Fotos que tomamos mi esposa y yo, tratando de darle un toque erotico
Total libertad para comentar lo que quieran
Espero sean de vuestro agrado
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dulces.placeres@live.com
TRANQUILA! TU MARIDO YA LO SABE!
Era un secreto en mi vida que mi debut sexual había sido con otra chica, mi prima, también era cierto que era muy chica, que todo había empezado con un tonto juego de imaginar como besaban los chicos, y como besaríamos nosotras llegado el momento, y solo juntamos nuestros labios imaginando que lo hacíamos con un varón
Nunca supe como habíamos terminado cogiendo cuando solo se suponía que solo sería un inocente beso, pero me había gustado, y mucho
Y no diría que tuvimos un amorío, porque no lo fue, pero existirían más encuentros clandestinos, alguna escapada, una ducha casual, o una soledad programada
Llegarían los días de noviazgo, y todo eso quedaría atrás, ya no me vería tan asiduamente con ella y solo nuestros caminos seguirían por separado
Llegaría mi primer encuentro sexual con una persona del sexo opuesto, y si, me enloqueció sentir una verga dentro, pero aunque lo negara, también me había quedado el recuerdo de 'lo otro', del jugar con alguien de mi sexo
Pasados los veinte estaba en los días y noches de fiesta, boliche tras boliche, de tomar alcohol hasta perderse
A los chicos los ponía ver a dos chicas besarse, y se hacía un poco natural en esas noches alocadas, y todas las que se animaban a hacerlo, era solo por calentar a los varones, pero en esa ficción, cada vez que yo lo hacía con una chica, lo hacía desde lo profundo, me excitaba, me gustaba, y solo volvía a la realidad fingiendo un juego que para mi era mucho más que eso
Tuve días de romances pasajeros, y siendo mente abierta, habían pasado chicos y chicas por mi cama, y siempre fue normal para mi
Naturalmente, vendrían tiempos de cambios, mas grande, mas centrada, llegaría Kevin, el hombre de mi vida, del que me enamoraría y con quien formaría mi familia, y con él solo hablaría de una parte de mi pasado, porque me daba miedo, pudor y vergüenza esa otra parte lesbiana que trataba de ocultar a sus ojos
Kevin era veterinario, nos conocimos casualmente cuando había llevado a vacunar a mi pequeña gatita, y todo se dio naturalmente
Recuerdo que tenía un guardapolvos celeste, alto, fornido, se marcaba su caja toráxica y unos bíceps bastante prominentes, tenía una sonrisa compradora y unos hermosos ojos oscuros como la noche, en esos días usaba una barba prolijamente recortada y una cabellera lacia larga a los hombros
Sin embargo, lo que más me enamoraría de él era su tono de voz, grave, tan grave que me hacía estremecer cada vez que hablaba
Sin quererlo, las visitas al veterinario por la gatita habían sido el puente para conocernos
Kevin resultó ser un chico muy bueno, muy cariñoso conmigo, me trataba como a una reina, trabajaba por la mañana y por la tarde en la veterinaria, profesión que lo apasionaba, y en los ratos libre, aun mas tarde, atendía su otra pasión, el gimnasio
Mi esposo iba casi a diario a levantar pesas, le gustaba salir a correr, o andar en bicicleta, se anotaba en cuanta maratón existiese en la ciudad y su única frustración era no tener algún río cerca, lo suficientemente potable para realizar deportes acuáticos
Por mi parte, seguía con mi empleo de costumbre, trabajaba tras el mostrador de una casa de ventas de repuestos automotores, representante oficial de una conocida marca, y vivía rodeada en algo que era habitual, un mundo de hombres
Por la tarde, en mis ratos libres, buscaba entretenerme con algo y un poco por amor propio, decidí seguir los pasos de mi pareja, es que él estaba cada día más atractivo y no quería que tuviera a una fofa descuidada a su lado, y no me conformaban sus constantes palabras de 'amor, yo te amo como sea', porque sabía que el mercado estaba escaso y las depredadoras siempre andan rondando
Fui a conocer su gimnasio, él sugirió que fuéramos juntos, pero en verdad, era una sitio demasiado masculino, todos fisicudos y transpirados, y bueno, bastante testosterona tenía a diario en mi empleo como para seguir por el mismo camino en mis ratos libres
Fui entonces a 'Ellas', un sitio solo para chicas, a un par de cuadras de casa y otro tanto del gimnasio al que iba mi marido, todo cerca, todo en zona
En general todas las mujeres que iban a ese sitio lo hacían por el motivo de no mezclarse con el sexo opuesto, pero en mi caso, en el fondo ocultaba ese deseo irrefrenable de estar con chicas con una segunda intención, aunque solo fuera mirar, o imaginar, o interactuar
Así conocería en especial a Nataly, una cuarentona muy bien puesta que acapararía mi mirada al solo cruzarme con ella, es que era imposible que así no fuera, ella era como un faro en medio del océano, siempre llamaba la atención por lo audaz de vestirse con calzas y top fluorescentes, en colores llamativos, y no solo eso, sino lo bien que lucían en su envidiable cuerpo
