Bienvenidos a esta nueva parte de la historia y a este perfil en el que me dedicaré a subir historias calientes sobre diferentes temáticas, cualquier sugerencia, comentario serán bienvenidos, espero que les guste
Capitulo dos: La resaca
No supe cuánto tiempo había pasado desde que cerré los ojos en el sofá sin embargo sabía que había sido mucho tiempo pues ya estaba oscuro, el sol se había ocultado por eso mismo solo pude escuchar breves frases y sentir pocas cosas primero sentí como alguien prendió la luz de la sala, escuche murmullos, risas y pequeños pasos que se dirigían hacia mi, despues de eso hay un oscuro de recuerdos, pero también recuerdo como si me tomaran fotos, escuchaba el “clap” de la cámara de sus celulares y mis ojos sentían el flash, mas risas, mas murmullos, hasta que me quedé completamente dormido
Me desperté con un dolor de cabeza insoportable, tanto que cada segundo parecía un martillazo en el cráneo. La luz del sol entraba a raudales por la ventana, golpeándome los ojos como si el universo entero conspirara contra mí. Me senté en el sofá, o al menos lo intenté, pero el mundo giraba como si estuviera en una montaña rusa. Miré hacia abajo y... ¿calzoncillos? Sí, solo calzoncillos. No tenía ni idea de cómo había terminado así. La última cosa que recordaba era que había tenido una pequeña discusión con Susana por el traje de baño de Erica… Erica, pensé de inmediato y como si leyeran mis pensamientos inmediatamente escuché risas, risas que venían del piso de abajo. Mi hija y Erica ya estaban desayunando en la cocina, y yo a unos metros de ellas en calzoncillos . ¡Mierda! ¿Qué hora era? ¿Por qué seguía aquí Erica? Me levanté tambaleándome, buscando algo, cualquier cosa, para ponerme. Encontré mi ropa que me había “quitado” y me la puse con torpeza
Me miré en el espejo del pasillo. Dios mío, parecía un zombi salido de una película de bajo presupuesto. Me pasé las manos por el pelo, que parecía haber perdido una batalla campal contra el sofá, respiré hondo. No podía evitar escuchar sus risas, cada una más aguda que la anterior. ¿De qué se reían? ¿De mí? ¿Alguien les había contado algo? ¿Había hecho algo estúpido anoche? La incertidumbre me devoraba por dentro.
Me acerqué con cuidado, tratando de no hacer ruido, pero el piso de madera crujió delatándome con desdén. Las risas se detuvieron por un segundo, y luego volvieron, incluso más fuertes. Al llegar a la cocina, las vi allí: Brenda y Erica, sentadas en la mesa, con tazas de café y un plato lleno de tostadas. Me miraron, y por un segundo, el silencio fue tan denso que podía cortarlo con un cuchillo.
-Hola, papá- dijo Brenda con una sonrisa que no podía decidir si era tierna o burlona -¿Dormiste bien?- preguntó
-Eh... sí, claro- murmuré, tratando de sonar convincente mientras me acercaba a la cafetera como si fuera mi salvación -¿Qué hacen aquí tan temprano?-
-Es mediodía, señor- respondió Erica, conteniendo una risita
-Vaya que tuviste una buena noche- dijo Brenda
-Si bueno, tenías razón el vodka no es para señores- dije y me serví una taza de cafe
-Por cierto papi, Erica quiere quedarse hasta el lunes- dijo Brenda mordiéndose el labio inferior la mire fijamente para ver que estaba realmente emocionada, suspiré, no tenia nada de malo “seria bueno que se llevaran bien” pensé
-Si claro con mucho gusto- sonreí a regañadientes
-Siiiiiiiii- Brenda chillo de emoción y corrió hacia mí para darme un abrazo, me estrujó con fuerza agradeciendome en múltiples veces, finalmente se separó de mí y se giró a ver a Erica -Vamos a tener otra noche de chicas- inmediatamente me dolio la cabeza, no sabía si era por la resaca o por la idea de tener a esas niñas en mi casa por 2 dias mas
-Tu mamá está de acuerdo con quedarse más tiempo aquí?- le pregunté a Erica
-Ella no se va a quedar, tiene cosas que hacer en el trabajo- me contestó, ¿trabajo? Ella trabaja para mi, pero no recuerdo que hubiera pendientes en la empresa, creo que nos podríamos tomar un tiempo de vacaciones -no sabe que pendientes tiene? tu eres su jefe cierto?- me preguntó Erica
-si claro, claro que lo sé, pero estaba pensando en darle vacaciones a tu madre, es mi mejor empleada- afirmé
-Estoy segura que hace un graaaaaan trabajo- dijo sarcásticamente Erica
-Ush pueden hablar de eso luego, es verano, hay que pasarla bien- dijo Brenda, tomó de la mano a Erica, la jalo haciendo que Erica se levantara y ambas corrieron hacia el segundo piso para después escuchar la puerta de la habitación de Brenda azotarse
Suspiré -adolescentes- murmure y continué con mi dia, desayune un café muy cargado para calmar el dolor de cabeza, parecía que funcionaba pues el dolor iba cesando hasta que finalmente desapareció, preparé unos huevos con tocino y me senté en la sala, prendí el televisor y comencé a comer.
