
J.L.o y el Medigo Capitulo 8
Finalmente el rabudo linyera logra ensartar a la hermosa cantante.
Jennifer con semejantes y crudas aclaraciones cayó en un total estado de conmoción, por lo que nuevamente volviendo a la realidad se dio a comenzar a suplicar misericordia, --Por favor señor Tobiasss…!, me… va a hacer daño cuando me lo hagaaa…!!, m… me… me va a matar con su herramientaaa...!! la tiene exageradamente grandeee…!! y yo… yo… nunca me he comido nada de ese tamañooo…!!, por favorcitooo…!! no sea malo conmigo… solo durmamos…!!, y si quiere mañana puedo estar chupándosela por todo el día si así lo desea, si!?, El negro vagabundo no haciéndole caso a sus ruegos y estúpidas propuestas como pudo se fue montando sobre su cuerpo, y la muy salida y caliente cantante Latina contradiciendo a todo lo que sus labios estaban pronunciando nuevamente era ella solita quien se iba abriendo de piernas a la misma vez que se preparaba sicológicamente para la brutal y apremiante irrupción que se avecinaba inminentemente. El azulado y traspirado pordiosero quien se encontraba en un enajenado estado de calentura como pudo se acomodo sobre ella y se mojó la punta de la verga con saliva para luego ponerla a la entrada intima de la mujer, hasta que sin muchos miramientos y sin darle previo aviso le mandó un fuerte empujón que salió resbalado en dirección al vientre de la hembra. Andrea con alivio caía en cuenta que el indigente había fallado en su osadía y que tal vez este se convencería que no iba a poder lograr sus enajenadas intenciones, pero el viejo notando que la rosada raya de aquella vagina se notaba tan chiquitita en comparación al cabezón glande que el poseía en su armatoste vergal acertadamente supo que no sería una tarea muy fácil de concretar, pero viendo que aquella apretada entrada hacia el placer le pertenecía a una mujer hecha y derecha que se gastaba un tremendo y curvilíneo cuerpo hecho para la procreación y el apareamiento, y estando ahora un poco más calmado se propuso a volver al ataque, posó nuevamente su afiebrado y duro glande que era tan grande como un puño humano justo al medio de aquella tierna hendidura femenina que a simple vista daba la impresión que jamás albergaría a su considerable miembro fálico, para luego de eso comenzar a presionar y horadar sobre ella con su mano puesta en el grosor de la verga justo detrás del glande, pero aquella cerrada entrada si bien se lograba abrir un poco esta se negaba a abrazarlo por entero. Los minutos pasaban y el vagabundo no cejaba de sus afiebradas intenciones, Jennifer miraba la operación en forma expectante con rosáceas tonalidades en su cara. Su jugosa almejita ya estaba comenzando a sentir sensaciones cosquilleantes por cada arponazo que recibía del vergal invasor que no renunciaba en su afiebrado cometido, y ella a estas alturas ya casi deseaba que ese grotesco tronco de carne se deslizara hacia su interior. Mientras que la hembra estaba ya casi entregada a la escalofriante situación en que había caído con el pordiosero este mismo seguía presionando con su mano y con su verga una y otra vez ya que quería sentir su tranca al interior de ese precioso cuerpo dorado que era sinónimo de perfección, el indigente empujó otra vez con su verga intentando adentrarse a las intimidades del cuerpo de la hermosa cantante, empujón que milagrosamente hizo que la gruesa punta de su verga abrieran triunfalmente los labios vaginales adentrándose con todo el glande al interior de la vagina, estaba claro y la suerte ya estaba echada, Jennifer se estaba comenzando a comer la negra manguera de carne que poseía el suertudo y negro indigente. La reacción de la bien formada y bella amazona de cabellos dorados fue en forma refleja en el momento que sintió la irrupción de la verga, ya que de un momento a otro desaparecieron todas las ricas sensaciones y cosquillas que ella había estado sintiendo, y debido a que el dolor de la distención fue tan lacerante para ella que con horror imaginó lo que iba a sentir al momento en que el negro pordiosero siguiera metiéndosela, pero sus pensamientos fueron tardíos porque justo en ese momento el aprovechador vagabundo empujó hacia adelante con fuerzas descomunales para su