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7. El Chongo de mi Novia - La despedida

Y todavía faltaba la despedida… 

Antes de irse, Flor quiso que Guido se fuera con un recuerdo imborrable para coronar la experiencia. Con esa sonrisa de puta, se arrodilló frente a nosotros, completamente desnuda, con la piel aún brillante de sudor y las marcas de los chirlos bien visibles en el culo. 

Nos miró desde abajo, con esa mirada de petera, y agarró nuestras pijas, una en cada mano. Nos empezó a pajear con ritmo, con ganas, como solo ella sabe hacerlo. Le pongo el pulgar en la boca como tanto me calienta hacer y no hace mas que devorarlo y chuparlo mientras me mira a los ojos. Sabe muy bien que eso me prende fuego.

—Me encanta hacer pajas, me encantan estas dos pijas. —nos dijo con voz calentita.  Ya estábamos al palo de nuevo, no había tiempo que perder.

Y sin esperar más, se metió la de Guido en la boca. Le hizo un pete como si fuera su última misión del día. Lento, profundo, lleno de saliva. Se la tragó entera. Es un infierno ver como se traga ese pijón.

Después se pasó a la mía y lo mismo, no paró de llenarse la boca hasta el fondo mientras le seguía haciendo la paja a Guido.

Volvió a él, turnándose, baboseándonos, mirándonos a los dos con esa sonrisa provocadora que nos volvía locos. 

Yo no podía más de morbo. Verla así, tan puta, tan entregada, tan trola, me hacía temblar de calentura. 

-Te gusta amor como le chupo la pija? -Me dice totalmente desinhibida, sabe que me esta prendiendo fuego.

Guido la sujeta de la colita del pelo y le hace tragar pija dominándola, como tanto le gusta.

La escena es espectacular, siempre había querido verla tragándose otra pija, y ahí la tenia, adelante mío, arrodillada sin parar de tragar y hacer arcadas. Le estaba sacando lustre. No paraba de cabecearlo y tragarse la pija hasta la garganta.

Guido estaba al borde. Se lo notaba por la respiración, por la tensión en el cuerpo, porque la tenia hecha un fierro. Y Flor lo sabía y lo disfrutaba. Le hacia una paja rápida mientras le escupe la pija, tremenda zorra. Me miró a los ojos y me preguntó: 

—¿Querés ver cómo me trago la leche?- Me pregunta mas putita que nunca.

Sus palabras no paraban de prender fuego nuestras cabezas, era un infierno de calentura y morbo.

En unos gemidos que llenaron el departamento, él le acabó en la boca. Con fuerza, con ganas. Le explotó en la boca apretada de mi novia.

Flor se tragó toda esa leche caliente, espesa, y después me miró, abriendo la boca y sacando la lengua afuera, mostrando lo traga leche que es. Se relamió, se la dejó limpita, y sonrió. 

Esa fue su forma de decirle adiós, o quizas Hasta la próxima...

Guido se vistió en silencio, con esa cara de satisfacción plena. Sabía lo que acababa de hacer. Sabía cómo la había cogido. Y sabía lo que me regaló. 

Yo, mientras lo veía irse, no podía más que sentirme pleno. Acababa de cunmplir una de mis mas grandes fantasías guardada por años. Prendido fuego por dentro. Había compartido a mi mujer con un tipo que la cogió como una bestia, que la disfrutó sin filtro. Habia abierto una puerta y descubierto lo puta que podía ser mi novia. Y yo también la disfruté. Cada gemido. Cada pete. Cada mirada. Cada grito de "soy re puta". Cada embestida. Cada orgasmo.

Verla disfrutar así me llenó el alma y la pija. Ver cómo Guido gozaba de su boca, de su concha, de su cuerpo entero, fue por lejos el mejor porno que jamás vi en mi vida. 

Flor estaba perfecta. Agotada. Acabada. Mas pícara y atrevida que nunca.

Y lo mejor de todo… es que esto recién empieza. 


Y vos, ya tuviste el placer de ver como se cogen a tu novia?

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