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compartiendo a mi esposa

La noche transcurría como generalmente lo hacía con nuestros amigos, aunque ahora menos, al principio con una mesa llena de conversación risas y algún picoteo, me sorprendió ver que mi esposa no limitaba el alcohol como lo imagine, dada la ausencia esta noche de su amiga, sino más bien bebía como generalmente, lo cual me dio a entender que se encontraba en un ambiente de confianza más aun cuando Luis prendió uno de sus famosos porros y ella sin titubear lo comenzó a disfrutar al con nosotros incluso más.
Me llamo la atención de forma placentera ver que mi esposa como siempre atraída las más variadas miradas, esa noche vestía uno de mis vestidos favoritos para estas ocasiones una prenda negra que lograba cubrir su trasero pero más que eso, la parte de arriba consistía en un modelo tipo encaje que remarcaba el generoso busto que tanto me gustaba y aunque ella siempre mencionaba reconocerse como rellenita, la verdad es que eso solo lograba acentuar sus esplendidas curvas que la volvían, en esas prendas, una verdadero monumento de mujer.
Mas entrada la noche comenzó la fiesta con cantos y sorteos que animaron al extremo el ambiente, al punto que ya no quedo más remedio que liberar la música y todos comenzaron a bailar de forma alegre, las luces bajaron y tal como habíamos acordado Luis y mi esposa se unieron al lado de nuestra mesa para bailar los alegres ritmos de las canciones más efusivas mientras yo esperaba en nuestra mesa acompañado por mi vaso.
Desde allí vi a mi esposa alegre y como siempre sensual bailando de una forma como nunca la vi, lo cual me daba a entender lo mucho que se limitaba cuando bailaba conmigo para permitir que mi torpe compas la acompañase. Ahora con Luis que era un mucho mejor bailarín que yo, danzaba girando, disfrutando entre risas y conversaciones que yo no alcanzaba a escuchar.
Al rato se detuvieron para beber mi esposa se veía divertida y algo tomada, al igual que Luis, lo cual se acentuó en mi esposa cuando bebió de la copa que yo tenía en la mesa pues me había pedido un trago algo fuerte, de los que ella no acostumbraba tomar. Aun así entre risas y toqueteos juguetones típicos entre amigos de años, volvieron a levantarse para durante un rato continuar con su baile, hasta que por fin fue mi turno, pues sonó una canción más lenta, con ritmo, de aquellas latinas pero que permiten  bailar de cerca o a distancia con lo cual mi esposa me miro con una sonrisa y me extendió sus brazos invitándome para que baile junto a ella,  la abrace y pude notar por su respiración y su mirada que ya estaba borracha lo cual se me confirmo cuando me beso profunda y sensualmente, con esos besos que solo me da cuando ha perdido el pudor producto del alcohol,  lo cual me excito mucho, pero para mí frustración nuestro amigo bailaba solo con su copa en la mano a unos pasos de nosotros, a ratos solo, a ratos con otras parejas que reían con él y en ocasiones con nosotros, lo cual después de un par  de pasos paso a ser lo definitivo, quedándose con nosotros, y dado que mi esposa y yo estábamos pegados el cerro distancias, bailando a espaldas de ella pero muy cerca.
Así pues mientras yo bailaba de frente con ella él lo hacía desde atrás y aunque sus manos siempre estaban arriba con su vaso o en el aire, podía sentir que su cuerpo se acercaba a ella pues la presionaba contra mí, lo cual me parecía incomodo, aunque no era más contacto que él sus bailes anteriores pensé, pero aun así me incomodaba la idea de que nuestro amigo le estuviese apretando su Bulto contra el trasero de mi esposa, lo que me incomodaba aún más pues en cada apriete mi esposa me besaba y podía sentir en ella una energía especial, inesperado, entonces vino a mi mente el recuerdo de aquellos días de universidad en que tras nuestros típicos partidos de futbol nos cambiábamos en camarines en los cuales en alguna ocasión pude percibir que mi amigo poseía un prominente miembro, que en alguna ocasión fue incluso motivo de risas para el equipo y posteriormente para las risas de nuestro grupo de amigos, aunque tanto mi esposa como nuestra amiga solo reían irónicamente como no creyendo esas bromas.