condición de desvalido hasta clavar 1/4 de su verga adentro del dorado cuerpo de Jennifer, quien solo atinó a cerrar fuertemente sus ojos cuando sintió que su vagina ahora si se abría brutalmente formándosele un gran embolo de carnes vaginales con el que abrazaba y recibía apretadamente a la descomunal verga de burro que le habían metido sin ni siquiera avisarle, quedándose totalmente estática y ahogando ella misma el fuerte grito de dolor que en un principio en forma involuntaria quiso pegar, por su parte el asqueroso vagabundo sentía como su gruesa anaconda acostumbrada siempre a estar en las podridas vestimentas que tenia por hábitat ahora estaba comenzando a nadar por las cristalinas aguas de un mar deliciosamente idílico que poseía la bella cantante al interior de vagina. En aquellos afiebrados momentos ambos cuerpos temblaban, el de la hembra por el inmenso dolor que sentía en las carnes de su vagina, y el negro temblaba debido a las fuerzas que hacía para adentrase aun más en ella, hasta que Jennifer una vez que se pudo calmar a medias tomó un poco de aire para solicitarle: --Nooooo…!!, por favor señor Tobías…!! saquelaaa… no me la metaaaa…!!! por favooor…!!!! No la podré aguantar todaaaa…!!!!, - --Siiii blanquitaaaa…!! te la voy a meteeer todaaaaa!!!…, si ya te entró la punta significa que demás te la puedes comer completa… es solo que debo hacer un poco de espacio para que te la puedas tragar como yo quiero… así que quietecita porque aún falta mucho… jajajaja!!!!. –le decía el enajenado negro al estar sintiendo en su glande y un poco mas las ricas tibiezas y placeres que le prometía el interior de aquella vagina a su verga. --Nooo…! Noooo…! por favooor…!!! No podre tragármela todaaa…!!!,- forzadamente tuvo que llevar sus blancas manitas a los negros pellejos del vagabundo ya que este ahora se había acomodado montándose sobre su cuerpo, y por más que la hembra se movía y pataleaba para que la verga se saliera de su abierta hendidura esta mas parecía atorarse en ella. --Tranquilita zorrita solo tienes que aguantar… ya verás que una vez que la tengas completamente adentro y te acostumbres a ella te harás adicta a las vergotas grandes y negras como la mía, jijiji…, -le dijo a la misma vez que le mandaba otro empujón y como también comenzaba a lengüetearle la cara aprovechándose que en la posición en que estaban así se lo permitía. --Noooo… jamás la podré aguantar… por favor no empuje que me va a reventarrrr…!!!, -le imploraba una y otra vez casi al borde del llanto. Jennifer a quien ahora no le importaba que el negro indigente la estuviera lamiendo solo se daba a sentir como este ya le comenzaba a dar pequeños empujones estando ella de espaldas y con sus brillosos muslos recogidos y abiertos en su totalidad, le acababan de meter más de 10 centímetros de ancha verga, y ella la aguantaba lo mejor que podía, aun le faltaban por recibir por lo menos otros 20 y quizás un poco mas según le indicaba su exaltada mente, sentía un profundo dolor en su interior, su femenina estrechez había frenado la total entrada de la animalesca tranca vergal del negro vagabundo. Pero el indigente no se iba a dar por vencido así como así, y al saberse encajado a medias y aun ejerciendo presión de adentramiento con su descomunal miembro, tras concentrarse y envalentonarse al ver el prodigio de mujer que tenia trabada a su verga arremetió con otro solido empujón con el cual pudo exitosamente encajarle hacia adentro otros 10 centímetros de verga lográndole arrancar en el silencio de la noche un fuerte bramido de hembra recién ensartada que retumbó entre medio de todos los arruinados edificios y por las 4 esquinas de aquel horrendo complejo industrial abandonado convertido en basural. -Ahhhh…Ahhhhhh…Ayyyyyyyyyyyyyyy…!!!!!!, -fue el feroz bramido que emito la famosa cantante tal cual como ya fue descrito anteriormente. --Cállate zorraaa…!!!, y acepta mi negra verga al interior de tu blanca conchaaaa…!!!, jajajaja…!!!, -bufaba el negro indigente con sus ojos salidos de sus orbitas al saberse sumido en tan fantástico cuerpo. Por su parte la recién ensartada y dolorida Jennifer seguía reclamando con cara de espanto Pero el negro no se la sacó solamente se concentraba