Fotos que tomamos mi esposa y yo, tratando de darle un toque erotico
Total libertad para comentar lo que quieran
Espero sean de vuestro agrado
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http://www.poringa.net/posts/imagenes/5930158/Erotismo-en-B-N---02.html
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INTERCAMBIO VIRTUAL
Esta situación sucedió unos años atrás, esas historias que te marcan y te dejan el recuerdo de por vida
En ese entonces, Dalma y yo llevábamos algunos años de pareja, casi como que aun estábamos conociendo y comprobando que las cosas funcionarían bien conviviendo entre cuatro paredes
Ella ya se había recibido de doctora y estaba haciendo un post grado de cirugía, amaba ese mundo y era un poco cómico porque yo veía una gota de sangre y me desmayaba
Yo iba por algo mas tranqui, lo mío era informática, me gustaba el tema de las pc, los celulares, pantallas, comunicaciones y todo ese mundo futuro de robótica que se nos venía encima
Venía un poco atrasado con mis estudios, puesto que trabajaba en una prestigiosa empresa y me consumía demasiado tiempo de mi jornada
Cuando decidimos mudarnos juntos, no nos llevó demasiado tiempo decidirnos por un lindo semipiso que daba al contrafrente, el departamento B de un octavo piso
Nos hubiera gustado el A, cuya vista acomodada daba al río, pero el valor mensual del B, que por dar a la ciudad era más económico, ya estaba por encima de nuestro presupuesto
Era un barrio bastante acomodado en un edificio bastante acomodado, no es que pretendiéramos ser más de lo que éramos, pero buscábamos algo que realmente nos gustara y poder arrancar con un tema menos de que quejarnos
Igual, nos quedaría un sabor amargo por no poder rentar el A, la vista que tenía era impagable
Así habíamos iniciado un camino de amor que no tendría retorno
En no mucho tiempo más, el departamento contiguo también sería alquilado, y llegarían nuestros nuevo vecinos, sentimos los ruidos de las mudanzas y todas esas cosas propias que se dan naturalmente
Al día siguiente, o a los dos días, no recuerdo bien, golpearían la puerta de nuestro departamento, era un poco tarde ya, Dalma se estaba duchando y yo esperaba mi turno después de un día agotador, eran nuestros vecinos que nos traían un presente como de bienvenida, querían presentarse y demás cosas, muy estilo americano, yo se los agradecí pero les dejé notar la hora, y lo inoportuno del momento, ellos comprendieron y dijeron que no habría problemas, tal vez otro momento
Lo gracioso de es que de ese primer encuentro, lo único que me quedaría grabado serían las enormes tetas de mi nueva vecina
Cuando Dalma vio el presente un poco se molesto conmigo, tal vez había sido descortés, pero bueno, contrapuntos que solo suceden en toda relación de pareja
El sábado por la tarde iríamos por la redención de mi torpe actitud, llevamos unas masas finas, golpeamos la puerta y nos invitaron a pasar cortésmente y llegarían los turnos de las presentaciones, sentados cerca del ventanal que daba a esa preciosa imagen que tanto nos había enloquecido, y por un tema de dinero, no había podido ser nuestra
Dalcio era un tipo delgado, poco musculado, de cabellos castaños, con algunas llamativas canas impropias de una persona que recién pasaba los treinta, parecía de buen carácter, esas personas que enseguida dan charla y es fácil amigarse, se notaba su lucir elegante, puesto que estando en su casa tenía ropa deportiva de marca y resaltaban unas zapatillas blancas impecables
Estaba en negocios de importación según dijo, tenía contactos en aduana y era puente a muchos trámites complicados y sin entender mucho de lo que hablaba, deduje que con eso hacía buena plata
Margarita, su esposa, como dije, solo se me iban los ojos en sus enormes tetas, que a esa altura me intrigaba saber si eran naturales o artificiales, puesto que se veían demasiado perfectas, era bastante petisa y retacona, con lo cual sus pechos resaltaban más todavía
Para mi suerte, Margarita era ingeniera en sistemas, y tuvimos una afinidad, un tema en común del que hablar, y noté que también había afinidad entre mi esposa y mi vecino
Hablamos mucho, nos comentaron que su estadía era por poco tiempo, estaban tramitando una visa de trabajo para Estados Unidos, y ya estaba todo muy avanzado
Es que Margarita, ya tenía un empleo casi asegurado en el país del norte, y no me extrañó, yo era bueno en lo que hacía, pero solo cruzar unas palabras con ella me hicieron ver que era una mente brillante, a años luz de mis conocimientos, y obviamente, sería un tesoro en bruto para las grandes corporaciones
Su esposo era quien un poco, gracias a sus contactos estaba acelerando todos los papeleos burocráticos
También nos fuimos un poco por el lado de nuestras historias, nuestras vidas y cuando el sol caía por el horizonte, nos dimos cuenta que había sido suficiente por un día
Y solo siguieron los cruces habituales entre vecinos, a veces cruzando en el ascensor, a veces en la piscina de la terraza, a veces horas en la casa de ellos, a veces en la nuestra y era un poco compartir vida e ir conociéndonos un poco mas
