Post anterior
Post siguiente
Compendio II
Todo empezó porque este invierno ha estado súper helado.
De esos fríos que te congelan hasta los huesos.
😰
Mi mejor amigo está obsesionado con mi pecho (de veras, no me quita los ojos de encima XD), pero mis piernas y mi trasero lo vuelven loco.
Lo único malo es que, con este tiempo, las faldas no me sirven.
Y lo que es peor es que no puedo ponerme pantys ni para salvar mi vida.
😕
Así que empecé a usar pantalones…
Y sip… me di cuenta.
😏

Mi mejor amigo piensa que no me fijo.
XD
Trata de hacerla piola, haciendo como que mira por la ventana o que está mirando su teléfono.
Pero casi siempre lo pillo mirándome el trasero.
XD
TODAS LAS VECES.
Y me encanta.
😂
O sea, cuando recién nos conocimos, yo tenía mis ojitos verdes de gata y un trasero decente, pero era completamente plana de pecho.
☹
Por eso no se fijaba en mí como mujer o me trataba como hermana chica.
Pero ahora me encuentra linda entera y le gusta mucho mi trasero.
🤤
Aunque eso sí, tienen que entender que todavía me pone nerviosa que otros hombres me miren.
Hasta me da un poco de miedo.
😕
Pero ¿Mi marido?
Él es diferente, lindo y respetuoso.
😍
Todavía me pide permiso para besarme.
Me pregunta si puede abrazarme.
Hasta me escribe cartas en vez de decirme las cosas directamente.
😂
Pero bueno, cuando lo pillé mirándome el trasero porque me puse unos jeans apretados, me puse a molestarlo.
“¿Pasa algo?” le pregunté, meneando mi cintura a propósito mientras tomábamos desayuno.
XD
¡Mi mejor amigo se ahogó tomando té!
“No, pero esos pantalones… te destacan bastante bien las ricas curvas de tu trasero.” Me respondió hipnotizado.
Pero ahí, se echó a perder todo.
😠
“¡Papito, no puedes decir eso! ¡Es ofensivo!” dijo mi chiquitita coquetona.
0_0
¡Me dejó helada!
“¿Disculpa?”
😡
“¿Por qué te disculpas con ella?” le reclamé a mi marido, para después retar a mi hija.

“Esto no es problema tuyo.” Me enojé con mi chiquitita.
“¡Sí es!” Me respondió la muy atrevida. “¡Papá está siendo sexista! ¡Te está faltando el respeto!”
😡 😡
¡Sentía mi Kii sobre 9000!
Tenía que respirar.
😑
“¡Cálmate, Marisol! ¡Cuenta hasta 10! ¡Es tu hija!” me dije a mí misma.
Porque la entiendo.
De verdad que la entiendo.
Es otra cultura.
Y los tiempos no son los mismos.
Las mujeres están empoderadas.
Yo misma se los enseño a mis alumnas en la academia.
Pero sentí que mi hija me robó mi halago.
😕
Y la entiendo.
De verdad que entiendo lo que trató de hacer.
Pero estamos hablando de mi mejor amigo, que todavía le cuesta decir halagos.
Y entonces, mi pequeña señorita salió a nuestro socorro.
0.0
“¡Deja a papá tranquilo!” nos defendió su hermana.
“¿Estás loca? ¡Papá dijo palabras malas!”
“¡No, no fue así! ¡No entendiste lo que nos enseñaron en la escuela!” le paró los carros nuestra señorita pequeña.
😳
Y les prometo, se puso igual de seria como se pone su papá, cuando va a explicar cosas.
“¡Mira! Está mal si papá le dice eso a cualquier mujer. Pero mamá es nuestra mamá. Papá quiere a mamá.” Le explicó fuerte y claro a su hermana, pero mi chiquitita coquetona seguía porfiada.
😠
“¡Papá le está diciendo que la encuentra bonita! ¡Y a mamá le gusta! Porque ella se ve bonita. Se ve bonita para papá.” Le explicó entusiasmada.
“Pero está mal…” porfió mi cría, todavía confundida.
“Bueno, yo no le voy a decir a nadie.” Le respondió con una sonrisa picarona.
Mi pequeña señorita.
Mi niñita con Asperger.
😭
“Es como un secreto, ¿Entiendes?” Enganchó a su hermana. “Si tú no le cuentas a nadie, yo no lo diré tampoco y mucho menos Alicia. ¿Te parece que hagamos eso?”
“Uhm… ok.” Le dijo mi chiquitita coquetona, todavía insegura. “Pero papi, por favor asegúrate que no le dirás eso a nadie más aparte de mamá.”
“No te preocupes.” Le respondió mi marido. “Te prometo que solo me fijaré en el cuerpo de tu mamá.”
Y me dio una de esas miradas que me pone toda colorada.

