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El esposo de Pao la acompaña en su aventura (cuernos)

Esta es la historia de Paola de 32 años, casada con Enrico, juntos tiene una hija de 3 años y hace casi un año que ambos en busca de darle fuego a la relación empezaron a buscar condimentos…. primero fantasearon con otras parejas, luego con otro hombre para ella y así fue pasando el tiempo y nada se concretó.

Pero Pao, quién manejaba un perfil de Instagram que habían creado juntos siguió en contacto esporádico con algunas parejas y chicas por su lado, no lo ocultaba, pero como él no preguntaba ella no decía nada.

Un día Pao aburrida en el trabajo abrió el Instagram y vio una historia de una pareja que hacía mucho habían charlado, todo muy superficial, en la historia estaba ella con otra chica besándose muy apasionadamente mientras su esposo veía desde el sofá.

A Pao le hizo un clic ver esa imagen, y de pronto entendió todo, lo que ella deseaba no era incluir a un o una tercera a la pareja, ella quería ser la tercera en otra pareja… eso le pareció excitante, de hecho, no pudo contenerse y retomar la charla con esa pareja con un comentario a esa historia.

La respuesta de la pareja llegó al otro día, pero ella no pudo sacarse la imagen de la cabeza, de hecho, ese fue el motivador para masturbarse en la ducha esa noche.

Las charlas con la pareja continuaron, pegaron buena onda, la otra chica era muy bonita y con poca experiencia así q a Pao le voló la cabeza la idea de estar juntos.

En esas charlas de IG el hombre de esa pareja se mantenía al margen y dejaba que Pao y Lucía (la chica de la pareja) charlaran sin prejuicios, y así lo hicieron, hablaron de sus gustos, de como le gustaban las tetas, de lo rico que sería comerse los pezones a besos y otras cosas muy calientes que para Pao fue un descubrimiento mágico.

Pao se encontró en los días posteriores viendo fotos de chicas, y hasta viendo porno en el celular mientras iba a baño de la oficina, ya no podía concentrarse en su trabajo, solo pensaba en estar con esa chica mientas su esposo las miraba, quería ser el juguete de ellos.

Llegó el día que la calentura pudo más y llegó la invitación para verse, mañana venite a casa le dijeron, tomamos algo y vemos que onda, pero ahí Pao se dio cuenta que el riesgo de ir a una casa ajena en esas condiciones la asustaba así que no le quedó otra que hablar con Enrico y blanquera la situación.

Ella estaba tan caliente con la situación, habían sido tantas pajas pensando en eso que no dudó un segundo en plantearlo a su esposo.

Le pidió que solo la acompañara, que por favor le diera la seguridad que necesitaba para cumplir con ese deseo sexual que le había surgido, él sin muchas opciones posibles y con la promesa de ver a su esposa comiéndose toda a otra no puso peros.

El día llegó, Pao planteó a la pareja que su esposo la acompañaría por seguridad pero que no iba a participar, la pareja aceptó.

Llegaron, se conocieron, tomaron algo, pegaron buena onda todas las partes y en un momento cuando Lucía fue a la cocina a preparar otro trago para Pao, ella aprovechó y la acompañó.

Apenas pasaron a la cocina se miraron y Lu ni lerda ni perezosa le comió la boca a Pao con una intensidad que solo una tremenda mujer logra, a Pao fue como que le hayan inyectado excitación, no supo que le pasó pero era un fuego….

Lu le planteó que si quería que su esposo (Enrico) participara que estaba todo bien, que ellos tenían experiencia con parejas y que les copaba también, Pao dijo que esta vez no, que la quería a ella para comérsela sola y eso disparó el segundo beso.

El beso no vino solo, sino que Lu fue directo a meter mano en la cola de Pao por dentro del jeans y eso la encendió más aún. Pao para ser inexperta con chicas se desenvolvió muy bien, estaba super excitada y se lo hizo saber a Lu, ambas se aislaron del mundo exterior y no paraban de meterse mano mientras se besaban con locura.

Pao fue la primer en metre mano entre los pechos de su compañera de sexo, Lu tenía unas tetas muy bonitas, normales de tamaño, pero con unos pezones rozados que son un sueño, Pao no se pudo contener y empezó a disfrutarlos lamiéndolos como una loca.

A los pocos segundos ambas chicas pasaron por el living frente a sus esposos de la mano y con toda la ropa desalineada rumbo al dormitorio, el esposo de Lu ya con más cancha se paró en la puerta a ver esa escena, era tremendo el fuego que había entre ellas.

Pao fue la primera en bajar a comerle la concha a Lu y sin pensarlo o sin reparar en eso dejó expuesta su cola bien paradita hacia la puerta donde el esposo de Lu estaba parado, no se pudo contener y se acercó, con mucha cancha apenas empezó a acariciar a ambas mujeres, su esposa enseguida le dio participación y Pao estaba tan caliente que no pensaba, solo actuaba por calentura.

Nadie pensó en Enrico que había quedado en el living imaginando que las chicas estaban solas en el dormitorio y que el esposo de Lu había ido al baño y que volvería a esperar por las chicas, sin embargo el esposo de Lu ya se había sacado la ropa y su esposa le chupaba la pija mientras Pao se deleitaba con los jugos de su concha.

Cuando Pao levantó la cabeza, su cara estaba transformada de placer, tenía jugos mezclados con saliva por toda la cara, Lu le pasó sus dedos por la cara para retirar algo de todo ese líquido y la acercó para que juntas le chuparan la pija a su esposo.

Ambas estuvieron un buen rato chupando, besándose, tocándose, volviendo a chupar y ambas mujeres estaban que explotaban y Pao a punto de acabar, en ese momento que hasta la respiración se entrecorta el esposo de Lu aprovechó el momento, se puso detrás de Pao y empezó a chuparla toda, toda toda, cola, concha, toda, y obviamente logró su cometido.

¿Entre besos inundados de líquidos de todo tipo y color Lu le dice a Pao “queres que él te coja?” y obviamente que Pao con esas tetas enfrente y esos ojos azules ni pensó en decir que no, “obvio” respondió.

Así que a los pocos minutos Enrico en el living comenzó a sentir el chaca chaca de la pija que entraba en su esposa y unos gemidos que le resultaron familiares, se paró y se acercó a la puerta y lo que vio fue tremendo.

Su esposa en cuatro en la cama, aún con el pantalón en los tobillos comiéndole la concha a Lu como un cerdo que come dulces mientras el macho le enterraba tremenda pija que la hacía por momentos dejar de chupar para poder respirar y gemir, en resumen, era una tremenda puta bien cogida.

El viaje de regreso a casa fue un poco tenso entre Pao y Enrico, “yo pensé que venías a estar con ella solamente” le planteó un poco enojado, “yo también” le respondió Pao con una sonrisa pícara que no pudo evitar esbozar.

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