Y aunque jamás había tenido ningún problema con mi esposa referente al tamaño de mi miembro, que es promedio, lo cierto es que en algunas ocasiones cuando me montaba haciendo el amor la sentía empujar con fuerza, como queriendo que llegase a lugares que no tenía oportunidad de alcanzar, por lo cual asumía, sin complejos,  que deseaba sentir las embestidas de un miembro más grande, algo que la llenara, incluso la llevase al límite entre el placer y el daño, idea que se me reforzo con pequeños gestos que tenía ocasionalmente, como en las compras de nuestros juguetes, de los cuales siempre prefería tamaños más notables y en ocasiones cuando los usábamos en nuestros juegos, ella intentaba disimular sin mucho éxito la preferencia que sentía por esos juguetes intentando acomodar los tiempos de su uso para llegar al clímax con esos objetos logrando fuertes orgasmos que yo notaba que buscaba retener, seguramente para no herir mis sentimientos, aunque en lo personal no me molestaba en lo más mínimo y hacia todo lo posible por liberarla y verla explotar así que yo le acompañaba con palabras en su oreja, mordiendo sus orejas, sus pezones, a veces acompañando a los juguetes con lamidas en su intimidad o a veces como ya comente entrando por detrás llenándola por ambos lados, lo que para ella no era lo favorito pero cuando lo lograba obtener eso le sacaba escandalosos orgasmos que la demolían.
Todo eso recorrió mi mente tan rápidamente que me lleno de incertidumbre y de una excitación que tenía mi miembro a reventar, y aunque deseaba seguir sintiéndola junto a mí me alivio el cambio de música de nuevo a algo más alegre que motivara el movimiento y las distancias, dado que había logrado ver que no era el único con una erección, Luis estaba igual y dada sus circunstancias era drásticamente evidente, entonces mi esposa con un grito de alegría se giró tomando de la mano a Luis y girando bajo su brazo para quedar de espaldas contra él y comenzar con el típico meneo de esas canciones, que si hace un rato me pareció que le restregaba su miembro contra su cuerpo ahora lo tenía claro y lo peor es que ahora era ella quien lo hacía al parecer había descubierto durante el baile el don de nuestro amigo y borracha como estaba se estaba dejando llevar y aunque solo fue por un momento me quede perplejo, con sensaciones extrañas que me intentaba explicar mientras volvía a la mesa y a mi vaso.
Ya había pasado un rato desde que tras nuestro baile habían vuelto rellenar sus vasos con tragos algo más fuerte que les acompañaron en sus peripecias que cada vez, producto del alcohol, pensé yo, los llevaba a bailar casi piel con piel apoyándose mutuamente adicionalmente hace rato habían aparecido canciones para nosotros dos, así que solo bailaba con Luis y aunque los movimientos eran fluidos y al son de melodías más tropicales no me pasaban inadvertidos esos momentos en que se pegaban uno al otro, en algunos momentos veía claramente  como ella de espadas a él echaba su cuello hacia atrás para escuchar cosas que él le decía mientras ponía su mano en su vientre, a momentos me parecía que su mano se deslizaba lentamente desde su vientre hacia el inicio de sus senos y que al retirarlas lo hacía deslizándola suavemente por el costado de su pecho derecho, como acariciándolo.
En esos momentos yo me levantaba y los miraba con una sonrisa fingida que mi esposa respondía  con un rostro alegre que acusaba su borrachera, en otros momentos veía como en medio del baile y con una destreza que yo no poseo Luis acercaba de frente a mi esposa hasta quedar casi cara con cara, en una ocasión vi que juntaron sus frentes y que algo le dijo Luis que le saco una risa que no se escuchó pero que por su cara fue estridente, más aún fue cuando en medio de las parejas y cuando fueron rodeados casi ocultándomelos me pareció ver que acercaban sus rostros en lo que podría haber sido un beso y aunque no lo creí me acerque a ellos, encontrándolos alegres en medio del baile.