😊
Pero a la tarde, las niñas se fueron a dormir.
Jacinto estaba tranquilo y nosotros estábamos en el living, acurrucados en el sillón bajo una frazada.
La tele estaba encendida, pero no estábamos viendo nada en particular.
Estábamos ahí, juntitos, abrazados.

😕
Pero se sentía distinto esa noche.
Como si no quisiera soltarme.
Y yo sabía por qué…
😏
Descansé mi cabeza en su pecho de superhéroe, su corazón latiendo fuerte y confiable, como él siempre ha sido conmigo.
“¡Discúlpame por lo que pasó antes!”
Lo miré con ternura.
😍
Se veía tan bonito, esquivando mi mirada.
Me hacía cariñito como cuando siempre lo hace cuando anda nervioso, que me encanta mucho porque me siento como gatita.
😆
“Fuiste la primera mujer que de verdad me gustó.” Me dijo. “La primera que toqué, besé, abracé… y eres linda. Y cuando pololeábamos, quería tocarte. Tenías un trasero tan gordo y carnoso que quería sentirlo. Pero tampoco, quería forzarte a algo que no quisieras. Tenía miedo. No quería que me odiaras ni me tuvieras miedo. Por lo que me aguanté. Incluso, hasta ahora.”
0.0
Me dejó sin palabras.
Lo amo.
Es mi mejor amigo.
Pero, aunque nunca le dije que los amigos de mi papá nos manoseaban a mí y a mi hermana, yo sí quería que él me manoseara.
T.T
Lo amo tanto porque me respete tanto.
“No es tu culpa, mi amor.” Le dije yo.
Con vergüenza, le conté lo que los amigos de mi papá me hacían. Cómo yo los pateaba, pisoteaba, mordía y los odiaba porque no me hacían caso. Y cómo después con mi hermana, empezamos a encerrarnos.
A veces, me da pena pensar que a mi mamá le hacían lo mismo, pero considerando que estaba infeliz casada con mi papá, a lo mejor le gustaba más eso.
😕
“Pero tú me trataste distinto.” Le dije, con penita en la garganta. “Tú estabas en la universidad. Eras inteligente y súper lindo. Y nunca me miraste como lo hacían ellos. Aunque yo me muriera de las ganas.”
Nos reímos un poquito, recordando esos tiempos.
😂
“De verdad, yo le puse todo mi empeño para llamar tu atención.” Le dije, haciéndome como que estaba molesta. “Pero tú eras muy porfiado y me veías como tu amiga que le gusta el animé.”
Me besó tan suavecito.
😘
“Tú eres mi amiga que le gusta el animé.” Me dijo, mirándome con esos ojos tan lindos que me derriten entera.
Pero tenía que decirle lo que sentía en mi corazón.
😍
“Fuiste lindo conmigo. Siempre preguntabas cómo estaba. Me escuchabas cuando te hablaba de mi mamá, del colegio y de mis fantasías locas. Nunca me forzaste a nada. Me tuviste… paciencia.”
Y me puse a llorar, porque lo amo mucho.
😭
“Yo creo que por eso me enamoré más de ti. No porque fueras mayor, guapísimo o súper inteligente. Pero porque fuiste el primer hombre que me hizo sentir que no estaba en peligro.”
Y me acarició la barbilla, tan romántico.
😍
“Todavía me preocupo de que te sientas así.” Me dijo, abrazándome igual que siempre.
Y nos empezamos a besar otra vez, subiendo la temperatura.
😂
Me tiré encima de él, aplastándolo con mis pechos, pero por primera vez, sus manos enganchadas en mi trasero.

“¿Te gusta tanto mi trasero?” le molesté.
“¡Me vuelve loco! ¡Te ves tan rica!”
😍
Me prendió al siguiente nivel.
“Es que Marisol, de verdad, cuando trabajaba en la mina y tú estudiabas, me ponía nervioso pensando que alguien más te miraba.”
🤤
Si les soy sincera, estaba mojadísima. Amo un montón a mi marido, aunque estemos casados por diez años y tengamos cuatro hijos. Pero el sexo con él es sorprendente. No es solo que tenga una cosa enorme, pero también es un pervertido y un explorador de mi cuerpo que me hace venir como si fuera una fuente.
Así que cuando me dijo eso, no esperé y lo besé súper rico, dejándole sentir mi lengua jugar con la suya, mientras le movía su mano a mi conchita. Sus deditos encontraron mis calzoncitos y soltó un gemido al notar lo mojada que estaba.
😫
Estaba en el cielo. Sus dedos son riquísimos: gruesos y largos también, aunque no tan largos ni gruesos como su pene, pero los mueve a un ritmo que me hace babear.