En especial, coincidir la profesión con mi vecina, me llevaba en oportunidades a intercambios de ideas sobre algún tema en común, de nuestra trabajo, pero en verdad, a Margarita no podía mirarla a los ojos, era como que la vista me pesaba y caía inexorablemente a sus pechos que nunca pasaban desapercibidos, usando escotes más que sugerentes, creo que ella siempre lo sabía y jugaba ese juego para beneficio propio
Mi madre siempre decía que a los vecinos había que tenerlos ahí, como vecinos, no demasiado lejos como para ignorarlos, ni demasiado cerca como para que se malentendieran la cosas, y comprendería que Dalcio y Margarita estaban demasiado cerca, más de lo imaginado
En alguna que otra ocasión, nos dejaron saber que eran 'modernos', 'mente abierta' y que se amaban tanto que incluso podrían animarse a experimentar aventuras consensuadas por fuera de la pareja, sin que eso significase un inconveniente
Dalma y yo, a veces conversábamos a solas todo lo que estaba pasando, sin saber si solo nosotros fabulábamos o ellos, nos estaban haciendo propuestas que fingíamos no comprender
Cuando nos cruzábamos por casualidad, Margarita tocaba el tema muy sutilmente de lo linda y apetecible que se veía mi mujer para cualquier hombre y lo afortunado que era en tenerla, cuando esa casualidad se daba con Dalcio, por el contrario, él me hablaba de su mujer, que le hablaba mucho de mi, como agrandando mi ego, y era un poco raro, porque me sentía como que me la estaba ofreciendo en bandeja de plata
Pero lo más raro, era cuando le comentaba estas cosas a mi mujer, porque Dalma tenía la misma percepción que yo tenía pero de su parte, cuando ella se cruzaba con el vecino, él le hablaba muy bien de mi, y cuando ellas se cruzaban, Margarita solo ensalzaba a Dalcio, de lo bueno que era en la cama y lo bien que lo hacía

Así las cosas iban y venían, y en poco tiempo se había creado una atmósfera sugestivamente sexual
Recuerdo que una vez, habíamos coincidido en la piscina en la azotea, los cuatro, y las tetas de Margarita en un top amarillo flúor parecían explotar, y era imposible no mirarlas, y aunque fuera disimulado porque su esposo y mi esposa estaban ahí, ella, volvería a sorprenderme como a un adolescente pajero con mi deseo lascivo
Me sentí un tonto, pero apenas tuvimos la primera oportunidad de privacidad, me susurró discretamente
Sergio, Sergio, deberías tratar de no ser tan evidente
De qué hablas? - respondí tratando de ocultar mis huellas -
Mi vecina sacó pecho exultante, como si hiciera falta y agregó
De ellas...
Me sentí fatal por lo tonto de mi situación, entonces agregó
Pueden ser tuyas, pero no como imaginas, mi esposo es muy buen hombre y no hago nada a sus espaldas y no creo que Dalma merezca una infidelidad... pero hay formas...
Todo quedó ahí, porque su esposo interrumpió el momento, pero solo no sabía si mi interpretación de la situación era la correcta
Por la noche, antes de dormir, le narré a Dalma lo sucedido, admito que por más ganas que le tuviera a mi vecina, yo no le sería infiel a mi mujer, ella me escuchó con atención y lejos de molestarse me dijo que de alguna manera ella sentía que Dalcio también se le insinuaba con discreción
Justamente sería mi vecino quien daría el próximo paso, cuando mi mujer vino a contarme que habían compartido ascensor, donde él sin muchas vueltas, le comentó lo que estábamos imaginando, que eran swingers, y que además, nosotros estábamos en el radar, que tanto ella como yo, éramos personas muy simpáticas y que teníamos buena onda, pero claro, ellos se hacían responsables de sus ideas, y que todo estaba bien, que solo seríamos buenos vecinos
No tardarían en invitarnos a cenar, era ya común entre nosotros, cada tanto nos cruzábamos, solo que esta vez, ya fuimos con otras expectativas, Dalma mucho como que no quería ir, pero le hice ver que sería obvio el rechazo por lo sucedido en el ascensor, y para ser honestos, nuestros vecinos eran muy buenos vecinos
Y todo fue dentro de los carriles normales, incluso, la situación de que Dalma supiera por mis palabras lo mucho que me gustaban las tetas de Margarita, y además, saber que ellos hacían intercambios, me permitió comerla con la mirada, enfundada en un vestidito celeste que evidenciaba que no tenía sostén, que solo una delgada tela se interponía entre sus pezones y mis ojos
Todo empezaría a cambiar después de la cena, de sobremesa, café de por medio, mi vecina fue hasta el dormitorio y trajo un juego de mesa, la tapa lustrosa dejaba notar el título 'Verdades y mentiras del sexo', y en letras más pequeñas, 'un juego de parejas'
Un juego de carreras en un tablero, con dados y cartas de 'verdades' y 'mentiras', muy ingenioso, puesto que el secreto del juego no era llegar primero, sino conocer los gustos y fantasías de cada uno de los participantes
Obviamente, mi mujer sería pareja con mi vecino, y la tetona de Margarita conmigo, de manera que nadie pudiera mentir, puesto que tendría un rival que te conocía como nadie en el equipo contrario
El juego se haría muy caliente, demasiado, sin querer, entre esas verdades y mentiras quedarían desnudos todos nuestros secretos y gustos, oral, vaginal, anal, que cosas si, que cosas no, privacidad, público, tríos y todo lo que pueda imaginarse, incluido lógicamente el intercambio de parejas