Pasé unos minutos agradables desayunando pero mi paz fue interrumpida por un estruendo que venía de la planta alta, era mi hija, abrí la puerta rápidamente y escuché sus pasos bajar las escaleras
-Papí, vamos a nadar un rato- me dijo con suavidad, mire a verla, Brenda y Erica usaban los mismos trajes de baño que el día anterior, mi cuerpo no pudo evitar reaccionar y tuve una fina erección
-Con cuidado, no estén mucho en el sol, ya están lo suficientemente bronceadas- les dije y volví hacia el televisor, Brenda salió corriendo hacia el patio pero Erica no. Erica sutilmente caminó hacia donde estaba la sala y sin decir una sola palabra se paró frente a mí, su cuerpo a esa corta distancia me provocó una sensación de lujuria que me pedían saciar mi sed con ella. No dije nada, pero miré fijamente sus ojos tratando de no desviar la mirada hacia otra parte de su cuerpo
-Gracias- dijo de forma muy seca
-eh?- salió de mi boca, porque gracias? pensé
Erica suspiro al ver mi cara de confusión -Gracias por defenderme de mi mamá- volteo los ojos -ella en ocasiones puede ser muy exigente y lo respeto pero en otras en nefasta- me dijo
-Ah, si no te preocupes, conozco bien a Susana y se claramente como es y se que no deberia ser asi contigo- contesté
-Si bueno, de cualquier forma gracias, se inclinó hacia mí y me dio un beso en la mejilla -¿sabes? puede que tenga una opinión equivocada de ti, tal vez no sea tan malo que mi madre esté contigo- me guiñó un ojo y se fue hacia el patio
Quedé en shock, definitivamente no esperaba eso y sinceramente fue grandioso, me tranquilicé, vi la hora ¡3:50 PM! me levanté del sillón de un salto y comencé a limpiar, ordenar y ha cocinar algo de comida
-Hey- me interrumpió Erica entrando en la cocina
-Hey, ya van a venir a comer?- le pregunté mientras seguía picando algunos ingredientes
-Nah, Brenda quiere beber algo y bueno, voy a preparar algo especial- dijo seductoramente y de la alacena tomó un par de vasos -Y bueno, tienes algo de tequila?- me preguntó
-Heeee en la alacena de abajo tengo todo el alcohol- le señale la puerta, Erica sin titubear se agachó y abrió la puerta, sacó la botella y comenzó a preparar un cóctel que nunca había visto, ella me sonrió cuando tenía la bebida lista y me entregó un vaso.
-Aquí tienes, probablemente me pasé más de tequila de lo habitual. Pero aun así me sabe bien- tomé el vaso y le di un sorbo, el ardor del tequila raspaba mi garganta
-Pfffff ¿Te enseñó tu mamá a prepararlo así de fuerte?- le dije cuando recupere el aliento
-Sí, pero es una buena habilidad para cuando vaya a la universidad- Se rió.
-Solo si quieres que la gente esté dormida en el sofá a las 8 de la tarde- le dije bromeando
-Siempre y cuando crean que lo pasaron bien y no vomiten en la alfombra- Sonrió -pero bueno, voy a ir a emborrachar a tu hija- me guiñó un ojo y salió de la cocina con dos copas de aquella bebida. Suspire y mire a través de la ventana donde ya esta Erica y Brenda brindando por alguna causa, continúe con mis actividades en la cocina.
