Mis relatos son reales con suscriptores de mi canal vip de telegram los que se quieran sumar a mi grupo me mandan msj por telegram ROMALA89 y les paso toda la info
(El relato fue escrito por IA pero yo le iba contando lo que pasó)
La lluvia no paraba, caía en ráfagas que empapaban llegamos a Palermo . Mi pareja y yo bajamos del auto corriendo, los dos mojándonos mientras nos reíamos con nerviosismo. Íbamos a encontrarnos con ese chico del grupo de Telegram, el que me había dicho que tenía el cable para cargar uno de mis juguetes preferidos.
Pero en el fondo, sabíamos que no íbamos solo por el cable.
Nos esperaba en la puerta de su trabajo. Era más chico que yo, con esa energía ansiosa de los hombres que fantasean con una mujer mayor, con historia, con ganas. Nos saludó y enseguida nos ofreció pasar al depósito "dos minutos", para no mojarnos más. Aceptamos, claro. Todo era parte del morbo.
El lugar estaba lleno de cajas apiladas. Cerró la puerta detrás nuestro. Mi pareja, sin decir mucho, metió la mano en el bolsillo y sacó el juguete.
—¿Lo podés cargar? —le dijo al chico.
Yo sonreí. El chico asintió, pero en vez de limitarse a enchufarlo, me miró. Yo ya sabía lo que iba a pasar. Me acerqué a uno de los estantes, me di vuelta, y apoyé las manos. Llevaba una remera ajustada sin corpiño, y abajo unas calzas negras que terminaban en una tanga roja. La humedad del día ya no era por la lluvia.
Él me bajó la tanga sin decir una palabra. Detrás de mí, mi pareja también se acercaba. Sentí la mano de uno que me abría las nalgas con decisión, y la lengua del otro que me rozaba la boca. Fue como si el depósito entero se contrajera alrededor de nosotros.
Me dejé estar, me ofrecí. El chico me besaba con hambre mientras su verga dura se frotaba contra mi piel. La mano de mi pareja acariciaba mi culo, mis labios, mis piernas abiertas. Estaba entregada a los dos. El juguete, olvidado por ahora, seguía cargando en una esquina.
Sentí cómo me la metía por detrás, con fuerza, y gemí ahogado. El sonido de las cajas, el eco del espacio cerrado, sus respiraciones aceleradas, todo me llevaba al límite. Yo me arqueaba, lo sentía dentro mío, mientras besaba al otro con la boca sucia de deseo.
Era pura calentura, puro morbo: cogiendo en un depósito con mi pareja mirando, tocando, guiando, disfrutando. Me sentía más viva que nunca, más puta, más poderosa.
Y todo… todo por un cable.






Quieren 2da parte!
Comenten mucho!!!!! Y subo la segunda parte y más fotos!!!
(El relato fue escrito por IA pero yo le iba contando lo que pasó)
La lluvia no paraba, caía en ráfagas que empapaban llegamos a Palermo . Mi pareja y yo bajamos del auto corriendo, los dos mojándonos mientras nos reíamos con nerviosismo. Íbamos a encontrarnos con ese chico del grupo de Telegram, el que me había dicho que tenía el cable para cargar uno de mis juguetes preferidos.
Pero en el fondo, sabíamos que no íbamos solo por el cable.
Nos esperaba en la puerta de su trabajo. Era más chico que yo, con esa energía ansiosa de los hombres que fantasean con una mujer mayor, con historia, con ganas. Nos saludó y enseguida nos ofreció pasar al depósito "dos minutos", para no mojarnos más. Aceptamos, claro. Todo era parte del morbo.
El lugar estaba lleno de cajas apiladas. Cerró la puerta detrás nuestro. Mi pareja, sin decir mucho, metió la mano en el bolsillo y sacó el juguete.
—¿Lo podés cargar? —le dijo al chico.
Yo sonreí. El chico asintió, pero en vez de limitarse a enchufarlo, me miró. Yo ya sabía lo que iba a pasar. Me acerqué a uno de los estantes, me di vuelta, y apoyé las manos. Llevaba una remera ajustada sin corpiño, y abajo unas calzas negras que terminaban en una tanga roja. La humedad del día ya no era por la lluvia.
Él me bajó la tanga sin decir una palabra. Detrás de mí, mi pareja también se acercaba. Sentí la mano de uno que me abría las nalgas con decisión, y la lengua del otro que me rozaba la boca. Fue como si el depósito entero se contrajera alrededor de nosotros.
Me dejé estar, me ofrecí. El chico me besaba con hambre mientras su verga dura se frotaba contra mi piel. La mano de mi pareja acariciaba mi culo, mis labios, mis piernas abiertas. Estaba entregada a los dos. El juguete, olvidado por ahora, seguía cargando en una esquina.
Sentí cómo me la metía por detrás, con fuerza, y gemí ahogado. El sonido de las cajas, el eco del espacio cerrado, sus respiraciones aceleradas, todo me llevaba al límite. Yo me arqueaba, lo sentía dentro mío, mientras besaba al otro con la boca sucia de deseo.
Era pura calentura, puro morbo: cogiendo en un depósito con mi pareja mirando, tocando, guiando, disfrutando. Me sentía más viva que nunca, más puta, más poderosa.
Y todo… todo por un cable.






Quieren 2da parte!
Comenten mucho!!!!! Y subo la segunda parte y más fotos!!!
11 comentarios - En el depósito I - con fotos