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Un encuentro que se descontroló

Un encuentro que se descontroló


Me promocionaba como fotógrafo, y una chica me contactó para que le hiciera un book.

Charlamos por chat. Me tiró que quería hacerse unas fotos con ropa casual y de noche.

Elegí un lugar público e hicimos una sesión tranqui.

Ella era muy linda. Una chica fitness. Muy buenas piernas, hermosas tetas, una cola redonda dura, y una carita de nena que enamoraba.

Mirando las fotos, se entusiasmó, y me pidió si podíamos hacer algunas en bikini.

Así que fuimos a una playa. Llevó una malla enteriza, cola less, que le quedaba mortal.

Posó más sexy, mostrando sus virtudes.

Me pidió que le hiciera unas fotos más con una bikini que había llevado.

Accedí. Y me quedé embobado con la tanguita hilito que se puso.

Posó más gata esta vez. En cuatro, sacando cola, acostada boca abajo.

Elle elegía las poses.

Miró las fotos en el visor de la cámara y me dijo que le gustaban.

Me tiró ahí, que ella quería que le hiciera fotos más hot, para subirlas a una página de contenidos.
Por supuesto, le dije que sí.

Hicimos varias sesiones.

Primero fue en ropa interior, tangas normales.

Después quiso hacer topless, lencería erótica y finalmente desnuda.

Los primeros desnudos fueron cuidados.

Pero ella quería bien explícito.

Así que le di el gusto de hacer lo que ella propusiera.

Al principio elegíamos los dos qué fotos subiría.

Pero después ella lo hizo sola, y además, se sacó varias con su celular, en su casa, y las subió.

Muchas las hacía a pedido de sus suscriptores.

Y vino el momento en que se sacaba fotos usando plugs anales, dildos y ropa sado.

Me mostraba las fotos y me pedía consejos.

Tenía éxito en su perfil, y ganaba unos billetes.

Un día me pidió que le hiciera esas fotos zarpadas, y quería que también la acompañe, porque le había vendido un encuentro a un suscriptor, que le cayó bien.

La idea era hacer fotos, en las que no se viera la cara de él.

Ella le había vendido un encuentro en el que él le iba a chupar el ano. Supuestamente solo eso.

La cita iba a ser en un departamento que él tenía.
Ella le dijo que iba a ir conmigo, porque quería que hiciera fotos del encuentro.

Nos esperó con unos tragos, música de peli porno y un ambiente perfumado con una iluminación muy tenue.

Ella llevaba una mini, muy cortita, y una remerita ajustada.

Debajo una tanga hilito negra, que se la iba a regalar, como parte del trato.

El tipo era un maduro, alto. Pelo corto, marcado -se notaba que entrenaba-, muy perfumado. Entrador, muy seguro.

Me saludó a mí y le agarró la cintura a ella, y le metió un pico.

Nos sentamos, y nos tomamos algo mientras entrábamos en confianza.

Me preguntó si era el novio, o si había alguna relación entre nosotros.

Ella se apuró a comentar que yo era "su tío", y que también era su fotógrafo y asesor.
Me quedé callado para no meter la pata.

Repasaron de qué se trataba el encuentro.
Él resaltó que no quería que salga su cara, ni ningún dato suyo.

Entonces se paró, le tomó la mano a la nena y la invitó a ponerse de pie. La hizo dar una vuelta, y alabó su belleza.

Ella sonrió complaciente.

Empezó a bajarse el cierre de la pollerita, que estaba en la parte de atrás. Pero él le dijo que lo dejara hacerlo.

Así que la putita se dio vuelta, y parando la cola, lo dejó hacer.

Le bajó la pollerita muy despacio, para disfrutar plenamente de la vista de esas nalgas.

Su cara muy cerca del culo de la puta y yo tirando todas las fotos que podía.

Él me miró inquisitivo, pero le dije que le iba a aplicar algún filtro que tape su rostro.

Mi modelito se apoyó en el hombro de su cliente, y sacó los pies de la ínfima prenda.

Se quedó con el culo apretando el hilito de la tanga.