Pasaron los minutos, un par de hojas, Erica entraba y salía de la cocina sirviendo más tequila en los vasos de ambas, no tenía idea de que Brenda ya estaba muy ebria
-oye, Brenda quiere dormir, crees que puedas ayudarme a subirla a su cama?- Me dijo Erica, un poco molesto por el comportamiento de Brenda la tome entre brazo, la cargué y comencé a subir las escaleras
-Que guapo eres papi- me dijo Brenda arrastrando las palabras mientras acariciaba mi rostro -Eres un maduro muy sexy, ahora entiendo por que le gustas a Erica- me estremecí antes las palabras de Brenda
-¿De que estás hablando?- le pregunté con curiosidad
-Ups, no tuve que haber dicho eso- Dijo y soltó una carcajada -Pero, yo me cuidaría de ella, en la escuela tiene la fama de ser una Puta- dijo susurrando
-Una puta?- pregunté
-Shhhhhh, no lo digas alto o te va a escuchar- me reclamó -Dicen que tuvo sexo con el señor Cortés para aprobar Calculo- soltó una risa burlona, seguí caminando con Brenda en mis brazos y finalmente llegamos a su habitación, la dejé en su cama con delicadeza
-Ya duerme hija, estas muy ebria- le acomodé la almohada, mientras lo hacía Brenda me tomó del cuello, me jalo hacia ella y me dio un beso en la boca, fue apasionante, sentir sus labios frotándose con desesperación con los míos, su lengua dentro mi boca me excitó de una manera que aun no había conocido, me alejé de ella
-Que haces?- le reproché con algo de molestia
-Perdon papi, no era mi intención- soltó una sonrisilla, se dio la vuelta y se acurrucó en las cobijas -Descansa papi- me dijo y se quedó en silencio. Salí de su habitación aun en shock y despacio baje las escaleras
-¿Y qué quieres hacer? Suponiendo que no me quede desmayada- me dijo Erica que estaba en el sofá de la sala -¿Por qué no vemos una película, de esas que mamá jamás toleraría que viera? ¿Sabes, algo divertido?- me dijo y dio un gran sorbo a su vaso
Sonreí -Claro por qué no?-
-Traeré la botella- Brindó con una sonrisa dijo ella soltando una risita. Luego nos sentamos en la sala y encendimos la televisión. Ambos empezamos a beber terminamos nuestras bebidas y nos servíamos más
Después de una hora, empecé a sentirme mal. Como si hubiera bebido mucho más de lo que creía, sentía las extremidades pesadas. Lo más extraño era que empecé a tener una erección
Definitivamente no era por la película, era por el simple hecho de que Erica estuviera sentada cerca de mi. No podía dejar que la viera, así que arrastré lentamente una almohada. Lo mejor era taparla, mi sudadera no ocultaba nada, pero Erica notó mi movimiento con la almohada, pero no dijo nada. Pronto sentí que los párpados pesaban y me quedé dormido.
Me encontré recobrando la consciencia vagamente. No podía moverme, pero algo cálido y húmedo rodeaba mi pene, subiendo y bajando. Se sentía celestial, y hacía tanto tiempo que no sentía algo así. ¿Era un extraño sueño de tequila? Si era así, necesitaba beber más a menudo. Un momento, ¿era una lengua?
Con gran esfuerzo, abrí los ojos. Para encontrarse con una visión impactante. Debía estar soñando, porque era imposible que esto fuera real. Erica rodeaba mi pene con los labios y me estaba haciendo sexo oral.

-Espera... ¿qué?- gemí, aturdido
Sentí como se echó a reír mientras aún tenía mi pene en su boca mirándome con esos ojos café claros. Lentamente, apartó la boca de mi pene, besando la punta antes de alzar la vista por completo, dedicándome una sonrisa traviesa, pestañeando entre sus piernas.
-Parece que estás despierto. ¿Te sentiste bien?-
-¿Qué? ¿Por qué haces esto?- La miré confundido.
Se subió a mi regazo, sentándose a horcajadas sobre mi. Me rodeó el pene con su mano, acariciándolo de arriba abajo, haciéndome suspirar y estremecerse. me miró a los ojos, acercando mi rostro al suyo.
Me habló con sensualidad. -Siempre he estado loca por ti, desde que te conocí. Pero incluso después de que mamá y tú estuvieran juntos, era obvio que seguías viéndome como una niña pequeña. Así que... esta soy yo demostrándote…- Se bajó la cremallera del vestido que tenía y se lo quitó, dejando al descubierto una lencería casi transparente. -...que ya no soy una niña pequeña-

No pude evitar que sus ojos recorrieran su cuerpo de arriba abajo, absorbiéndola. Al mirar sus pechos, sus pezones eran visibles a través del sujetador. Podía ver su triángulo de cabello a través de las bragas. No podía negar que la vista era tentadora, pero no debía mirar, no podía.