Cerca de las dos de la mañana, entre juegos, copas y excitación, Margarita estaba ya casi desnuda a mi lado, y Dalcio parecía cogerse a mi esposa en cualquier momento
Sería Dalma quien estando al borde del abismo, daría por terminada la velada, había sido suficiente y el acoso de nuestros vecinos quedaría trunco
Sin embargo, ya en nuestra cama matrimonial, hablamos de lo sucedido, y tuvimos sexo loco, desenfrenado, salvaje, como liberando la presión acumulada hasta unos minutos antes
Las cosas no tardarían en suceder, con Dalma hablábamos mucho de lo que estaba pasando, incluso me confesaba que se moría de ganas por Dalcio y ya no sabía como evadirlo, y esa noche solo había cortado el juego para evitar tirársele encima en mis narices
Y estábamos de acuerdo en permitirnos una licencia consentida, solo teníamos miedos e inseguridades de como sería el día siguiente
Era un domingo a media mañana, Dalma había ido por una ducha y yo estaba en un laberinto sin salidas con una presentación que tendría que hacer al día siguiente en mi empleo, el tema se me estaba complicando, y pensé que seguramente mi vecina lo resolvería en un abrir y cerrar de ojos, podría haber ido a golpear su puerta, pero preferí llamarla a su celular, y cosas de cerebritos de informática, no tuvimos mejor ocurrencia que contactarnos en una video llamada usando los led respectivos como medio visual
Lucía transpirada con unas calzas violeta y un top blanco, donde se marcaban sus pezones y se hacía evidente, una vez mas, que no llevaba sostén, me dijo que estaba haciendo un poco de gimnasia, y a mi me supo muy sexi, su esposo estaba en segundo plano, con unos papeleos sobre la mesa y una taza de café a su lado, nos saludamos y empecé a plantearle de que venía mi problema
Dalma estaba ajena a todo, y salió de su ducha completamente desnuda, con auriculares en sus oídos escuchando música, refregándose los cabellos húmedos con una toalla, quedando como centro de atención, a mis ojos, a los de mi vecina y a los de mi vecino
Dalcio clavó los ojos en la pantalla, y se produjo un incómodo silencio, hasta que Margarita rompiendo el silencio reclamó
Por Dios! esto no es justo!!!!
Y solo tomó el top blanco para levantárselo, y por primera vez vi las tetas mas grandes, perfectas y hermosas que pudieran existir, me incorporé y solo dije
Ya voy para tu casa, abrime la puerta...
Y mi mujer, pasado el choque inicial, pareció querer jugar el juego
En los pocos metros de pasillo que separaban ambos departamentos Dalcio y yo nos cruzamos, me extendió la mano, y a modo de chanza me dijo
Que gane el mejor!
Solo ingresé al departamento contiguo y ella estaba ahí, esos enormes pechos me esperaban y Margarita lucía una sonrisa como nunca antes la había visto, pero al mismo tiempo un poco mas atrás, en la pantalla led veía que Dalcio ya estaba en mi casa y que Dalma, mi Dalma, lo esperaba completamente desnuda, y la sensación de ver a mi esposa con otro tipo era al menos inquietante
Pero las cartas estaban lanzadas, mi vecina y yo empezamos a besarnos con locura, embriagados no solo en el sexo propio, sino también en lo que veíamos en el otro lado, bastaron unos besos profundos para que la aferrara con fuerzas por la cintura y la arrastrara sobre mi, para que sus pechos quedaran a la altura de mi cabeza, y solo me perdí entre ellos y me olvidé del resto del mundo, eran perfectos, y no me alcanzaban las manos y el rostro para morir en ese sitio, y Margarita solo gemía mientras le lamía los pezones, perfectos, solo perfectos
Y teníamos todos los secretos de todos los participantes, habíamos jugado ese perverso juego, así que solo le lamía y acaricié las tetas, ellas no podría evitarlo, sentía contraer su intimidad en forma inconsciente, mi vecina me regalaría el primer orgasmo con solo comerle las tetas
Cogeme, estoy toda mojada...
Fueron sus palabras, solo la recosté, aparté su tanga y se la metí
La imagen del led trajo mi atención, Dalma estaba perdida chupándole la pija a mi vecino, de la misma manera que me había perdido en las tetas de mi vecina, y fue muy loco ver eso, porque nunca había imaginado ver como mi mujer le comía la pija a otro que no fuera yo
Dalma se encargó de mirar la cámara, porque sabía que yo estaba mirando, se la comía toda, o le pasaba la lengua por el glande, y cuando él comenzó a eyacular en la boca de mi amada, fue demasiado como para poder resistirlo, el líquido blanco empezó a fluir por sus labios y por su boca, saque mi verga de la concha de Margarita, fui sobre sus tetas y acabé con fuerzas, como hacía tiempo que no sucedía, y solo ensucié su piel, y ella se enloqueció con eso, sabía que le gustaba y solo se las acarició embardunándolas tan grandes como eran
Seguimos con los besos, muy calientes, tomándome un tiempo para recuperar el aliento, y al otro lado, según veíamos en la pantalla, sucedía lo mismo
Yo no podía dejar de acariciarle los pechos, mi semen ya se había secado y eso me parecía aún más sexi, eran las tetas mas perfectas que pudieran existir, estaba perdido en es juego cuando Margarita tomando mi rostro lo giró hacia la pantalla para decirme
Me parece que se nos están adelantando...