Ella tenía un físico escultural, grandes tetas, diminuta cintura, cola perfecta y piernas torneadas a mano, pura fibra, nada de grasa, nada fofo, nada colgando, con el vientre plano, y el trasero respingón, nada estaba fuera no lugar, nada desentonaba en su armonía física, nada, ni un detalle
Me pegué a ella como estampilla, por una atracción natural, y además, porque no tenía amigas, porque era la envidia de todas y solo por eso, la hacían a un lado
Nataly tenía una vida licenciosa por así decirlo, era divorciada, previsible, de andar de noche en noche, de esas fotos en las redes que una mujer no suele subir, al menos que estés muy buena y que solo quieras calentar vergas por ahí
Lo curioso es que tenía cuatro hijos, si, cuatro, y así y todo su cuerpo era perfecto
Mi compañera de rutina era un tanto oscura en su día a día, a ver, cuatro hijos, no trabajaba, vivía la noche, y la pregunta de la chusma era, como se mantenía? por la parte de su ex? por sus padres? era ciertamente raro, y no dudaban en hablar de ella como una prostituta vip, pero como fuera, no era mi asunto y tal vez por eso, ella me aceptaba como amiga, porque yo no la juzgaba
Nos quedábamos hasta última hora, en verdad ella era siempre la última y yo no tenía el aguante para seguirle los pasos, solo lo hacía para poder ir a la ducha juntas, para poder admirarla en secreto, solo para tener fantasías
Verla desnuda bajo la ducha para mi era un secreto pecado, sus curvas, su bronceado, su depilado profundo, yo me mojaba mucho, sintiendo sus palabras, su voz femenina, imaginando sus secretos, y obviamente, cuando hacía el amor con mi esposo, muchas veces penaba en ella
Y hablando de mi esposo, naturalmente ellos se conocieron, Kevin pasaba a buscarme alguna que otra ve por el gimnasio cuando se hacía muy tarde, y alguna que otra vez la alcanzamos a su casa, y hablamos de cualquier cosa, y solo noté que ellos pegaron onda
Era lógico, ambos compartían esa pasión por las pesas y por los músculos, ambos eran atractivos y no pude evitar sentir celos por ambos, porque Kevin era mi esposo, mi hombre, y no me gustaba que nadie me lo mire con ojos de gata, ni siquiera ella, y Nataly, pues, no se, era mi fantasía, mi descubrimiento, y noté que jamás me miraría a mi como lo miraba a él
Y las cosas no irían solo de imaginación de mi parte, Kevin me preguntaba mucho de ella, y confieso que a él si le dije que era un prostituta vip, como todas la llamaban, aunque solo fuera por mi frustración de verla tan perfecta, y también ella me sacaba verdades de mentiras con charlas íntimas a las cuales no me agradaba llegar
La profesión de Kevin y el amor que ella tenía por las mascotas sería otro punto en común para que ellos tuvieran una charla especial
Yo preferí ignorar las señales que me daba la vida, mi esposo y mi amiga, se interesaban mutuamente y yo empezaba a quedarme al margen de la historia, me negué a verlo y fingí suponer que yo tenía todo bajo control, que mi esposo era mío y que mi amiga era mía
Las cosas seguirían por esos carriles por algún tiempo más, mi deseos ocultos por mi compañera iban en aumento, al límite de empezar a ser incontrolables, y más de una vez, mis miradas, mis palabras, mis gestos, mis actitudes, me dejaban en evidencia, y Nataly era consciente de ello, y solo jugaba al gato y al ratón conmigo, dejaba que la seduzca, pero también mantenía distancia
Una noche como tantas, Kevin había pasado a buscarme por el gim, venía del suyo, recién bañado, perfumado, con una remera negra ajustada y pantalones de jeans a las rodillas, estaba muy guapo, siempre estaba guapo, pero esa noche, mas que de costumbre
Mi amiga me había tomado la delantera, y yo llegué cuando ellos estaban parloteando muy bajito y muy cómplices, mi marido dijo
Hola amor, todo bien? la acompañamos hasta su casa, si? está demasiado oscuro
Era cierto, una noche encapotada ante una tormenta que se aproximaba, no se veía ni una estrella y unas pobres farolas daban un tinte lúgubre a la larga avenida y como la temperatura de primavera invitaba a caminar, no tuve demasiados inconvenientes en aceptar en algo que sonaba lógico y era un tanto habitual
Kevin me tomó por la cintura, en algo que sonaba especialmente rico, una forma psicológica de mostrarle a Nataly que yo era la hembra dueña de ese macho
Transitamos las pocas cuadras que separaban el gimnasio de su casa, y al llegar, las primeras gotas envueltas en un arremolinado viento nos hicieron guarecernos, ese viento había levantado esa molesta tierrecilla que se te mete en los ojos, y fue cuando ella nos invitó a pasar al menos por unos minutos hasta que pasara ese primer soplo de mal tiempo
Ingresamos, la casona estaba a oscuras y en silencio, para mi era el momento oportuno para preguntar por sus cuatro hijos, situación a la que ella se adelantó al decir que 'por suerte estaban en casa de sus padres'
Nos invitó a que nos pusiéramos cómodos, que nos sintiéramos como en casa, fue al refrigerador, nos ofreció unas cervezas mientras sacaba unas pizzas congeladas para situaciones como en la que estábamos
Le dijimos que no era necesario, pero ella insistió, acaso teníamos algo mejor que hacer?