En frente de ellos me pareció ridícula mi impresión y con vergüenza intente dar la mejor explicación que mi borrachera me permitió dar a mi repentina aparición indicándole a mi esposa que iría al baño, a lo que ella respondió con un beso impregnando de aliento de alcohol, un beso en el que recorrió mi lengua con la suya, acariciándola, cosa que solo hacia cuando estaba muy caliente, lo que me dejo perplejo.
Así que me encamine hacia el baño moje mi cara, allí estuve unos minutos entre la espera para entrar y el uso del mismo. al volver me sorprendí al ver que la música había cambiado, ahora tocaban una canción lenta, y más aún me sorprendí al ver a mi esposa pegada a Luis, pero nuevamente de espalda girando lentamente, meneando sus caderas con tal lentitud que aprecia que ella estaba intentando disfrutar de la evidente erección del miembro de nuestro amigo cuyo rostro enrojecido por la borrachera como el de ella estaba como extasiado, parecía casi al borde de un clímax ante esos sensuales movimientos. Entonces vi la mano de Luis en su vientre y su cara en su cuello susurrando cosas mientras ella echaba su cabeza para atrás para escucharlo, de pronto giraron lentamente y me quede viendo la espalda de Luis, pero logre notar como el brazo de el se deslizaba hasta la zona inferior y cuando estuvo allí vi el cuerpo de mi esposa casi derrumbarse contra él, al igual que lo hacía conmigo cuando bailábamos y tenía oportunidad de tocar su entrepierna.
Eso me sorprendió pero más me escandalizo la súbita energía que me recorrió, mi cuerpo más que rechazar esa situación se encendió con esa situación cosa que solo pude explicar por el alcohol y el porro que habíamos fumado hace un rato, me dirigí hasta ellos ahora uniéndome yo al baile, mi esposa al verme pareció sorprenderse, lo que me hizo pensar que todo este rato pensaba que bailaba conmigo, lo que me tranquilizo, pues Luis se veía muy borracho también y eso aminoraba, creía yo, la culpa de ambos, entonces ella me beso al tiempo que note que mantenía la mano de Luis tomada y lo empujaba contra ella quedando nuevamente apretada entre ambos con mis manos en su cintura que sentían los dedos de Luis que poyaba sus manos en el trasero de mi esposa mientras ella lo movía sugestivamente.
Allí bailamos los tres hasta altas horas de la madrugada, y aunque mi esposa me besaba cada vez con más frecuencia pude notar que sus manos tomaban confianza con nuestro amigo llevándoselas al vientre o al pecho disimuladamente en los momentos de baile, intentando ocultar con muy poca destreza, producto del alcohol seguramente su deseo de ser tocada por Luis, estaba realmente excitada y aunque a mí me bailaba notoriamente más eróticamente constantemente buscaba al ritmo de la canción de turno para mover sus manos en dirección a Luis para rosar su entrepierna o dejarse tocar su busto en algún giro o para darme  la espalda y al tiempo que apretaba su trasero contra mi miembro que estaba a reventar, se quedaba de frente a Luis y podía notar que su cara se acercaba a la de Luis.
No alcanzaba a ver qué ocurría pero no tenía dudas que le daba besos cortos y aunque pude haberlo detenido no lo hice pues cuando eso ocurría podía sentir como su trasero se apretaba más contra mí, como si lo empujase Luis lo que por la posición de mi esposa y por los profundos suspiros que mi esposa exhalaba en cada uno de esos momentos, suspiros que yo conocía bien y que me dio a entender que no era con su cuerpo que la empujaba, era evidente, más aún cuando note que la mano de mi esposa estaba hacia adelante tomando la de Luis como guiándola hasta su entrepierna, la que mi amigo al parecer más que acariciar apretaba con  fuerza estremeciendo a mi esposa que ahora estaba perdida en deseo.
Lo anterior lo  pude comprobar rápidamente pues cuando tuve oportunidad toque a mi esposa en su intimidad y note como su falda, corta como era estaba más levantada de lo común y que a esta altura bastaba un mínimo esfuerzo para alcanzar su intimidad su calzón algo corrido dejaba paso libre hasta sus labios que estaban húmedos como nunca antes los había sentido, en un momento pude mantener mi mano un momento y sentí como palpitaba como queriendo explotar por lo que comprendí que no fue solo sus labios lo que Luis toco, sino que también su interior, que parecía arder.