Es que Dalcio estaba siendo cabalgado por mi mujer, se la estaba cogiendo de nuevo, y yo aun no lograba una nueva erección a pesar de las caricias que mi vecina me propinaba, yo ahora solo me concentraba en ver el culo de mi mujer subiendo y bajando, y noté que ahora él miraba la cámara, era como que me miraba a mi, y los gemidos de Dalma hicieron que el fuego se encendiera nuevamente entre mis piernas, Margarita lo notó, y sabiendo lo que me gustaba y lo que mi mujer no le gustaba me dijo
Ahora me la das por el culo, es lo deseabas cierto?
Margarita se acomodó en cuatro, muy provocativa, sacando su trasero directo a la cámara, sabía que era pare mi, pero en el fondo era para él, para Dalcio
Fui por detrás con muchas ganas, el tema había sido tocado en el juego, a Dalma no se le podía hablar de sexo anal y la última vez que lo había hecho había sido mucho tiempo atrás, con una noviecita que tenía, antes de conocer a la que sería mi esposa
Se la metí muy rico, sin dificultad, lo sentí apretadito, y me moví con ganas, tratando como si fuera un actor porno, busqué que nuestros sexos fueran lo suficientemente evidentes como para que al otro lado no tuvieran dudas de lo que estábamos haciendo
Mi vecina bufaba, me tomaba por las pantorrillas y me decía que no dejara de moverme y solo se lo hice muy rico disfrutando mi momento
Solo la saqué y como una regadera empecé a bañar su trasero, su conchita y su culito dilatado, lo sentí espectacular y caí de lado, ya que mis piernas comenzaban a acalambrarse
Al ver la pantalla, mi mujer, nuevamente, por segunda vez, se llenaba la boca de los jugos de Dalcio, miré a Margarita y le dije
No mintió en nada cuando jugamos, cierto? como le gusta que le acaben en la boca, muy puta...
Estaba hablando así de mi mujer, pero es que así se veía, Dalma tenía un fetiche especial con el hecho de que le acabaran en la boca
En ese momento, yo había terminado el juego, mi pija no quería mas, me limpie un poco y me recosté en el sillón dejando mi cabeza sobre las piernas de Margarita, solo quería contemplarle los pechos, porque aun no salía de mi asombro y de mi admiración, los sonidos de la pantalla atrajeron mi atención, y mi vecina dijo
Malditos... no se cansan...
Mi vecino iba por un tercer tiempo y mi esposa lo seguía en consecuencia, Margarita volvió a hablar
Tiene buena verga verdad?
Y yo solo me quedé observando hasta el final, donde por tercera vez, como era previsible, le eyaculó todo en la boca
Todo había concluido a ambos lados, nos cambiamos, y volvimos a cruzarnos en camino, cada uno a su departamento, Dalcio sonriendo me extendió la mano y trató de ser molesto diciendo
Hoy me tocó ganar, tres a dos, cierto?
Pero yo retruqué
Puede ser, pero yo se la di por el culo, y ese vale doble, además... las tetas de tu mujer amigo...
Ahí quedaría la charla, Dalma estaba ya tomando una ducha, no pude esperar, me desnudé, me colé tras ella, la puse de frente a los cerámicos de la pared y la cogí muy rico, muy animal, bajo la tibia agua que nos cubría, solo seguí hasta llenarle la conchita de semen, mientras solo podía decirle cosas como
Y? te sacaste las ganas de tragar leche? putita barata?
La experiencia nos había gustado, y pensamos en repetir, pero nuestros vecinos nos dijeron que no, eran sus reglas, solo una vez y ya, la primera vez es solo sexo, pero la segunda, pueden empezar a surgir otros sentimientos que complicarían la relación
Lo aceptamos, seguimos siendo buenos vecinos, amigos podría decirse, aunque yo seguía muriendo por las tetas de Margarita, supimos aceptar el consejo
Les dijimos que nos enseñaran un poco mas del mundo de los intercambios de pareja, seguramente habría otros horizontes que explorar, y aunque pareciera raro, Dalma era la que estaba más excitada con el tema, era como que al haber estado con otro hombre hiciera que tuviera más deseos de que yo la cogiera, y en mi caso, bueno, tal vez no quisiera andar por ahí cogiendo como animales, tal vez lo mío fuera un deseo personal por las tetas de mi vecina, y tal vez en eso, yo viera un poco la peligrosidad de desviar tu atención en una tercera que no fuera la persona que amas
Y nuestro libro de intercambios se cerraría más rápido de lo imaginado, porque el viaje por empleo a Estado Unidos no nuestros vecinos llegaría antes de lo planeado.
