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La casa de mi tia madura prt 1

Mi tía es una mujer de 55 años, elegante, segura, con ese aire de madurez que volvía locos a muchos, vivía con su esposo y sus hijos en una casa grande, al yo tener la misma edad que sus hijos (mis primos) solía quedarme a dormir algunas noches, ella me trataba con amabilidad, como a uno más de la familia, lo era inevitable mirarla distinto y sentir algo más por ella.
Muchas veces la veía caminar por la casa con ropa cómoda pero ajustada, a veces con esa bata de seda que dejaba entrever sus piernas firmes, su escote, su culo y tolo lo que podes llegar a imaginar. Una tarde, mientras todos salían al supermercado, yo me había quedado durmiendo. Al despertar me, fui al baño… pero estaba ocupado. Escuche la ducha correr y supuse que era ella. La puerta no estaba bien cerrada, apenas entreabierta. No pude resistir.
Me acerque despacio, con el corazón latiendo como loco, y mire por la rendija de la puerta entreabierta. La vi estaba de espaldas, bajo el agua, con su cuerpo completamente desnudo, el agua resbalaba por su espalda, por su trasero redondo y firme, por sus muslos. Cada curva era perfecta.
En un momento sentí un calor fuerte en el pecho y más abajo.
Mientras miraba me baje un poco el pantalón. Lo hacías en silencio, con miedo de que ella notara algo. Mi respiración se aceleró, imaginaba entrar, tocarla, susurrarle al oído lo hermosa que era. Cerré los ojos un segundo, fantaseando con sus labios, sus gemidos, su cuerpo apretado contra el mío…
El sonido de la ducha deteniéndose me sacó del trance. Rápido, volví al cuarto, con el corazón latiendo a mil y el cuerpo aun temblando. Esas imágenes no me las iba a sacar de la cabeza tan fácilmente.
Después de aquella vez que la vi en la ducha, no pude dejar de pensar en ella. Cada vez que volvías a su casa, me costaba no mirarla distinto: su manera de reír, de caminar, de agacharse a buscar algo en la heladera... todo en mi tía me parecía una provocación, aunque ella no tuviera idea del efecto que me causaba.
Una noche, la familia entera salió a cenar, yo iba a ir pero a ultimo momento, dije que me dolía un poco la cabeza y preferí quedarme. Me quede solo. Con la casa en silencio, y algo dentro mío empezó a moverse y a sentir excitación.
Pase frente a la puerta de la habitación de mi tia, estaba la puerta cerrada, mi mano tembló un poco antes de girar el picaporte. El corazón me golpeaba en el pecho (como que si sabia que estaba mal lo que estaba haciendo), pero igual entre a su habitación.
El cuarto olía a ella: una mezcla de perfume suave, crema y algo íntimo, cálido, camine despacio hasta su cómoda, llegue al primer cajón. Lo abrí con cuidado y ahí estaban. Tangas, bombachas de encaje, sostenes delicados. Algunos con detalles de encaje fino, otros más pequeños, más atrevidos (para la edad que ella tenía). Todo perfectamente doblado, ordenado como si cada prenda fuera especial. Agarre una tanga negra, mínima, de tela sedosa y apenas unos encajes en los bordes, me la acerque a la cara y cerre los ojos.
Imagine sus caderas, sus piernas, su cuerpo dentro de esa prenda. Mi mano bajó lentamente hacia mi pantalón, ya con el cuerpo reaccionando al deseo, me sentaste en su cama y deje que el morbo me envolviera.
Esa tanga rozando mi piel, mi respiración acelerándose, las fantasías estallando en mi cabeza, pensando en mi tia bajándose la bata, caminando hacia mi….
Un ruido me hizo reaccionar, Rápido, volvi a guardar la tanga donde estaba. Cerraste el cajón. Sali del cuarto con el corazón agitado, sabiendo que nadie se había dado cuenta.
Pero algo dentro mio había cambiado y esto era el principio de una gran fantasía…

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