You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Historia Corta: Entre miradas y silencio

Historia Corta: Entre miradas y silencio

Estábamos en la fila del supermercado, mis hijas hablando bajito a mi lado, distraídas. Yo solo esperaba que avanzara rápido.
Ese día llevaba un pantalón vaquero ajustado y una blusa suelta, cómoda y sencilla... o eso creía.

Sentí una mirada intensa que me recorrió de arriba abajo. Un calor profundo subió por mi cuello, despertando algo que hacía tiempo dormía. Fingí revisar el teléfono, pero no pude evitar sentir su atención fija en mí.

Su voz bajó como un susurro al oído del silencio que nos rodeaba:
—No puedo dejar de mirarte.

Me volteé, sorprendida y excitada, con el corazón acelerado:
—¿De verdad? —respondí con una sonrisa que escondía secretos.
—Sí, hay algo en vos que me atrae, que me invita a descubrir cada rincón de tu ser.
—Tal vez tengas que atreverte a dejarte encontrar —dije con complicidad.
—Estoy dispuesto a hacerlo —murmuró, rozando mi mano con un tacto prometedor.

Después de hacer la fila, me ayudó a descargar las cosas del carro de compras. Entre roces casuales y miradas furtivas, la excitación crecía silenciosa, como un fuego que empezaba a arder.
Entendí que me sentía vulnerable, y esa sensación me gustó.
Sabía que era un juego prohibido, un deseo infiel, pero mis hijas ni siquiera se percataron de lo ocurrido.
Cada contacto, aunque breve, despertaba en mí sensaciones que hacía tiempo no sentía, una mezcla de sorpresa y deseo contenida.

Antes de despedirnos, le agradecí con una sonrisa y, sin pensarlo mucho, le di mi número de celular.
Al irse, me dijo al oído:
—Me llamo Pablo, un gusto, Mariela.

Un escalofrío me recorrió. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Cómo me conocía?
Le dije que podríamos charlar para ver a dónde nos llevaba todo lo vivido en ese supermercado, dejando la puerta abierta a lo inesperado y al deseo.

Volví a casa con la piel todavía vibrando, con una sonrisa que hablaba de secretos y promesas.
Porque a veces, basta una mirada para recordar quién soy: una mujer viva, deseada, llena de pasión.
Y quién sabe qué caminos prohibidos podrá abrir esa chispa encendida en silencio
FIN

0 comentarios - Historia Corta: Entre miradas y silencio