-¡Eres mi hijastra!- gruñí - Esto no puede pasar-
Ella rió. -Hoy no, a partir de hoy solo soy una joven…- Empezó a acariciar mi pene de nuevo, haciendo que esa pequeña sensatez se desvaneciera en su mente.
-Pusiste... algo en mi... bebida... ¿verdad? - la acusé entre suspiros.
Esa insinuación traviesa volvió a aparecer en su sonrisa. -Quizás... quizás algo que te haga más... maleable y... algo que te asegure... excitación.- Me apretó la polla juguetonamente. Siguió ronroneando su confesión. -Consideré esperar a que estuvieras en la cama y meterme contigo, sin nada puesto... Pero pensé que necesitarías una forma más agresiva de persuadir- Soltó una risita coqueta.
Erica me levantó la camisa y me pasó la mano libre por el pecho. Antes de acercar su rostro al mío, rozando sus labios contra los mios antes de unirlos. Instintivamente, rocé mi lengua con la de ella antes de que ella se apartara, mordisqueando el labio al separarse. Deslicé mis dedos en sus bragas, podía sentir sus pliegues húmedos.
-Así me pongo cuando pienso en ti. Ahora puedo tenerte- Se mordió el labio.
Ella retiró su mano y deslizó sus bragas a un lado. Sostuvo mi pene contra su humedad, frotando sus caderas por la parte inferior, estremecí, más que excitado, y mi resistencia restante se desvaneció. Ella levantó las caderas, acariciando su punta contra su entrada antes de hundirse sobre él.
Ambos dejaron escapar un gemido cuando sus caderas se encontraron.
Erica movió sus caderas sobre mi, apoyando las manos en mi pecho; su coño se sentía divino al abrazarlo con fuerza. Convocó la poca soberanía que aún le quedaba en sus músculos para contraerse con sus caderas.
Al sentir mi participación, me dedicó una sonrisa lasciva y movió las caderas con más agresividad. Empezó a subirlas y bajarlas, rozando la piel. Me excité aún más cuando Erica dejó escapar gemidos, con los ojos entrecerrados. Sus dedos rozaban sus muslos justo por encima de las rodillas. Cada vez que ella bajaba las caderas y lo penetraba profundamente, lo apretaba. Soltaba gemidos y gemidos.
Ella apartó una mano de su pecho y la deslizó por su vientre, entre las piernas, para frotarse el clítoris
-Me toqué... tantas... veces... pensando... en ti.- Ronroneó entre gemidos.
Se quedaron así hasta que sus caderas empezaron a temblar sobre él. Rebotando frenéticamente sobre él mientras su orgasmo se acercaba rápidamente. Apretándolo desesperadamente, mientras su respiración se entrecortaba, sus ojos vidriosos. Mientras mi pene se contraía.
Soltó un chillido, arqueó la espalda, encogió los dedos de los pies y puso los ojos en blanco. Con los músculos tensos, se aferró a mi, y sus espasmos internos lo empujaron hasta la línea de meta. mi pene se tensó al acercarse a sus testículos y vacié mi gran carga de semen en su vagina. Una deliciosa oleada de placer lo recorrió.
Ella permaneció sobre mí, temblando aún, mientras seguía hundido en su interior. Al descender, empezó a ablandarse y mis músculos volvieron a sentirse pesados. Mis párpados volvieron a pesar y se hundieron sobre mis ojos mientras volvía a la inconsciencia.
Me desperté en el sofá poco después del amanecer, con la luz del sol filtrándose por las persianas y brillando en los ojos. Me los froté aturdido, con dolor de cabeza y resaca. Me arrastré hacia la cocina. Necesitaba café y aspirinas antes de intentar reconciliarme con la noche anterior.