Recuerdo que hicimos una cena de despedida en casa, donde hablamos de todo, del futuro que los esperaba, pero también del pasado que habíamos vivido, Dalcio me dejaría algunos contactos personales por si queríamos profundizar nuestros temas de intercambios, pero luego de la partida, era como que habíamos perdido nuestro norte, nuestros mentores
Y después de un tiempo, Dalma y yo nos fuimos enfriando con ese tema y preferimos conservarlo como un lindo recuerdo
En verdad se sentía raro el silencio del departamento A, esos silencios que a veces hasta lastiman los oídos, extrañamos los cruces casuales en el ascensor, compartir charlas, la piscina de la azotea y obvio, las tetas más espectaculares que haya visto
Llegarían nuevos vecinos, y una vuelta a la normalidad que la sociedad impone
Solo como cierre de mi historia, nunca se lo digo a mi mujer, pero cada vez que la veo a los ojos, cada vez que beso sus labios, recuerdo la imagen de su boca llena de leche, de la leche de mi vecino, incluso me parce sentir su sabor en ella y eso me hace hervir la sangre, y querer cogerla como animal
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INTERCAMBIO VIRTUAL
Esta situación sucedió unos años atrás, esas historias que te marcan y te dejan el recuerdo de por vida
En ese entonces, Dalma y yo llevábamos algunos años de pareja, casi como que aun estábamos conociendo y comprobando que las cosas funcionarían bien conviviendo entre cuatro paredes
Ella ya se había recibido de doctora y estaba haciendo un post grado de cirugía, amaba ese mundo y era un poco cómico porque yo veía una gota de sangre y me desmayaba
Yo iba por algo mas tranqui, lo mío era informática, me gustaba el tema de las pc, los celulares, pantallas, comunicaciones y todo ese mundo futuro de robótica que se nos venía encima
Venía un poco atrasado con mis estudios, puesto que trabajaba en una prestigiosa empresa y me consumía demasiado tiempo de mi jornada
Cuando decidimos mudarnos juntos, no nos llevó demasiado tiempo decidirnos por un lindo semipiso que daba al contrafrente, el departamento B de un octavo piso
Nos hubiera gustado el A, cuya vista acomodada daba al río, pero el valor mensual del B, que por dar a la ciudad era más económico, ya estaba por encima de nuestro presupuesto
Era un barrio bastante acomodado en un edificio bastante acomodado, no es que pretendiéramos ser más de lo que éramos, pero buscábamos algo que realmente nos gustara y poder arrancar con un tema menos de que quejarnos
Igual, nos quedaría un sabor amargo por no poder rentar el A, la vista que tenía era impagable
Así habíamos iniciado un camino de amor que no tendría retorno
En no mucho tiempo más, el departamento contiguo también sería alquilado, y llegarían nuestros nuevo vecinos, sentimos los ruidos de las mudanzas y todas esas cosas propias que se dan naturalmente
Al día siguiente, o a los dos días, no recuerdo bien, golpearían la puerta de nuestro departamento, era un poco tarde ya, Dalma se estaba duchando y yo esperaba mi turno después de un día agotador, eran nuestros vecinos que nos traían un presente como de bienvenida, querían presentarse y demás cosas, muy estilo americano, yo se los agradecí pero les dejé notar la hora, y lo inoportuno del momento, ellos comprendieron y dijeron que no habría problemas, tal vez otro momento
Lo gracioso de es que de ese primer encuentro, lo único que me quedaría grabado serían las enormes tetas de mi nueva vecina
Cuando Dalma vio el presente un poco se molesto conmigo, tal vez había sido descortés, pero bueno, contrapuntos que solo suceden en toda relación de pareja
El sábado por la tarde iríamos por la redención de mi torpe actitud, llevamos unas masas finas, golpeamos la puerta y nos invitaron a pasar cortésmente y llegarían los turnos de las presentaciones, sentados cerca del ventanal que daba a esa preciosa imagen que tanto nos había enloquecido, y por un tema de dinero, no había podido ser nuestra
Dalcio era un tipo delgado, poco musculado, de cabellos castaños, con algunas llamativas canas impropias de una persona que recién pasaba los treinta, parecía de buen carácter, esas personas que enseguida dan charla y es fácil amigarse, se notaba su lucir elegante, puesto que estando en su casa tenía ropa deportiva de marca y resaltaban unas zapatillas blancas impecables
Estaba en negocios de importación según dijo, tenía contactos en aduana y era puente a muchos trámites complicados y sin entender mucho de lo que hablaba, deduje que con eso hacía buena plata
Margarita, su esposa, como dije, solo se me iban los ojos en sus enormes tetas, que a esa altura me intrigaba saber si eran naturales o artificiales, puesto que se veían demasiado perfectas, era bastante petisa y retacona, con lo cual sus pechos resaltaban más todavía
Para mi suerte, Margarita era ingeniera en sistemas, y tuvimos una afinidad, un tema en común del que hablar, y noté que también había afinidad entre mi esposa y mi vecino
Hablamos mucho, nos comentaron que su estadía era por poco tiempo, estaban tramitando una visa de trabajo para Estados Unidos, y ya estaba todo muy avanzado
Es que Margarita, ya tenía un empleo casi asegurado en el país del norte, y no me extrañó, yo era bueno en lo que hacía, pero solo cruzar unas palabras con ella me hicieron ver que era una mente brillante, a años luz de mis conocimientos, y obviamente, sería un tesoro en bruto para las grandes corporaciones
