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Mi cuñada Kiara, es lo mejor que me paso en el año.

El viernes llegó tranquilo, ya habían pasado cuatro días desde el último episodio. La semana transcurrió en completa normalidad, sin sobresaltos. Con Kiara, la confianza ya era total. Compartíamos charlas, risas y momentos cotidianos. Lo que no aparecía, sin embargo, eran indicios de que la relación pudiera escalar a algo más.
No voy a mentir: las esperanzas seguían vivas, pero aprendí a disfrutar la situación tal como era. Kiara ya era parte de la casa. Tanto era así que, en varias ocasiones, dejaba su teléfono por ahí, con la excusa de cargarlo. La confianza había llegado a tal punto que me enseñó cómo desbloquearlo, como si fuera algo sin importancia.
Y claro... con semejante oportunidad, mi curiosidad se mantenía alerta. Sabía perfectamente hacia dónde quería investigar: la papelera de reciclaje, ese lugar donde tiempo atrás había visto demasiadas fotos eliminadas... fotos que me dejaron más preguntas que respuestas.



Mi cuñada Kiara, es lo mejor que me paso en el año.
Cada descuido es aprovechado.





Ayer por la tarde, Melina y Kiara decidieron ir al supermercado. Antes de salir, Melina me pidió:
Estate atento al portón cuando volvamos, salimos sin los teléfonos.
Dale, ok, ok... —respondí, mientras intentaba que no se me notara el corazón desbocado.
Iba a quedarme mínimo una hora con el teléfono de Kiara en mis manos. Apenas se fueron, confirmé que se habían alejado lo suficiente, subí sin perder tiempo y ahí estaba: el celular, sobre su cama, esperándome.
Me acosté, lo tomé, lo desbloqueé y comencé a investigar a fondo.
Lo que encontré… me dejó helado. Tanto que, por un momento, la excitación desapareció. No era cuestión de morbo; era sorpresa pura. Fotos y videos de altísimo voltaje, explícitos, sí... pero siempre sola. Material que claramente no estaba destinado a circular.
Pensé en restaurar algunos archivos para pasarlos, pero el riesgo era enorme. Restaurar algo que ella había eliminado podía ser un error que no tendría vuelta atrás. Así que decidí cambiar de estrategia: convertirme en detective.
Fui directo a su correo. En la barra de búsqueda escribí lo que se me ocurrió que podía dar resultados: "OnlyFans".
Y ahí estaba. Correos de registro, confirmaciones... pero la cuenta no estaba activa; nunca había llegado a completar el formulario como creadora.
Sin embargo, otro nombre apareció: "Cafecito", esa plataforma local donde algunos venden contenido o reciben donaciones. Ahí sí hubo actividad. Y no poca: tenía registros de varias membresías pagas. Ahora todo tenía sentido… esos vuelos, esos gastos... ya sabía de dónde salía todo.
Mi curiosidad no terminó ahí. Bajé a mi PC para investigar más. Busqué datos sobre esas plataformas, traté de ver si quedaba algo suyo online. Y sí, lo que encontré confirmó las sospechas que surgieron aquella vez que reparé su WhatsApp.
Kiara había tenido un perfil en una página de escorts llamada "GemidosTV" o algo así. El perfil estaba dado de baja, pero en la búsqueda inversa de imágenes aparecía claramente ofreciendo sus servicios como acompañante VIP. Intenté entrar, pero la plataforma indicaba que el usuario ya no existía.
El sonido del portón me sacó de mi trance. Volvieron las chicas. Cerré todo y me apuré a abrirles, disimulando como pude.
Empezamos a guardar las compras cuando Melina soltó:
Este sábado me voy temprano a una convención de cannabis que hay en la ciudad. Tiene stands, shows y charlas sobre el uso del cannabis en la salud. No vuelvo hasta después de las 15.
Melina, militante del consumo responsable y del autocultivo, estaba muy entusiasmada. Enseguida bromeé:
Me imagino que a esta te la llevás también... —mirando a Kiara.
Ambas se rieron, hasta que Melina me dijo:
Estuvimos hablando y quiero que aproveches el sábado para ayudar a Kiara a armar un buen currículum. Así le das una mano mientras yo estoy en la convención.
Obvio, dale. Pero ojo... yo cobro caro, ¿eh? —respondí, jugando—. Mínimo, una cena cuando consigas trabajo.
Ay, por favor, decime que sí... —respondió Kiara, juntando las manos en pose de súplica, haciendo puchero y mirándome con esa mezcla perfecta de dulzura y picardía que ya me tenía desarmado.

Mientras sonreía por fuera, por dentro pensaba:
“Esta te la cobro... pero el sábado... y por adelantado.”



argentina

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saludos, gracias por el apoyo

2 comentarios - Mi cuñada Kiara, es lo mejor que me paso en el año.

Osjsk
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