Puse a calentar el café y encontré un frasco de aspirinas, dejándome un par. Una vez que terminó el café, pasó por la puerta principal. Había mucho silencio en la casa y no sabia donde estaba Erica
Tomé mi café de un trago, lo dejé y subí las escaleras. Ella estaba en la cama junto a Brenda, durmiendo. Sentí una oleada de emociones contradictorias al verla. Primero, rabia por haberme drogado. Segundo, una confusa sensación de excitación. Tercero, frustración conmigo mismo por no darme cuenta de que sentía lo mismo por ella
Continuará…
Agradezco sus puntos, no olviden seguirme para leer la continuación en los próximos días, cualquier critica constructiva, comentario, sugerencia serán bienvenidos. Gracias por leer 😋
Capitulo dos: La resaca
No supe cuánto tiempo había pasado desde que cerré los ojos en el sofá sin embargo sabía que había sido mucho tiempo pues ya estaba oscuro, el sol se había ocultado por eso mismo solo pude escuchar breves frases y sentir pocas cosas primero sentí como alguien prendió la luz de la sala, escuche murmullos, risas y pequeños pasos que se dirigían hacia mi, despues de eso hay un oscuro de recuerdos, pero también recuerdo como si me tomaran fotos, escuchaba el “clap” de la cámara de sus celulares y mis ojos sentían el flash, mas risas, mas murmullos, hasta que me quedé completamente dormido
Me desperté con un dolor de cabeza insoportable, tanto que cada segundo parecía un martillazo en el cráneo. La luz del sol entraba a raudales por la ventana, golpeándome los ojos como si el universo entero conspirara contra mí. Me senté en el sofá, o al menos lo intenté, pero el mundo giraba como si estuviera en una montaña rusa. Miré hacia abajo y... ¿calzoncillos? Sí, solo calzoncillos. No tenía ni idea de cómo había terminado así. La última cosa que recordaba era que había tenido una pequeña discusión con Susana por el traje de baño de Erica… Erica, pensé de inmediato y como si leyeran mis pensamientos inmediatamente escuché risas, risas que venían del piso de abajo. Mi hija y Erica ya estaban desayunando en la cocina, y yo a unos metros de ellas en calzoncillos . ¡Mierda! ¿Qué hora era? ¿Por qué seguía aquí Erica? Me levanté tambaleándome, buscando algo, cualquier cosa, para ponerme. Encontré mi ropa que me había “quitado” y me la puse con torpeza
Me miré en el espejo del pasillo. Dios mío, parecía un zombi salido de una película de bajo presupuesto. Me pasé las manos por el pelo, que parecía haber perdido una batalla campal contra el sofá, respiré hondo. No podía evitar escuchar sus risas, cada una más aguda que la anterior. ¿De qué se reían? ¿De mí? ¿Alguien les había contado algo? ¿Había hecho algo estúpido anoche? La incertidumbre me devoraba por dentro.
Me acerqué con cuidado, tratando de no hacer ruido, pero el piso de madera crujió delatándome con desdén. Las risas se detuvieron por un segundo, y luego volvieron, incluso más fuertes. Al llegar a la cocina, las vi allí: Brenda y Erica, sentadas en la mesa, con tazas de café y un plato lleno de tostadas. Me miraron, y por un segundo, el silencio fue tan denso que podía cortarlo con un cuchillo.
-Hola, papá- dijo Brenda con una sonrisa que no podía decidir si era tierna o burlona -¿Dormiste bien?- preguntó
-Eh... sí, claro- murmuré, tratando de sonar convincente mientras me acercaba a la cafetera como si fuera mi salvación -¿Qué hacen aquí tan temprano?-
-Es mediodía, señor- respondió Erica, conteniendo una risita
-Vaya que tuviste una buena noche- dijo Brenda
-Si bueno, tenías razón el vodka no es para señores- dije y me serví una taza de cafe
-Por cierto papi, Erica quiere quedarse hasta el lunes- dijo Brenda mordiéndose el labio inferior la mire fijamente para ver que estaba realmente emocionada, suspiré, no tenia nada de malo “seria bueno que se llevaran bien” pensé
-Si claro con mucho gusto- sonreí a regañadientes
-Siiiiiiiii- Brenda chillo de emoción y corrió hacia mí para darme un abrazo, me estrujó con fuerza agradeciendome en múltiples veces, finalmente se separó de mí y se giró a ver a Erica -Vamos a tener otra noche de chicas- inmediatamente me dolio la cabeza, no sabía si era por la resaca o por la idea de tener a esas niñas en mi casa por 2 dias mas
-Tu mamá está de acuerdo con quedarse más tiempo aquí?- le pregunté a Erica
-Ella no se va a quedar, tiene cosas que hacer en el trabajo- me contestó, ¿trabajo? Ella trabaja para mi, pero no recuerdo que hubiera pendientes en la empresa, creo que nos podríamos tomar un tiempo de vacaciones -no sabe que pendientes tiene? tu eres su jefe cierto?- me preguntó Erica
-si claro, claro que lo sé, pero estaba pensando en darle vacaciones a tu madre, es mi mejor empleada- afirmé
-Estoy segura que hace un graaaaaan trabajo- dijo sarcásticamente Erica
-Ush pueden hablar de eso luego, es verano, hay que pasarla bien- dijo Brenda, tomó de la mano a Erica, la jalo haciendo que Erica se levantara y ambas corrieron hacia el segundo piso para después escuchar la puerta de la habitación de Brenda azotarse
Suspiré -adolescentes- murmure y continué con mi dia, desayune un café muy cargado para calmar el dolor de cabeza, parecía que funcionaba pues el dolor iba cesando hasta que finalmente desapareció, preparé unos huevos con tocino y me senté en la sala, prendí el televisor y comencé a comer.