Nataly dijo entonces que pararía a su cuarto a ponerse más cómoda, y en esos minutos Kevin y yo nos quedamos en silencio, como adivinando lo que vendría por delante, la situación parecía ser una locomotora a toda velocidad, imposible de detener
Cuando ella volvió, más que cómoda, diría que estaba provocativamente puta, con un topcito suelto por el cual sus prominentes pechos asomaban por debajo, por los lados y por el escote, se veían libres y solo se desnudaba lo imprescindible como para verse sensuales, también un short lo suficientemente corto y adherido como para que se marcara y dibujara la majestuosidad de su trasero y se marcara demasiado su sexo, dejando desnudas esas piernas de ensueño que me enloquecían
Estaba descalza, me gustaba cuando una chica desnudaba sus pies, tenía un raro fetiche con ese tema
Lo curioso era que naturalmente debiera haberme molestado por entender que estaba provocando a mi esposo, pero no, fui yo la que me sentí provocada y la que me excité al verla, al punto de sentir mojar mi ropa interior
Mientras afuera se había desatado un aguacero interminable de primavera, dentro, la atmósfera estaba caliente, la charla entre pizzas y cervezas era muy de previa de personas que buscan tener sexo, palabras, miradas, gestos, y yo me perdía irrefrenablemente en los ojos de esa mujer
Y ya de sobremesa, Kevin pasó al baño, y nos quedamos unos minutos a solas, ella estaba a mi lado, solo me miró dulcemente, me coqueteó un poco, se acercó, sentí cortarse mi respiración y solo vino a pegar sus labios con los míos, sentí derretirme, pero me escapé diciendo
Ahora no! está Kevin en el baño!
Entonces respondió
TRANQUILA! TU MARIDO YA LO SABE!
Hizo un nuevo intento, esta vez más profundo, incluso metiendo su lengua en mi boca, y ya sentí que no tenía defensas...
Empezamos a besarnos, y yo le puse en ese beso toda la frustración acumulada por tanto tiempo, ella me llevó al sillón principal, de lado del living para estar más cómodas, y en esos juegos nos sorprendería mi marido
El no dijo nada, solo se sentó a un lado, en uno de los sillones individuales como para ver lo que estábamos haciendo, fui con mis manos bajo su top, no era trabajo, sus pechos eran perfectos y sus pezones se sintieron afiebrados, ella no tardó en sacarse ese top y sus tetas quedaron liberadas para que yo pudiera comérselas a besos
Fueron minutos muy ricos, al fin me la estaba comiendo, y que mi marido pudiera verme ese lado oculto se me hacía muy rico

Ella se apartó un segundo para quitarse el pequeño short que lucía y quedare como Dios la trajo al mundo, volvió a sentarse un tanto recostada, con una pierna en el piso y a otra sobre el respaldo, bien abierta con su conchita jugosa y lampiña para decir
Vení bebé, hacelo, es lo que siempre quisiste cierto?