Su esposo era quien un poco, gracias a sus contactos estaba acelerando todos los papeleos burocráticos
También nos fuimos un poco por el lado de nuestras historias, nuestras vidas y cuando el sol caía por el horizonte, nos dimos cuenta que había sido suficiente por un día
Y solo siguieron los cruces habituales entre vecinos, a veces cruzando en el ascensor, a veces en la piscina de la terraza, a veces horas en la casa de ellos, a veces en la nuestra y era un poco compartir vida e ir conociéndonos un poco mas
En especial, coincidir la profesión con mi vecina, me llevaba en oportunidades a intercambios de ideas sobre algún tema en común, de nuestra trabajo, pero en verdad, a Margarita no podía mirarla a los ojos, era como que la vista me pesaba y caía inexorablemente a sus pechos que nunca pasaban desapercibidos, usando escotes más que sugerentes, creo que ella siempre lo sabía y jugaba ese juego para beneficio propio
Mi madre siempre decía que a los vecinos había que tenerlos ahí, como vecinos, no demasiado lejos como para ignorarlos, ni demasiado cerca como para que se malentendieran la cosas, y comprendería que Dalcio y Margarita estaban demasiado cerca, más de lo imaginado
En alguna que otra ocasión, nos dejaron saber que eran 'modernos', 'mente abierta' y que se amaban tanto que incluso podrían animarse a experimentar aventuras consensuadas por fuera de la pareja, sin que eso significase un inconveniente
Dalma y yo, a veces conversábamos a solas todo lo que estaba pasando, sin saber si solo nosotros fabulábamos o ellos, nos estaban haciendo propuestas que fingíamos no comprender
Cuando nos cruzábamos por casualidad, Margarita tocaba el tema muy sutilmente de lo linda y apetecible que se veía mi mujer para cualquier hombre y lo afortunado que era en tenerla, cuando esa casualidad se daba con Dalcio, por el contrario, él me hablaba de su mujer, que le hablaba mucho de mi, como agrandando mi ego, y era un poco raro, porque me sentía como que me la estaba ofreciendo en bandeja de plata
Pero lo más raro, era cuando le comentaba estas cosas a mi mujer, porque Dalma tenía la misma percepción que yo tenía pero de su parte, cuando ella se cruzaba con el vecino, él le hablaba muy bien de mi, y cuando ellas se cruzaban, Margarita solo ensalzaba a Dalcio, de lo bueno que era en la cama y lo bien que lo hacía

Así las cosas iban y venían, y en poco tiempo se había creado una atmósfera sugestivamente sexual
Recuerdo que una vez, habíamos coincidido en la piscina en la azotea, los cuatro, y las tetas de Margarita en un top amarillo flúor parecían explotar, y era imposible no mirarlas, y aunque fuera disimulado porque su esposo y mi esposa estaban ahí, ella, volvería a sorprenderme como a un adolescente pajero con mi deseo lascivo
Me sentí un tonto, pero apenas tuvimos la primera oportunidad de privacidad, me susurró discretamente
Sergio, Sergio, deberías tratar de no ser tan evidente
De qué hablas? - respondí tratando de ocultar mis huellas -
Mi vecina sacó pecho exultante, como si hiciera falta y agregó
De ellas...
Me sentí fatal por lo tonto de mi situación, entonces agregó
Pueden ser tuyas, pero no como imaginas, mi esposo es muy buen hombre y no hago nada a sus espaldas y no creo que Dalma merezca una infidelidad... pero hay formas...
Todo quedó ahí, porque su esposo interrumpió el momento, pero solo no sabía si mi interpretación de la situación era la correcta
Por la noche, antes de dormir, le narré a Dalma lo sucedido, admito que por más ganas que le tuviera a mi vecina, yo no le sería infiel a mi mujer, ella me escuchó con atención y lejos de molestarse me dijo que de alguna manera ella sentía que Dalcio también se le insinuaba con discreción
Justamente sería mi vecino quien daría el próximo paso, cuando mi mujer vino a contarme que habían compartido ascensor, donde él sin muchas vueltas, le comentó lo que estábamos imaginando, que eran swingers, y que además, nosotros estábamos en el radar, que tanto ella como yo, éramos personas muy simpáticas y que teníamos buena onda, pero claro, ellos se hacían responsables de sus ideas, y que todo estaba bien, que solo seríamos buenos vecinos
No tardarían en invitarnos a cenar, era ya común entre nosotros, cada tanto nos cruzábamos, solo que esta vez, ya fuimos con otras expectativas, Dalma mucho como que no quería ir, pero le hice ver que sería obvio el rechazo por lo sucedido en el ascensor, y para ser honestos, nuestros vecinos eran muy buenos vecinos
Y todo fue dentro de los carriles normales, incluso, la situación de que Dalma supiera por mis palabras lo mucho que me gustaban las tetas de Margarita, y además, saber que ellos hacían intercambios, me permitió comerla con la mirada, enfundada en un vestidito celeste que evidenciaba que no tenía sostén, que solo una delgada tela se interponía entre sus pezones y mis ojos
Todo empezaría a cambiar después de la cena, de sobremesa, café de por medio, mi vecina fue hasta el dormitorio y trajo un juego de mesa, la tapa lustrosa dejaba notar el título 'Verdades y mentiras del sexo', y en letras más pequeñas, 'un juego de parejas'
Un juego de carreras en un tablero, con dados y cartas de 'verdades' y 'mentiras', muy ingenioso, puesto que el secreto del juego no era llegar primero, sino conocer los gustos y fantasías de cada uno de los participantes
Obviamente, mi mujer sería pareja con mi vecino, y la tetona de Margarita conmigo, de manera que nadie pudiera mentir, puesto que tendría un rival que te conocía como nadie en el equipo contrario