Así y todo, su otra mano me apretaba el trasero.
Lo que más me da risa es que mis pechos estaban ahí, delante de él, derramándose sobre su pecho de superhéroe, pero él ni siquiera los inflaba mientras me iba besando.
😘
La cosa se estaba poniendo caliente súper rápido.
Desabrochó mi pantalón, mis calzoncitos blanco de lana siendo estirados por su maravillosa mano y sus dedos y mi colita estaba siendo arrasada deliciosamente, agarrándome las nalgas como si no hubiera mañana.
😵 😲
Y cuando me metió el dedo en mi colita, supe que estaba perdida.
Me perdonarán mis hijas, pero mami es una putita anal por el pene enorme y gordo de papi.
🤤
Mi marido me miró a los ojos pidiéndome permiso mientras me metía y sacaba el dedo de mi colita. Gemí en su boca, dándole permiso.
Se tomó su tiempo, molestándome hasta que me sacudía y suplicaba por más.
Su pulgar me hacía círculos encima de mi botón, haciendo mis ojitos palpitar en una sinfonía de sensaciones, mi calentura mojándome más y más todavía.
😱
Sin decirme ni jota, me pidió que le entregara mi colita y le obedecí, guiada por el placer que me estaba dando.
Cuando sentí su tibia lengua en mi ojete, me puse tensa.
XO
O sea, lo amo mucho y mantengo limpio mi cuerpo para él.
Pero todavía me da nervios cuando me lame mi ojete, aunque me encante mucho.
😕
Es como si amara incluso mi parte más sucia y todavía me sigue amando.
😖😲
Pero mi marido es un genio en eso.
Lamió mi ojetito tan rico que me sentía derretir en el sillón.
Su lengua era tan tibia, mojada y me acariciaba tan suave que me estremecía todo el cuerpo.
Y cuando metió el segundo dedo, tuve que morderme los labios para no gritar.
😵
O sea, para nuestras niñas, somos padres amorosos. Pero el hecho está que tienen tantos hermanos porque no podemos evitar tocarnos nuestras partes por mucho rato.
XD
La lengua de mi marido hacía magia en mi colita, lamiendo el borde y a ratos, metiéndose adentro. Podía sentir cómo sonreía sobre mi piel, disfrutando cada una de mis sacudidas y jadeos.
Él sabe que me encanta, aunque me hago la tímida.
😊
Me eché para atrás, agarrándole del pelo y tirando su cara más a mis cachetes.
La sensación de su barbita sobre mi piel era electrificante.
Sus manitas me sujetaban fuerte de la cintura mientras se daba un banquete conmigo, su lengua pasándome una lamida de campeonato cada vez.
No podía creer cómo yo podía disfrutar ser comida de esta forma, especialmente por mi esposo, de toda la gente.
😩😫
Pero entonces, la pieza principal hizo su aparición: su cosa enorme e hinchada.
0.0
De verdad que no puedo creer lo disciplinado que él es.
O sea, es enorme, asombrosa, palpitante… así y todo, se las arregla para mantenerla bajo control.
😮
Sabía lo que se venía.
La quemazón. El estiramiento.
¡Me encantaba!
😍
Es que hacer el amor con él es riquísimo.
¿Pero el sexo anal con él?
¡Es el cielo!
😈
Mi mejor amigo me vio con un brillo en los ojos y yo sabía que me iba a dar lo que deseaba.
Sacó sus dedos de mi colita y me sentí vacía por unos momentos.
Pero no pasó nada de tiempo para que la presión de su enorme cabezota me rellenara la entrada.
😩
De verdad que me dejó sin palabras.
O sea, traté de no gemir por las niñas, más que todo.
Pero es enorme. La quemazón. El estiramiento.
😫