No esperé a que volviera a repetirlo, me escabullí y solo llevé mis labios a su vulva caliente, estaba impregnada en jugos, tenía muchas ganas contenidas de hacerlo, solo cerré los ojos y la llené de lengüetazos y de besos calientes, su sabor, su aroma, recordé viejos tiempos, su clítoris, sus labios, su conchita tan rica
Abrí mis ojos buscando hacer contacto con los suyos, pero los suyos miraban directamente a un lado, donde estaba Kevin, solo los cerré y volví a lo que estaba haciendo, muy rico, con ese sabor que solo las mujeres calientes tienen, volví a buscar el contacto visual con ella, pero ahora lo encontraría a Kevin participando en el juego, parado a su lado, mientras ella le comía la verga a besos, me resultó muy excitante ver con las ganas que ella se lo hacía, y no pude evitar pasar una de mis manos bajo la calza, bajo la tanga, para llegar a mi intimidad, para notarla desbordada en jugos, y solo empecé a masturbarme muy rico, metiendo los dedos en mi huequito caliente
De pronto solo cambiamos, ella se paró y subió una de sus piernas al sillón, mi esposo fue por detrás y empezó a cogerla, ella me miró, y con las miradas nos entendimos, fui nuevamente al ataque, por el frente, y fue mágico, sentir en mi lengua y en mis labios de penetración de mi esposo con mi amante, yendo desde testículos, tronco, glande, labios, clítoris, jugos, todo un combo perfecto, y los gemidos a orgasmos colmado el espacio, incluso yo me vine un par de veces solo siendo una tercera en todo el juego
Nataly volvió a cambiar, nos dijo que quería ver como nosotros lo hacíamos, así que solo me desnudé, hice que mi marido se sentara y fui a cabalgarlo, pero dándole la espalda a él, y el frente a ella, porque quería que ella me viera, me daba mucho morbo esa situación
Ella pidió unos minutos, dijo que siguiéramos en el juego, fue hasta su cuarto, para volver con un arnés con una pija de juguete entre sus manos
Me dijo que me lo pusiera, que quería que yo la cogiera, y que sería lindo ver a mi marido observando, para ser honesta, esa parte no me causaba mucha gracia, no era mi manera de amar a una chica, pero a veces, una tiene que ceder un poco por placer del otro, o de los otros como en este caso, así que solo me monté el arnés y me sentí rara, hasta cómica, no me agradaba ser una chica con pene
Fue mi turno de sentarme y fue su turno de cabalgarme, digamos que empecé a cogerla, me llenaba las manos con sus glúteos, le besaba las tetas, ella las acariciaba contra las mías pezones contra pezones, y lo mejor, me daba los besos más profundos y más calientes que pudieran imaginar
El bastardo de Kevin se coló por detrás y se la metió por el culo, en una doble penetración que había estado lejos de mis pensamientos, él empezó a quitármela de mi centro de atención, ella se reclinó hacia atrás, buscando besarlo a él y todo fue muy caliente
Mi esposo tomó el liderazgo, saliendo de posición y sacándonos a nosotras del lugar, se sentó en el sillón y dijo
Vengan perras, ahora quiero que me la chupan un buen rato
Ella fue a un lado, yo al otro, ella le tomó la verga muy cerca de los testículos y nos miramos, y empezamos a compartirla
Nunca olvidaré esos momentos, el rostro de Nataly estaba tan cerca del mío, nuestras miradas, nuestros juegos, su lengua, mi lengua, sus labios, mis labios, todo en un juego perverso, interrumpido solo por la hermosa pija de Kevin que se interponía entre ambas
A veces me dejaba el glande para mi y ella iba por el tronco, a veces era al revés, y a veces, solo lo masturbábamos mientras nosotras nos matábamos a besos y a lengüetazos
El final sería previsible si seguíamos haciendo lo que estábamos haciendo, la verga de mi marido se contrajo y empezó a escupir chorros de leche, como explota la lava de un volcán, y nosotras solo seguimos jugando, como si nada ocurriera, solo que ahora los besos y lengüetazos se tornaban blancuzcos con ese sabor a hombre que tanto me enloquecía
Ella trajo una toalla, para que nos limpiáramos, tenía ganas de seguir jugando pero ella dijo algo así como
Chicos, está todo bien, pero la tormenta ya pasó y mañana tengo que levantarme temprano
Me sonó un poco fría y distante para una relación sexual que recién llegaba a su fin, pero bueno, cada quien es como es. Así que solo volvimos a casa, con la satisfacción de habérmela cogido, de que mi esposo lo supiera y que no se molestara por la situación de mi variedad de gustos, y por sobre todas las cosas, tenía muchas ideas para volver a jugar con ella
El final de la historia?
Triste, y tonta...