Así nos dio la hora de cierre del local y comenzamos el camino a las cabañas, por el camino tambaleantes, llevamos a mi esposa en medio ella iba prácticamente colgando de nosotros, y entre risotadas avanzábamos, a ratos notaba como se pegaba a Luis y como este la sostenía, intentando en cada contacto manosearla lo más posible, lo que le sacaba a mi esposa miradas picaras de complicidad con nuestro amigo que yo fingía no notar y por lo tanto siguieron en ello a lo largo del camino, sabíamos que nuestros amigos no estaban allí pero al llegar notamos el vehículo de ellos, entonces nos asomamos a la puerta y dado que yo tenia la llave deje a Luis sosteniendo a mi esposa, mientras con dificultad intentaba abrir la puerta, entonces algo realmente me perturbo, pero de un modo diferente, me excito, a mis espaldas creí escuchar el ruido de un beso uno de esos que mas que un beso es una comida de boca. Aun así decidí omitir ello considerando mi borrachera y la de ellos, de todas formas al cruzar la puerta la noche habría terminado y ella volvería a ser solo mía.
Al entrar a la cabaña notamos las evidencias de la llegada de nuestros amigos de hecho la habitación de Luis, la que ocuparía esa noche estaba ocupada por ellos, y por los ruidos estaban en plena faena, así que Luis quedo de dormir en el sofá de la cabaña, pero para nuestra sorpresa estaba lleno de cajas y bolsas traídas por nuestros amigos, con víveres y otras cosas que impedían a Luis descansar allí, mi esposa entonces tomo a Luis de un brazo y a mi del otro y partimos a nuestro cuarto.
Mi intención era que mi esposa durmiese en el rincón y yo dormir en medio, y así lo espere durante un rato en la cama tirado al igual que Luis, mientras mi esposa en el baño se preparaba para dormir, pero producto del alcohol y el cansancio me dormí lo suficiente como para despertar cuando ella se instaló entre ambos y allí se quedó, al lado sentía como Luis respiraba profundamente rendido por el sueño y yo aun borracho y soñoliento preguntándome si todo lo vivido había sido real o solo la imaginación incitada por el alcohol.
Entonces decidí probar besándola profundamente lo cual ella contesto con un beso que me dejo ver el deseo que la embargaba, la besé por unos minutos sintiendo su respiración agitarse cada vez más y sentí sus manos acariciar mi rostro y luego tomar las mías para llevarlas a sus senos, los que cuidadosamente descubrí con el morbo que significaba tener a Luis a un costado quien cada vez parecía menos dormido, y su respiración había pasado de profunda a agitada. Aun así continue tocando el pecho de mi esposa, lo bese inclusive hasta que en un momento y llevado por la curiosidad tome la mano de Luis quien apenas puso resistencia y la puse en el seno de mi mujer, y pude notar que ella lo reconoció de inmediato pues tuvo un profundo suspiro de placer, de quien sabe estar experimentando algo inesperado y nuevo allí nos besamos y acariciamos borrachos durante 20 minutos o 30.
Cuando un ruido que me saco de mi beso y dado que estaba todo tan oscuro que no se veía nada puse mayor atención y entonces escuche a mi esposa con la respiración aún más agitada, como cuando la tocaba en nuestras noches, y balbuceando algo, me acerque a ella para escucharla y logre oír claramente como su voz entrecortada exhalaba palabras que más que palabras eran gemidos, eran de placer, la recorrí con mis manos de forma delicada y note que no solo tenía sus senos al aire, sino que su camisón de pijama estaba levantado, exhibiendo no solo sus hermosas piernas sino que prácticamente su trasero entero y sus manos estaban abajo, me sorprendió y excito pensar que producto de la borrachera y el estímulo mi tan tímida esposa se estaba masturbando entre nosotros pero cuando baje la mano hasta su entrepierna note que no era su mano la que la acariciaba, Luis pasaba su mano delicadamente desde atrás hacia adelante en un ritmo que evidentemente la tenía alucinada pues cuando mi mano topo la de Luis pude notar que su mano estaba húmeda sino que literalmente mojada.