Pasé unos minutos agradables desayunando pero mi paz fue interrumpida por un estruendo que venía de la planta alta, era mi hija, abrí la puerta rápidamente y escuché sus pasos bajar las escaleras
-Papí, vamos a nadar un rato- me dijo con suavidad, mire a verla, Brenda y Erica usaban los mismos trajes de baño que el día anterior, mi cuerpo no pudo evitar reaccionar y tuve una fina erección
-Con cuidado, no estén mucho en el sol, ya están lo suficientemente bronceadas- les dije y volví hacia el televisor, Brenda salió corriendo hacia el patio pero Erica no. Erica sutilmente caminó hacia donde estaba la sala y sin decir una sola palabra se paró frente a mí, su cuerpo a esa corta distancia me provocó una sensación de lujuria que me pedían saciar mi sed con ella. No dije nada, pero miré fijamente sus ojos tratando de no desviar la mirada hacia otra parte de su cuerpo
-Gracias- dijo de forma muy seca
-eh?- salió de mi boca, porque gracias? pensé
Erica suspiro al ver mi cara de confusión -Gracias por defenderme de mi mamá- volteo los ojos -ella en ocasiones puede ser muy exigente y lo respeto pero en otras en nefasta- me dijo
-Ah, si no te preocupes, conozco bien a Susana y se claramente como es y se que no deberia ser asi contigo- contesté
-Si bueno, de cualquier forma gracias, se inclinó hacia mí y me dio un beso en la mejilla -¿sabes? puede que tenga una opinión equivocada de ti, tal vez no sea tan malo que mi madre esté contigo- me guiñó un ojo y se fue hacia el patio
Quedé en shock, definitivamente no esperaba eso y sinceramente fue grandioso, me tranquilicé, vi la hora ¡3:50 PM! me levanté del sillón de un salto y comencé a limpiar, ordenar y ha cocinar algo de comida
-Hey- me interrumpió Erica entrando en la cocina
-Hey, ya van a venir a comer?- le pregunté mientras seguía picando algunos ingredientes
-Nah, Brenda quiere beber algo y bueno, voy a preparar algo especial- dijo seductoramente y de la alacena tomó un par de vasos -Y bueno, tienes algo de tequila?- me preguntó
-Heeee en la alacena de abajo tengo todo el alcohol- le señale la puerta, Erica sin titubear se agachó y abrió la puerta, sacó la botella y comenzó a preparar un cóctel que nunca había visto, ella me sonrió cuando tenía la bebida lista y me entregó un vaso.
-Aquí tienes, probablemente me pasé más de tequila de lo habitual. Pero aun así me sabe bien- tomé el vaso y le di un sorbo, el ardor del tequila raspaba mi garganta
-Pfffff ¿Te enseñó tu mamá a prepararlo así de fuerte?- le dije cuando recupere el aliento
-Sí, pero es una buena habilidad para cuando vaya a la universidad- Se rió.
-Solo si quieres que la gente esté dormida en el sofá a las 8 de la tarde- le dije bromeando
-Siempre y cuando crean que lo pasaron bien y no vomiten en la alfombra- Sonrió -pero bueno, voy a ir a emborrachar a tu hija- me guiñó un ojo y salió de la cocina con dos copas de aquella bebida. Suspire y mire a través de la ventana donde ya esta Erica y Brenda brindando por alguna causa, continúe con mis actividades en la cocina.