No me di cuenta ese día, ni al siguiente, pero escarbando y escarbando, toda la mentira salió a la luz, porque nada había sido casual, nada se había dado como yo lo había sentido, todo había sido planificado, y puedo tolerar una mentira piadosa, pero no hacer el papel de boluda
Resultó que las chicas del gimnasio tenían razón, ella no tenía hijos, era solo una pantalla y se ganaba la vida vendiendo su cuerpo, y resultó que Kevin, a mis espaldas había pagado más de una vez por sus servicios
Nataly había percibido mi debilidad por ella, cuan vulnerable me mostraba y sacó partido de la situación
Nunca supe como planificaron ese trío, de quien fue la idea ni cuanto había pagado mi esposo por el encuentro, solo supe que fui la tonta del encuentro, todo lo que me había parecido tan natural, tan espontáneo, tan íntimo, tan privado, todo había fríamente calculado, fue todo una ridícula puesta en escena, y hoy al recordarlo, se me llena el alma de angustia
Nunca volví al gimnasio, no soy mujer de escándalos, y la vergüenza del caso no me hubiera permitido mirar a Nataly a los ojos, tampoco seguiría al lado de Kevin, ya no podría volver a confiar en él, nunca mas
Por suerte, la vida me llevó por otros caminos, y después de esa experiencia, conocería a Micaela, una chica de mi nuevo vecindario, de mi nueva vida, alguien que me quiere y me acepta tal cual soy
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Era un secreto en mi vida que mi debut sexual había sido con otra chica, mi prima, también era cierto que era muy chica, que todo había empezado con un tonto juego de imaginar como besaban los chicos, y como besaríamos nosotras llegado el momento, y solo juntamos nuestros labios imaginando que lo hacíamos con un varón
Nunca supe como habíamos terminado cogiendo cuando solo se suponía que solo sería un inocente beso, pero me había gustado, y mucho
Y no diría que tuvimos un amorío, porque no lo fue, pero existirían más encuentros clandestinos, alguna escapada, una ducha casual, o una soledad programada
Llegarían los días de noviazgo, y todo eso quedaría atrás, ya no me vería tan asiduamente con ella y solo nuestros caminos seguirían por separado
Llegaría mi primer encuentro sexual con una persona del sexo opuesto, y si, me enloqueció sentir una verga dentro, pero aunque lo negara, también me había quedado el recuerdo de 'lo otro', del jugar con alguien de mi sexo
Pasados los veinte estaba en los días y noches de fiesta, boliche tras boliche, de tomar alcohol hasta perderse
A los chicos los ponía ver a dos chicas besarse, y se hacía un poco natural en esas noches alocadas, y todas las que se animaban a hacerlo, era solo por calentar a los varones, pero en esa ficción, cada vez que yo lo hacía con una chica, lo hacía desde lo profundo, me excitaba, me gustaba, y solo volvía a la realidad fingiendo un juego que para mi era mucho más que eso
Tuve días de romances pasajeros, y siendo mente abierta, habían pasado chicos y chicas por mi cama, y siempre fue normal para mi
Naturalmente, vendrían tiempos de cambios, mas grande, mas centrada, llegaría Kevin, el hombre de mi vida, del que me enamoraría y con quien formaría mi familia, y con él solo hablaría de una parte de mi pasado, porque me daba miedo, pudor y vergüenza esa otra parte lesbiana que trataba de ocultar a sus ojos
Kevin era veterinario, nos conocimos casualmente cuando había llevado a vacunar a mi pequeña gatita, y todo se dio naturalmente
Recuerdo que tenía un guardapolvos celeste, alto, fornido, se marcaba su caja toráxica y unos bíceps bastante prominentes, tenía una sonrisa compradora y unos hermosos ojos oscuros como la noche, en esos días usaba una barba prolijamente recortada y una cabellera lacia larga a los hombros
Sin embargo, lo que más me enamoraría de él era su tono de voz, grave, tan grave que me hacía estremecer cada vez que hablaba
Sin quererlo, las visitas al veterinario por la gatita habían sido el puente para conocernos
Kevin resultó ser un chico muy bueno, muy cariñoso conmigo, me trataba como a una reina, trabajaba por la mañana y por la tarde en la veterinaria, profesión que lo apasionaba, y en los ratos libre, aun mas tarde, atendía su otra pasión, el gimnasio
Mi esposo iba casi a diario a levantar pesas, le gustaba salir a correr, o andar en bicicleta, se anotaba en cuanta maratón existiese en la ciudad y su única frustración era no tener algún río cerca, lo suficientemente potable para realizar deportes acuáticos
Por mi parte, seguía con mi empleo de costumbre, trabajaba tras el mostrador de una casa de ventas de repuestos automotores, representante oficial de una conocida marca, y vivía rodeada en algo que era habitual, un mundo de hombres
Por la tarde, en mis ratos libres, buscaba entretenerme con algo y un poco por amor propio, decidí seguir los pasos de mi pareja, es que él estaba cada día más atractivo y no quería que tuviera a una fofa descuidada a su lado, y no me conformaban sus constantes palabras de 'amor, yo te amo como sea', porque sabía que el mercado estaba escaso y las depredadoras siempre andan rondando
Fui a conocer su gimnasio, él sugirió que fuéramos juntos, pero en verdad, era una sitio demasiado masculino, todos fisicudos y transpirados, y bueno, bastante testosterona tenía a diario en mi empleo como para seguir por el mismo camino en mis ratos libres
Fui entonces a 'Ellas', un sitio solo para chicas, a un par de cuadras de casa y otro tanto del gimnasio al que iba mi marido, todo cerca, todo en zona
En general todas las mujeres que iban a ese sitio lo hacían por el motivo de no mezclarse con el sexo opuesto, pero en mi caso, en el fondo ocultaba ese deseo irrefrenable de estar con chicas con una segunda intención, aunque solo fuera mirar, o imaginar, o interactuar
