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La mejor amiga de mi novia

He estado con mi novia, Maca, durante 2 años. Ella tiene 20 y yo 26. Ambos compartimos ese estilo "gótico" o "metalero". Tenemos muchas cosas en común, y también muchas cosas diferentes. Yo siempre he tenido facilidad para hacer amigos. Lugar que voy, ya sea fiesta, juntada, o en mi trabajo, siempre encuentro alguien con quien hablar. No es el mismo caso de Maca, ella siempre le ha sido difícil tener amigos. Es tímida, y además, las pocas experiencias de amistad que tuvo, les salió mal.


Actualmente, yo vivo solo en un departamento, en el centro de la ciudad. Maca aún vive con su madre, y aunque le he insistido para que se mude conmigo, ella no quiere, ya que le da pena dejar sola a su madre.

Este año, ella entró a estudiar a una universidad. Esto benefició su círculo social, pues encontró gente con las cuales compartía cosas en común. Ella lo vió como una oportunidad de finalmente hacer amigos, y así fue. Conoció a Marti, con la cual compartía estilo "gótico". Fue una conexión de amistad instantánea y genuina. En tan solo un par de semanas, ambas se volvieron mejores amigas. Mi novia me hablaba todo el tiempo de Marti, muy emocionada y entusiasmada. Yo estaba feliz, pues al fin mi novia pudo encontrar esa amistad genuina que siempre anheló.

A mediados de mayo, organicé una juntada en mi departmento para mi novia, y sus nuevos amigos. Llegaron todos, yo era el mayor ahí. Lo que me llamo la atención fue Marti, la nueva mejor amiga de mi novia. Marti, 18 años, pequeña (1.46 aprox), flaca pero con buenas tetas, aunque lo que más destacaba era su culo bajo esa mini falda de cuadros. Su outfit era el de una puta gótica; corset negro muy apretado, falda a cuadros roja/negra con un short de legging abajo, botas altas, panties de malla, choker, cabello negro y largo. Su piel era muy pálida, sus ojos café claro.

La noche pasó, todos reímos, tomamos, fumamos, bromeamos. Yo estuve casi siempre al lado de mi novia, pero no podía evitar desvíar la mirada hacia Marti. De vez en cuando, ella me miraba de vuelta, como si escarbara dentro de mis ojos. La noche terminó, solo quedó mi novia. Me la chupó y cogimos. Pero mientras le destrozaba el útero, no podía sacarme de la cabeza a Marti. Su carita tierna, su outfit, me encantaba. Yo ya sabía lo que quería, pero no sabía cuánto tiempo podría aguantarme.

Seguimos juntándonos todos en grupo, y hace poco organizamos una fiesta para mi novia. Todos pusimos dinero para alquilar una casa rural, con patio amplio. 

En el apogeo de la fiesta, estábamos todos ebrios, y todos en el patio delantero de la casa, que era bastante amplio al ser una casa rural. Yo estaba algo desorientado, y decidí entrar a la casa para ir por un poco de agua. Me serví agua, y a los pocos momentos, llega Marti, igual de ebria que yo. Ambos solo nos miramos y comenzamos a reír como estúpidos por un momento. Comenzamos a hablar de la vida en general, cosas triviales. Pero la conversación tomó un tono más íntimo cuando Marti me confesó que solo había estado con un hombre en su vida, y que la experiencia le había parecido muy aburrida. Yo, con la soltura y bravura que solo me daría el alcohol, le dije que conmigo sería mejor. Ella solo se rió, algo incómoda, diciéndome que se lo imaginaba, ya que mi novia le había contado como era yo en la cama. Ambos nos reíamos, y la tensión sexual era evidente. En un momento ella solo me tomó la mano. Me llevó a la bodega que quedaba en la parte trasera de la casa. Una vez ahí, sin decir ni una sola palabra, y sin un solo beso, ella se arrodilló frente a mi. Desabrochó mi cinturón con urgencia y me bajó el pantalón.