Pasaron los minutos, un par de hojas, Erica entraba y salía de la cocina sirviendo más tequila en los vasos de ambas, no tenía idea de que Brenda ya estaba muy ebria
-oye, Brenda quiere dormir, crees que puedas ayudarme a subirla a su cama?- Me dijo Erica, un poco molesto por el comportamiento de Brenda la tome entre brazo, la cargué y comencé a subir las escaleras
-Que guapo eres papi- me dijo Brenda arrastrando las palabras mientras acariciaba mi rostro -Eres un maduro muy sexy, ahora entiendo por que le gustas a Erica- me estremecí antes las palabras de Brenda
-¿De que estás hablando?- le pregunté con curiosidad
-Ups, no tuve que haber dicho eso- Dijo y soltó una carcajada -Pero, yo me cuidaría de ella, en la escuela tiene la fama de ser una Puta- dijo susurrando
-Una puta?- pregunté
-Shhhhhh, no lo digas alto o te va a escuchar- me reclamó -Dicen que tuvo sexo con el señor Cortés para aprobar Calculo- soltó una risa burlona, seguí caminando con Brenda en mis brazos y finalmente llegamos a su habitación, la dejé en su cama con delicadeza
-Ya duerme hija, estas muy ebria- le acomodé la almohada, mientras lo hacía Brenda me tomó del cuello, me jalo hacia ella y me dio un beso en la boca, fue apasionante, sentir sus labios frotándose con desesperación con los míos, su lengua dentro mi boca me excitó de una manera que aun no había conocido, me alejé de ella
-Que haces?- le reproché con algo de molestia
-Perdon papi, no era mi intención- soltó una sonrisilla, se dio la vuelta y se acurrucó en las cobijas -Descansa papi- me dijo y se quedó en silencio. Salí de su habitación aun en shock y despacio baje las escaleras
-¿Y qué quieres hacer? Suponiendo que no me quede desmayada- me dijo Erica que estaba en el sofá de la sala -¿Por qué no vemos una película, de esas que mamá jamás toleraría que viera? ¿Sabes, algo divertido?- me dijo y dio un gran sorbo a su vaso
Sonreí -Claro por qué no?-
-Traeré la botella- Brindó con una sonrisa dijo ella soltando una risita. Luego nos sentamos en la sala y encendimos la televisión. Ambos empezamos a beber terminamos nuestras bebidas y nos servíamos más
Después de una hora, empecé a sentirme mal. Como si hubiera bebido mucho más de lo que creía, sentía las extremidades pesadas. Lo más extraño era que empecé a tener una erección
Definitivamente no era por la película, era por el simple hecho de que Erica estuviera sentada cerca de mi. No podía dejar que la viera, así que arrastré lentamente una almohada. Lo mejor era taparla, mi sudadera no ocultaba nada, pero Erica notó mi movimiento con la almohada, pero no dijo nada. Pronto sentí que los párpados pesaban y me quedé dormido.
Me encontré recobrando la consciencia vagamente. No podía moverme, pero algo cálido y húmedo rodeaba mi pene, subiendo y bajando. Se sentía celestial, y hacía tanto tiempo que no sentía algo así. ¿Era un extraño sueño de tequila? Si era así, necesitaba beber más a menudo. Un momento, ¿era una lengua?
Con gran esfuerzo, abrí los ojos. Para encontrarse con una visión impactante. Debía estar soñando, porque era imposible que esto fuera real. Erica rodeaba mi pene con los labios y me estaba haciendo sexo oral.
-Espera... ¿qué?- gemí, aturdido
Sentí como se echó a reír mientras aún tenía mi pene en su boca mirándome con esos ojos café claros. Lentamente, apartó la boca de mi pene, besando la punta antes de alzar la vista por completo, dedicándome una sonrisa traviesa, pestañeando entre sus piernas.
-Parece que estás despierto. ¿Te sentiste bien?-
-¿Qué? ¿Por qué haces esto?- La miré confundido.
Se subió a mi regazo, sentándose a horcajadas sobre mi. Me rodeó el pene con su mano, acariciándolo de arriba abajo, haciéndome suspirar y estremecerse. me miró a los ojos, acercando mi rostro al suyo.
Me habló con sensualidad. -Siempre he estado loca por ti, desde que te conocí. Pero incluso después de que mamá y tú estuvieran juntos, era obvio que seguías viéndome como una niña pequeña. Así que... esta soy yo demostrándote…- Se bajó la cremallera del vestido que tenía y se lo quitó, dejando al descubierto una lencería casi transparente. -...que ya no soy una niña pequeña-
No pude evitar que sus ojos recorrieran su cuerpo de arriba abajo, absorbiéndola. Al mirar sus pechos, sus pezones eran visibles a través del sujetador. Podía ver su triángulo de cabello a través de las bragas. No podía negar que la vista era tentadora, pero no debía mirar, no podía.