Así conocería en especial a Nataly, una cuarentona muy bien puesta que acapararía mi mirada al solo cruzarme con ella, es que era imposible que así no fuera, ella era como un faro en medio del océano, siempre llamaba la atención por lo audaz de vestirse con calzas y top fluorescentes, en colores llamativos, y no solo eso, sino lo bien que lucían en su envidiable cuerpo
Ella tenía un físico escultural, grandes tetas, diminuta cintura, cola perfecta y piernas torneadas a mano, pura fibra, nada de grasa, nada fofo, nada colgando, con el vientre plano, y el trasero respingón, nada estaba fuera no lugar, nada desentonaba en su armonía física, nada, ni un detalle
Me pegué a ella como estampilla, por una atracción natural, y además, porque no tenía amigas, porque era la envidia de todas y solo por eso, la hacían a un lado
Nataly tenía una vida licenciosa por así decirlo, era divorciada, previsible, de andar de noche en noche, de esas fotos en las redes que una mujer no suele subir, al menos que estés muy buena y que solo quieras calentar vergas por ahí
Lo curioso es que tenía cuatro hijos, si, cuatro, y así y todo su cuerpo era perfecto
Mi compañera de rutina era un tanto oscura en su día a día, a ver, cuatro hijos, no trabajaba, vivía la noche, y la pregunta de la chusma era, como se mantenía? por la parte de su ex? por sus padres? era ciertamente raro, y no dudaban en hablar de ella como una prostituta vip, pero como fuera, no era mi asunto y tal vez por eso, ella me aceptaba como amiga, porque yo no la juzgaba
Nos quedábamos hasta última hora, en verdad ella era siempre la última y yo no tenía el aguante para seguirle los pasos, solo lo hacía para poder ir a la ducha juntas, para poder admirarla en secreto, solo para tener fantasías
Verla desnuda bajo la ducha para mi era un secreto pecado, sus curvas, su bronceado, su depilado profundo, yo me mojaba mucho, sintiendo sus palabras, su voz femenina, imaginando sus secretos, y obviamente, cuando hacía el amor con mi esposo, muchas veces penaba en ella
Y hablando de mi esposo, naturalmente ellos se conocieron, Kevin pasaba a buscarme alguna que otra ve por el gimnasio cuando se hacía muy tarde, y alguna que otra vez la alcanzamos a su casa, y hablamos de cualquier cosa, y solo noté que ellos pegaron onda
Era lógico, ambos compartían esa pasión por las pesas y por los músculos, ambos eran atractivos y no pude evitar sentir celos por ambos, porque Kevin era mi esposo, mi hombre, y no me gustaba que nadie me lo mire con ojos de gata, ni siquiera ella, y Nataly, pues, no se, era mi fantasía, mi descubrimiento, y noté que jamás me miraría a mi como lo miraba a él
Y las cosas no irían solo de imaginación de mi parte, Kevin me preguntaba mucho de ella, y confieso que a él si le dije que era un prostituta vip, como todas la llamaban, aunque solo fuera por mi frustración de verla tan perfecta, y también ella me sacaba verdades de mentiras con charlas íntimas a las cuales no me agradaba llegar
La profesión de Kevin y el amor que ella tenía por las mascotas sería otro punto en común para que ellos tuvieran una charla especial
Yo preferí ignorar las señales que me daba la vida, mi esposo y mi amiga, se interesaban mutuamente y yo empezaba a quedarme al margen de la historia, me negué a verlo y fingí suponer que yo tenía todo bajo control, que mi esposo era mío y que mi amiga era mía
Las cosas seguirían por esos carriles por algún tiempo más, mi deseos ocultos por mi compañera iban en aumento, al límite de empezar a ser incontrolables, y más de una vez, mis miradas, mis palabras, mis gestos, mis actitudes, me dejaban en evidencia, y Nataly era consciente de ello, y solo jugaba al gato y al ratón conmigo, dejaba que la seduzca, pero también mantenía distancia
Una noche como tantas, Kevin había pasado a buscarme por el gim, venía del suyo, recién bañado, perfumado, con una remera negra ajustada y pantalones de jeans a las rodillas, estaba muy guapo, siempre estaba guapo, pero esa noche, mas que de costumbre
Mi amiga me había tomado la delantera, y yo llegué cuando ellos estaban parloteando muy bajito y muy cómplices, mi marido dijo
Hola amor, todo bien? la acompañamos hasta su casa, si? está demasiado oscuro
Era cierto, una noche encapotada ante una tormenta que se aproximaba, no se veía ni una estrella y unas pobres farolas daban un tinte lúgubre a la larga avenida y como la temperatura de primavera invitaba a caminar, no tuve demasiados inconvenientes en aceptar en algo que sonaba lógico y era un tanto habitual
Kevin me tomó por la cintura, en algo que sonaba especialmente rico, una forma psicológica de mostrarle a Nataly que yo era la hembra dueña de ese macho
Transitamos las pocas cuadras que separaban el gimnasio de su casa, y al llegar, las primeras gotas envueltas en un arremolinado viento nos hicieron guarecernos, ese viento había levantado esa molesta tierrecilla que se te mete en los ojos, y fue cuando ella nos invitó a pasar al menos por unos minutos hasta que pasara ese primer soplo de mal tiempo
Ingresamos, la casona estaba a oscuras y en silencio, para mi era el momento oportuno para preguntar por sus cuatro hijos, situación a la que ella se adelantó al decir que 'por suerte estaban en casa de sus padres'
Nos invitó a que nos pusiéramos cómodos, que nos sintiéramos como en casa, fue al refrigerador, nos ofreció unas cervezas mientras sacaba unas pizzas congeladas para situaciones como en la que estábamos
Le dijimos que no era necesario, pero ella insistió, acaso teníamos algo mejor que hacer?
