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Encontré el plug de mi hija

Era una tarde como cualquier otra. El sol filtraba su luz tenue a través de las cortinas mientras doblaba la ropa de Renata, mi hija adolescente. Sus jeans, sus camisetas holgadas, esa bufanda que siempre usaba en invierno... Todo estaba en su lugar, hasta que mis dedos rozaron algo frío y suave en el fondo del cajón.  

Lo saqué sin entender al principio. Un plug anal, pequeño pero evidentemente usado. El olor, ese aroma salado y dulzón, me golpeó de inmediato. No debería haberlo hecho, pero algo dentro de mí se encendió. Sin pensarlo, me lo llevé a los labios y, antes de darme cuenta, ya lo estaba chupando, saboreando el rastro de mi propia hija.  

El corazón me latía fuerte. Cerré la puerta de su habitación con el pie y caminé hasta el baño, todavía con el plug en la boca, la lengua jugueteando alrededor de la base. Mis manos temblaban mientras me desabrochaba los jeans, empujándolos junto con las bragas hasta los tobillos. No me las quité del todo, no tenía tiempo.  

Me arrodillé en el suelo frío, en cuatro patas, con el plug aún entre mis labios, la saliva corriendo por mi mentón. Con la mano libre, me deslicé entre mis piernas, introduciendo tres dedos en mi vagina, que ya estaba palpitando de necesidad. Los moví rápido, sintiendo cómo me empapaba, el sonido húmedo llenando el baño.  

No fue suficiente. Agarré el consolador violeta que guardaba en el cajón y, me lo metí. Un gemido ahogado escapó de mi garganta, amortiguado por el plug que seguía chupando como si fuera un caramelo. Con la otra mano, me concentré en mi clítoris, frotándolo con dos dedos en círculos rápidos, precisos.  

La primera vez que acabé, fue casi violento. Un espasmo que me hizo arquear la espalda, las piernas temblando. Pero no paré. Seguí masturbándome con el consolador, más rápido ahora, los músculos del vientre contrayéndose. La segunda vez fue más dulce, más profunda, un orgasmo que me dejó jadeando, pegada al suelo, el plug todavía en mi boca, empapado de saliva.  

Después, todo fue mecánico. Limpié el consolador, me vestí, me lavé la cara. Y el plug... lo devolví al cajón de Renata, exactamente donde lo había encontrado.  

Nada había pasado.  

Nada tenía que cambiar.

8 comentarios - Encontré el plug de mi hija

lmasse74
Muy bueno el relato de la hermosa paja que te hiciste
kpo79
excelente realto si fue real mi vida y si no no fue terrible imaginacion me encanto cuando quieras sacalo de vuelta y probamos como te queda ese juguetito mi vida✍💦💦💦💦💦
Analomano
Si estaba ahí , era para usarlo 🔥🔥