 
En ese momento no pude evitar darle un beso a mi esposa que me lo respondió de forma que dejo salir en mi boca un profundo suspiro saturado de alcohol que en un segundo se convirtió en un gemido. Desde ese momento ya no tuvimos vuelta atrás.
Así pues, termine de quitar su camisón dejándola completamente desnuda con sus senos al aire, que me hacían notar al tacto lo duros que estaban sus pezones los cuales comencé a mordisquear al tiempo que note que ella giraba su rostro hacia atrás para dejar a Luis besar su cuerpo yo por mi parte comencé a bajar mis besos y lamidas desde sus pezones hasta su vientre. Fue entonces cuando sentí que Luis se acomodaba, pase mi mano a la entrepierna de mi mujer, y comencé a acariciarla como sé que se estimula de mayor manera, obligándola en un quejido de placer a retroceder con su cola hasta Luis, prácticamente entregándosela, este último sin aguardar indicación alguna se acercó a ella y la beso al tiempo que con un movimiento rápido se pegaba a su cuerpo, típico movimiento de mi esposa cuando quería ser penetrada, lo que Luis no hizo desesperándola, así en un momento de álgida lujuria ella se dio vuelta para besarlo mejor con un beso profundo y apasionado, yo a su espada me preguntaba porque aún no había tomado la iniciativa ella de tomar  a Luis, pues sabía que ella no tenía ni la fuerza de voluntad ni la paciencia para dilatar la penetración cuando estaba caliente, más aun escuchando el nivel de excitación en el que estaba y la humedad que la empapaba y que acompañaba de forma ruidosa cada caricia que procurábamos en su intimidad.
Entonces lo entendí, llegar a ese nivel dependería de mí. Debería tomar la decisión de llegar mas allá y la tome, así que tome su cola y aproxime mi miembro a la entrada de su Vagina y con un suave movimiento la penetre, ella se estremeció al instante en un quejido casi de llanto, lo que me hizo ver lo mucho que esperaba desesperadamente ese momento, ahora ya habíamos llegado a otro nivel ya no jugábamos a besos y tocaciones, ahora nos follaríamos a mi esposa.
Por el tiempo que estuve dentro de ella Luis besaba sus senos, su boca y según mi impresión ella lo tocaba con desesperación en su miembro, masturbándolo, eso me llevo a recordar lo portentoso del miembro de nuestro amigo y pude entender por la energia con que mi esposa movía sus manos lo desesperada que estaba por sentirla, por llegar a esos lugares que yo sabía que quería sentir invadidos, conquistados.
Asi pues la gire hacia mí y besándole la boca le pregunte si sabía lo que estaba haciendo y si quería seguir, a lo que ella respondió con un “si”, que más fue un gimoteo, más llanto que una palabra, entonces la tome de la cintura y la empuje contra Luis, quien en un movimiento lento pero sin pausa entro en ella liberando un bufido que me dio a entender que la había llenado completamente de una vez, asi se quedaron quietos un momento en el que ella me besaba con desesperación hasta que la note comenzar a mover lentamente su cadera, en círculos, como lo hace cuando quiere sentir que mi miembro le acaricie cada pared de su intimidad.
 
Cada vez más rápido sus caderas liberaban una respiración aún más agitada, con gemidos que subían de tono convirtiéndose en verdaderos gritos hasta que rompió en uno que se apagó como si se hubiese quedado sin voz y que termino en un quejido que propicio un estremecimiento, un temblor en su cuerpo que no había visto antes, su cuerpo entero presa de espasmos que la llevaron a derrumbarse en la cama como ida, aunque aún muy agitada.