Nataly dijo entonces que pararía a su cuarto a ponerse más cómoda, y en esos minutos Kevin y yo nos quedamos en silencio, como adivinando lo que vendría por delante, la situación parecía ser una locomotora a toda velocidad, imposible de detener
Cuando ella volvió, más que cómoda, diría que estaba provocativamente puta, con un topcito suelto por el cual sus prominentes pechos asomaban por debajo, por los lados y por el escote, se veían libres y solo se desnudaba lo imprescindible como para verse sensuales, también un short lo suficientemente corto y adherido como para que se marcara y dibujara la majestuosidad de su trasero y se marcara demasiado su sexo, dejando desnudas esas piernas de ensueño que me enloquecían
Estaba descalza, me gustaba cuando una chica desnudaba sus pies, tenía un raro fetiche con ese tema
Lo curioso era que naturalmente debiera haberme molestado por entender que estaba provocando a mi esposo, pero no, fui yo la que me sentí provocada y la que me excité al verla, al punto de sentir mojar mi ropa interior
Mientras afuera se había desatado un aguacero interminable de primavera, dentro, la atmósfera estaba caliente, la charla entre pizzas y cervezas era muy de previa de personas que buscan tener sexo, palabras, miradas, gestos, y yo me perdía irrefrenablemente en los ojos de esa mujer
Y ya de sobremesa, Kevin pasó al baño, y nos quedamos unos minutos a solas, ella estaba a mi lado, solo me miró dulcemente, me coqueteó un poco, se acercó, sentí cortarse mi respiración y solo vino a pegar sus labios con los míos, sentí derretirme, pero me escapé diciendo
Ahora no! está Kevin en el baño!
Entonces respondió
TRANQUILA! TU MARIDO YA LO SABE!
Hizo un nuevo intento, esta vez más profundo, incluso metiendo su lengua en mi boca, y ya sentí que no tenía defensas...
Empezamos a besarnos, y yo le puse en ese beso toda la frustración acumulada por tanto tiempo, ella me llevó al sillón principal, de lado del living para estar más cómodas, y en esos juegos nos sorprendería mi marido
El no dijo nada, solo se sentó a un lado, en uno de los sillones individuales como para ver lo que estábamos haciendo, fui con mis manos bajo su top, no era trabajo, sus pechos eran perfectos y sus pezones se sintieron afiebrados, ella no tardó en sacarse ese top y sus tetas quedaron liberadas para que yo pudiera comérselas a besos
Fueron minutos muy ricos, al fin me la estaba comiendo, y que mi marido pudiera verme ese lado oculto se me hacía muy rico

Ella se apartó un segundo para quitarse el pequeño short que lucía y quedare como Dios la trajo al mundo, volvió a sentarse un tanto recostada, con una pierna en el piso y a otra sobre el respaldo, bien abierta con su conchita jugosa y lampiña para decir
Vení bebé, hacelo, es lo que siempre quisiste cierto?