-¡Eres mi hijastra!- gruñí - Esto no puede pasar-
Ella rió. -Hoy no, a partir de hoy solo soy una joven…- Empezó a acariciar mi pene de nuevo, haciendo que esa pequeña sensatez se desvaneciera en su mente.
-Pusiste... algo en mi... bebida... ¿verdad? - la acusé entre suspiros.
Esa insinuación traviesa volvió a aparecer en su sonrisa. -Quizás... quizás algo que te haga más... maleable y... algo que te asegure... excitación.- Me apretó la polla juguetonamente. Siguió ronroneando su confesión. -Consideré esperar a que estuvieras en la cama y meterme contigo, sin nada puesto... Pero pensé que necesitarías una forma más agresiva de persuadir- Soltó una risita coqueta.
Erica me levantó la camisa y me pasó la mano libre por el pecho. Antes de acercar su rostro al mío, rozando sus labios contra los mios antes de unirlos. Instintivamente, rocé mi lengua con la de ella antes de que ella se apartara, mordisqueando el labio al separarse. Deslicé mis dedos en sus bragas, podía sentir sus pliegues húmedos.
-Así me pongo cuando pienso en ti. Ahora puedo tenerte- Se mordió el labio.
Ella retiró su mano y deslizó sus bragas a un lado. Sostuvo mi pene contra su humedad, frotando sus caderas por la parte inferior, estremecí, más que excitado, y mi resistencia restante se desvaneció. Ella levantó las caderas, acariciando su punta contra su entrada antes de hundirse sobre él.
Ambos dejaron escapar un gemido cuando sus caderas se encontraron.
Erica movió sus caderas sobre mi, apoyando las manos en mi pecho; su coño se sentía divino al abrazarlo con fuerza. Convocó la poca soberanía que aún le quedaba en sus músculos para contraerse con sus caderas.
Al sentir mi participación, me dedicó una sonrisa lasciva y movió las caderas con más agresividad. Empezó a subirlas y bajarlas, rozando la piel. Me excité aún más cuando Erica dejó escapar gemidos, con los ojos entrecerrados. Sus dedos rozaban sus muslos justo por encima de las rodillas. Cada vez que ella bajaba las caderas y lo penetraba profundamente, lo apretaba. Soltaba gemidos y gemidos.
Ella apartó una mano de su pecho y la deslizó por su vientre, entre las piernas, para frotarse el clítoris
-Me toqué... tantas... veces... pensando... en ti.- Ronroneó entre gemidos.
Se quedaron así hasta que sus caderas empezaron a temblar sobre él. Rebotando frenéticamente sobre él mientras su orgasmo se acercaba rápidamente. Apretándolo desesperadamente, mientras su respiración se entrecortaba, sus ojos vidriosos. Mientras mi pene se contraía.
Soltó un chillido, arqueó la espalda, encogió los dedos de los pies y puso los ojos en blanco. Con los músculos tensos, se aferró a mi, y sus espasmos internos lo empujaron hasta la línea de meta. mi pene se tensó al acercarse a sus testículos y vacié mi gran carga de semen en su vagina. Una deliciosa oleada de placer lo recorrió.
Ella permaneció sobre mí, temblando aún, mientras seguía hundido en su interior. Al descender, empezó a ablandarse y mis músculos volvieron a sentirse pesados. Mis párpados volvieron a pesar y se hundieron sobre mis ojos mientras volvía a la inconsciencia.
Me desperté en el sofá poco después del amanecer, con la luz del sol filtrándose por las persianas y brillando en los ojos. Me los froté aturdido, con dolor de cabeza y resaca. Me arrastré hacia la cocina. Necesitaba café y aspirinas antes de intentar reconciliarme con la noche anterior.
Puse a calentar el café y encontré un frasco de aspirinas, dejándome un par. Una vez que terminó el café, pasó por la puerta principal. Había mucho silencio en la casa y no sabia donde estaba Erica
Tomé mi café de un trago, lo dejé y subí las escaleras. Ella estaba en la cama junto a Brenda, durmiendo. Sentí una oleada de emociones contradictorias al verla. Primero, rabia por haberme drogado. Segundo, una confusa sensación de excitación. Tercero, frustración conmigo mismo por no darme cuenta de que sentía lo mismo por ella
Continuará…
Agradezco sus puntos, no olviden seguirme para leer la continuación en los próximos días, cualquier critica constructiva, comentario, sugerencia serán bienvenidos. Gracias por leer 😋
0 comentarios - Solo Un Verano Cap 2