Mi pene erecto salió, y ella se rió mientras comenzaba a masturbarlo. Me miró hacia arriba y dijo: "Maca no exageraba".

Sus dedos, suaves, envolvieron mi pene, sus manos moviéndose con inexperencia, pero con esfuerzo. La miré hacia abajo, sus ojos café claro brillando. "Quiero que me enseñes," dijo en voz baja. "Quiero saber qué se siente estar con alguien que si sabe."

La tomé del cabello, tirando fuertemente para inclinarle la cabeza hacia atrás. "Entonces abre la puta boca," le ordené, mi voz firme y autoritaria. Marti obedeció, sus peuqeños labios rodeando mi pene. Comencé a mover mis caderas, follando su boca con movimientos lentos y profundos. Podía sentir su lengua explorando cada centímetro, sus labios apretándose alrededor de mi pene.

"Más profundo," gemí, empujando más adentro. Marti gimió, el sonido vibrando a lo largo de mi pene. Sus manos se movieron a mis muslos, agarrando con fuerza mientras yo la follaba la boca sin piedad.

De repente, la saqué de mi pene, tirando de ella para ponerla de pie. "Sacáte la ropa," ordené, mi voz llena de desesperación agresiva. Marti obedeció, quitándose la ropa con movimientos rápidos y torpes. Su cuerpo, pálido y delgado, quedó expuesto, sus pechos pequeños y firmes, sus pezones duros y rosados.

La empujé contra la pared de la bodega con fuerza, mis manos explorando su cuerpo con urgencia. Mis dedos encontraron su vagina, ya húmeda y lista. "Estás tan mojada, perra" le dije con mi voz rasgada, introduciendo dos dedos en su interior. Marti gimió, sus caderas moviéndose contra mi mano. "Por favor," suplicó, "quiero más."

La giré, presionando su pecho contra la pared. "Mantén las manos en la pared," ordené. Su culo, redondo y firme, quedó expuesto ante mí. Le di una nalgada fuerte, el sonido resonando en la bodega. Marti gritó, pero no de dolor, sino de placer.

Me posicioné detrás de ella, mi pene rozando su entrada. "¿Estás lista para mí?" pregunté en voz baja. "Sí," gimió, empujando hacia atrás, tratando de tomar mi pene en su interior. "Por favor, hazme tuya."

Con un movimiento rápido, entré en ella, llenándola completamente. Marti gritó, sus manos apretando la pared con fuerza. Comencé a moverme, mis caderas golpeando contra su culo con cada embestida. 

La follé con fuerza, mis manos agarrando sus caderas con agresividad. Marti empujaba hacia atrás, encontrándose con cada una de mis embestidas. "Más fuerte," gritó, su voz llena de desesperación. "Dame más."

Aumentandé la velocidad y la profundidad de mis embestidas. Podía sentir su vagina apretándose alrededor de mi pene, sus músculos internos convulsionando con cada movimiento. "Voy a correrme," gemí mientras agarraba sus caderas con fuerza.

"Dentro de mí," suplicó Marti, girando la cabeza para mirarme. "Quiero sentir tu leche dentro de mí."

Con un último empujón, me corrí, llenándola. Marti gritó, su propio orgasmo sacudiendo su cuerpo mientras se venía alrededor de mi pene.

Finalmente, me retiré, mi pene aún duro y brillante. Marti se giró, una sonrisa satisfecha en su rostro. "Gracias," susurró. "Nunca había sentido algo así."

Regresamos a la fiesta, nuestras ropas desordenadas y nuestros cuerpos cansados. Nadie notó nuestra ausencia, y nos mezclamos con el resto del grupo como si nada hubiera pasado. Pero yo sabía que algo había cambiado, que había cruzado una línea de la que no podría regresar. Y en ese momento, no me importaba. Solo quería más, siempre más.

1 comentarios - La mejor amiga de mi novia

gmail2011
Excelente relato dile que convesa a tu novia de hacer un trio,.sube fotos de ambas