No esperé a que volviera a repetirlo, me escabullí y solo llevé mis labios a su vulva caliente, estaba impregnada en jugos, tenía muchas ganas contenidas de hacerlo, solo cerré los ojos y la llené de lengüetazos y de besos calientes, su sabor, su aroma, recordé viejos tiempos, su clítoris, sus labios, su conchita tan rica
Abrí mis ojos buscando hacer contacto con los suyos, pero los suyos miraban directamente a un lado, donde estaba Kevin, solo los cerré y volví a lo que estaba haciendo, muy rico, con ese sabor que solo las mujeres calientes tienen, volví a buscar el contacto visual con ella, pero ahora lo encontraría a Kevin participando en el juego, parado a su lado, mientras ella le comía la verga a besos, me resultó muy excitante ver con las ganas que ella se lo hacía, y no pude evitar pasar una de mis manos bajo la calza, bajo la tanga, para llegar a mi intimidad, para notarla desbordada en jugos, y solo empecé a masturbarme muy rico, metiendo los dedos en mi huequito caliente
De pronto solo cambiamos, ella se paró y subió una de sus piernas al sillón, mi esposo fue por detrás y empezó a cogerla, ella me miró, y con las miradas nos entendimos, fui nuevamente al ataque, por el frente, y fue mágico, sentir en mi lengua y en mis labios de penetración de mi esposo con mi amante, yendo desde testículos, tronco, glande, labios, clítoris, jugos, todo un combo perfecto, y los gemidos a orgasmos colmado el espacio, incluso yo me vine un par de veces solo siendo una tercera en todo el juego
Nataly volvió a cambiar, nos dijo que quería ver como nosotros lo hacíamos, así que solo me desnudé, hice que mi marido se sentara y fui a cabalgarlo, pero dándole la espalda a él, y el frente a ella, porque quería que ella me viera, me daba mucho morbo esa situación
Ella pidió unos minutos, dijo que siguiéramos en el juego, fue hasta su cuarto, para volver con un arnés con una pija de juguete entre sus manos
Me dijo que me lo pusiera, que quería que yo la cogiera, y que sería lindo ver a mi marido observando, para ser honesta, esa parte no me causaba mucha gracia, no era mi manera de amar a una chica, pero a veces, una tiene que ceder un poco por placer del otro, o de los otros como en este caso, así que solo me monté el arnés y me sentí rara, hasta cómica, no me agradaba ser una chica con pene
Fue mi turno de sentarme y fue su turno de cabalgarme, digamos que empecé a cogerla, me llenaba las manos con sus glúteos, le besaba las tetas, ella las acariciaba contra las mías pezones contra pezones, y lo mejor, me daba los besos más profundos y más calientes que pudieran imaginar
El bastardo de Kevin se coló por detrás y se la metió por el culo, en una doble penetración que había estado lejos de mis pensamientos, él empezó a quitármela de mi centro de atención, ella se reclinó hacia atrás, buscando besarlo a él y todo fue muy caliente
Mi esposo tomó el liderazgo, saliendo de posición y sacándonos a nosotras del lugar, se sentó en el sillón y dijo
Vengan perras, ahora quiero que me la chupan un buen rato
Ella fue a un lado, yo al otro, ella le tomó la verga muy cerca de los testículos y nos miramos, y empezamos a compartirla
Nunca olvidaré esos momentos, el rostro de Nataly estaba tan cerca del mío, nuestras miradas, nuestros juegos, su lengua, mi lengua, sus labios, mis labios, todo en un juego perverso, interrumpido solo por la hermosa pija de Kevin que se interponía entre ambas
A veces me dejaba el glande para mi y ella iba por el tronco, a veces era al revés, y a veces, solo lo masturbábamos mientras nosotras nos matábamos a besos y a lengüetazos
El final sería previsible si seguíamos haciendo lo que estábamos haciendo, la verga de mi marido se contrajo y empezó a escupir chorros de leche, como explota la lava de un volcán, y nosotras solo seguimos jugando, como si nada ocurriera, solo que ahora los besos y lengüetazos se tornaban blancuzcos con ese sabor a hombre que tanto me enloquecía
Ella trajo una toalla, para que nos limpiáramos, tenía ganas de seguir jugando pero ella dijo algo así como
Chicos, está todo bien, pero la tormenta ya pasó y mañana tengo que levantarme temprano
Me sonó un poco fría y distante para una relación sexual que recién llegaba a su fin, pero bueno, cada quien es como es. Así que solo volvimos a casa, con la satisfacción de habérmela cogido, de que mi esposo lo supiera y que no se molestara por la situación de mi variedad de gustos, y por sobre todas las cosas, tenía muchas ideas para volver a jugar con ella
El final de la historia?
Triste, y tonta...
No me di cuenta ese día, ni al siguiente, pero escarbando y escarbando, toda la mentira salió a la luz, porque nada había sido casual, nada se había dado como yo lo había sentido, todo había sido planificado, y puedo tolerar una mentira piadosa, pero no hacer el papel de boluda
Resultó que las chicas del gimnasio tenían razón, ella no tenía hijos, era solo una pantalla y se ganaba la vida vendiendo su cuerpo, y resultó que Kevin, a mis espaldas había pagado más de una vez por sus servicios
Nataly había percibido mi debilidad por ella, cuan vulnerable me mostraba y sacó partido de la situación
Nunca supe como planificaron ese trío, de quien fue la idea ni cuanto había pagado mi esposo por el encuentro, solo supe que fui la tonta del encuentro, todo lo que me había parecido tan natural, tan espontáneo, tan íntimo, tan privado, todo había fríamente calculado, fue todo una ridícula puesta en escena, y hoy al recordarlo, se me llena el alma de angustia
Nunca volví al gimnasio, no soy mujer de escándalos, y la vergüenza del caso no me hubiera permitido mirar a Nataly a los ojos, tampoco seguiría al lado de Kevin, ya no podría volver a confiar en él, nunca mas
Por suerte, la vida me llevó por otros caminos, y después de esa experiencia, conocería a Micaela, una chica de mi nuevo vecindario, de mi nueva vida, alguien que me quiere y me acepta tal cual soy
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1 comentarios - Tranquila! tu marido ya lo sabe!