en las ricas sensaciones que le otorgaba su verga al estar sintiendo como aquella ajustada funda de carne se contraía una y otra vez apretándole lo que había alcanzado a meter de su enervado y grueso falo masculino, hasta que cuando calculó que la hembra ya se estaba acostumbrando al dolor decidió volver otra vez a la carga, pero ahora aparte de empujar hacia adelante también se movía frenéticamente formando círculos adentro de ella, claramente el muy aprovechador pero a la misma vez afortunado negro estaba buscando hacer lugar para dejársela ir toda, tal como le había dicho hace un rato que lo haría, la adolorida ninfa que por su cara corrían sin cesar hilillos de lagrimas sentía como el negro golpeaba la ancha cabeza de su verga en las finas paredes de su estrecha vagina. Jennifer aun se mantenía inmóvil y aguantándola toda, mientras el vagabundo poco a poco comenzaba a ganar terreno, ya que el poderoso cuerpo de la hembra extrañamente comenzaba a aceptar a su bestial invasor, el negro gradualmente y haciendo esfuerzos iba metiendo milímetro por milímetro su enorme verga, aunque para la quejumbrosa ninfa parecía que esa descomunal herramienta masculina no iba a acabar de entrar nunca al interior de ella y menos que esta entraría en su totalidad, ya que por cada milimetro que la penetraba le causaban un inmenso dolor que le daban la sensación que en cualquier momento su vientre reventaría al ser este incapaz de albergar en su interior semejante cantidad de carne negra y caliente. --Qué rica y apretada estás putona, -le dijo de pronto el negro con voz aguardentosa. --Por favor…!, ya no sigaaaa…!, me duele muchoooo…!!, métala hasta ahí no mas, ya no cabe massss…!!!, le suplicaba desde su posición, ambos rostros estaba uno frente al otro, el vagabundo desde arriba le contestaba: --Tranquilita guarrilla, y aguanta que ahora sí que te voy a enseñar lo que es bueno, jijiji, vas a ver lo bien que te la vas a pasar cogiendo con un negro viejo vagabundo, -le decía muy cerca del bello rostro bañado en lágrimas de la belleza latina, a la misma vez que comenzaba meterle y a sacarle los 20 centímetros de verga que hasta el momento había logrado ensartarle, además de introducirle su hedionda lengua en su fresca boquita en donde en forma más que aprovechada su apestosa y abundante saliva se la iba introduciendo en su boca, mientras que Jennifer no podía hacer otra cosa que ir tragándosela toda. El negro Tobías mientras más se la metía, mas quejidos le sacaba de su garganta, pero Jennifer no se movía, solo se mantenía totalmente abierta de patas y con todos sus músculos totalmente tensos por la verga que tenía moviéndose adentro de ella, notando con mucho dolor los movimientos de penetración y de apareamiento en que se esforzaba el negro vagabundo metiéndole por su vagina el inmenso trasatlántico negro que se gastaba, el caliente pordiosero ahora aserruchaba con mas fuerzas, le clavaba hasta un poco más de la mitad de su verga ensartándola sin piedad, los gemidos del dolor que emitía Jennifer rápidamente se transformaron en quejidos de aguante, la hembra abría su boquita en gritos ahogados por cada embestida que recibía a sabiendas que se la estaban culiando firme conforme pasaban los minutos. Pero las suaves y placenteras fricciones que hacía la negra verga del pordiosero en los rosados labios íntimos de la exuberante cantante latina por cada vez que se los abrían para meterle carne estaban causando estragos en el sistema neuronal de la ninfa, ya que ella ahora notaba claramente las diferencias vergales de sus anteriores amantes ni siquiera su ex Marc Anthony la superaba , por lo que su acalorada mente le aclaraba que ella como mujer perfectamente se la podía con vergotas de cualquier tamaño, pensamientos que poco a poco comenzaron a elevarle la temperatura, situación que la llevaron a envalentonarse y ponerse a gemir y a bufar para hacerle saber al vagabundo que ella ya había comenzado a disfrutar, o sea, Jennifer otra vez ya estaba caliente. --

Ahhhhhh… Ohhhhh… señor Tobiasss…!!! Su v… vergaaaa…!!!!, -le dijo con sus ojos entrecerrados y ya prácticamente abandonada a la lujuria. CONTINUARA…
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