El loco metió el dedo por debajo del hilito a la altura de la cintura, y lo fue bajando muy despacio, sacándolo de entre las perfectas nalgas bronceadas.
Se podía ver el triangulito de menos de 5 cms. de lado, de la marca de la malla con la que tomó sol.

La terminó de sacar, la hizo un bollito entre sus manos y la olió cerrando los ojos, suspirando de gusto.

La putita lo miraba y sonreía tímida.

Se estaba dando cuenta de que llegaba el momento.

Tenía las mejillas coloradas, y se notaba su excitación.

El tipo estaba dispuesto a gozar de cada segundo.

Empezó acariciando y dándole nalgadas, no paraba de alabar ese orto descomunal.

Yo estaba en todo de acuerdo con él.

La acarició, la pellizcó, besó cada milímetro de esas nalgas perfectas.

En un momento, la mordió y tuve miedo de que dejara una cicatriz permanente en esa cola perfecta. Pero se contuvo. También él quería que esa piel siguiera perfecta!

Entonces la hizo ponerse en cuatro, arrodillada en el sillón.

Se agachó, y le volvió a besar las nalgas.

Le dió palmadas, primero suaves, y después más fuertes y sonoras. Ella las gozaba. Gemía con cada chirlo.

Yo, con la pija dura, no dejaba de tirar fotos.

La puta ya quería que le coman el orto!

Miraba a la cámara de vez en cuando, y se le notaba que estaba re excitada.

Se agachó más, poniendo su cara sobre el almohadón, parando la cola.

Con las dos manos se abrió las nalgas y le ofreció ese culo rosadito, depilado.

Le tiré una foto. Vi que lo tenía abierto, la puta!

Se nota que lo entregaba a todos!

Lo abría y lo cerraba, como dando besitos con el ano.

Se veía su recto rojo, rogando ser llenado.

El loco no pudo contenerse más!

Le metió la lengua hasta el tronco!

La puta lanzó un gemido de placer abriendo su boca.

Mientras le comía el orto, le dedeaba la conchita empapada. Masajeaba su clítoris que parecía un dedo.

Bajó y le metió la lengua en la vajina, que le chorreaba a la puta.

Otro gemido, más agudo.

La perra estaba gozando y ardía.

La tuvo así unos minutos. Nalgadas, lamidas, dedeadas.

En un momento, le metió el pulgar en el culo, y la nalgueó muy fuerte, muchas veces.

La puta movía el cuerpo, parándo la cola, dando grititos que pedían más.

Y no pudo más! La trola estaba incinerándose!

-Cogeme!, gritó. Rompeme el orto!

El loco hizo ademán de levantarse a buscar lubricante y un forro.

-Sin forro!, dijo la puta, en un ruego.

"Rompeme el orto así! YAAAAAAA!!!!"

El suertudo no se hizo rogar. Sacó la chota y se la mojó con un poco de su saliva, y la empomó.

Era una verga de unos 18cm. cabezona. Estaba circuncidado.

Fue despacio, metiendo la cabeza. Pero ella empujó con su culo, y se la tragó entera de una!

Dio un grito de placer. Como una adicta en abstinencia que recibe su dosis!

Empezó a moverse ella. A un ritmo alucinante!

Ese momento lo filmé.

Quería tener grabados sus gemidos, sus gritos, y el sonido de sus nalgas aplaudiendo la verga!

-Qué rico!, decía la puta. Pegame! Dame chirlos!

El loco obedecía cada pedido de la puta y me miraba con una sonrisa triunfal.

Se le dio cogerse el culo de la puta.

Se la cogió así, después boca arriba, agarrándole las tetas, ahorcándola a pedido de ella.

Después la hizo pararse contra la pared, y le dio duro por el orto.

Y cuando ya estaba por acabar, ella se dio vuelta, y se agachó a mamársela.

Se tragó la leche, que le chorreó con su baba, de su boca sobre sus tetas.

Fue una acabada intensa, que la puta saboreó hasta la última gota.

Después fueron a ducharse juntos.

Y pude escuchar que volvieron a coger en el baño.

Pero los dejé.

No todo es imagen y sonido...




3 comentarios - Un encuentro que se descontroló

ekissa5916
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