Nos miramos por un momento, y luego ella se acercó a mí y me besó. Fue un beso profundo y apasionado, y sentí cómo mi cuerpo respondía instantáneamente. Mis manos encontraron su culo, apretándolo con fuerza, y ella gimió en mi boca.
"Te deseo," susurró, apartándose ligeramente para mirarme a los ojos.
"Yo también te deseo," respondí, sintiendo cómo mi pene palpitaba de anticipación.
Georgina se levantó y me tomó de la mano, llevándome arriba a su habitación. Una vez allí, comenzó a desvestirse lentamente, dejando caer su top al suelo. Sus tetas eran perfectas, redondas y firmes, con pezones duros que pedían a gritos ser tocados. Me acerqué y las tomé en mis manos, acariciándolas y besando su cuello.
"Más," susurró, empujándome hacia la cama.
Caímos sobre el colchón, y ella se subió encima de mí, frotando su vagina contra mi pene. Podía sentir su calor, su humedad, y sabía que estaba tan excitada como yo. Deslicé mis manos por su cuerpo, explorando cada curva, cada rincón. Ella gimió y se movió contra mí, buscando alivio.
"Te necesito dentro de mí," susurró, levantándose ligeramente para guiar mi pene hacia su entrada.
La penetre lentamente, y ambos gemimos de placer. Comenzó a moverse encima de mí, subiendo y bajando, tomando el control. La miré, viendo cómo su cuerpo se movía, cómo su cabello caía sobre su cara, cómo sus tetas se balanceaban con cada movimiento. Era una visión erótica, y supe que nunca olvidaría ese momento.
"Más rápido," le pedí, agarrando su culo con fuerza.
Ella obedeció, aumentando el ritmo, moviéndose más rápido y con más fuerza. Podía sentir cómo mi orgasmo se acercaba, cómo mi cuerpo se tensaba, listo para explotar.
"Voy a correrme," gemí, agarrándola con fuerza.
"Yo también," respondió, moviéndose aún más rápido.
Y entonces, con un grito, ambos alcanzamos el clímax, nuestros cuerpos temblando de placer. Georgina se dejó caer sobre mí, y nos quedamos allí, jadeando y recuperando el aliento.
"Eso fue increíble," susurré, acariciando su espalda.
"Sí, lo fue," respondió, levantando la cabeza para mirarme a los ojos. "Y espero que haya más."
Sonreí, sintiendo una mezcla de satisfacción y anticipación. "Yo también."
Y así, en esa habitación, con Georgina Rodríguez, viví una de las experiencias más intensas y memorables de mi vida.
Fin.
DEBERIA SEGUIR ESTE RELATO O HAGO DE OTRA FAMOSA COMENTEN DE QUIEN LES GUSTARÍA O SI PREFIEREN QUE SIGA ESTE
"Te deseo," susurró, apartándose ligeramente para mirarme a los ojos.
"Yo también te deseo," respondí, sintiendo cómo mi pene palpitaba de anticipación.
Georgina se levantó y me tomó de la mano, llevándome arriba a su habitación. Una vez allí, comenzó a desvestirse lentamente, dejando caer su top al suelo. Sus tetas eran perfectas, redondas y firmes, con pezones duros que pedían a gritos ser tocados. Me acerqué y las tomé en mis manos, acariciándolas y besando su cuello.
"Más," susurró, empujándome hacia la cama.
Caímos sobre el colchón, y ella se subió encima de mí, frotando su vagina contra mi pene. Podía sentir su calor, su humedad, y sabía que estaba tan excitada como yo. Deslicé mis manos por su cuerpo, explorando cada curva, cada rincón. Ella gimió y se movió contra mí, buscando alivio.
"Te necesito dentro de mí," susurró, levantándose ligeramente para guiar mi pene hacia su entrada.
La penetre lentamente, y ambos gemimos de placer. Comenzó a moverse encima de mí, subiendo y bajando, tomando el control. La miré, viendo cómo su cuerpo se movía, cómo su cabello caía sobre su cara, cómo sus tetas se balanceaban con cada movimiento. Era una visión erótica, y supe que nunca olvidaría ese momento.
"Más rápido," le pedí, agarrando su culo con fuerza.
Ella obedeció, aumentando el ritmo, moviéndose más rápido y con más fuerza. Podía sentir cómo mi orgasmo se acercaba, cómo mi cuerpo se tensaba, listo para explotar.
"Voy a correrme," gemí, agarrándola con fuerza.
"Yo también," respondió, moviéndose aún más rápido.
Y entonces, con un grito, ambos alcanzamos el clímax, nuestros cuerpos temblando de placer. Georgina se dejó caer sobre mí, y nos quedamos allí, jadeando y recuperando el aliento.
"Eso fue increíble," susurré, acariciando su espalda.
"Sí, lo fue," respondió, levantando la cabeza para mirarme a los ojos. "Y espero que haya más."
Sonreí, sintiendo una mezcla de satisfacción y anticipación. "Yo también."
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1 comentarios - Amigo de cristiano Jr se folla a Georgina #2