El juego se haría muy caliente, demasiado, sin querer, entre esas verdades y mentiras quedarían desnudos todos nuestros secretos y gustos, oral, vaginal, anal, que cosas si, que cosas no, privacidad, público, tríos y todo lo que pueda imaginarse, incluido lógicamente el intercambio de parejas
Cerca de las dos de la mañana, entre juegos, copas y excitación, Margarita estaba ya casi desnuda a mi lado, y Dalcio parecía cogerse a mi esposa en cualquier momento
Sería Dalma quien estando al borde del abismo, daría por terminada la velada, había sido suficiente y el acoso de nuestros vecinos quedaría trunco
Sin embargo, ya en nuestra cama matrimonial, hablamos de lo sucedido, y tuvimos sexo loco, desenfrenado, salvaje, como liberando la presión acumulada hasta unos minutos antes
Las cosas no tardarían en suceder, con Dalma hablábamos mucho de lo que estaba pasando, incluso me confesaba que se moría de ganas por Dalcio y ya no sabía como evadirlo, y esa noche solo había cortado el juego para evitar tirársele encima en mis narices
Y estábamos de acuerdo en permitirnos una licencia consentida, solo teníamos miedos e inseguridades de como sería el día siguiente
Era un domingo a media mañana, Dalma había ido por una ducha y yo estaba en un laberinto sin salidas con una presentación que tendría que hacer al día siguiente en mi empleo, el tema se me estaba complicando, y pensé que seguramente mi vecina lo resolvería en un abrir y cerrar de ojos, podría haber ido a golpear su puerta, pero preferí llamarla a su celular, y cosas de cerebritos de informática, no tuvimos mejor ocurrencia que contactarnos en una video llamada usando los led respectivos como medio visual
Lucía transpirada con unas calzas violeta y un top blanco, donde se marcaban sus pezones y se hacía evidente, una vez mas, que no llevaba sostén, me dijo que estaba haciendo un poco de gimnasia, y a mi me supo muy sexi, su esposo estaba en segundo plano, con unos papeleos sobre la mesa y una taza de café a su lado, nos saludamos y empecé a plantearle de que venía mi problema
Dalma estaba ajena a todo, y salió de su ducha completamente desnuda, con auriculares en sus oídos escuchando música, refregándose los cabellos húmedos con una toalla, quedando como centro de atención, a mis ojos, a los de mi vecina y a los de mi vecino
Dalcio clavó los ojos en la pantalla, y se produjo un incómodo silencio, hasta que Margarita rompiendo el silencio reclamó
Por Dios! esto no es justo!!!!
Y solo tomó el top blanco para levantárselo, y por primera vez vi las tetas mas grandes, perfectas y hermosas que pudieran existir, me incorporé y solo dije
Ya voy para tu casa, abrime la puerta...
Y mi mujer, pasado el choque inicial, pareció querer jugar el juego
En los pocos metros de pasillo que separaban ambos departamentos Dalcio y yo nos cruzamos, me extendió la mano, y a modo de chanza me dijo
Que gane el mejor!
Solo ingresé al departamento contiguo y ella estaba ahí, esos enormes pechos me esperaban y Margarita lucía una sonrisa como nunca antes la había visto, pero al mismo tiempo un poco mas atrás, en la pantalla led veía que Dalcio ya estaba en mi casa y que Dalma, mi Dalma, lo esperaba completamente desnuda, y la sensación de ver a mi esposa con otro tipo era al menos inquietante
Pero las cartas estaban lanzadas, mi vecina y yo empezamos a besarnos con locura, embriagados no solo en el sexo propio, sino también en lo que veíamos en el otro lado, bastaron unos besos profundos para que la aferrara con fuerzas por la cintura y la arrastrara sobre mi, para que sus pechos quedaran a la altura de mi cabeza, y solo me perdí entre ellos y me olvidé del resto del mundo, eran perfectos, y no me alcanzaban las manos y el rostro para morir en ese sitio, y Margarita solo gemía mientras le lamía los pezones, perfectos, solo perfectos
Y teníamos todos los secretos de todos los participantes, habíamos jugado ese perverso juego, así que solo le lamía y acaricié las tetas, ellas no podría evitarlo, sentía contraer su intimidad en forma inconsciente, mi vecina me regalaría el primer orgasmo con solo comerle las tetas
Cogeme, estoy toda mojada...
Fueron sus palabras, solo la recosté, aparté su tanga y se la metí
La imagen del led trajo mi atención, Dalma estaba perdida chupándole la pija a mi vecino, de la misma manera que me había perdido en las tetas de mi vecina, y fue muy loco ver eso, porque nunca había imaginado ver como mi mujer le comía la pija a otro que no fuera yo
Dalma se encargó de mirar la cámara, porque sabía que yo estaba mirando, se la comía toda, o le pasaba la lengua por el glande, y cuando él comenzó a eyacular en la boca de mi amada, fue demasiado como para poder resistirlo, el líquido blanco empezó a fluir por sus labios y por su boca, saque mi verga de la concha de Margarita, fui sobre sus tetas y acabé con fuerzas, como hacía tiempo que no sucedía, y solo ensucié su piel, y ella se enloqueció con eso, sabía que le gustaba y solo se las acarició embardunándolas tan grandes como eran
Seguimos con los besos, muy calientes, tomándome un tiempo para recuperar el aliento, y al otro lado, según veíamos en la pantalla, sucedía lo mismo
Yo no podía dejar de acariciarle los pechos, mi semen ya se había secado y eso me parecía aún más sexi, eran las tetas mas perfectas que pudieran existir, estaba perdido en es juego cuando Margarita tomando mi rostro lo giró hacia la pantalla para decirme
Me parece que se nos están adelantando...