Tras eso y después de una serie de besos que le di acompañándola en ese nuevo momento, en esa nueva sensación que había experimentado ella me beso, tiernamente, acaricio mi rostro y volvió a besarme, ahora más profundamente, con amor profundo, con complicidad, con entrega y gratitud, allí me miro a los ojos con una mirada que entendí como una promesa y una declaración de amor, entonces y mientras volvía a besarme se montó sobre mí y aun besándome me llevo a su interior,  durante unos minutos disfrute de su cuerpo y aunque podía notar una diferencia en el rose de su interior que parecía más amplio, más resbaloso, aunque puede haber sido solo una impresión dada por la imagen aun latente del miembro de Luis en su interior o por la prolífera humedad que aún tenía en su entrepierna, lo disfrute, más allá de la penetración, por la profunda ternura con la que lo hacía, así durante unos minutos su agitación volvió al tope, sobre todo con los besos de Luis en sus senos, su espalda y caricias que creo que daba en otras partes, no estaba seguro pero creí notar que Luis acariciaba la entrada de su trasero, incluso que al menos una falange estaba en el interior de ella, pues en un momento dio un bufido corto pero significativo y miro a Luis con una mirada de desesperado deseo, yo note que en ese momento con su mano derecha masturbaba a Luis lo que me dio a entender que el aún no había terminado, las constantes estimulaciones a ella la habían llevado al clímax primero y ahora ella quería más.
Entonces como guiado por la comprensión de sus deseos la tome del rostro y de la cadera y levantándome la lleve a montar a Luis sobre el cual volvió a liberar un delicioso bufido y a quedarse quieta como intentando acostumbrarse a esa nueva herramienta de placer, su nuevo juguete, yo por mi parte la tome de espalda y bese cada parte de ella, mientras mi esposa gemía suavemente acompañada de los movimientos y el ritmo que ella ahora establecía, en esos momentos ella me beso e intentando pasar su mano a mi espalda me empujo contra ella, me dio a entender lo que quería y yo lo cumplí, sin dificultades debo agregar pues su parte inferior estaba tan húmeda que en cuanto encontré la entrada a su trasero pude penetrarlo sin problemas  lo que me confirmo la faena de Luis de hace un momento, lo había dejado listo para mi, para mi entrada a lo que ella respondió con un bufido aun mayor a los anteriores y arqueando su espalda sobre mi pecho acaricio mi cuello al tiempo que me dedicaba palabras de amor y deseo, yo por mi parte la tome de sus senos y los aprete con fuerza mientas allí, dentro de ella, pude sentirla más estrecha que nunca y en cada uno de sus movimientos pude sentir la presión que Luis hacía en su interior y ella también lo sentía, pues cada vaivén de ella se volvió aún más rápido, más intenso como sus gemidos y gritos que empezaban a ser acompañados de palabras de lujuria como nunca antes se las había escuchado hasta que yo termine corriéndome completamente en su interior tan intensamente como jamás antes lo hice, tanto que al sacar mi miembro de su cuerpo mi esperma se rego hacia el exterior en un prolifero chorro que a ella no le importo en absoluto pues comenzó a montar  sobre Luis aun con mayor vigor, su rostro se había deformado en un gesto de placer y dolor que asumo era producto del fuerte vaivén de sus senos que ante sus embestidas se sacudían con fuerza, asi que me posiciones tras ella nuevamente y tome sus senos, conteniéndolos al tiempo que besaba su cuello y decía palabras de amor  a su oído que ella respondía con agitados “ te amo”, lo que la llevo a acelerar su ritmo liberando sonidos de humedad que retumbaban en la habitación junto con unas palabras gimoteadas y repetidas “Asi, Asi” hasta que ella rompió en otro tremendo orgasmo al tiempo que le arrancaba a nuestro amigo un gemido intenso y prolongado que me dio a entender que se había vaciado completamente en mi esposa quien temblaba con notorios espasmos sobre su miembro y aun gemía casi al borde de las lágrimas.
Tras eso ella se dejó caer en la cama entre Luis y yo, aun temblando y con fuertes espasmos musculares no hablaba, solo sollozaba extraviada en esa sensación de pérdida de control de su cuerpo, ambos nos acercamos y comenzamos a recorrerla con besos en su espalda Luis y yo en su cabeza y rostro, así al cabo de unos momentos se calmó y los tres en aquella cama dormimos abrazados.

compartiendo a mi esposa

2 comentarios - compartiendo a mi esposa

ekissa5553
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Bigbandsk +1
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