Con mi pareja ya habíamos probado varios cines porno. Siempre tríos o gangbangs heteros. Pero ese martes queríamos algo distinto. Nos mandamos al cine IDEAL, sabiendo que era más bien gay y que a las parejas no las dejaban entrar. Pero entramos igual.
Cinco salas. Dos abajo, porno gay. Tres arriba, hetero. Y el darkroom... un verdadero laberinto con camillas, sombras y olor a sexo por todos lados. Lo recorrimos entero, tocándonos, calentándonos con la idea de que alguien se acercara.
Pero lo fuerte vino después. Volvimos a una de las salas gay de abajo. Oscura, con la pantalla iluminando apenas los cuerpos. Nos besábamos, nos tocábamos, ella ya estaba húmeda, y yo duro desde que entramos. De pronto, un flaco se nos para al lado. Dominante. No dijo una palabra. Solo sacó la pija y la dejó ahí, a la vista.
Mi pareja lo miró, me miró a mí, y bajó sin decir nada. Se la metió en la boca. Yo no podía creerlo. Era la primera vez que la veía así, tan entregada con otro. Yo la acariciaba mientras chupaba, y en un momento me agaché también. Le besé la lengua mientras la tenía en la boca, y terminé chupándosela junto con ella.
Los dos, rodilla con rodilla, turnándonos, lamiendo esa pija ajena como si fuera nuestra. El tipo nos agarraba del pelo, gemía bajo. Y acabó fuerte. Nos acabó en la cara mientras nos dábamos un beso profundo. Su leche chorreaba por nuestras bocas abiertas, por nuestras mejillas. Yo se la lamí de los labios a ella y ella hizo lo mismo conmigo.

Nos quedamos ahí un rato, respirando agitados, las caras pegajosas, las miradas encendidas. No dijimos nada. No hizo falta.
Esa fue la primera vez que compartimos una pija… pero no fue la última.
Cinco salas. Dos abajo, porno gay. Tres arriba, hetero. Y el darkroom... un verdadero laberinto con camillas, sombras y olor a sexo por todos lados. Lo recorrimos entero, tocándonos, calentándonos con la idea de que alguien se acercara.
Pero lo fuerte vino después. Volvimos a una de las salas gay de abajo. Oscura, con la pantalla iluminando apenas los cuerpos. Nos besábamos, nos tocábamos, ella ya estaba húmeda, y yo duro desde que entramos. De pronto, un flaco se nos para al lado. Dominante. No dijo una palabra. Solo sacó la pija y la dejó ahí, a la vista.
Mi pareja lo miró, me miró a mí, y bajó sin decir nada. Se la metió en la boca. Yo no podía creerlo. Era la primera vez que la veía así, tan entregada con otro. Yo la acariciaba mientras chupaba, y en un momento me agaché también. Le besé la lengua mientras la tenía en la boca, y terminé chupándosela junto con ella.
Los dos, rodilla con rodilla, turnándonos, lamiendo esa pija ajena como si fuera nuestra. El tipo nos agarraba del pelo, gemía bajo. Y acabó fuerte. Nos acabó en la cara mientras nos dábamos un beso profundo. Su leche chorreaba por nuestras bocas abiertas, por nuestras mejillas. Yo se la lamí de los labios a ella y ella hizo lo mismo conmigo.

Nos quedamos ahí un rato, respirando agitados, las caras pegajosas, las miradas encendidas. No dijimos nada. No hizo falta.
Esa fue la primera vez que compartimos una pija… pero no fue la última.
8 comentarios - Primera vez compartiendo una pija
Besos y que tengas suerte 😘😘