un amo. Si por mis extrañascircunstancias era un hombre directo y poco demostrativo. Pero de ahí a ser unamo, había mucha distancia. Tendría que ver que hacia, yo quería quedarme conAna, algo planearía para ello.


Un poco más tarde llego la pizza que había pedido, mientrascharlamos todo ese rato, la conversación era ligera, pero amena. Le comuniqueque trabajaría para mí en ese mes, que yo le enseñaría, ella asintió. Terminadoprepare un par de tragos, vodka con jugo de naranja, ella me dijo que no estabaacostumbrada a tomar, pero acepto igual, conversamos un poco más en el living ysin darse cuenta se había tomado tres vasos, la idea no era emborracharla, másbien que se relajara y se desinhibiera.


Ya en el cuarto se la noto un poco afectada por la bebida.Pero no llegaba estar borracha perdida. La acerque a mi tomándola de lacintura, cuando estaban nuestros cuerpos pegados la tome del cuello, noviolentamente, con mi pulgar acariciaba su mejilla y la hacia levantar lacabeza para que me mirara, mientras mi otra mano seguía acariciando su cintura,veía sus hermosos ojos, su pelo castaño claro, no me contuve más, no tuve queagacharme mucho ya que es bastante alta, me posicione cerca de su boca, y di unlargo lengüetazo en sus labios, tan hermosos y tentadores, para continuar conun beso posesivo, quería comérmela en ese beso. Mientras mi mano había bajadode la cintura y había hecho prisionera a una de sus nalgas apretándola, despuésde un par de minutos de estar comiéndonos la boca, por que si, ella tambiéncolaboraba y mucho, se notaba como una hembra necesitada. Tire de las tiras desu vestido y este cayo al piso. Tenia un conjunto de ropa interior bastantesencillo.


Esteban: termina de desvestirte.


Le dije mientras yo hacia lo mismo. Nos volvimos a comer laboca apasionadamente, nos separamos buscando aire. La levante como una pluma yla lleve a la cama, ella era alta, pero delgada, con unos pechos medianos muytentadores y un culito chiquito pero respingón que me volvía loco. Ya la camale pedí que se subiera arriba mío para hacer un 69, ella se quedo mirándome,como no entendiendo, se lo tuve que repetir y lo hizo en el acto. Sentí sobremi, su cálido cuerpo, como se estiraba, como con sus delicadas manos tomaba mipene, y su boca lo engullía poco a poco, llego un poco más allá de la mitad,pero empezó un trabajo muy bueno de meter y sacar, y muy placentero sobre todo.


Yo como soy grande, tenia a cada costado mío, sus piernasbien abiertas, mostrándome un paisaje de lo más bello que un hombre puede ver,una rosada vulva húmeda, un poco más arriba el asterisco de su ano, todo esto acentímetros de mi cara.  Empecé adegustar tal manjar con lengüetazos que iban desde su monte de Venus yterminaban en su ano, al primero ella ahogo un gemido en mi pene, pero serepuso y siguió con su tarea comiéndomelo. Seguí con mi cometido un par deveces más, para centrarme exclusivamente en sus labios, Ana intentabaconcentrarse, pero su calentura estaba en un punto alto, entonces me concentreen su clítoris, jugando con mi lengua en él. Para ese momento ella no pudoseguir con la mamada, apoyo su cabeza en mi ingle y siguió estimulando mi penecon la mano. Ya era hora, tome por asalto su clítoris chupándolo, su vagina eraun manantial, no se contuvo y como pudo me pidió permiso para acabar, porsupuesto que se lo di, tuvo un orgasmo esplendido, aunque me mojo toda la cara,fue realmente fuerte y me clavo sus uñas en los muslos, su vagina se contraía yescupía flujo a centímetros de mi cara, mientras yo pasaba la lengua por todala zona para prolongar el orgasmo.


Ana: perdón amo, perdóneme yo no pude contenerme- fue loprimero que me dijo ni bien se repuso un poco.
Esteban: A cuatro patas puta, que te voy castigar.


Ella obedeció en el acto, que hermosa vista. Sin perder eltiempo le di un golpe con mi mano a cada una de esas hermosuras de nalgas, nise quejo. Acto seguido me acerque a su ano y empecé a comerlo, dándole muchalengua y saliva, estuve ahí un rato. Su vagina no paraba de largar flujo. Mepuse tras ella, mi pene estaba a explotar, durísimo y con todas las venasmarcadas, parecía el palo de un policía anti disturbios dispuestos a partiralgo, y yo sabía que era. Penetre su vagina de una estocada, estaba muylubricada pero era muy estrecha, fue muy placentero, a ella se le escapo ungemido. Recogí parte del flujo que salía cada vez que la penetraba y lo llevabaa su ano, y con mi dedo pulgar empecé una penetración de él, y aunque parecíaque no podía largar más flujo su vagina se volvió un volcán, que chorreaba lavacaliente, aproveche y metí dos dedos en su ano, y la cosa estaba muy calienteentre nosotros.


Esteban: Pásame el bote de crea del cajón de la mesita deluz.


Me acerco un bote de crema lubricante, ella supo para queera, vi un poco de miedo en su cara mirándome el pene como estaba. Le hiceseñas y se volvió a poner en cuatro, me lubrique muy bien el miembro, y tambiénlos dedos, tome dos dedos y se los metí en el ano, y otros dos en la vagina,mientras mi otra mano masajeaba su clítoris. Un par de minutos después estabatan caliente como antes de interrumpir todo. Yo ya no podía más, me puse enposición tras ella y apunte mi pene, hice fuerza y entro apenas, hice másfuerza y entro la cabeza, realmente estaba muy estrecho aquello, baje mi mano yempecé a estimular su clítoris, mientras de a poco iba entrando más carne enaquel estrecho agujero. Un par de nalgadas y aflojo un poco su ano y entrotoda, estaba tensa todavía así que espere que se relajara, estimulaba suspechos, clítoris, me agache y bese su cuello y orejas. Entonces se relajo.


Esteban: Ahora vas a ver lo que es un macho de verdad.


Primero empecé un mete saca suave, para que dilatara bien,mientras vertía lubricante en su ano. Yo ya no aguantaba más, así que empecécon una penetración más profunda y dura. Mientras pellizcaba con una mano suteta y con la otra su nalga, ella no paraba de gemir, y cuando sentía un calorinsoportable en mi espalda que se trasladaba a mis huevo, ella comenzó con unlargo gemido y su ano a apretarme fuertemente el pene, yo no aguante más yregué sus tripas con mi semen. Había sido muy intenso todo, ambos caímos a lacama, casi fulminados y yo pensé esta hembra tiene que ser mía. 

3 comentarios - Me pagaron una deuda, con una mujer 2

ekissa228
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Mklf +1
Me encantó, espero lo continúes
Gabriel_Pelli +1
Que buen relato! Estoy ansioso por el próximo! Termine re duro!