Es que Dalcio estaba siendo cabalgado por mi mujer, se la estaba cogiendo de nuevo, y yo aun no lograba una nueva erección a pesar de las caricias que mi vecina me propinaba, yo ahora solo me concentraba en ver el culo de mi mujer subiendo y bajando, y noté que ahora él miraba la cámara, era como que me miraba a mi, y los gemidos de Dalma hicieron que el fuego se encendiera nuevamente entre mis piernas, Margarita lo notó, y sabiendo lo que me gustaba y lo que mi mujer no le gustaba me dijo
Ahora me la das por el culo, es lo deseabas cierto?
Margarita se acomodó en cuatro, muy provocativa, sacando su trasero directo a la cámara, sabía que era pare mi, pero en el fondo era para él, para Dalcio
Fui por detrás con muchas ganas, el tema había sido tocado en el juego, a Dalma no se le podía hablar de sexo anal y la última vez que lo había hecho había sido mucho tiempo atrás, con una noviecita que tenía, antes de conocer a la que sería mi esposa
Se la metí muy rico, sin dificultad, lo sentí apretadito, y me moví con ganas, tratando como si fuera un actor porno, busqué que nuestros sexos fueran lo suficientemente evidentes como para que al otro lado no tuvieran dudas de lo que estábamos haciendo
Mi vecina bufaba, me tomaba por las pantorrillas y me decía que no dejara de moverme y solo se lo hice muy rico disfrutando mi momento
Solo la saqué y como una regadera empecé a bañar su trasero, su conchita y su culito dilatado, lo sentí espectacular y caí de lado, ya que mis piernas comenzaban a acalambrarse
Al ver la pantalla, mi mujer, nuevamente, por segunda vez, se llenaba la boca de los jugos de Dalcio, miré a Margarita y le dije
No mintió en nada cuando jugamos, cierto? como le gusta que le acaben en la boca, muy puta...
Estaba hablando así de mi mujer, pero es que así se veía, Dalma tenía un fetiche especial con el hecho de que le acabaran en la boca
En ese momento, yo había terminado el juego, mi pija no quería mas, me limpie un poco y me recosté en el sillón dejando mi cabeza sobre las piernas de Margarita, solo quería contemplarle los pechos, porque aun no salía de mi asombro y de mi admiración, los sonidos de la pantalla atrajeron mi atención, y mi vecina dijo
Malditos... no se cansan...
Mi vecino iba por un tercer tiempo y mi esposa lo seguía en consecuencia, Margarita volvió a hablar
Tiene buena verga verdad?
Y yo solo me quedé observando hasta el final, donde por tercera vez, como era previsible, le eyaculó todo en la boca
Todo había concluido a ambos lados, nos cambiamos, y volvimos a cruzarnos en camino, cada uno a su departamento, Dalcio sonriendo me extendió la mano y trató de ser molesto diciendo
Hoy me tocó ganar, tres a dos, cierto?
Pero yo retruqué
Puede ser, pero yo se la di por el culo, y ese vale doble, además... las tetas de tu mujer amigo...
Ahí quedaría la charla, Dalma estaba ya tomando una ducha, no pude esperar, me desnudé, me colé tras ella, la puse de frente a los cerámicos de la pared y la cogí muy rico, muy animal, bajo la tibia agua que nos cubría, solo seguí hasta llenarle la conchita de semen, mientras solo podía decirle cosas como
Y? te sacaste las ganas de tragar leche? putita barata?
La experiencia nos había gustado, y pensamos en repetir, pero nuestros vecinos nos dijeron que no, eran sus reglas, solo una vez y ya, la primera vez es solo sexo, pero la segunda, pueden empezar a surgir otros sentimientos que complicarían la relación
Lo aceptamos, seguimos siendo buenos vecinos, amigos podría decirse, aunque yo seguía muriendo por las tetas de Margarita, supimos aceptar el consejo
Les dijimos que nos enseñaran un poco mas del mundo de los intercambios de pareja, seguramente habría otros horizontes que explorar, y aunque pareciera raro, Dalma era la que estaba más excitada con el tema, era como que al haber estado con otro hombre hiciera que tuviera más deseos de que yo la cogiera, y en mi caso, bueno, tal vez no quisiera andar por ahí cogiendo como animales, tal vez lo mío fuera un deseo personal por las tetas de mi vecina, y tal vez en eso, yo viera un poco la peligrosidad de desviar tu atención en una tercera que no fuera la persona que amas
Y nuestro libro de intercambios se cerraría más rápido de lo imaginado, porque el viaje por empleo a Estado Unidos no nuestros vecinos llegaría antes de lo planeado.
Recuerdo que hicimos una cena de despedida en casa, donde hablamos de todo, del futuro que los esperaba, pero también del pasado que habíamos vivido, Dalcio me dejaría algunos contactos personales por si queríamos profundizar nuestros temas de intercambios, pero luego de la partida, era como que habíamos perdido nuestro norte, nuestros mentores
Y después de un tiempo, Dalma y yo nos fuimos enfriando con ese tema y preferimos conservarlo como un lindo recuerdo
En verdad se sentía raro el silencio del departamento A, esos silencios que a veces hasta lastiman los oídos, extrañamos los cruces casuales en el ascensor, compartir charlas, la piscina de la azotea y obvio, las tetas más espectaculares que haya visto
Llegarían nuevos vecinos, y una vuelta a la normalidad que la sociedad impone
Solo como cierre de mi historia, nunca se lo digo a mi mujer, pero cada vez que la veo a los ojos, cada vez que beso sus labios, recuerdo la imagen de su boca llena de leche, de la leche de mi vecino, incluso me parce sentir su sabor en ella y eso me hace hervir la sangre, y querer cogerla como animal
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