Me da justito en el punto entre el dolor y el placer.
Se tomó su tiempo, empujando centímetro a centímetro hasta que la metió entera en mi colita.
😩 😖
Me sentía tan llena, tan completa, que nada más en el mundo me importaba en esos momentos que estar con él.
El sillón gemía abajo nuestro, la tranquila banda sonora de nuestra pasión.
😩 😲
¿Me creerían que estaba chorreando de húmeda?
😕
Es complicado ser una puta y una mamá cariñosa, pero en mi defensa, culpo al pene enorme y grueso de mi esposo.
Por supuesto, Dios lo bendiga, no dejó mi conchita desatendida.
😫 😖
Estaba súper caliente.
Su cosa se sentía incluso más gorda y larga.
Y su ritmo casi me hacía desmayar.
Me sorprendía mucho que él tuviera un enorme tren entre sus piernas, mi colita apenas siguiéndole el ritmo como túnel para encajar.
😩😫
Pero aunque me dolía, me sentía en el cielo.
Estaba en éxtasis, mi cuerpo temblando con cada metida.

Él no se aguantaba para nada, bombeándome como si quisiera darme hasta lo más profundo de mi alma.
Y lo único que podía hacer era gemir y quejarme, mis ojitos palpitando cerrados concentrándome en las increíbles sensaciones.
😱
“¡No gimas, Marisol! ¡No dejes que las niñas nos descubran! ¡No despiertes a nuestro bebé!” me dije a mí misma mientras me mordía los labios.
Pero fue un esfuerzo tremendo.
Mi mejor amigo me empujaba como si nada, mis brazos apenas aguantando su enorme fuerza.
😫 😖
Me sentí puta. Sucia. Increíble.
Y con el hombre que yo amo.
Mi mejor amigo que no puede evitar manosearme los pechos.
Y lo que más me prendía en esos momentos: que ni siquiera les había prestado atención.
😧
Pero parece que me leyó la mente y me apretó una pechuga rebotante, haciéndome gemir desesperada.
XO
Me estaba toqueteando entera: mi colita, mi conchita mis pechugas.
¡Me sentía increíble!
😵 😲
“¡Marisol, eres tan perfecta!” Me dijo al oído, su aliento tibiecito por atrás de mi cuello mientras me culeaba sin reposo.
Mi colita era un incendio. Me encantaba. Llegaba tan adentro
Me la estiraba como si él fuera su dueño, que lo es.
Después de todo, mi cuerpo es suyo y bueno… su cuerpo es mío también, sus hombros enormes y su pene gigante y grueso incluido.
😏
El sillón era mi trono, y mi esposo era mi rey, culeándome como un guerrero. Estaba gruñendo del esfuerzo, sus músculos enormes tensándose mientras me llevaba hasta el límite.
Podía sentir cómo su pene se hinchaba incluso más y supe que también le faltaba poco.
😩😫
“¡Me voy a venir en tu colita!” Me contó como un secreto, su voz gruesa y súper sensual.
Sus palabras me estremecían como loca, haciéndome mojarme todavía más.
“¡Estás tan apretadita!”
😖😲
Me eché más para atrás, urgiéndole que la metiera a todo, mi cuerpo entero hormigueando porque se corriera.
“¡Córrete adentro, por favor! ¡Muéstrame cuánto me quieres!” le supliqué con mi voz cargada de deseo.
💦 💦 💦 💦
Se vino un montón, rugiendo como león, su pene pulsando mientras me iba llenando con su juguito caliente.
La sensación de su leche ardiente llenándome me volvió loca y me doblé enterita, mi orgasmo tomándome como un rayo.
😵 😵
Nos quedamos ahí un ratito, nuestros cuerpos pegados, jadeando y temblando.
Me besó el cuellito, su respiración calmándose, mientras yo disfrutaba la sensación de su semen escapando de mi colita.
😍
Le limpié el pene con mi boquita.
Para variar, se enojó, pero me rehusé a echarme para atrás, porque él fue el primero que me lamió mi ano.
🤤
Su pene es delicioso…
Pero sí, soy una mamá y él es un papá y tenemos hijos, así que teníamos que ordenar el living y sacar el olor a sexo.
😕
Y cuando me subía los pantalones, me di cuenta de que me miraba el trasero de nuevo…
😂
“Oye… ¿Es posible que lo hagamos de nuevo en el dormitorio?” me preguntó ganoso.
“Mi amor, las niñas están durmiendo.” Le respondí despacito, tratando de verme seria.
Pero su sonrisa en la cara me dijo que no tenía intención de desistir.
😏
De cualquier manera, sabía que, a la mañana siguiente, terminaría caminando raro.

😉
Post siguiente
0 comentarios - Pantalones apretados